Los lásers y el armamento montado en naves presentan una gran variabilidad de potencia. Algunos se transforman y rediseñan a partir de armas de tierra (lo que normalmente significa que se dan sistemas de enfoque avanzados para mantener coherentes los rayos a larga distancia). Otros son versiones degradadas de armas más potentes (ver los Turbolásers, más adelante).

Los cañones láser y bláster suelen montarse en naves ligeramente armadas, como los cazas espaciales y las naves comerciales con licencia. Son capaces de realizar fuego rápido, pero son propensos a sobrecalentase. Suelen radiar su energía en el espectro de luz visible, con lo que el artillero puede ver hacia dónde se dirigen sus disparos.

Las armas láser pesadas montadas a bordo de naves necesitan inmensas cantidades de energía para pasar a través de las pantallas y del blindaje de los grandes vehículos militares y para penetrar en las defensas planetarias. Para generar esta energía, se equipa a los turbolásers con generadores de turbina y bancos de capacitadores que acumulan y almacenan la energía necesaria para realizar una pulsación láser muy potente.

A lo largo de los siglos, se ha ido alterando el rayo de tracción desde herramienta comercial para el traslado de cargamento a potente arma ofensiva. Actualmente, los rayos de tracción militares son lo suficientemente potentes como para capturar y detener incluso a naves en pleno vuelo.

La energía de tracción depende del tamaño del generador que la alimenta, por lo que generalmente cuanto mayor es la nave más potente es la atracción del rayo (sin embargo, algunos remolcadores espaciales comerciales de pequeño y medio tamaño de las instalaciones de muelles orbitales, tienen rayos tractores extremadamente potentes).

Hay dos tipos de pantallas: las pantallas de partículas y las pantallas de rayos/energía. Se necesitan ambas para conseguir una protección completa y, por lo general, todas las naves militares restan equipadas con pantallas de ambos tipos.

Las pantallas de partículas protegen contra los misiles y los residuos espaciales, pero deben ser apagadas temporalmente si la nave quiere disparar sus propios misiles (o lanzar o recibir lanzaderas).

Las pantallas de rayos/energía protegen estrictamente contra lásers u otros rayos de energía; no detienen la materia. Las pantallas de rayos requieren para mantenerlas una gran cantidad de energía; la mayoría de las naves sólo las utilizan al ir a combatir. Como esta protección sólo es útil en combate, sus aplicaciones están restringidas. Las naves no imperiales deben solicitar un permiso para llevar pantallas de rayos/energía y alegar una causa razonable que explique su necesidad. (El miedo a la piratería suele ser suficiente para asegurarse un permiso normal).