Aunque los detalles exactos del manejo del sable de luz siguen envueltos en un velo de misterio, la tecnología general es conocida. Todos los controles y componentes caven en un mango compacto de 24 a 30 centímetros de longitud. Cuando el Jedi activa el sable de luz, fluye una carga tremenda de energía pura desde la célula de energía. Una serie de joyas de múltiples facetas enfoca la energía en un delgado rayo paralelo. Cada rayo de sable tiene una frecuencia única que determina la "sensación" del filo, como se comporta cuando corta algo, contacta con un campo de fuerza u otro filo de sable. La frecuencia de cada filo de sable se puede calcular a partir del color de su filo y del tono que genera. Los sables utilizan entre una y tres joyas para dar una frecuencia específica a su rayo.

Los sables con una sola joya tienen una amplitud fija, que determina el tamaño del filo. Otros sables con múltiples joyas pueden alterar su amplitud y, de esta manera, el tamaño de su filo, rotando o variando la separación entre sus joyas. Los mejores sables utilizan joyas naturales, pero, evidentemente, los Jedi pueden forjar joyas sintéticas con un pequeño horno y unos pocos elementos básicos.

El rayo se emite a partir de una lente energética continúa con carga positiva en el centro del mango. El rayo entonces crea un arco que da la vuelta hacia una apertura de flujo de alta energía cargada negativamente, normalmente instalada en un disco que también sirve de protección para la mano. La amplitud de energía determina el punto donde el rayo se arquea de regreso al disco, fijando la longitud del filo. El compacto rayo arqueante crea un filo de fuerza sorprendente.

Un superconductor transfiere la energía de la apertura de flujo a la célula de energía. Casi no se pierde energía en el proceso: el rayo ni siquiera irradia calor perceptible, aunque adquiere un tono fluorescente y emite un zumbido. El sable únicamente pierde energía cuando corta algo, pero no al contacto con otro filo de sable. El Jedi sabe utilizar su fuerza y su habilidad para forzar su filo contra otro filo de sable; ningún sable puede cortar el rayo de otro sable.

Los controles en la empuñadura del sable ajustan la capacidad de la célula de energía y permiten una recarga periódica. Aunque se desconocen las cifras de duración exacta, está claro que los Jedi pueden utilizar sus sables durante años antes de que sea necesaria una recarga.