Autor:
Ing. Manuel Aguirre Botello
Marzo, 2000

A IZTACALCO EN BARCO POR EL CANAL DE LA VIGA

Con "M" de México
El Canal de la Viga en el año de 1899

Este artículo se escribió con base en la referencia que hace el Tomo II de la Memoria de las Obras del Sistema de Drenaje Profundo del Distrito Federal, así como un artículo publicado en el diario Reforma por Don Alberto Barranco Chavarría y algunas fotografías que obtuve tal cual indican los créditos de cada una y la de los Indios Verdes que aparece en Seis Siglos de Historia Gráfica de Mexico del fotógrafo Gustavo Casasola, que me facilitó el Arquitecto José Luis Sanchez Garza.


En otro lugar les comentaba que posiblemente México pudiera ser el país de las tragedias y que había muestras de ello a lo largo de toda su historia. Sin embargo y por fortuna, sus habitantes somos también especiales y hemos aprendido a convivir con la tragedia y combinarla muy adecuadamente con el arte de saber disfrutar de la vida.
Los mexicanos somos reconocidos en el mundo entero como muy buenos organizadores de "Fiestas".

Así que por allí del año 1850, cuando vivir en la Ciudad de México era una verdadera bendición del cielo, tanto por sus bellísimos paisajes como por su delicado clima, nuestro país apenas hacía 3 años que había vivido una de sus más grandes tragedias en su corta historia independiente. Después de la Guerra Mexico-Norteamericana de 1847, nuestro México había perdido MAS DE LA MITAD DE SU TERRITORIO.

El 13 de septiembre de 1847 se perdieron las batallas de Chapultepec, en la que murieron los Niños Héroes y la de Molino del Rey. EL 14 DE SEPTIEMBRE DE 1847, SE IZA LA BANDERA NORTEAMERICANA EN EL ASTA BANDERA DE PALACIO NACIONAL y allí permanece, para nuestra vergüenza hasta el mes de junio de 1848, después de firmarse los acuerdos de Guadalupe Hidalgo, por los que México perdió la Alta California, Nuevo México, Arizona y Texas, a cambio de 15 millones de Dólares.
Pero como digo, nuestro país tenía que levantarse de la tragedia de haber perdido la mitad de su territorio y grandes proyectos se hacían en el año de 1849, a pesar de la escasez de recursos económicos.

Un hombre emprendedor y entusiasta de aquella época Don Mariano Ayllon invirtió toda su fortuna en el proyecto y obtuvo la concesión para construir un cauce fluvial a través del ya existente Canal de la Viga, que iniciaba en la Garita de La Viga, aproximadamente en donde hoy está el Cuartel de Bomberos sobre Fray Servando Teresa de Mier y terminaba en lo que era entonces el grandioso Lago de Xochimilco.
Don Mariano dedicó gran parte de su vida a esta obra, no con mucho éxito, pues terminó muriendo en la miseria.

Se tuvo que dragar el canal y darle el ancho necesario en algunas partes y claro, también fue necesario aumentar la altura de los puentes que lo cruzaban, todo esto permitió que el primer "Vapor" denominado "La Esperanza" al igual que el simbólico verde de nuestra bandera patria, surcara el Canal de la Viga, mediante un poderoso motor de 20 CABALLOS DE FUERZA Y UN CUPO PARA 20 PASAJEROS el 21 de julio de 1850, en un primer viaje desde el embarcadero de La Viga hasta el poblado de Chalco.

Pero veamos lo que escribe en su artículo del Reforma Don Alberto Barranco Chavarría:

" ....y a esperar el último resoplido del silbato de vapor, en el preludio del largo "aaaaaaamonos" ordenado por el mismísimo capitán... a cuya seña la orquesta de proa se lanzaba al ruedo con la primera de la mañana."

"El anuncio de que voy a La Viga - escribía Don Guillermo Prieto-- siempre produce en mí una sensación nueva que rebosa vida y juventud, osadía y movimiento"

"El vapor General Santa Anna, anunciaba el Diario Oficial del 22 de octubre de 1853, está al servicio del público desde el sábado primero del mes, comenzando los viajes desde el Embarcadero que hoy sirve a las canoas, donde empieza el Paseo de La Viga, hasta el pueblo de Mexicaltzingo, haciendo 2 viajes en los días de trabajo y 3 en los domingos y días feriados."

"En el primer caso (entre semana) el moderno navío con cupo para 200 pasajeros, que medía 25 varas de largo por 4 de ancho y con un salón con capacidad de 60 personas, salía a las 9 de la mañana y a las 3 de la tarde, regresando de Mexicaltzingo a México y tocando los mismos puntos intermedios a las 11 de la mañana y a las 5 de la tarde."

Bueno, pues allí tienen que el "moderno vapor" que surcaba las aguas del canal tardaba casi 2 horas en el trayecto de ida y 2 horas en el de vuelta, para un recorrido que incluía 5 destinos, salía de La Viga y su primera parada era en Santa Anita, después Iztacalco, San Juanico y finalmente Mexicaltzingo, un trayecto de aproximadamente 7 kilómetros en un solo sentido.
Con el tiempo se hicieron recorridos más largos que iban hasta Xochimilco y Chalco, según podrán ver en el mapa a continuación, que corresponde con la traza urbana de la Ciudad de México de los años 70's y sobre la cual se muestra superpuesta en color azul tanto la trayectoria del canal, como los lagos de Xochimilco y Chalco que todavía existían y estaban interconectados en la época a la que nos estamos refiriendo.


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El recorrido desde el embarcadero de La Viga hasta el poblado de Chalco representaba aproximadamente 32 kilómetros de distancia.
El espectáculo a las orillas del canal era excepcionalmente bello, pues tómese en cuenta que los puntos intermedios eran pequeños poblados, fuera del límite de la ciudad y que por esos años todavía conservaba su aspecto lacustre.

Para poder tener una idea actualizada de lo que hablamos, ya expliqué que el embarcadero era a la altura de Fray Servando, en ese punto desembocaba también un canal mas angosto que se llamaba de Roldán (todavía la calle así se llama) y venía prácticamente desde los linderos de La Merced, muy cerca del Zócalo y por el cual navegaban canoas, con todo tipo de alimentos y flores para abastecer el famoso mercado de El Parián en pleno centro.

El grabado que sigue corresponde al año de 1840 y es una obra de Casimiro Castro cuyo original permanece en el Museo de la Ciudad de México. Nos da una vívida imagen de lo que era el Embracadero de Roldán en pleno centro de la ciudad.
 


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Los otros puntos intermedios son, Santa Anita que todavía existe y cuyo cruce actual con la Calzada de La Viga es la Avenida Plutarco Elías Calles; Ixtacalco o Iztacalco, que existe y da nombre a una delegación del D.F., cuyo cruce con La Viga es a la altura de la calle de Tezontle; San Juanico, también existe aún como nombre de colonia o barrio y el cruce actual es más o menos a la altura de Río Churubusco (Circuito Interior) y Mexicaltzingo que parece que existe aún como nombre de calle y cuyo cruce con La Viga es la Avenida Ermita Ixtapalapa.

Así que, cuando circulen por el actual Eje Vial 2 Oriente en su tramo sur, recuerden que alguna vez fue el bello Paseo de La Viga por el que navegaban Vapores y que tocaban "tierra" en los puntos intermedios que he mencionado y que como dice el escrito de Barranco Chavarría:

"La cosa era llegar a las 10 en punto a la Garita de La Viga y ordenar de inmediato a los lacayos de librea, bajar de la carretela, calesa, carruaje o quitrina, las canastas con el pastel de codorniz, salchichones, alcachofas a la portuguesa, pavos trufados, pechugas marinadas, espárragos en salsa blanca, queso de gruyere, pasteles de tejocote, cabujones de almendras y pasas, huevos reales, dulces de leche de obispo..... y naturalmente algunas botellas de chato amargo, Chateau-Margaux y de rojo Burdeos...."
"A veces convenía también llevar alguna vihuela o violín, además de naipes, catalejos y abanicos de la China..."

No cabe duda que era toda una excursión y un gran paseo... Viejos tiempos...que no volverán

Una vez que hemos podido ubicar la zona de la actual Ciudad de México, por la cuál corría el Canal de La Viga, seguramente querrán saber que tipo de "vapores" eran los que surcaban dicho cauce.
En realidad se trataba de grandes barcazas, movidas por motores de vapor, al estilo de los que navegaban en los ríos europeos en aquellas épocas. Récuerdese que el México de entonces tenía una muy marcada influencia francesa.
El Paseo de La Viga era de los preferidos de aquel entonces y concurrir allí en Viernes de Dolores era muy tradicional. El costo del pasaje a Santa Anita o Ixtacalco en 1853 era de 2 reales y hasta San Juanico y Mexicaltzingo era de 3 reales.
Estas tarifas correspondían al servicio dentro del salón cubierto del navío, pero si alguien deseaba viajar en el lanchón de remolque y al descubierto entonces le costaba la mitad.

A continuación se muestra una litografía de 1870, una obra más del gran Casimiro Castro que logró dejar plasmada esta bella imagen obtenida desde las alturas en un globo aerostático, en él se aprecia con claridad como eran estos navíos propulsados a vapor. El original de esta obra se encuentra en el Museo de la Ciudad de México.
 


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Es interesante observar el increíble paisaje campirano que se podía disfrutar en ambos lados del canal y la enorme cantidad de "pinillos" (clásicos de Xochimilco, según entiendo denominados "ahuejotes") que había entonces. Seguramente el sueño actual de cualquier verde-ecologista de los de verdad.
El paisaje mostrado corresponde al embarcadero de Iztacalco y pueden apreciar uno de los puentes, que servía de acceso a la Iglesia del pueblo. Se aprecia también que el puente había sido necesario elevarlo lo suficiente, para dar paso a  la mencionada embarcación de vapor.

Considerando que a mediados del siglo XIX todos los medios de transporte dentro de la ciudad eran a base de tracción animal, el barco de vapor resultaba ser una alternativa de transporte bastante atractiva y viable.
El servicio de vapores que se inició en 1850, perduró casi hasta el final del siglo XIX, pero poco a poco fue perdiendo impulso y de manera fundamental por dos razones.

La primera que los ferrocarriles de la época, impulsados por locomotoras de vapor aumentaron su presencia en la fisonomía de la ciudad y eran además mas rápidos y eficientes y la segunda que las obras del desagüe que se terminaron también al fin de siglo (Gran Canal del Desagüe) para dar solución al gravísimo problema de las inundaciones en la ciudad, contemplaban la desaparición paulatina del canal de La Viga.

Como un dato curioso reproduzco una invitación de 1890 en la que se anunciaba pomposamente el inicio del servicio de vapores entre México y Chalco mediante un espléndido banquete al que acudiría Don Porfirio y miembros de su gabinete. Allí se puede apreciar otro estilo de barco, siendo la del frente la unidad de tracción y la de atrás el compartimento para pasajeros.


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Años más tarde, a principios del siglo XX, el Paseo de La Viga dejó de ser surcado por los pequeños barcos de vapor, pero conservó por un buen tiempo su atractivo como lugar de paseo en lanchas y trajineras sobre todo en Semana Santa, con la siempre tradicional conmemoración del Viernes de Dolores y también con la elección anual de la Flor más Bella del Ejido en el barrio de Santa Anita.

Esta fotografía fue tomada a principios de siglo por el artista alemán, naturalizado mexicano en 1951, Hugo Brehme (1882-1954), y publicada en su libro México Pintoresco (1923).


Finalmente para el año de 1921, las autoridades decidieron desaparecer totalmente el cauce del canal y darle paso a la selva de cemento y asfalto característica de la gran ciudad capital. Un dato curioso es que por esas fechas al inaugurarse la nueva Avenida de La Viga, los famosos Indios Verdes permanecieron en el mismo sitio que ocupaban al inicio del paseo de la Viga desde 1901, después de que fueron desplazados del sitio de honor que ocupaban al inicio del Paseo de la Reforma.

En la siguiente y última foto se muestran claramente, tanto los Indios Verdes, como las obras de pavimentación y de electrificación para la línea de tranvías, que acabaría substituyendo aquellos nostálgicos barquitos de vapor que alguna vez surcaron nuestra ciudad capital.

Cuando supe por primera ocasión que alguna vez navegaron barcos de vapor por nuestra gran ciudad capital me causó gran sorpresa y asombro, ojalá que alguno de ustedes que lea este articulo le resulte tan interesante como a mi me pareció.
VISION DE LA GRAN TENOCHTITLAN
EL ENCUENTRO DE CORTES Y MOCTEZUMA
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EL CENTRO CEREMONIAL Y COMERCIAL DE TLATELOLCO
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Última revisión: Martes, 12 Octubre 2004.