En el centro del burbujeante e hirviente lago, se alza una
isla natural de piedra. Pulida a lo largo del tiempo hasta adquirir una forma lisa
y redondeada por las impetuosas aguas, ahora sostiene una orgullosa y regia
estructura: la Vieja Posada Kartakana. La perpetua niebla de las aguas del lago
flota pesadamente alrededor de la posada, dando al lugar un aspecto casi
sobrenatural.
Festín de Goblyns
capítulo 11
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