NOCTURNO
Ya es de noche. Ya no puedo
seguir hablándote. Basta.
No hay corazón. Suena el mar.
Mi sangre de un golpe calla.
Una música me abre
sus mil alas y secretos;
una música me puebla
y ya casi no me siento.
Ya no siento la maciza
presencia que llamo cuerpo.
Siento el mar, tan sólo el mar,
ese mar siempre latiendo.
No, ya no puedo, no puedo
escuchar mi sentimiento
hablarte como si fuera
yo, y no la noche, quien tiembla.
*(De "OBJETOS POÉTICOS", 1948).
LEER A CELAYA:
Es el poeta de su generación con más cuantiosa y nutrida obra,
lo cual da clara idea de la vida lírica del autor. Fiel a su propia franqueza, el poeta se entrega íntegro, con la carga de pasiones
de que es capaz su desbordante y desbordada sensibilidad. Y si a veces escribe sin eufemismos, "las cosas
como son", llevado de la mano de Juan de Lenceta, que "se atreve a decir lo que a mí me avergonzaría
pensar", la delicadeza del romántico Celaya sale a suavizar tanta realidad desnuda con una frase tierna o
una bella imagen; o el intelectual Rafael Múgica porta en momento oportuno un profundo pensamiento,
una aguda reflexión.
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