NADA MÁS
El aire de los chopos
y vuelvo a recordar.
En un día de marzo
te fuíste. Nada más.
Una sonrisa tuya
o un gesto. Claridad
como la de tus ojos
no he visto. Nada más.
Luego días de ira
dolor y adversidad.
Y en medio de la noche
tu estrella. Nada más.
Por su fulgor perenne
contra la eternidad
te ofrezco unas palabras
de amor. Y nada más.
*(De "Final de un adiós").
El POETA: José Agustin Goytisolo
El hecho dramático de la muerte de su madre, víctima
de un bombardeo durante la guerra civil, afectó especialmente a José Agustín, que puso a su
hija el nombre de la madre perdida, y que en uno de sus más célebres poemas,
"Palabras para Julia", une voluntariamente, en amor y deseo, a las dos mujeres.
En 1993, en el tomo "Elegías a Julia Gay" reunió todos los poemas de tema materno, principal
en su primer libro, "El retorno" (1955) y en otro, muy posterior, en que pretendía cerrar esa
vieja y fecunda herida, "Final de un adiós" (1984).
Ganó el Premio Adonais en 1954, el Boscán -entonces muy renombrado- en 1956 con "Salmos
al viento" (uno de sus libros más significativos), y en 1959 el Ausias March, con "Claridad".
Aunque en 1961 José Agustín es el primero en reunir su obra publicada en el tomo "Años
decisivos", será también el primero en entrar en una cierta crisis creativa -de la que saldrá
con "Algo sucede", en 1968- relacionada con la validez de la poesía social como arma política,
y aún con el tema -tan generacional- de poesía como conocimiento frente a poesía como
comunicación. Todavía le quedan a Goytisolo grandes libros por delante. Así Bajo tolerancia
(1973), Taller de Arquitectura (1977), Del tiempo y del olvido (1980) o Como los trenes de la
noche (1994). Pero es verdad que otros poetas de su generación (Gil de Biedma, Valente,
Brines, Claudio Rodríguez, Angel González) empiezan a preponderar y él resulta menos preeminente.
Su último libro de versos, "Cuadernos de El Escorial", salió a fines de 1995. Tuvo una
importantísima labor como traductor de poesía.
Bebedor, fumador, vitalista, hombre de la vida como libertad y como exceso, tuvo al
final de su vida inumerables depresiones. José Agustín Goytisolo se suicidó el 19 de marzo
de 1999 arrojándose al vacío desde el balcón de su casa.
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