LA PEQUEÑA LUZ
La pequeña luz
de los colibríes
en las ramas
del amanecer.
Bebían la flor, bebían
su naturaleza en ella.
Y la flor despertaba, súbita
en el aire,
encendida,
incendiada, embebida de alas.
*(De "AL DIOS DEL LUGAR", 1935).
LEER A VALENTE:
El poeta ha ido orientando lenta pero incesantemente su labor
de creación hacia una implacable desconstrucción de los lenguajes artificiosos y profundizando siempre más
en la meditación sobre las relaciones entre el fenómeno poético y el místico. El lector atento de
Valente podría ir desvelando en la evolución de su obra una teoría de la escritura poética en la
que el lenguaje va apareciendo, siempre con mayor evidencia, no ya como instrumento, sino como "el
lugar en que se manifiesta la divinidad".
|
|