LEER A:

Juan Ramón Jiménez

Premio Nobel
MOGUER - 1881


ARTE y POESÍA  

Caricatura del escritor.


EL VIAJE DEFINITIVO

  ...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

  Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

  Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostáljico...

  Y yo me iré, y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.

LEER A JUAN RAMÓN:

  "La blanca maravilla de mi pueblo guardó mi infancia en una casa vieja de grandes salones y verdes patios. De estos dulces años recuerdo bien que jugaba poco y que era gran amigo de la soledad; las solemnidades, las visitas, las iglesias me daban miedo. Mi mayor placer era hacer campitos y pasearme en el jardín, por las tardes, cuando volvía de la escuela y el cielo estaba rosa y lleno de aviones".
   Los recuerdos infantiles acompañarán a Juan Ramón a lo largo de toda su existencia, y en ellos ya encontramos las raíces de su carácter, más contemplativo que activo; su tendencia a la soledad; su amor por lo sencillo. Estas primeras experiencias estéticas -luces y colores, olores y sonidos- afluyen una y otra vez en sus recuerdos posteriores.


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