Nació en Sopeña
(Cabuérniga), el 23 de enero de 1898 y murió en Santander, el 1 de enero de 1938. De
adolescente se traslada con su familia a Santander, pero esto supuso para él un desarraigo
del mundo rural y una introducción en un ambiente urbano, desconocido y hostil, que le brindaba
penalidades y un destino incierto. El rechazo de este medio y la vuelta y apego al de su
infancia se hará una constante en su vida y en los temas de su obra literaria. Ejerció de
maestro, sin titulación, desarrollando así su vocación pedagógica que, junto a su formación
autodidacta, van perfilando sus afanes de escritor. Publicó sus artículos en diversas revistas
y diarios. Ganó el concurso del Ateneo de Santander. Su afición por los temas folclóricos iba
en aumento y recorrerá con el cuadro folclórico La Jila varias ciudades españolas,
representando estampas naturalistas. Su calidad literaria también crecía y dejó a su muerte
obras en preparación, hoy perdidas. Se le considera como un poeta en prosa
de primerísimo rango.
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