HOJAS MARCHITAS
Las rosas en sus troncos se secaron,
los lirios blancos en su tallo erguidos
secáronse también,
y airado el viento arrebató sus hojas,
arrebató sus hojas perfumadas
que nunca más veré.
Otras rosas después y otros jardines
con lirios blancos en su tallo erguidos
he visto florecer;
mas ya cansados de llorar mis ojos,
en vez de llanto en ellos, derramaron
gotas de amarga hiel.
*(De "POEMAS SUELTOS").
LEER A ROSALÍA:
Muchas veces, en sus obras, se había referido a la tentación de
buscar refugio en el mar. El mar está enamorado de ella -nos dice- y confiesa que ella también lo está de él
y que al final los dos se saldrán con su empeño. No era un tópico literario, era una vivencia auténtica
que reaparece en el momento final de su vida. Desde las ventanas de su casa de Padrón no puede verse el
mar; está muy lejos. Pero Rosalía se siente cerca de él, del mar adonde van a dar los ríos de la vida,
del mar de la muerte, y pide que abran la ventana para cumplir su viejo sueño de descansar para siempre en él.
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