"Eran gente joven y aun muy joven, con la sola excepción, en cuanto a la edad,
de un señor que parecía presidir, impávido, aquella suerte de micro-asamblea un algo
libertaria, y cuya autoridad tener asiento en su buen sentido -poco de uso entonces-,
en su inalterable buen humor y en aquello que, sobre todo, se fundaba su desinteresada
soberanía. Un sabor sabroso, no masticado en las aulas de la repetición, que aparecía
como sentir entusiasta de lo visto, de lo leído y que, cuando años más tarde tuvo cátedra,
le valió la adhesión y el respeto de sus alumnos."
("Inolvidable Ricardo", Julio Maruri, 1921).-
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