|
BIOGRAF�A:
Nace en Bombay (India) el 30 de diciembre de 1865. Tras pasar su infancia en Italia,
es enviado a Inglaterra para realizar sus estudios. De regreso a la India, en 1882, Kipling
colabora en la Lahore Civil and Military Gazette y, despu�s, en Pioneer (1887-1889).
Emprende entonces largos viajes y se casa en 1892 con Caroline Storr Balestier.
Se establece con su mujer en Vermont donde residir�n durante cuatro a�os.
En 1896, Rudyard Kipling regresa a Inglaterra para establecerse definitivamente
en un pueblo de Surrey. En 1907 recibe el Premio Nobel. Muere en Londres el 18 de enero
de 1936.
|
OBRAS:
A los 21 a�os publica su primer volumen de
poes�as Departmental Ditties (1886), despu�s, al a�o siguiente,
su primer libro de relatos, Cuentos de las colinas (1887), que pronto ser� seguido
de otros seis. En el escenario de la vida india, visto desde el punto de vista de un ingl�s,
cuenta estos relatos empleando una lengua directa y vigorosa que sazona con el argot empleado
por el ej�rcito de la India.
Tras agrupar, bajo el t�tulo D'un mer � l'autre (1889) correspondencias
datadas en Jap�n y en Estados Unidos, Kipling emprende una nueva serie de relatos indios
con Handicap de la vie (1891). Pero, seducido por la idea de escribir una novela, se
interna en este g�nero con La Lumi�re qui s'�teint en 1891. Los escritos de este
momento son reflejo de la influencia americana : El Libro de la Selva (1894),
El Segundo Libro de la Selva (1895), Capitaine courageux (1897). El primer
y el segundo Libro de la Selva abren el ciclo de obras que Kipling dedica a los j�venes:
Les Histoires comme �a pour les petits (1902), Puck, lutin de la colline (1906), Retour de
Puck (1910).
Kipling figura entre los principales escritores de relatos ingleses. Como
poeta destaca por sus versos escritos en la jerga habitual de los soldados brit�nicos.
Su literatura gira siempre en torno a tres ejes: el patriotismo, el deber de los ingleses
de llevar una vida de intensa actividad y el destino de Inglaterra, llamada a ser un gran
imperio. Su insistencia en este �ltimo aspecto era sin duda un eco del pasado victoriano y
perjudic� gravemente su reputaci�n como escritor en los a�os posteriores a
la I Guerra Mundial.
|