Desde hace bastantes años, en tertulias de amigos y
vecinos, en tardes festivas de los pueblos y en los corros de hogar de su entorno, después
de las tareas rituales de los oficios religiosos, despachando
animadamente en tratos y proyectos, mi padre ha ido consiguiendo victorias,
premios y trofeos que a muchos nos dejaría admirados por su habilidad y maestría
en tan nobles artes como las de discernir, dirimir, y desenvolver todo el
potencial que el negocio de voluntades, relaciones e intereses humanos es capaz de
desarrollar. La recompensa, bien merecida, a toda esta actividad se refleja en esta
pequeña muestra de su personal colección. |