Xul Solar
Los temas esotericos en su pintura
Los Signos zodiacales
por Ana Zetina y Elsa Rolla
ANA ZETINA: Profesora de Filosofía (UBA). Directora de «Anfitrite»: Escuela de Mitología y Simbología. Co-autora de «El Saber del Mito» - Ed. Claridad.ELSA ROLLA: Profesora de Bellas Artes, egresada de la Escuela Nacional P. Pueyrredón. Investigadora en Simbología. Autora de diversas publicaciones sobre el tema.
Para un artista simbólico como
Xul Solar, el interés por las
religiones, la astrología, la cábala y el tarot es obvio, puesto que son lenguajes por excelencia y exclusivamente análogo-simbólicos.
El símbolo abarca todos los aspectos y órdenes de la existencia, es totalizador y justamente el arquetipo Neptuniano -tan poderoso en Xul- conduce a la percepción totalizadora. Por ello el símbolo se comporta como su mejor y eterno medio. Para una mente como la de Xul que se introdujo en el misterio de la Unidad, era lógico arribar al misticismo dado que este misterio lleva inevitablemente a la fraternidad universal.
La gran aventura de Xul, un verdadero iniciado surgido natural y solitariamente en pos del conocimiento esencial, lo puso en la necesidad de utilizar la pintura como elemento de comunicación ya que posibilita que las imágenes se transformen en símbolos que transmiten contenidos espirituales. Y así nacieron las obras de Xul donde toma como tema los sistemas simbólicos que narran la experiencia evolutiva humana, como lo son: EL ZODÍACO, EL ÁRBOL CABALÍSTICO Y EL TAROT.
A partir de 1930 Xul comienza a introducirse cada vez más en los temas esotéricos pero en la década de los 50, específicamente entre el 51 y el 54, es donde aparecen estas maravillosas creaciones suyas.
En esta entrega nos dedicaremos a sus Signos Zodiacales, dejando para la próxima el Tarot y los Árboles Cabalísticos.
EL ZODIACO DE XUL SOLAR
Las obras más importantes sobre el Zodíaco que Xul realiza son del año 1953: “Zodíaco” -que es la que tomamos fundamentalmente para su análisis por ser la principal y última versión-, más “Signos Zodiacales Impares” y “Signos Zodiacales Pares”, basadas en la misma interpretación de «Zodíaco».
También existen acerca de temas astrológicos y expuestos en su Museo: “Máscaras Planetarias” y “Marte y Saturno” del mismo año citado, además de “Planetas y Regentes” de 1955. Anteriores, y que se puedan tomar como posibles antecedentes de su más completo “Zodíaco”, son “Zodíaco Titi” y “Zodíaco” de 1949 y los retratos-horóspocos de varias personalidades como el de “Miguel Angel Asturias” de 1952.
El origen de sus peculiares Signos Zodiacales parece haber sido el proyecto de una obra de marionetas, donde los personajes que representan los Signos jugaban un “Teatro del Destino”. Nos esforzaremos en comprender su interpretación astrológica, aproximándonos a lo que nos quiso decir.
Primeramente señalaremos algunos puntos que diferencian la concepción de este Zodíaco del Zodíaco tradicional:* No guarda la forma circular, sino por el contrario, la obra completa esta concebida en un eje lineal horizontal. En este eje podemos distinguir un ritmo zigzageante, que conforma dos niveles: uno superior y otro inferior.
En la zona superior coloca a los Signos Impares u opuestos-complementarios de Aire y Fuego: Géminis, Aries, Acuario, Sagitario, Libra y Leo. Las figuras que los representan son -con excepción de Acuario- altas y delgadas, respondiendo a lo esencial de estos Elementos que hacen referencia a la mente y al espíritu respectivamente.
En la zona inferior ubica a los Signos Pares u opuestos-complementarios de Tierra y Agua: Tauro, Piscis, Capricornio, Escorpio, Virgo y Cáncer. Estas figuras -con excepción de Escorpio- son pequeñas o bajas, puesto que éstos se refieren al plano físico, lo material y estable y a las honduras de lo psíquico y emocional.
Es notorio el interés que Xul tenía en agrupar los Signos en Pares e Impares, ya que en las otras dos bellísimas obras sobre ésta versión los Signos, así los presentó.
* No respeta el orden del Zodíaco ni los designa con los sigilos (1) y números tradicionales. Pero es importante destacar que este otro orden de los Signos no modifica en nada la alternancia de los Elementos y los Signos que son pares o impares: el cambio sólo radica en que los tres cuadrantes comienzan con el Elemento Aire siguiendo con la Tierra, el Fuego y el Agua en lugar de ser Fuego, Tierra, Aire y Agua como lo es en el Zodíaco tradicional (y recordemos que en éste último, el orden de los Signos es el siguiente:1- Aries, 2- Tauro, 3- Géminis, 4- Cáncer, 5- Leo, 6- Virgo, 7- Libra, 8- Escorpio, 9- Sagitario, 10- Capricornio, 11- Acuario, 12- Piscis). Todos los sigilos y números están rodeados con el color predominante en cada una de las figuras.
* Una línea de horizonte los sostiene, excepto dos que tienen otros puntos de apoyo: Tauro y Acuario; y dos que surgen de un plano no visible: Escorpio y Leo.
* La perspectiva que Xul utiliza es la típica Oriental, llamada de “planos rebatidos”. No obstante en la configuración de esta galería de Signos, el espacio es ambigüo: resulta tan común a todos, como individual o propio de cada uno, teniendo bien identificado su hábitat, al mismo tiempo que no se pierde la unidad del conjunto.
* Las misteriosas criaturas que simbolizan cada una de las fases de su Zodíaco son eclécticas.
Están inspiradas en la cultura Egipcia, en el arte Indígena o Precolombino y en el arte Primitivo y en sus «visiones», tal como él las denominaba; expresando con esta integración de enfoques su cosntante mirada «unificadora». Son tan ricas en detalles que exigen, de parte del espectador, mucha atención y tiempo de observación.
También son todas antropo mórficas, estableciendo así una continuidad con todos los ámbitos de la naturaleza y sus miradas -con excepción de Aries, Piscis y Capricornio- se concentran en los ojos del espectador, planteando un diálogo o haciéndole sentir la participación que tienen en sus vidas. Se los siente, verdaderamente, como a dioses preceptores.
Los Signos que tienen rostros muy humanos como el de Tauro, Capricornio, Sagitario, Libra, Virgo y Leo resultan tan «personales» que parecen sugerir «retratos». Quizá Xul se basó en rostros de personas que conocía, y que correspondían a esos Signos Zodiacales. Los demás «personajes-signos» como Géminis, Aries, Piscis, Acuario, Escorpio y Cáncer, si bien son muy animales tienen igualmente un rostro caricaturesco, es decir, guardan rasgos humanos como de «alguien» bien determinado. Hombres y mujeres que Xul trató en su entorno, tal vez le sirvieron de modelo o ejemplo.
* La gama de colores utilizados es en general de suaves pasteles. Con un amarillo-dorado predominante más unos pardos, terracotas, tierras, verdes y apenas un poco de azul, Xul logra dar a la exhibición una uniforme atmósfera irreal y etérea. Lo hace como una luz coloreada ondulante que pasa iluminándolos desde Géminis hasta Piscis predominantemente con la gama parda rojiza, luego transformándose suavemente desde Piscis hasta Sagitario en amarilla radiante y desde Escorpio a Cáncer se torna más oscura con la aparición de los verdes y azules hasta terminar otra vez en el terracota inicial.
GEMINIS
Posiblemente Xul concibió como primero (2) a este tercer Signo Zodiacal -y pensándolo como número cero no lo enumeró- porque Géminis corresponde a la matriz arquetípica de lo mental: su Regente es Mercurio en el campo aéreo. Remite al pensamiento y al lenguaje en todas sus formas o expresiones: oral, escrita, gestual, artística, simbólica, matemática, etc., y a la vinculación, la actividad y el juego. Con este comienzo Xul invierte el punto de vista que afirma que en primer lugar hay un plano de materialidad y que a partir de su contemplación se desarrolla la idea y la palabra. Por el contrario, prioriza la Idea como lo inmediato, la que va a materializarse en la fase siguiente correspondiente a Tauro: el piso, suelo o el ámbito de la manifestación, tal cual lo expresa el Kybalion.
Hoy día ya se manejan abiertamente los «Regentes Esotéricos» y se sabe que en Aries, el primer Signo del Zodíaco tradicional, es justamente Mercurio, por lo cual Xul no erró en sentir a éste Signo regido por Mercurio como el primero de su Zodíaco.
El personaje que lo simboliza tiene la cabeza dividida hasta la boca. La división alude a la dualidad que expone Géminis. Esta cabeza está abierta y de ella salen letras, números y como una vibración representadas por muchos puntos que simbolizan la actividad mental Geminiana. Todo este caudal también se desprende de sus manos correspondiendo éstas, desde el enfoque astrológico del cuerpo humano, a la zona correspondiente a Géminis. El rostro, de ojos despiertos, atentos y ávidos por conocer, es joven -Géminis evoca la niñez y lo jovial- y de sexualidad ambigua ya que podría tratarse de un joven o una mujer.
Su cuerpo ubicado en posición frontal, está formado por unos pulmones -Géminis también rige el aparto respiratorio- llenos de ojos que simbolizan su inagotable curiosidad y sus múltiples indagaciones.
Dos finas y altas piernas como tráqueas completan el cuerpo; terminando en los pies que son iguales a las manos: de largos dedos para insinuar los desplazamientos, la rapidez y la habilidad, patrimonio de Géminis.
Parado sobre la línea de horizonte, casi apenas toca el piso con las puntas de los dedos, insinuando la elevación propia del plano mental.
Debajo se visualiza el sigilo, que si bien parece ser de su creación, podría entenderse como la síntesis de las dos figuras humanas que representan a Géminis: las dos cabezas colocadas en forma opuesta y enlazadas, formando una totalidad surgida de la dualidad o viceversa, la dualidad desprendiéndose de la unidad. Igualmente, la base del sigilo clásico (II) se puede observar perfectamente.
TAURO
Xul creó para este Signo a una criatura de enorme cabeza en posición frontal, con grandes ojos cuya mirada aparece asombrada o deslumbrada ante la multiplicidad sensorial, ámbito que pertenece a Tauro.
Sus orejas y sus pies son Taurinos. El cuerpo, que parece ser sólo un grueso cuello -zona que rige Tauro-, está cubierto por una capa verde aludiendo a Venus, el planeta Regente de Tauro en el campo terrestre y por ende, a la fertilidad y belleza del mundo natural.
Sostiene en su mano derecha una copa que parece formar parte de la mano misma, con una posición rígida, con reminiscencias orientales. La copa, en toda su diversidad de matices aún hasta el cáliz y el Santo Grial, es el símbolo receptivo por excelencia. La recepción o contención son características del Signo de Tauro, de ahí, su fuerte cornamenta en forma de media Luna, abierta hacia arriba, reafirmando el significado ya expresado con la copa. El hecho de estar como “al beber” del recipiente, también hace referencia a los placeres sensuales de Tauro.
Pisa firme y totalmente el suelo, por lo cual la línea de horizonte se halla por detrás. Esta ubicación acentúa su pertenencia al plano terreno, reafirmándose con la citada vara o bastón de madera que apoya en la Tierra, Elemento al que Tauro responde y que sostienen con su mano izquierda, cuyos dedos, significativamente tocan la línea de horizonte.
La vestimenta es un taparrabo a la usanza indígena (en su obra “Signos Zodiacales Pares” (3), Tauro directamente es un rostro indígena cornamentado y con corona de ladrillos), aludiendo a la íntima ligazón con la naturaleza y al valor que se otorga a lo corporal en este Signo. La forma cuadrada de todo el cuerpo y la sensación de pesadez que transmite, además de sus tonos amarronados y carnosos hacen referencia al mundo de la materia y a la relación de la humanidad con éste, que simboliza Tauro.
Por encima y como por detrás de la cabeza aparece sugerida una pared de ladrillos, motivo elocuente acerca de la solidez y el materialismo propios de Tauro. Más arriba, se lee su número dos correspondiente a su ubicación y el sigilo de Tauro (_), manteniendo a ambos sin cambios con respecto al Zodíaco tradicional.ARIES
La figura que representa a este Signo tiene la cabeza del dios Anubis egipcio perro o chacal-. Lleva una lanza en posición vertical y cercana a la tierra, en la mano izquierda y un sable curvo en su mano derecha en actitud de ataque.
Sólo tiene cubierta la parle superior de su cuerpo humano pero desnudas sus tres piernas que están en acción. Ya sea, en e! impulso inicial, en e1 avance mismo o en marcha, dado que están marcando un paso, esas posiciones definen lo esencial del Signo de Aries. La vestimenta que cubre sólo 1a parle superior parece ser el peto de malla o tejido metálico de las armaduras medievales, es decir una indumentaria de guerra.
L a desnudez del cuerpo en su parte inferior alude a la preeminencia del deseo, otra faceta de Aries. Su postura, siguiendo el estilo egipcio, es de perfil mirando hacia la derecha o a Géminis - comienzo del proceso- siendo la única figura en esta posición.
Su rostro tiene el seño muv marcado, con expresión de enojo o fiereza. Sus orejas firmes, indican un estado de suma tensión y se unifican con el tocado formando un tieso triángulo. Esta figura geométrica da forma a toda la criatura y se reitera en la punta de la lanza, en 1a forma de la cola, del hocico y en las llamas rojizas que a modo de montañas, bosquejan el fondo. La cola, a su vez como vestigio animal, alude a 10 instintivo, por lo cual está bien resaltada por e1 color que se hace más intenso.
El color predominante es el rojo, color de1 Fuego -Elemento de Aries- y de la sangre, complementado con el carnoso y el gris oscuro, casi negro que conforman una tonalidad agresiva, bien acorde al Signo.
Las armas punzantes y filosas definen la fuerza Marciana -Marte es e1 Regente de Aries- haciendo más presente aún, el ánimo aguerrido, violento y a veces hasta destructivo de este arquetipo.
El número que Xul le asignó a este primer Signo Zodiacal es el tres. Por ser éste el número de la puesta en movimiento y el que obliga a irrumpir más allá de la relación estable que tiene lugar entre el uno y el dos puede asociarse con Aries, es decir, surge en la mente la creación, se materializa y comienza su actividad. El sigilo de Aires (^), también en este caso, lo conservó sin variantes.PISCI.S:
La recreacìón que Xul hizo del Signo de Piscis es brillante. El Signo tradicional consta de dos peces colocados en opuestas direcciones y unidos por un cordón que va de boca a boca. .kül ha
hecho do,s peces en forma vertical y con un rostro humano. Uno mira hacia adelante y el otro hacia atrás y por detrás del primero. Pero el efecto visual que producen es de estar unidos, al quedar 1os dos ojos a la misma altura y con la nariz y boca del primero formar una única cara con posición semifrontal. En la obra "Signo,s Zodiacales Pares" (idem 3) se puede observar esa conjunción con mucha más claridad.
La mirada y la boca expresan la incertidumbre o melancolía por el reino perdido, la expectación por la búsqueda y el anhelo del retorno a la unidad, propias de Pisci.s.
Su aspecto total habla de un ser sensible y compasivo -virtudes Piscianas-, y la mirada de sus grandes ojos, ,se muestra perdida en los vuelos imaginativos, o complacida en la ensoñación, estados metamente Pi,scianos.
Gas aletas inferiores forman 1os enormes pies -zona atribuida a Piscis- y las superiores como una cabellera o tocado. También esta figurilla, apenas se apoya en la línea de horizonte con la punta de sus manos-pies.
F.1 color que le corresponde es un celeste-lila, como lo son los reinos oceánicos de Piscis. Arriba se observan IasAguas-Elemento de Piscis- y el Signo de su antiguo Regente Júpiter, que al tiempo es el número cuatro de su ubicación, como conclusión o final del proceso del primer cuadrante.
Las olas, que tienen movimiento y son oscuras simbolizan el subeonscienie y su inmensidad -área de dominio de Piscis-. También evocan la profundidad y la infinitud en que puede nadar éste pequeño pez en las cuestiones del alma. Recordemos que Poseidón o Neptuno -actual Regente de Piscis- es e1 dios de las aguas. Las formas de sus escamas acompañan los movimientos curvos del agua.
Abajo colocó el sigilo de Piscis (~f) en forma simplificada, ya que obvió e1 lazo que unifica los dos medios círculos opuesto.s, que simbolizan todas las dualidades de la vida.
ACUAIUO:
~ul determinó una críatura mezcla de elefante y hombre para simbolizar a Acuario. Mientras que para la mirada occidental el elefante está asociado a la pesadez y aún a la torpeza, para las
culturas de Asia está inmediatamente referido a ta fuerza regia. Es 1a montura de los reyes y, en primer lugar, de Indra, el rey cele,ste, el primero y más grande de los dioses védicos.
Esta estrecha relación entre la simbología del elefante y la del rey puede interpretarse, desde el Zodíaco, como la polaridad Leo Acuario. La individualidad, como presencia única, se completa o complementa con otro momento de la conciencia que prioriza lo colectivo yJraternat
En e1 budismo, el elefante desempeña un papel angélico, siendo el instrumento de la acción y bendición de1 cielo. Los ángeles, seres dotados de un cuerpo etéreo o aéreo, son las figuras de Acuario.
El elefante también es simbolo de lo inmutable, de lo que permanece y no cambia. En este aspecto está índmamente ligado al arquetipo de Acuario, el cual alude a la ruptura de la forma, tal como ésta se nos
aparece en el mundo cambiante de 1as manifestaciones o apariencias. Y, en efecto, pareciera que está apoyado sobre 1a esfera celeste. También, en la antigüedad, el elefante era considerado como lo exótico y extranjero, ya que provenía de extrañas tierras, respondiendo a la condición de ácferente propia de lo Acuariano. Recordemos que e1 planeta Regente de Acuario es Urano.
La figura tiene postura y brazos humanos. Éstos son casi femenino.s. En ella se asocian dos matices opuestos: la pesadez y la ligereZa o delicadeza, haciendo referencia a toda la gama de oposiciones ya reunificadas en Acuario. En la India, el dios Ganesha tiene cabeza de elefante: el macrocosmo y ta no manifestación, y cuerpo de hombre: el microcosmos y la manifestación.
Con la mano izquierda sostiene un collar de cuentas, similar a los que utilizan los hinduístas para el rezo de los mantras. El collar, por ser una serie de cuentas enlazadas en una única cuerda circular, indica un grado de ordenamiento e integración de elementos diversos. AI tenerla en la mano, la figura indica que en esta fase, ya se está en contacto con este patrón que agrupa formas diversas, pero en niveles correspondientes. Con la mano derecha parece estar efectuando el movimiento que acompaña a la emisión de1 "OM", sonido referente a la manifestación, símbolo justamente de Ganesha.
Los colmillos son pequeños, como los de un animal de menor tamaño, v están orientados hacia adentro, es decir, que no necesita utilizarlos para la defensa.
La vestimenta semeja una toga o hábito de monje, de tela rústica y humilde. Todos éstos detalles evocan a un personaje religioso o de condición espiritual elevada.
El fondo también destaca el Elemento Aire, atribuido a Acuario, mediante nubes que flotan sobre su cabeza. La claridad det amarillo subráya lo etéreo y sutil de este signo.
Al ocupar el quinto lugar, inicia el segundo cuadrante pero en un nivel superior, manteniendo el mismo ciclo: Aire, Tierra, Fuego yAgua.
El sigilo de Acuario (~ ) está disimulado con las ondas que aparecen en la esfera que pisa el elefante y en e1 centro de su frente (en la versión que realiza en "Signos Zodiacales Impares" (ídem 3) se distingue nitidamente).
ACUARIO:
X
ul determinó una criatura mezcla de elefante y hombre para simbolizar a Acuario. Mientras que para la mirada occidental el elefante está asociado a la pesadez y aún a la torpeza, para las culturas de Asia está inmediatamente referido a la fuerza regia. Es la montura de los reyes y, en primer lugar, de Indra, el rey celeste, el primero y más grande de los dioses védicos.
Esta estrecha relación entre la simbología del elefante y la del rey puede interpretarse, desde el Zodíaco, como la polaridad Leo-Acuario. La individualidad, como presencia única, se completa o complementa con otro momento de la conciencia que prioriza lo colectivo y fraternal.
En el budismo, el elefante desempeña un papel angélico, siendo el instrumento de la acción y bendición del cielo. Los ángeles, seres dotados de un cuerpo etéreo o aéreo, son las figuras de Acuario.
El elefante también es símbolo de lo inmutable, de lo que permanece y no cambia. En este aspecto está íntimamente ligado al arquetipo de Acuario, el cual alude a la ruptura de la forma, tal como ésta se nos aparece en el mundo cambiante de las manifestaciones o apariencias. Y, en efecto, pareciera que está apoyado sobre la esfera celeste. También, en la antigüedad, el elefante era considerado como lo exótico y extranjero, ya que provenía de extrañas tierras, respondiendo a la condición de diferente propia de lo Acuariano. Recordemos que el planeta Regente de Acuario es Urano.
La figura tiene postura y brazos humanos. Éstos son casi femeninos. En ella se asocian dos matices opuestos: la pesadez y la ligereza o delicadeza, haciendo referencia a toda la gama de oposiciones ya reunificadas en Acuario. En la India, el dios Ganesha tiene cabeza de elefante: el macrocosmo y la no manifestación, y cuerpo de hombre: el microcosmos y la manifestación.
Con la mano izquierda sostiene un collar de cuentas, similar a los que utilizan los hinduístas para el rezo de los mantras. El collar, por ser una serie de cuentas enlazadas en una única cuerda circular, indica un grado de ordenamiento e integración de elementos diversos. Al tenerla en la mano, la figura indica que en esta fase, ya se está en contacto con este patrón que agrupa formas diversas, pero en niveles correspondientes. Con la mano derecha parece estar efectuando el movimiento que acompaña a la emisión del “OM”, sonido referente a la manifestación, símbolo justamente de Ganesha.
Los colmillos son pequeños, como los de un animal de menor tamaño, y están orientados hacia adentro, es decir, que no necesita utilizarlos para la defensa.
La vestimenta semeja una toga o hábito de monje, de tela rústica y humilde. Todos éstos detalles evocan a un personaje religioso o de condición espiritual elevada.
El fondo también destaca el Elemento Aire, atribuido a Acuario, mediante nubes que flotan sobre su cabeza. La claridad del amarillo subraya lo etéreo y sutil de este signo.
Al ocupar el quinto lugar, inicia el segundo cuadrante pero en un nivel superior, manteniendo el mismo ciclo: Aire, Tierra, Fuego y Agua.
El sigilo de Acuario (? ) está disimulado con las ondas que aparecen en la esfera que pisa el elefante y en el centro de su frente (en la versión que realiza en "Signos Zodiacales Impares" (ídem 3) se distingue nítidamente).
CAPRICORNIO:
L
a figura semeja un hombrecillo-fauno. Es de aspecto serio y muy delgado, hasta tal punto que, en la zona de las costillas, se le mota el esqueleto. Esta palabra, proviene de la raíz "skl" que está presente en las palabras que tienen que ver con sequedad, dureza, rigidez. Además, el esqueleto, por ser semejante a una armazón interna, cumple la función de sostén de las partes blandas y simboliza lo esencial de la forma corporal. Estas características son muy asociables a Capricornio, como la fase que coincide con la plena aceptación de los límites y la realización de la forma.
Está cubierto con una capa cuadriculada, motivo que también se repite en el fondo, sobre su cabeza. El cuadrado simboliza el instante afianzado, el momento de concreción o de solidificación, la estabilidad. Expresa todo lo relacionado con la idea de límite. El diseño cuadrangular no derrocha espacio y, por esto, está ligado a la organización y la practicidad. Está presente desde los basamentos de la vida hasta la forma cuadrada de las ciudades, núcleo del modo de vida sedentario y de la civilización.
Sostiene con sus dos manos una regla "T" o escuadra (uno de los objetos que forma parte importante en la simbología propia de Xul, ya que aparece reiteradamente en sus obras), apoyándola en la Tierra, el Elemento de Capricornio (y recordemos que también el cuadrado es simbólico del Elemento Tierra). Esta regla una metáfora de la medición, la rectitud, los límites, la disciplina y el orden en el mundo manifestado. La "T" genera dos ángulos de noventa grados, propios de la forma cuadrada. Esta regla es muy utilizada en profesiones como arquitectura e ingeniería -ligadas a la proyección y la construcción- y muy vinculadas a este momento del Zodíaco.
Sus dos piernas terminan en pesuñas. Con este detalle hace referencia a la cabra, simbólica de Capricornio en el Zodíaco tradicional y el que le da su nombre: "cabra" viene del latín "capra". Está apoyado en la línea de horizonte, pero casi en el límite, de un modo similar a la ubicación que adoptan las cabras en los bordes de los precipicios. Las grandes alturas en las que habitan estos animales, simbolizan el proceso que despliega Capricornio de llevar a su máxima perfección el plano de la forma en cualquier nivel de que se trate.
Es posible que el número seis haga referencia al cubo, el sólido limitado por seis cuadrados iguales, ya que en el diseño de esta figura abunda la estructura cuadrangular.
El sigilo es de su propia invención, y si bien guarda relación con el que le corresponde a Saturno ( ) -Regente de Capricornio- en el Zodíaco tradicional, es muy lejano al de Capricornio (?). Mantiene la media luna o semicírculo y la cruz. La cruz simboliza la intersección del espacio (eje horizontal) y el tiempo (eje vertical), lo cual da lugar a la aparición de la materia, a la cristalización de las formas. Por encima de la cruz se encuentra el semicírculo. Éste, dispuesto hacia arriba, indica receptividad al principio espiritual. Por debajo de la cruz -el nivel de la manifestación visible- aparece otra línea horizontal. Ésta hace referencia a la materia, como lo su-puesto o lo que subyace a lo manifiesto. El sigilo entonces, expone los diferentes planos del ser, desde una perspectiva vertical, considerando cada uno a su nivel.
SAGITARIO:
U
n altísimo y eléctrico centauro o figura caballar, apoya sus pies-manos sobre la línea de horizonte. Es erguido, joven y dinámico, pleno de fuerza fueguina. Sus piernas sugieren que es capaz de correr o brincar a través de grandes distancias, rasgo que lo asocia con el ansia de movimiento, exploración y aventura que caracteriza a esta fase del Zodíaco.
La totalidad de su cuerpo chispeante semeja un rayo que se fractura en su disparo. El motivo del rayo se reitera también en el corto y modernísimo atuendo, en ambas manos que los sostienen como instrumentos y en el fondo de la figura, donde se elevan como si se desprendieran de ella. Como una flecha roja también le sale un rayo de la frente apuntando oblicuamente a los lejanos horizontes del pensamiento y la fe. El rayo es el atributo de Zeus (Júpiter, entre los romanos), planeta Regente de Sagitario. El rayo es la metáfora de una forma de intuición mental que conecta diferentes planos del ser separados y jerárquicamente ordenados. Es aquélla que da cuenta de la cualidad de "cosmos" (orden -que no quiere decir rigidez- y no mezcla) de este universo.
Mantiene una estrecha relación con la figura del Signo de Aries. Ambos corresponden al Elemento Fuego y reiteran formas triangulares. Las posturas son similares. Los dos sostienen armas; pero mientras que en Aries son de guerra, en Sagitario, los rayos son metáforas de armas intelectuales: quizá un cuerpo de creencias, o un ideal a defender, o la claridad de dirección -el "hacia donde" en cualquier contexto de que se trate. En la interpretación que Xul realiza en "Signos Zodicales Impares" (ídem 3), el rayo que la figura de Sagitario sostiene, es al mismo tiempo su pene, analogía perfecta de la fuerza fecundante que estos dos Signos trabajan con distinta orientación. Las dos figuras miran en direcciones contrarias: podríamos conjeturar que lo que aparece como deseo en Aries, se manifiesta como voluntad de trascendencia en Sagitario. Finalmente la cola, que en ambos nace del mismo lugar, en Aries es firme pero corta, mientras que en Sagitario es casi igual pero larga hasta tocar con su punta el piso, pareciendo reemplazar la tercera pierna de Aries. Una vez más, Xul parece haber captado más el Regente Esotérico, que de éste Signo es justamente Marte, pero claro está, operando aquí en otro plano.
De su cabeza sale la cabellera como crin. En su rostro, largo y anguloso, se distingue los ojos verdosos, de fuerte mirada, llenos de entusiasmo y hasta con algo de fanatismo, recordando el fervor asociado al Signo de Sagitario.
Su lugar es el séptimo. El siete simboliza un ciclo completo, una perfección dinámica. Reúne el cuatro terrestre y el tres celeste, es la suma del orden moral y espiritual. En este momento del Zodíaco, un plano propiamente humano emerge y se mantiene como tal. Este es uno de los significados del "centauro" que -sostenido sobre el cuatro, en su parte animal y, dibujando el tres, con sus brazos y la flecha, en su parte humana- en la representación del Zodíaco tradicional.
Mantiene el sigilo tradicional ( ?) pero lo orienta en posición vertical. Es la flecha inspiración, la fe religiosa y la expansión del conocimiento, ya que al mismo tiempo forma una cruz ascendente hacia los planos superiores.
ESCORPIO:
C
on un enigmático rostro de mujer y verdoso cuerpo de serpiente, Xul Solar presenta a Escorpio. La figura está rodeada del misterio y hermetismo muy propios de este Signo.
Por su capacidad de regeneración, ya que cambia su piel anualmente, la serpiente remite al poder transformador y renovador de la vida, más allá de la enorme gama simbólica que posee. Enroscada -con un movimiento espiralado ascendente- en una vara, fue uno de los atributos de Asclepio (Esculapio), el dios médico y es, hasta hoy, uno de los símbolos de la medicina, arte íntimamente ligado al poder curativo de Escorpio. La serpiente fue para Xul un símbolo fundamental, ya que aparece como una constante durante todas las etapas de su obra.
La boca sensual de esta criatura y sus grandes ojos felinos, aluden a la potencia sexual, el magnetismo y la seducción de Escorpio.
Sus brazos mantienen una posición envolvente y hasta atrapante. Este aspecto lo destaca nuevamente a través de la cuerda, con forma de lazo, que sostiene en su mano derecha. Escorpio simboliza, en una de sus manifestaciones más pobres, la capacidad para manipular a los que lo rodean, desde una posición de ocultamiento, ya sea en un nivel cotidiano como en aquéllos niveles donde se juega cuotas considerables de poder y dominación. Por el contrario, cuando Escorpio logra ejercitar su capacidad de entrega -soltar y no retener- puede producir verdaderas transformaciones y conectarse con lo más sabio de sí mismo (y otra acepción simbólica de la serpiente es la sabiduría). Las manos, como en Tauro y Acuario, también recuerdan posturas orientales.
La figura surge de las profundidades, de un plano no visible y acuático que hace referencia al vasto mundo del inconsciente, a las distintas creaciones que lo habitan y también a los tesoros escondidos, intactos depositados allí. Por otra parte, Hades (Plutón entre los romanos) planeta Regente de Escorpio, reina en el mundo subterráneo.
Las aguas quietas y verdosas en que se halla sumergida esta mujer serpiente hacen referencia a un sitio pantanoso. El agua es el Elemento al que corresponde Escorpio. Las aguas estancadas simbolizan los residuos emocionales, aquello que no fluye con la corriente de la vida. Esta disposición de ánimo corresponde a un aspecto de Escorpio, en el cual la capacidad de lucha se desgasta en pura culpabilidad y conflictos internos.
El número ocho de su ubicación, coincidente con el Zodíaco tradicional, que es a la vez, el símbolo de lo infinito -en este caso puesto verticalmente-, remite a la idea de transfiguración. En Escorpio se hace foco sobre las continua e ilimitadas situaciones de resurrección que la vida nos ofrece con generosidad, aunque impliquen el aprendizaje a través del dolor.
En cuanto al sigilo, en este caso, no tiene. Es probable que lo haya asimilado al mismo número ocho, ya que se ve especialmente dibujado con respecto a los demás.
LIBRA:
C
on un fondo azulado, el color frío de la imparcialidad, Xul rodeó a la figura de Libra, inspirada en la clásica figura de la Justicia y en Maat, la diosa egipcia de la Justicia.
La figura no se apoya sobre la línea de horizonte, sino que está elevada, en el extremo de una pirámide escalonada. Ambos símbolos reúnen los significados de ascensión hacia el saber y el conocimiento de integración y convergencia. Libra corresponde a la fase del Zodíaco en que se acepta a otro como tal, como diferente y sin embargo puede realizarse el matrimonio con ese otro. Los escalones son nueve, igual número que Xul le otorga a este signo. Este número, que es tres veces la tríada, simboliza el momento de perfección antes de la reiniciación de un nuevo comienzo, con el diez. Desde este punto privilegiado -un nivel evolutivamente más alto- logra Libra o "La Justicia" una visión íntegra y equilibrada.
El cuerpo de esta fría y distante mujer está compuesto de dos escuadras "L" (llamativamente Libra comienza con L) perfectamente simétricas. Ambas reúnen la pareja de polos opuestos-complementarios: blando y negro o luz y oscuridad, polaridad que se repite en los platillos de la balanza: el blanco junto al negro y el negro junto al blanco. Y en sus brazos, a través del rojo y el azul, con la polaridad frío-cálido. Sus brazos triangulares y la parte superior de la balanza -que al mismo tiempo es una regla de medición-, también están formados por escuadras en forma de "L", como reforzando el tema de ajuste o encaje de partes diferentes y del perfecto equilibrio entre ellas. Esto último esta remarcado con el multicolor de la regla que sostiene con su mano derecha en contraposición de la lisa en su mano izquierda.
Recordemos que Afrodita (Venus entre los romanos), es el planeta Regente de Libra. Afrodita es la diosa de la Belleza, el Amor y la Gracia y una de sus hijas es Harmonía.
También los "triángulos" que forman sus brazos y las "tres" cadenas de las que penden los platillos son simbólicas de su condición "trinaria" de pensamiento, es decir, la posibilidad de unir las dualidades formando un tercer y nuevo concepto superior.
Su cabeza está rodeada -como en Géminis, ya que ambos están atribuidos al Elemento Aire- por letras y signos que aluden al área de la cultura y el arte. Lleva una corona que simboliza su jerarquía y una pluma en posición vertical, indicando que el elemento más liviano y sutil puede desnivelar la balanza libriana. Por otra parte, la pluma ubicada en la zona del centro "Coronario", hace referencia a la claridad del pensamiento y al poder que deriva de ella, sintetizándose ambos significados en el ejercicio de una autoridad justa.
El rostro es inmutable, neutral, ajeno a la vida emocional -el quiebre a la altura del cuello con la parte superior de la balanza indica que ha cortado toda conexión con las emociones y los sentimientos. Esto también lo simboliza el hecho de que sólo su cabeza es humana y no su cuerpo que es un objeto, única criatura de éste Zodíaco que es así. No está ciega, mira fijamente al espectador y recibe, a través de sus grandes orejas un gran caudal de información. Es el intelecto.
El sigilo es el tradicional (?) y se halla prolijamente marcado al pie de la escalera.
VIRGO:
C
on una burlona figurilla de hombre-mono o mandril, Xul catalogó a Virgo.
El mono es excesivamente celoso en la demarcación de su territorio. En la fase Virgo del Zodíaco se erige el límite entre el yo y el otro. Y todos los mecanismos de que se vale la conciencia para mantenerlo se asemejan a la destreza, agilidad y gracia que caracterizan al mono.
Además tiene un poderoso don para la imitación, que le permite desarrollar todo tipo de habilidades. Es astuto. Entre los egipcios, tibetanos y centroamericanos -a quienes Xul observó mucho- con el mono se aludía a un escriba divino que sabía disimular su poder, era el patrón de los sabios letrados y lo relacionaban con la magia y la inteligencia; estas características se relacionan íntimamente con Hermes (Mercurio entre los romanos), planeta Regente de Virgo.
Xul le coloca el rostro de un viejo -la experiencia- que muestra su lengua en mueca de sorna, con un gorrito turco multicolor sobre su cabeza. La mordacidad e ironía caracterizan a este Signo hipercrítico y la cola de su figura, semejante a un aguijón, que toca la tierra, alude a esa capacidad punzante tanto ofensiva como defensiva.
Está parado sobre las puntas de los pies, que reiteran como el resto del cuerpo, un diseño de rombo, símbolo femenino. Desde este punto de vista, la cola -aguijón/falo- en reunión con la forma que diseñan sus piernas aluden a la dualidad. Con "dualidad" queremos significar, en este caso, la presencia del nivel vertical en conexión con el máximo despliegue de vinculaciones en el plano horizontal.
Las lombrices entrelazadas bajo sus pies y la línea de horizonte, se vinculan a la obsesividad, verdaderos laberintos mentales, propios de este signo en sus formas más bajas, como también son una simplificación del intestino delgado, órgano del cuerpo regido por Virgo. La trama formada por diagonales colocada arriba de la cabeza de la figura a modo de fondo y reiterando los mismos colores terrosos de las lombrices podríamos traducirla como el pasaje de la obsesión a la precisión y a la racionalidad. Recordemos que el Elemento de Virgo es la Tierra.
Le adjudicó la letra "Q" en lugar del número diez. En la tradición hebrea de la Cábala esta letra corresponde a la inicial de la palabra "Qoph", uno de cuyos significados es "simio, mono". Volvemos a encontrar el símbolo del comienzo, pero ahora apuntando a un nivel de mayor perfección. La sabiduría que el mono simboliza tiene las cualidades de él mismo: es maliciosa, astuta, juguetona, aparentemente insensata; obedece a los criterios que no son los que imponen los sentidos al conectarnos con el mundo exterior. Las bufonadas del mono pueden dar cuenta de verdades sutiles que desconoceríamos con nuestros propios ojos, Podríamos llamar a esta sabiduría la astucia divina, gracias a la cual podemos realizar y atravesar nuestras propias metamorfosis. Y éste es uno de los desafíos de Virgo.
El sigilo, inventado por Xul, guarda cierto parecido con el de Géminis, aunque en este caso, se insiste en los ejes verticales, ya que no está cerrado por una línea de base horizontal.
LEO:
E
l cuerpo de la figura surge, como la serpiente de Escorpio, desde un fondo no visible. Se yergue culminando en una humanizada y hierática cabeza de león, coronada con delgadas llamas de fuego, ya que el Elemento Fuego está atribuido a Leo. La mirada es fija y concentrada, propia de un rey. Además está enmarcada -a modo de aura- por el disco solar, mostrando su plena presencia como irradiación de la máxima luminosidad. Los colores rojo y dorado dominan toda la figura. El Sol es el Regente de Leo.
Sostiene un corazón en la mano -o garra- izquierda y un reloj en la derecha. Creemos que es interesante aclarar esta ubicación desde el punto de vista de la distinta naturaleza y función de cada uno de los hemisferios cerebrales, ya que el cerebro es la expresión física de la consciencia humana. La parte derecha del cuerpo humano es gobernada por el hemisferio izquierdo y viceversa. También las manos, los oídos y los ojos están unidos al hemisferio cerebral contrario.
Ahora bien, en este caso, el corazón en la mano izquierda está apuntando al hemisferio derecho y en éste encontramos la capacidad para la visión del mundo en conjunto, la intuición y la no vigencia de la noción del tiempo. El corazón, en esta fase, del Zodíaco y en sus desarrollos más altos y ricos, evoca el centro que permanece libre y distante del conflicto de las polaridades y es pura irradiación. No tiene nada que ver con el sentimentalismo o los arrebatos emocionales. Tampoco con el ego, como un repertorio de máscaras que "hoy así y mañana asa", sostienen la identidad y la mantienen en un estado de inflación y prepotencia, que resulta una total ceguera hacia lo que no es mi ego.
El reloj en la mano derecha, hace referencia al hemisferio izquierdo y en éste encontramos la capacidad analítica, la disposición para el cálculo, la numeración y la plena vigencia de la noción del tiempo. El reloj evoca la revalorización del presente.
Como este Signo se asocia con la irrupción de la consciencia, con la máxima perfección de lo humano, es posible que ambos símbolos: el corazón y el reloj, estén aludiendo a la polaridad de la consciencia humana y a su necesaria complementación.
El sigilo es el tradicional (?,) dibujado, muy pequeño, en la frente de la figura, coincidente con la zona del tercer ojo o Ajna. La letra que le corresponde reemplazando al número once, es "&": "el bucle", uno de los signos utilizados por la taquigrafía, a su vez derivado de los que propuso Tirón, colaborador y secretario de Cicerón quien utilizaba estas "notas tironianas de abreviatura" para transcribir los discursos de éste.
CANCER:
A
éste Signo Xul le adjudicó la más extraña criatura. Su cabeza es de gata, tiene grandes senos, las extremidades inferiores son como aletas y las superiores semejan dos trompas, que surgen de la cabeza, por detrás de las orejas.
Posiblemente esté presente aquí, el simbolismo de la diosa egipcia gato Bastis, asociada con la Luna -Regente de Cáncer- y que se convirtió en "el ojo de la luna". Esta relación lunar es mucho más visible en la figura de Cáncer -especialmente en la cabeza- que realizó en "Signos Zodicales Pares" (ídem 3.) Su carácter fue adquiriendo progresivamente rasgos cada vez más amables y afectuosos, siendo esta disposición de ánimo la que también aparece en la actitud de la figura. Esta diosa estaba asociada al matrimonio. Los temas de la familiaridad y la maternidad son centrales en este Signo y pueden alcanzar riquísimos desarrollos, cuando no se cristalizan en formas empobrecidas como la tribalización y la posesividad.
El color verde del agua que la rodea es una indicación del Elemento Agua, atribuido a Cáncer. Tal vez haya aquí una referencia a las aguas de la gestación, como protectoras y alimentadoras, rasgos muy presentes en esta fase del Zodíaco. A ésta función ligada al nacimiento, también aluden las extremidades superiores o trompas: recordemos que las trompas de Falopio son los conductos encargados de transportar el óvulo hacia el útero. También en estas aguas ondeadas está presente todo el desarrollo de la vida emocional que, en sus formas bajas da lugar al sentimentalismo y la nostalgia.
Xul le otorgó el número diez en lugar del doce, pues éste simboliza la totalidad y conclusión de un ciclo y el anuncio de un nuevo comienzo, puesto que con este Signo finaliza el ciclo de éste Zodíaco. Por otra parte, en el diez se reúnen el círculo (como 0 -cero-, que indica la presencia de todas las posibilidades) y la línea (como 1 -uno-, que indica que éstas se definen por una dirección). Y esto se relaciona con la característica de Cáncer, conocida como la "puerta de entrada a la vida".
Aquí también Xul parece haber intuido al Regente Esotérico de Cáncer: Neptuno, que se relaciona con los finales y por ende, con los inicios de los procesos y que rige a Piscis, último Signo del Zodíaco tradicional.
En cuanto al sigilo, en este caso tampoco aparece, aunque sí se lo puede observar -igual al tradicional (?)- en la versión que realiza en "Signos Zodiacales Pares" (ídem 3) en el collar que le agrega a la criatura.-
Creemos que Xul realizó esta bellísima recreación del Zodíaco aunando todos los conocimientos adquiridos durante su peculiar vida con los caudales simbólicos -que como todo artista fuertemente conectado con el inconsciente colectivo- vislumbró y vertió en sus creaciones. Esperamos que este análisis sea una base orientadora para quienes deseen adentrarse en el universo esotérico de este plástico argentino tan especial.-
Notas:
(1)- Aclaramos que la palabra sigilo: sello, reemplaza la palabra signo para evitar la confusión que puede acarrear hablar de: “el signo del signo”.
(2)- En el análisis de cada signo, todas las palabras resaltadas con «negrita», aluden a la descripción esencial del signo.
(3) e (ídem 3)- Aconsejamos a los interesados, observar detenidamente las otras dos obras sobre los mismos Signos, pero separados en “Pares e Impares” -que aquí por razones de espacio incluimos muy someramente- pues tienen ligeras variantes que amplían, complementan, especifican y aclaran mucho más todo lo dicho.