La recuperación de la fachada litoral
Barcelona había
vivido de espaldas a sus playas durante más de un siglo. La construcción
de la línea ferroviaria Barcelona-Mataró y la extensión,
a su paso, de enormes industrias -algunas de ellas incluso llegaron a ser propietarias
de los terrenos de la playa, que utilizaban como extensiones logísticas
para almacenar desechos inservibles o toneladas y toneladas de mercancías-.
Con la aprobación de la ley de costas y las nuevas políticas municipales
del Ayuntamiento, se decidió impulsar la recuperación de las playas,
a través de un ambicioso plan de actuación a medio plazo que culminará
en 2004.
El proceso se inició en la zona del Port Vell, en la cual se proyectó
la construcción de un complejo lúdico encabezado por el centro
comercial Maremàgnum, el Aquàrium y los cines panorámicos
Imax. El puerto antiguo se destinó en parte a embarcaciones privadas
de pequeño tamaño y a la navegación lúdica a cargo
de empresas como la de las Golondrinas. Fue el primer espacio que se arrebató
a la industria, dado que el nuevo puerto que se extendía hacia el Morrot
y la desembocadura del Llobregat ya se destinaría en su totalidad a las
actividades logísticas. Asimismo, se aprovechó para dotar al reformado
puerto de instalaciones destinadas al paso de viajeros, como la Estación
Matítima, y de un importante complejo de oficinas, el World Trade Center.
Seguidamente, la demolición de la zona litoral del barrio del Poble Nou para construir la Vila Olímpica y la construcción de la nueva Ronda Litoral fue el detonante de la recuperación de las playa como un espacio de calidad para el baño de los barceloneses, que hasta entonces sólo podían bañarse en las mediocres playas de la Barceloneta. Se procedió a trasladar las industrias al exterior de la ciudad para poder demoler sus antiguas instalaciones, y al desmantelamiento de las primeras vías ferroviarias de la Península, que partían desde la estación de Francia y atravesaban el Poble Nou en su camino hacia Sant Adrià de Besòs y el Maresme. La construcción del Puerto Olímpico no fue un obstáculo para que las playas se extendiesen hasta la actual playa de la Mar Bella, cercana a los terrenos del Fórum 2004 y a la desembocadura del Besòs. No obstante, la regeneración de los tejidos urbanos de los barrios adyacentes, integrados en lo que con posterioridad se ha denominado 22@ ha sido más lenta. Las intervenciones de los JJ OO plantearon el substrato de una transformación que, sin embargo, no pudo trasladarse totalmente de los planos a la realidad por la falta de inversiones. Este hecho llevó al anterior alcalde, Pasqual Maragall, a plantear la celebración de un nuevo gran acontecimiento en el que Barcelona pudiese volver a exhibir su capacidad organizativa, elaborando una agenda de actos y contenidos a su medida. El Fórum 2004, no lo olvidemos, ha servido posteriormente para culminar unas transformaciones que habían quedado pendientes hace 10 años.
Las playas se complementaron con la construcción de diversas zonas lúdicas
y de servicios, destinadas tanto a los bañistas durante el día
como al ocio nocturno. Este paseo marítimo se extiende desde la avenida
Joan de Borbó, en la Barceloneta, hasta el inicio de las obras del Fórum,
y sirve a los vehículos que efectúan desplazamientos urbanos para
evitar su entrada en la Ronda Litoral.
Las mejoras de las playas urbanas de Barcelona han servido como modelo de recuperación
para los municipios litorales de los alrededores, como el Prat de Llobregat,
Sant Adrià de Besòs y Badalona. Para ello ha sido muy importante
la construcción de grandes depuradoras y plantas de tratamiento en los
ríos Besòs y Llobregat, dos de los más contaminados de
España.