Revista Dominicana De Psicología

Sociedad

Personalidad, Criminalidad y El Descubrimiento Del Hombre
Willfredo Mora

"Psicólogo forense

 

 

La psicología moderna no puede escribirse sin el tema de la personalidad. Y no sólo la psicología; sino todas las ciencias humanas, en las cuales el hombre es realidad vida y actuante. Básicamente, estas ciencias son tres, y estudian la conducta más general del individuo humano: La antropología, la psicología y la criminología. La tercera constituye, en realidad, capítulos de la primera. Igualmente la criminología y la psicología, juntas equivalen a la sociología, pues sin el marco de referencia sociológico no es posible hablar de conducta humana.

Pero la antropología no se diferencia de la sociología. Así, la psicología es la sociología de un solo hombre y la criminología es una sociología en el sentido que esclarece un tipo de conducta social y más específicamente, trata de los fenómenos reales que envuelven la comisión del delito, las formas, y los caracteres del hombre criminal. El crimen o delito es una acción humana (ineficaz e interna), un conflicto de la personalidad. La criminalidad puede entenderse como un capítulo de la personalidad social, un fenómeno o producto (objeto), social global, colectivo y universal, cuyo sujeto individual y activo es el hombre llamado delincuente (sujeto). Este sujeto será la condición necesaria y concreta de dicha conducta. Por tanto, los aportes que han hecho estas ciencias no han significado más que esto: estudiar la personalidad humana.

La personalidad no es palabra exclusiva de la psicología, en realidad, es una categoría social. La criminalidad puede considerarse categoría psicológica si nos atrevemos a plantear que ella funciona como una expresión más de la personalidad (por cierto, en el sentido equivocado), en una sociedad que "no es más que un sistema de medios de intereses instituidos por los hombres con el propósito de alcanzar ciertos fines...". La personalidad es una hipótesis del hombre, una construcción científica de una configuración mental, algo que no se puede definir por sí mismo (la misma psicología de la personalidad no es exactamente una rama como tal; en cambio la psicología ya no es más la ciencia de la conducta; sino que su objeto se traslada a la personalidad, las leyes de formación de la personalidad y la forma que esta existe como un funcionamiento armónico de la integración de procesos mentales en el mundo circundante). Pero lo cierto es que en calidad de personalidad es que el hombre humano ha constituido su unidad, dentro del sistema de las relaciones sociales. La sociedad es, pues, "el hombre acabado". El hombre es su realidad objetiva y la personalidad, su segunda naturaleza.

¿Qué significa, pues, descubrir el hombre? Pero, además, ¿qué es el hombre? ¿Acaso es este un sujeto tardío en la historia humana? ¿Qué es primero, el crimen o el criminal?

El hombre como descubrimiento aparece aquí como una culminación filosófica, como lo esencialmente vivo, que no se agota con la sola existencia del hombre. La formación-hombre no ha existido siempre y el hombre no es el tema más antiguo como un sujeto positivo y limítrofe, "hombre-medida", "hombre-límite", "no de las cosas; sino del poder". Su adopción en nuestra problemática personalidad criminal es importante para mostrar que este descubrimiento ha seguido una cuádruple orientación y que esto es, en realidad, todo lo que el hombre posee, todo lo que él ha significado. El inicio de este descubrimiento data del siglo XIX, con evidente mérito de filósofos como Descartes, La-Mettrie, Nietzsche, etc.

Primero el hombre se descubrió como sujeto de valor (Marx). Es decir, mercancía. Al considerar la esencia del trabajo, (el tiempo de los hombres ajustados al aparato de producción), el tiempo llevado al mercado, el salario, el plus.valor, etc., quedaron claras cuestiones vitales, que sin Marx no nos hubiésemos acercado a una verdadera comprensión del hombre. Por ejemplo, en el caso del delincuente, en la actual sociedad, vemos como éste no representa una grave consecuencia económica, menos aún, un peligro político. Para Marx, el hombre produce la realidad económica y también social. El sujeto de placer, en el hombre es un descubrimiento que corresponde a Freud. Este Copérnico de la psicología fue el asidero para que entendiéramos que el crimen o las "tendencias criminales", es algo menos que una simple noción. Y Lacan tenía razón cuando advertía que "hablar de exceso de líbido es una fórmula vacía de sentido...""El Crimen es como una relación de las figuras del destino".Creo que no sería difícil creer que el instinto( esa "irrebatible animalidad) en que tanto insistió Freud, no se desborda jamás, y por tanto la naturaleza criminal humana, no existe, no es más que un mito. El hombre freudiano desea la vida; pero la sociedad se lo impide, de alguna manera. De la mejor sociología y filosofía del psicoanálisis, escritas por Fromm y Marcuse, esa es la idea que nos merece el concepto de placer en relación con la personalidad y criminalidad. El tema del placer se inscribe en la esfera de la sexualidad, y aunque Freud descubrió todas las parafilias, al nivel del impulso sexual, la gran masa humana le asiste la peor crisis sexual de todos los tiempos. Ellos han confundido lo indecente y lo erótico con lo sexual, al grado, que podemos decir, el sexo está libre; pero la personalidad sexual está amarrada. Hoy día son muchos los crímenes que atacan la sexualidad o se comenten por razones de trastornos sexuales.

La tercera forma de descubrimiento del hombre se da en el sentido del poder. Nietzsche tiene ese mérito y justamente de él podemos considerar al poder mismo como un discurso. "Tendrían que llegar los años sesenta de nuestro siglo para que algunos especialistas franceses echaran de ver que la mente de Nietzsche era, para empezar, lingüística, esto es consciente de que toda mente funciona, solo precisamente y en forma de lenguaje..."De este profundo Nietzsche, el derecho penal es un discurso que funciona mal, y su materia concierne a localizaciones y normalizaciones de individuos, cuyas emanaciones de poder indican una aplicación de fuerza. La obra de Nietzsche está llena de sentencias que persiguen humillar al hombre débil, mentiroso y enfermo, "multiplicar las versiones de la muerte de Dios". Su teoría del Superhombre se ha entendido mal; pero no del todo.

Finalmente, podremos tratar de un último descubrimiento del hombre; es el surgimiento del sujeto criminal (Michel Foucault). Su presencia en este tema es una razón emergente; equivale al hombre disciplinario , en los tres dominios antes expuesto.

De una sociedad que dice funcionar "normal", que finje castigar para curar o rehabilitar, una sociedad que ha convenido en encerrar y vigilar a los individuos, (la nueva forma de esclavitud, de apoderamiento de los cuerpos, que no resulta ni violenta ni costosa). El fundamento de que parte Foucault es que las personas se obtienen, se hacen dóciles, dúctiles. En lo que atañe a los delincuentes penales, el encierro funciona no con el fin de excluirlos o aislarlos; sino de fijar su rol de delincuentes.

Las prisiones no resisten ningún tipo de análisis, y la detención penal crea una condición "contra-natura". No hay, pues,"una naturaleza criminal; sino unos juegos de fuerza que según la clase a la que pertenecen los individuos los condicionan al poder o a la prisión". Y su mayor verdad, que el castigo de prisión está destinado para algunos; pero que recae en otros, y esto si que es un verdadero peligro.

He olvidado acotar la relación crimen-criminal, de golpe he pensado qué quiso decir Foucault, mi maestro, cuando dijo:"sin duda el crimen no existe; pero hay crímenes"...quizás los criminales no tengan realidad sociológica, y ese es el problema.