Revista Dominicana De Psicología
Sociedad

Grado De Psicopatía En Conductores De Vehículos Públicos

Por Juan Vegazo

Psicólogo

 

La situación del transporte público en nuestro país se vuelve cada vez más caótica, ineficiente y hasta peligrosa. Las denuncias sobre este problema se hacen cada vez más numerosas.

Sin embargo, hay un aspecto envuelto en todo ello que, generalmente, escapa a la mayoría de los usuarios de este servicio, a pesar de que reviste gran importancia.

Ha de suponerse que los conductores de estos vehículos, en vista de que tienen en sus manos, diariamente, las vidas de millares de ciudadanos, son personas con suficiente grado de madurez y de sensatez, responsables en el cumplimiento de su deber, adecuadamente preparados para enfrentarse a tal contingente de individuos; en fin, que dada la delicada función que les toca desempeñar, se espera que sean personas emocionalmente estables.

Desgraciadamente todos sabemos que no es así. Sin riesgo de exagerar, un considerable porcentaje de los trabajadores del volante son la antítesis de lo que deberían ser: un buen número son virtualmente analfabetos, intolerantes, desconsiderados e insolentes; no sienten el mínimo respeto por la vida humana.

Es notoria la reacción de muchos conductores cuando se ven a punto de accidentar a un transeúnte; en vez de preocuparse y ser más cautelosos, generalmente expresan "el seguro lo paga" y continúan como si nada hubiera ocurrido. Muchos de ellos no evidencian ningún sentimiento de culpa cuando ocasionan alguna muerte y, si no es de manera compulsiva, no auxilian a sus víctimas.

Es digno de investigación de investigación las causas que provocan radicales cambios de personalidad en los choferes. Pacíficos y respetuosos ciudadanos se convierten, de repente, en fieras humanas, con altísimos niveles de agresividad verbal y física por el sólo hecho de ponerse frente a un guía. Se convierten, por así decirlo, en verdaderos agentes de la muerte.

El grado de temeridad está en relación con el tamaño del vehículo, mientras más grande o más pequeño es este, mayor es el desenfado con que conducen (tal es el caso de motoristas y conductores de patanas)

El tipo de armas que usan para defenderse llama poderosamente la atención: punzones, filosos cuchillos, bates, machetes. Es probable que muchos piensen que esto se justifica por la real posibilidad de un atraco. Pero es que se ha observado una considerable propensión a utilizar sus armas para resolver discusiones que no justifican, en lo más mínimo, el uso de la agresión. Nuestros choferes, definitivamente, no gustan de la persuasión.

De modo que existen suficientes indicios para sospechar la existencia de rasgos psicopáticos en muchos de nuestros conductores.

Que es una psicopatía?

El psicópata es un ser, altamente, peligroso. Una amenaza social. La Organización Mundial De La Salud (OMS 1979) lo define de la siguiente manera: "Psicopatía o sociopatía, es un trastorno de la personalidad caracterizado por el menosprecio de las obligaciones sociales, falta de sentimiento hacia los otros y violencia impetuosa o dura indiferencia"

Otro autor, Davison, lo define en los siguientes términos: "los sociópatas son individuos básicamente asociales y cuyos patrones de conducta les traen repetidos conflictos con la sociedad. Son incapaces de la lealtad hacia las personas, grupos o valores sociales. Son egoístas, insensibles, irresponsables, impulsivos e incapaces de sentir vergüenza o de aprender de la experiencia o del castigo. Su tolerancia a la frustración es baja. Tienden a culpar a los demás o a justificar su conducta"

El psicópata no muestra sentimientos de culpa, posee un alto nivel de agresividad, presenta una significativa carencia afectiva, no experimenta miedo o ansiedad, es incapaz de aplazar la satisfacción de sus deseos y no evalúa las consecuencias de su comportamiento.

En el 1986 tres estudiantes de la carrera de psicología de la Universidad Autónoma De Santo Domingo (UASD), presentaron en su tesis de grado los resultados obtenidos de una muestra de 200 choferes, a los cuales les pasaron una prueba de personalidad, que entre otros trastornos mide Psicopatía (utilizaron el inventario multifásico de Personalidad de Minnesota-MMPI-).

He aquí algunos de los resultados encontrados por las licenciadas María Neris Rodríguez, Isabela A. Fernández y Nicolasina A. Espinal:

1.- Los conductores poseen un nivel de psicopatía ligeramente superior a los no conductores(aunque esta diferencia no es significativa). La media en los conductores fue de 63.96, mientras que en los no conductores fue de 61.89.

2.- Los conductores de más baja escolaridad presentan un nivel de psicopatía ligeramente superior a los de mayor escolaridad (la diferencia no es estadísticamente, significativa. La media de psicopatía para los de menor nivel académico fue de 67.14; los de mayor escolaridad obtuvieron una media de 62.59.

3.-Los choferes de minibuses presentan niveles de psicopatía superiores a los conductores de autobuses. La media de psicopatía de los choferes de minibuses fue de 66.10 y la de los choferes de autobuses fue de 61.9 (la diferencia es estadísticamente, significativa).

4.-Que los choferes que llevan menos tiempo manejando presentan niveles de psicopatía superiores a los que llevan más tiempo conduciendo (es de 69.9 y la de los que llevan más tiempo es de 64.7; la diferencia es significativa, estadísticamente).

Sobre la base de estos resultados las sustentantes del trabajo hicieron las siguientes recomendaciones:

  1. Que se hagan evaluaciones físicas y psicológicas más rigurosas a los solicitantes de licencias de conducir.
  2. Que se implementen cursos especializados para los conductores (relaciones humanas, adiestramiento) y que se les haga partícipes de las experiencias de otros países.
  3. Qué se les exija a los aspirantes a choferes, un mayor nivel académico.
  4. Que antes de expedirle licencia para manejar, se investigue el historial de la persona, a fin de detectar aquellos con antecedentes delictivos.
  5. Mayor drasticidad para los infractores consetudinarios.
  6. Que se ofrezcan mejores condiciones de trabajo a los choferes que trabajan en compañías.
  7. Mayor flexibilidad en el tiempo asignado para cubrir las rutas y
  8. Controlar, estrictamente, la cantidad de pasajeros de acuerdo a la capacidad del vehículo.

Parece ser, entonces, que para la solución del problema del transporte se debe tomar en consideración no sólo el aumento de la cantidad de vehículos en servicio; sino también las condiciones humanas de sus conductores.

Como es sabido, las dos fuentes principales, causantes de muertes en el país, son los accidentes de tránsito y las armas blancas y de fuego.

El caso de estos últimos es más espeluznante, preocupante y absurdo.