1998: Año dedicado al Espíritu Santo

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Romanos 8

¿Quién Es el
Espíritu Santo?
 

 

Si, alégrense hermanos porque en medio de ustedes el Señor está. Sí, alégrense Cristianos porque ahora el día de su gloria está mucho mas cerca que el momento de su salvación. Si alégrense Pueblo de Dios, porque estamos en el umbral de un de un Nuevo Pentecostés. Pónganse felices porque Dios nuestro Padre está ofreciendo su Espíritu de Amor nuevamente a la humanidad. Es ÉL que hace a cada cristiano feliz, cada familia consagrada y cada celebración ungida. Es ÉL que santifica al cristianismo con hombres y mujeres nuevos, por corazones y mentes renovadas y por comunidades y celebraciones transformadas. Todo lo hago nuevo dice el Señor. Que los nuevos corazones canten nuevos cánticos y los Cristianos fieles lean un Nuevo Testamento y formen un Pueblo Nuevo! Que la creación no siga gimiendo y llorando esperando su liberación por los nuevos hijos de Dios.

Que una nueva creación comience y una nueva historia de salvación crezca. El que santifica la Iglesia y salva a los pecadores es el mismo Espíritu que renueva la faz de la tierra y hace una nueva civilización del Amor. El Espíritu quiere glorificar a Jesús de la nueva cultura, como alma de cada familia y cabeza de su Iglesia. Y más que nada, "Escuchad Américas, la verdad os hará libres".

Si, que los mismos ángeles y santos sean felices, que sus hermanos en la tierra renazcan a una criatura nueva por el agua y el Espíritu. Que la Virgen María sea una Madre feliz al ver la Iglesia de su Hijo Jesús, andando guiada por la estrella de la Nueva Evangelización. Que el mismo Jesús se regocije en ver que la santidad de su Cruz nuevamente tiene Poder para liberar pueblos y naciones de sus esclavitudes.

Que el Padre del amor reciba la alabanza de los coros celestiales y terrenales cantando un cántico nuevo que dice, "Cada criatura es un cántico del amor".Que el espíritu de la Verdad brille en las antiguas tinieblas disipando la oscuridad que apagó la Luz del Cordero iluminando los nuevos corazones. Felices son aquellos que disfrutan la libertad de los hijos de Dios cantando: "en mi corazón hay banderas de amor..." Felices son los constructores de una sociedad más justa usando las armas espirituales de misericordia y las armas morales de justicia. Que las velas del Amor cambien el sol de la justicia en rayos de misericordia. Felices son aquellos con corazones limpios porque ellos van a ver a Dios que es pura luz, infinito amor y eterna esperanza.

Pero, para entrar en la Gloria perfecta hay que pasar por la primera muerte del cuerpo, que es como un gran dormir que permite al alma volar a las manos de su creador y hacedor, al corazón de su revelador y su renumerador. La victoria de la vida sobre la muerte es el triunfo del espíritu sobre la materia y la luz sobre las tinieblas y el amor sobre todos los desamores humanos. La conquista del cielo es puro regalo y justa recompensa. El soplo de la vida da eterno descanso al alma y las llamas de purificación preparan una posesión de la Vida Eterna.

Sí, felices son aquellos que no conocen la segunda muerte por arrepentirse y cambiar la vida en la Sangre del cordero. Felices son aquellos que mueren en el Señor. Descansan de sus aflicciones y sus obras lo acompañaran. Digno eres del cordero que quita el pecado del mundo, dando esperanzas en vez de lágrimas, y alegrías en vez de llantos.

Sí, Señor, sólo Dios hace a cada persona feliz. Mi alma descansa sólo en El.

OREMOS:

"Ven, Espíritu Santo, Ven". Consolador óptimo y santificador celeste. Sólo por tu presencia, disipas las tinieblas interiores y esclareces la oscuridad interior. Tú, luz divina, iluminas el camino de la verdad y descubres los senderos del Amor. Fuente de alegría y fuego de caridad, tu consuelo inspira a los peregrinos a ser generosos en su ardor. Simple en tu naturaleza, diverso en su bondad está presente "todo El" en cada uno, sin dejar de estar "todo El" en todas partes. Tú eres alma de mi alma y El Vivificador de mi vida. Contigo presente haces rejuvenecer a la Iglesia, y haces renacer a toda la creación. Como el alma da vida al cuerpo humano, así tú infundes la Vida de Gracia en cada pecador. Principio de la Vida Nueva y Fuente del Agua Viva por tu presencia, cada cristiano se llena con manantiales de tu Amor. Don de los Dones, tú misma naturaleza es darse así Mismo a los amigos del Señor. El perdón de los pecados y reconciliación de los enemigos, es tu obra maravillosa en un mundo lleno de dolor.

AMEN.

P. Cris Geraets, O.P.; P. Daniel Roach, O.P.

 

 Romanos Capítulo VIII