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Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra Disposiciones Jubilares en Nuestra Ciudad |
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BULA JUBILAR |
PROBLEMAS
Y ESPERANZAS A LAS PUERTAS DEL III MILENIO La
pobreza se agudiza por muchos factores: despidos de empresas no
competitivas y otras capitalizadas, explotación irracional de recursos
naturales sin respeto por el medio ambiente, exagerada burocracia
generadora de corrupción, salarios por debajo del costo de la canasta
familiar, falta de industria propia, relocalizaciones y migraciones
dejando algunas zonas despobladas y otras enfrentando un crecimiento caótico.
(Doc. Asamblea Sinodal Nº 16). La pérdida
de valores humanos, civiles y cristianos tradicionales está causando en
nuestra sociedad una serie de males. (Nº 22). Esta
pérdida de valores, combinada con la desesperación provocada por la
pobreza, contribuye mucho a la desintegración de la familia, afectando
especialmente a las mujeres y niños. (N° 23). Si
deseamos ser mejores discípulos de Jesús, dedicaremos tiempo al Señor,
participando en las celebraciones, leyendo la Palabra de Dios, comentándola
en la familia, en los grupos juveniles y en las pequeñas comunidades
que podamos ir creando en los barrios. (Nº 58). Para
lograr todo esto y hacer que nuestra Iglesia de Santa Cruz sea realmente
misionera necesitamos personas capacitadas y agentes de pastoral con una
sólida formación cristiana y pedagógica que, transformados en
multiplicadores de la Palabra de Dios en sus familias, en el trabajo, en
el barrio, sean constructores de fraternidad y unidad entre los vecinos.
(Nº 67). Con el
Gran Jubileo o Año Santo queremos celebrar los 2000 años del
nacimiento de Jesucristo en Belén, la encarnación del Hijo de Dios en
nuestra realidad humana. Celebramos los dos mil años de la presencia de
Jesús en nuestra historia. El es el Dios con nosotros, el Salvador, que
nos trae la vida en abundancia y para siempre. El
Jubileo es un tiempo especial y privilegiado para reencontrarnos con
Dios, con los hermanos y con nosotros mismos: es un tiempo de gracia,
esperanza y perdón. "El
Jubileo o Año Santo debemos entenderlo y vivirlo como un tiempo de
gracia, conversión y vuelta a la casa del Padre; tiempo de perdón y
reconciliación con los hermanos, de liberación de la tierra, de los
pobres y de los presos, que nos lleve a la solidaridad, justicia,
esperanza, alegría y paz. En otras palabras, esto significa una nueva
visión de la historia y de la vida, que nos compromete a nuevas
relaciones con Dios, con los hermanos y con la creación". (Obispos
de Bolivia 17/1 1/99). En
nuestra Arquidiócesis, la celebración del Jubileo es una gran
oportunidad y un llamado urgente a que nos comprometamos con entrega y
generosidad en el proceso Sinodal iniciado hace dos años. Con el Sínodo
nuestra Iglesia quiere dar una respuesta eficaz a los problemas y desafíos
de la nueva evangelización en los inicias del III Milenio. EL
JUBILEO EN LA BIBLIA EN
EL ANTIGUO TESTAMENTO En el
libro del Levítico (25, 1-55) el Jubileo es un tiempo particular
dedicado a Dios, a la liberación personal y comunitaria y de profundas
transformaciones de la sociedad. Israel profesa que la tierra es de Dios
y que hay vivir en ella como hermanos. Por eso exige: - descanso de la
tierra - recuperación de las tierras cedidas - liberación de los
esclavos. Se
instaura el Año Santo con la intención de reafirmar la Alianza con
Dios, restablecer la igualdad en el pueblo y dar la posibilidad de una
vida digna a todos los Israelitas, especialmente a los pobres, ya que
esto no se estaba cumpliendo, al haberse alejado de los mandatos del Señor,
entre grandes desigualdades e injusticias. EN
EL NUEVO TESTAMENTO "Y
la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria que recibe del
Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14). Es
esta Palabra, hecha carne en Jesús, que hace suya la promesa de Isaías:
"E/ Espíritu del Señor sobre mi, porque me ha ungido para
anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la
liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la
libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor"
(Lc 4,18-19). Al
inicio de su misión, Jesús proclama el Año de Gracia, un Jubileo
extraordinario para los pobres. Jesús el mensajero enviado por Dios y
portador del Espíritu, anuncia la llegada del Reino dando la vida y la
esperanza al pueblo sufrido. Jesús une así Reino de Dios y Jubileo. La
Iglesia dispensadora de la gracia y de los dones de Dios, con el Año
Jubilar quiere manifestar, en forma más abierta e intensa, la
misericordia y el amor del Padre que nos conducen a la conversión. En el
lenguaje tradicional de la Iglesia a esto se le llama
"indulgencias", o sea la actitud de bondad y perdón de Dios
hacia nosotros pecadores. Como respuesta, a nosotros nos corresponde
reconciliamos con Él, con su plan y su obra. LOS
SACRAMENTOS Para
lograr esta gracia de Dios necesitamos tener actitudes y dar muestras
concretas de arrepentimiento y conversión con: - La
confesión de los pecados en el sacramento de la penitencia. - La comunión
sacramental en la celebración de la Eucaristía. LAS
PEREGRINACIONES La
peregrinación a los templos jubilares señalados en nuestra Iglesia,
como signo del pueblo de Dios en camino hacia la casa del Padre. LA
ORACIÓN La
oración, en comunión con todo el pueblo de Dios, a través de: - EL
CREDO, expresión de la fe de nuestra Iglesia desde los Apóstoles. - EL
PADRE NUESTRO, la oración de Jesús que nos identifica como hijos de
Dios. CARIDAD
y COMPROMISOS Indicamos
algunas de las obras y compromisos que cada cristiano y comunidad puede
asumir en respuesta a la acción misericordiosa del Padre. A
NIVEL PERSONAL –
Oración personal cotidiana. – Meditación de la Biblia. –
Desprendimiento voluntario de algo propio en favor de los más
necesitados. - Abierto y público testimonio de la fe. ECLESIAL -
Participar en el Sínodo diocesano. - Asumir ministerios eclesiales:
catequistas, ministros de la Eucaristía y de la caridad. - Asumir
servicios en la parroquia y en la Arquidiócesis. - Orar y actuar en
favor de la unidad de los cristianos (Semana por la Unidad). SOCIAL –
Comprometerse por la justicia, los derechos humanos, la verdad y la paz,
como signos del Reino. – Colaborar en alguna obra social en favor de
los más pobres. - Participar en la obra social que nuestra Iglesia de
Santa Cruz quiere impulsar como signo concreto del Jubileo. - Participar
en organizaciones sociales, cívicas. sindicales y políticas. desde la
vivencia del Evangelio y para la construcción del Reino de Dios. SIMBOLO
DEL JUBILEO 2000 El símbolo
representa muy bien el mensaje cristiano en su totalidad: la parte
central, de color azul, indica el globo terrestre sobre lo que domina la
Cruz, como queriendo abrazarlo. Las cinco palomas, cada una de color
diverso, representan los cinco continentes. Del centro de la cruz se
irradia una luz, símbolo de Cristo "verdadera luz del mundo",
lo que indican también las palabras "Christus heri, hodie, semper'
CRISTO AYER, HOY Y SIEMPRE. El
trenzado de las palomas significa el espíritu de unidad de los hijos de
Dios y la reconciliación entre los pueblos. La cruz recuerda que Cristo
ha muerto para salvar a todos y las tres líneas multicolores que la
componen aluden al mismo misterio de la Trinidad. TEMPLOS
JUBILARES En
nuestra Arquidiócesis, para facilitar las peregrinaciones y las visitas
a las Iglesias Jubilares, se han fijado varios templos parroquiales en
la ciudad y en el campo. La visita a estas Iglesias es la ocasión para
acercarse a los Sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía, así
como para celebraciones comunitarias y parroquiales. EN
LA CIUDAD - La Catedral (San Lorenzo) - El Santuario de
Cotoca. EN
LA ZONA NORTE CELEBRACIONES
Jubilares ARQUIDIOCESANAS en Santa
Cruz 24 DE
DICIEMBRE 1999 Apertura Jubileo Arquidiocesano en todas las Parroquias y
Centros de Culto a las 22.00 Hs. 2 DE
FEBRERO 2000 Vida Consagrada 2 DE
MARZO 2000 Obispos y Delegados del Oriente JUNIO
2000 Agentes de Pastoral, durante Asamblea Arquidiocesana 22
JUNIO 2000 Parroquias en La Fiesta de Corpus Christi 10
AGOSTO 2000 Sacerdotes y Seminaristas. 25 Años de la Arquidiócesis 19-20
AGOSTO 2000 Jóvenes 8
DICIEMBRE 2000 Familias (Niños y Ancianos) 6 DE
ENERO 2001 Clausura del Jubileo
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Pagina Oficial del Jubileo 2000 |