

Principios Teóricos del Impuesto:
En su libro La Riqueza de las Naciones, Adam Smith definió
como principios teóricos del impuesto a la justicia, certidumbre,
comodidad y economía:
* Justicia: Los súbditos del Estado deben contribuir a sostener
al gobierno en proporción a su capacidad y a los ingresos que perciben.
De este principio depende la equidad de los impuestos.
Este principio inspiró a la Constitución Francesa de
1789 y a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,
se consagró en la Constitución Española de Cádiz
de 1812 y en las Constituciones Mexicanas de 1857 y 1917.
Deben pagar impuestos todos aquellos cuya conducta se encuadre en el
hecho generador del crédito fiscal, además de que frente
al impuesto todos los ciudadanos son iguales.
* Certidumbre: El impuesto debe ser fijo y no arbitrario. La fecha,
forma y cantidad de pago deben ser claras para el contribuyente. Además
los contribuyentes deben tener a su alcance las leyes, reglamentos y circulares
que les afecten en materia de impuestos. Por otra parte debe precisarse
si se trata de un impuesto federal, local o municipal y la Administración
debe ser imparcial en el establecimiento del impuesto.
* Comodidad: El impuesto “debe recaudarse en la época y forma
en las que es más probable que convenga su pago al contribuyente”
decía Adam Smith.
* Economía: Los impuestos pueden constituir un obstáculo
para que la población se dedique a determinada actividad. Los embargos,
decomisos y demás sanciones impuestas en materia fiscal pueden terminar
con el beneficio que pretende obtenerse con los impuestos privando a los
contribuyentes de sus posesiones y disminuyendo su productividad.
Lo recaudado debe entrar lo antes posible al “Tesoro público”.
