|
SONETO LXXXIX
Cuando yo muera quiero tus manos en mis
ojos:
quiero la luz y el trigo de tus manos amadas
pasar una vez m�s sobre m� su frescura:
sentir la suavidad que cambi� mi destino.
Quiero que vivas mientras yo, dormido,
te espero,
quiero que tus o�dos sigan oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar que amamos juntos
y que sigas pisando la arena que pisamos.
Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te am� y cant� sobre todas las cosas,
por eso sigue t� floreciendo, florida,
para que alcances todo lo que mi amor
te ordena,
para que se pasee mi sombra por tu pelo,
para que as� conozcan la raz�n de mi canto.
Pablo Neruda, 1959
Cien Sonetos de Amor (1959) Tarde
|