A la hora de hacer un arreglo de flores secas podemos comprarlas, o bien recolectarlas nosotros mismos, opción más agradable, ya que ves el proceso de secado día a día
Una norma básica para recolectar las flores es respetar la naturaleza, ya que con el paso del tiempo podemos volver a hacerlo, cosa que si arrancamos la planta, en vez de recortarla con unas tijeras o navaja no podríamos hacer. Puedes utilizar unas tijeras normales o de poda, un cuchillo o una navaja bien afilados.
El momento ideal para recolectar las plantas es un día soleado después del mediodía cuando se hayan secado las gotas del rocío, nunca después de llover o nevar, porque la humedad podría llegar a pudrir las plantas.

Si coges las plantas para secarlas, procura hacerlo con el tallo largo, ya que para cortarlo siempre hay tiempo y así te evitas el tener que alambrarlo, que siempre es un trabajo extra. Además es preferible quitar las hojas y secarlas por separado ya que si no se quedan feas y tardan mucho más en secarse.
Hay muchas flores que tienen espinas, por lo que es conveniente que uses guantes a la hora de recolectar. También hay unos quitaespinas que venden en las floristerias, aunque yo no lo tengo ni lo he visto, pues con un cuchillo me he apañado muy bien.
Una vez que has cortado la planta la debes colocar en cestas, bolsas de papel o enrolladas en papel secante o de periódico.
Las dos cosas más importantes son, que la planta no esté mojada al cogerla y que no las amontones, ya que pierden la forma.
Si la planta la quieres para prensarla, es preferible que lleves la prensa contigo, ya que así las almacenas directamente, si no, las transportas igual que las plantas que vas a secar.

La mejor manera de secar las hojas es la de enrollarlas sobre papel secante, yo suelo ponerlas algo encima, aunque sin meterlas en la prensa para que no se queden muy finas.
En las plantas que hayas cortado con poco tallo, conviene que la alambres antes de secarla, sobre todo las hojas, ya que luego se vuelven muy quebradizas.