ÉXTASIS
DROGAS NATURALES
SPECIAL K
ÉXTASIS
Casi todo el éxtasis que se consume en España y en Europa
se ofrece en forma de comprimidos con colores llamativos, y diferentes
dibujos y anagramas grabados en su superficie.
De su apariencia exterior derivan los nombres con los que son conocidos:
fidodidos, tapones, delfines, pájaros, adanes, ovaladas, etc.
La misma sustancia puede presentarse como comprimidos de formas,
tamaños,
pesos y concentraciones distintos. Además, una presentación
aparentemente idéntica a otra puede contener sustancias diferentes.
El peso por comprimido suele oscilar entre 250 y 350 mg.
La mayoría de las pastillas de "éxtasis" que
se consumen hoy en España contienen como principales activos uno
de los cuatro derivados anfetamínicos emparentados química
y farmacológicamente: MDMA, MDEA, MDA y MBDB. La presencia
de MDA
es especialmente preocupante por su constatada toxicidad.
Las oscilaciones en el contenido de principio activo son considerables.
Esa variedad implica que los usuarios no saben si los efectos de una pastilla
tomada hoy equivaldrán a los de otra tomada anteriormente. Un usuario
acostumbrado a una cierta cantidad de pastillas puede un día consumir
el triple de lo habitual sin saberlo, algo que puede ser especialmente
grave en el caso de las ingestas elevadas.
El contenido específico de las pastillas, las oscilaciones
de las dosis, la posibilidad de partidas conteniendo un derivado o productos
intermedios más tóxicos y, en suma, la ignorancia de los
usuarios de lo que realmente toman, así como las amplias lagunas
en nuestro conocimiento de los efectos reales de estas sustancias tornan
la expansión del consumo de "éxtasis" en un
potencial
problema de salud pública.
Se ha comprobado que la MDMA puede producir daños
físicos
y psíquicos importantes en algunas personas. En la literatura
médica
se han descrito diversas reacciones adversas graves -que requieren el ingreso
del usuario en un servicio de urgencias o su hospitalización- causadas
por la ingesta, a veces de dosis únicas de MDMA o análogas.
Las más frecuentes han sido las siguientes:
-Hipertermias severas acompañadas de coagulopatía,
rabdomiólisis
y, a veces, insuficiencia renal aguda.
-Ictus, a causa de hemorragias o trombosis cerebrales.
-Hiponatremias producidas por una secreción inadecuada de
ADH.
-Insuficiencias hepáticas de diverso grado.
Parece que uno de los potenciales peligros del consumo de MDMA y
análogos
es el riesgo de alteraciones psiquiátricas en algunos individuos.
Se ha relacionado este consumo con tres tipos de dolencias: crisis de ansiedad,
trastornos depresivos y alteraciones psicóticas.
En la literatura médica internacional se han reseñado
14 casos de fallecimientos imputados al consumo de MDMA, y otros 6 casos
más en los que las víctimas habían ingerido esta
sustancia
aunque su contribución al fallecimiento resulta más
dudosa.
En España, se han registrado al menos cuatro muertes
atribuidas
a este consumo.
Por otra parte, la mayoría de los usuarios de estas sustancias
piensan que existe cierta relación entre el consumo de éxtasis
y los accidentes de tráfico, sobre todo aquéllos que se producen
durante los fines de semana.
También piensan los usuarios que la conducción es distinta
cuando se está bajo los efectos de estas sustancias. La mayoría
consideran que el éxtasis disminuye las capacidades para una
conducción
segura: se reduce la capacidad de concentración, los reflejos y
la visibilidad, aumenta el tiempo de reacción, produce luminiscencias
y, en ocasiones, alucinaciones visuales y acústicas.
LAS "DROGAS
NATURALES"
En los últimos dos años, han comenzado a aparecer, primero
en Estados Unidos y luego en Europa, unas sustancias denominadas
"drogas
naturales", así conocidas por no ser productos químicos
sino elaborarse a partir de materias vegetales.
En España, la sustancia más conocida -dentro de un nivel
todavía muy minoritario- es el llamado "Herbal
Ecstacy"
(éxtasis vegetal, en su acepción española).
Se trata de un compuesto orgánico formado en su totalidad por
extractos
o alcaloides de origen vegetal, con forma de pastilla circular de color
azulón, con una "e" grabada en una cara y una mariposa
en el reverso. Se comercializa en cajas de 10 ó 12 pastillas al
precio de unas 3000 pesetas el envase aproximadamente.
Pertenece al grupo de los estimulantes, al llevar en su composición
cafeína y efedrina y sus efectos consiguen una elevación
del tono vital y pudiendo compararse con la ingesta de varias tazas de
café.
A largo plazo y debido a su contenido de efedrina, se teme que pueda
ocasionar pérdida de memoria, psicosis y daños irreversibles
en el Sistema Nervioso Central. Taquicardia y aumento de la presión
sanguínea son algunos de sus efectos más comunes. Se pueden
producir además serias contraindicaciones si existen complicaciones
del tipo de tensión alta, enfermedades cardiacas, renales y diabetes.
El simple hecho de estar bajo tratamiento farmacológico es un factor
de riesgo, en relación con la efedrina que contiene, que puede
desembocar
en muerte por embolia.
No figura en ninguna de las listas de Estupefacientes o
Psicotrópicos
sometidos a fiscalización internacional, de ahí deriva la
legalidad de su venta libre en EE.UU.
SPECIAL K
Aunque no se poseen datos de introducción en nuestro país,
han aparecido recientemente en algunos medios de comunicación
noticias
sobre el Special K, considerada como una de las drogas de
síntesis
más dañinas para la salud. Esta sustancia proviene de la
ketamina, un anestésico que se adquiere en las farmacias. Se puede
esnifar o inyectar y mezclada con cocaína puede resultar altamente
peligrosa.
Entre sus efectos más inmediatos figuran la alteración
de la respiración y el ritmo cardíaco y la disminución
del riego sanguíneo en el cerebro. De ahí que pueda causar
trastornos psíquicos irreversibles, e incluso ataques cardíacos
y hasta la muerte.
La nueva droga es mucho más peligrosa que la cocaína o
que estimulantes de diseño como el speed y el éxtasis (MDMA).
Su gran riesgo se produce mientras duran los efectos de su ingestión.
Durante una o dos horas, depende de la dosis, el consumidor puede llegar
a sufrir un vacío de memoria y no ser consciente de sus actos.
Significado social y cultural
Las drogas de síntesis se están afianzando en las nuevas
generaciones de jóvenes más como un fenómeno
sociocultural
que se inviste de señas de identidad peculiares y sin precedentes
en los modos de consumo anteriores, que como un hecho individual y aislado.
Esto obliga a explorar en profundidad los enclaves sociales y la
significación
que el uso de drogas de síntesis tiene atribuida en el contexto
en que se está desarrollando.
La expansión del consumo de pastillas de éxtasis y otras
sustancias afines se produce en un marco social de rechazo al consumo de
heroína y todo lo relacionado con esta modalidad de consumo, es
decir, sobreviene en un momento de crisis de otras drogas por lo que, por
extrapolación, tiende a señalizarse en función de
rasgos contrapuestos.
Rehúye lo individual constituyéndose en un acto
fundamental
y esencialmente colectivo y grupal. Su uso posee significado de elemento
facilitador de la sociabilidad, la relación enmarcada en el
propósito de la diversión y el ocio.
El consumo de drogas de síntesis forma parte y se completa con
elementos ambientales muy concretos que aportan esas señas de
identificación/diferenciación
entre ésta y otras formas de consumo: locales multitudinarios, con
apariencia industrial, donde sólo se baila un determinado tipo de
música, envuelto en recursos visuales específicos, etc....
El ambiente subcultural y de ocio donde se instalan se caracteriza por
aportar innovación tanto a la conducta de las personas que las
frecuentan
como al modo de divertirse. Estos patrones de comportamiento se difunden
y ponen de moda rápidamente entre un sector de población
que busca contar con su propia identidad y en perfecta consonancia con
su necesidad de autoafirmación frente al resto de la sociedad.
El consumo se produce entre el grupo de amigos, resaltando el componente
de confianza y afinidad que ello conlleva, enraiza así el sentimiento
de pertenencia al ámbito de relación más
próximo.
Su mayor incremento se da en los períodos temporales destinados
al ocio, fines de semana, períodos festivos y estación
veraniega.
Las nuevas drogas de síntesis se están afianzando en las
rutas nocturnas de una nueva generación de jóvenes que busca
evadirse, transportar su mente lejos e investigar nuevas sensaciones de
escape.
Su consumo se propaga más como una cultura que como un vicio
y, más que un fenómeno individual, se trata de un asunto
grupal, una práctica pública y rutinaria, que se constituye
en un fenómeno de afirmación frente a la sociedad. Los
marginados
de hace unos años eran marginados por obra de la sociedad; ahora,
en la imaginación, la sociedad es la marginada.
Su impulso de rechazo a las órdenes colectivas y adultas es su
forma de afirmarse y rebelarse, no ven posibilidades de transformar nada
ni en el orden político ni económico.