Subject: LAS ABANDONADAS. Date: Wed, Mar 11, 1998 21:59 EST LAS ABANDONADAS Por: Julio Sesto Cómo me dan pena las abandonadas que amaron creyendo también ser amadas, y van por la vida llorando un cariño recordando un hombre y arrastrando un niño. Cómo hay quien derribe del árbol la hoja y al verla en el suelo ya no la recoja y quien a pedradas tira el fruto verde y lo eche rodando después que lo muerde. Las abandonadas son fruta caída, del árbol frondoso y alto de la vida son, más que caídas fruta derribada por un beso artero como una pedrada. Por las calles ruedan estas tristes frutas como maceradas manzanas enjutas; y en sus pobres cuerpos antaño turgentes llevan la indeleble maraca de los dientes. Tienen dos caminos que escoger: el quicio de una puerta honrada, o el harem del vicio y en medio de tantos rigores aún hay quien hablarles se atreven de amores. Aquellos magnates que ampararles pueden más las precipitan para que mas rueden, y hasta hay quien se vuelva su postrer verdugo queriendo exprimirlas si aún les queda jugo. Las abandonadas son como el bagazo que alambica el beso y exprime el abrazo, si aún les queda zumo lo chupa el dolor. ¡Son triste bagazo, bagazo de amor! Cuando las encuentro me lleno de angustias sus senos marchitos y sus caras mustias; y pienso que arrastra su arrepentimiento, un niño que es hijo del remordimiento... El remordimiento lo arrastra algún hombre oculto, que al niño niega techo y nombre; al ver esos niños de blandos cabellos; yo quisiera amarlos y ser padre de ellos. Los abandonados me dan estas penas porque casi todas son mujeres buenas; son manzanas secas, son fruta caída del árbol frondoso y alto de la vida. No hay quién las ampare, no hay quién las recoja, más que el mismo viento que arrastra la hoja... Marchan con los ojos fijos en el suelo, cansadas en vano de mirar al cielo! De sus hondas cuitas, ni el Señor se apiada, porque de estas cosas...Dios, no sabe nada y así van las pobres llorando un cariño, recordando un hombre y arrastrando un niño.