Subject: REDONDILLAS/Sor Juana Inés de la Cruz Date: Tue, Mar 3, 1998 08:01 EST REDONDILLAS Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpaís: si con ansia sin igual solicitaís su desdén Por qué quereís que obren bien si las incitaís al mal? Combatís su resistencia y luego, con gravedad decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia. Parecer quiere el denuedo de vuestro parecer loco, al niño que pone el coco y luego le tiene miedo. Quereís, con presunción necia, hallar a la que buscaís, para pretendida, Thais, y en la posesión, Lucrecia. Qué humor puede ser más raro que el que, falto de consejo, el mismo empaña el espejo y siente que no esté claro? Con el favor y el desdén teneís condición igual, quejandoos, si os tratan mal, burlandoos, si os quieren bien. Opinión, ninguna gana; pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata, y si os admite, el liviana. Siempre tan necios andaís que, con desigual nivel, a una culpaís por cruel y a la otra por facil culpaís Pues cómo ha de estar templada la que vuestro amor pretende, si la que es ingrata, ofende y la que es fácil, enfada? Más, entre el enfado y pena que vuestro gusto refiere, bien haya la que no os quiere y quejaos en hora buena. Dan vuestra amantes penas a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las quereís hallar muy buenas. Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que cae de rogada, o el que ruega de caído? O cuál es más de culpar aunque cualquiera mal haga: el que peca por la paga, o el que paga por pecar? Pues... para qué os espantaís de la culpa que teneís? Queredlas cual las haceís o hacedlas cual las buscaís. Dejad de solicitar, y después, con más razón, acusareís la afición de la que os fuere a rogar. Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia juntaís diablo, carne y mundo. Sor Juana Inés de la Cruz.