Los niños no siempre hacen lo que
los padres quieren. Cuando el niño se comporta mal, el padre tiene que
decidir cómo va a responder. Todos los niños necesitan reglas y expectativas
para ayudarlos a aprender el comportamiento apropiado. ¿Cómo le enseña un
padre a su niño las reglas y qué deben de hacer los padres cuando las reglas
se rompen?
Los padres deben de comenzar
hablando entre sí acerca de cómo ellos quieren manejar la disciplina y
establecer las reglas. Es importante que se vea la disciplina como enseñanza y
no como castigo. El aprender a seguir las reglas mantiene al niño seguro y lo
ayuda a él/ella a aprender la diferencia entre lo que es correcto o incorrecto.
Una vez que se establecen las
reglas, los padres deben de explicarle al niño las consecuencias de romper las
reglas. Por ejemplo: Estas son las reglas, si tú sigues las reglas ésto es lo
que sucede y si tú rompes la regla, esto es lo que sucede. Los padres y los
niños deben de decidir juntos cuáles van a ser los premios y las consecuencias.
Los padres siempre deben de reconocer y ofrecer refuerzo positivo y apoyo
cuando el niño sigue las reglas. Los padres tienen también que aplicar la
consecuencia apropiada cuando el niño rompe una regla. La consistencia y el
ser predecible son las bases de la disciplina y el alago es el mayor refuerzo
para el aprendizaje.
Los niños aprenden con la
experiencia. Tener consecuencias lógicas para el mal comportamiento ayuda a
que ellos aprendan a ser responsables de sus acciones sin afectar su
autoestima. Si los niños se pelean por la televisión, la computadora o un
juego de video, apágueselo. Si un niño vira la leche en la mesa de comer
mientras está jugando con ella, haga que el niño la limpie. Un adolescente que
se acuesta muy tarde puede sufrir las consecuencias naturales de estar cansado
al día siguiente. Otro tipo de consecuencia que puede ser efectiva es la
suspensión o dilación de un privilegio. Si el niño rompe la regla acerca de
dónde puede ir en su bicicleta, quítele la bicicleta por unos días. Cuando un
niño no hace sus tareas, a él o ella no se le permite hacer algo especial,
como quedarse la noche con un amigo o alquilar un video.
Hay diferentes estilos o formas de
abordar el ser padres. Las investigaciones indican que los padres efectivos
crían hijos bien ajustados que son más auto-dependientes, auto-controlados y
positivamente curiosos que aquellos niños criados por padres que castigan, son
demasiado estrictos (autoritarios) o que les permiten todo. Los padres
efectivos operan bajo la creeencia de que tanto los niños como los padres
tienen ciertos derechos y que las necesidades de ambos son importantes. Los
padres efectivos no necesitan hacer uso de la fuerza física para disciplinar
al niño, pero son los que establecen reglas claras y les explican porqué esas
reglas son importantes. Los padres efectivos razonan con sus niños y
consideran los puntos de vista de los jóvenes aunque no estén de acuerdo con
ellos.
Tipos de disciplina efectiva:
Confíen en que su niño va a hacer
lo correcto dentro de los límites de su edad y nivel de desarrollo.
Asegúrese de que lo que usted le pida sea razonable.
Hable con su niño como usted desearía que alguien le hablase usted si lo
estuviese regañando a usted. No recurra a ponerle nombres, gritarle o faltarle
el respeto.
Sea claro sobre lo que usted quiere decir. Sea firme y específico.
Sea usted un modelo positivo de comportamiento. "Haz lo que yo digo, no lo que
yo hago" muy pocas veces resulta.
Permita la negociación y flexibilidad; ello puede ayudar a establecer las
destrezas sociales en su niño.
Permita que su niño experimente las consecuencias de su comportamiento.
Cuando sea posible, las consecuencias deben llevarse a cabo de inmediato,
deben estar relacionadas con el romper la regla y deben ser de poca duración
para que usted pueda moverse a enfatizar los positivos de nuevo.
Las consecuencias deben de ser justas, y apropiadas a la situación y la edad
del niño.
Las clases para enseñar y entrenar
a cómo ser padres pueden ser de ayuda para aprender a ser un padre efectivo.
Si los padres tienen serias preocupaciones acerca de problemas continuos
relacionados con el comportamiento de su niño, el consultar con un siquiatra
de niños y adolescentes o con cualquier otro profesional de la salud mental
cualificado puede servir de ayuda.