|
|

Mi hijo es un Mandón!!!
¿Tienes a un pequeño
dictador en casa? El hecho
de mandar en exceso es
normal durante un periodo
de la vida de nuestros
hijos. Pero es importante
evitar que esta conducta se
anquilose para prevenir
problemas de relación con
sus compañeros. Los padres
debemos reaccionar
adecuadamente siguiendo
unos cuantos consejos.
Si tu hijo es pequeño (aproximadamente
menor de seis años) y no
para de dar órdenes a todo
el mundo adoptando la
postura y el tono de voz de
un adulto, es probable que
te parezca gracioso. Pero
cuando el niño es mayor y
continúa comportándose de
esa manera, la situación ya
no es tan cómica y es
posible que empieces a
darte cuenta del problema
que supone para él en sus
relaciones con los demás,
ya que ningún amigo querrá
jugar con él, a menos que
encuentre un compañero que
se deje mandar.
Como plantea Karen Renshaw
Joslin en el capítulo "Mandón,
autoritario" de su libro
El Padre Competente de la A
a la Z,
la situación es diferente
dependiendo de la edad de
tu hijo y, por lo tanto, la
manera de abordarla también
será distinta.
El niño autoritario
entre 2 y 6 años de edad:
Durante la primera infancia
es normal y
frecuente que a los
niños les guste mandar: "¡Jugamos
al escondite porque lo digo
yo!". Lo más importante
durante estas edades es
evitar una serie de
actitudes que podrían
convertir este tipo de
mando en una característica
de su futuro carácter.
Es común que los adultos lo
valoremos como una
situación cómica y nos
riamos cuando el niño
adopta esta actitud. Pero
no somos conscientes que,
mirándole y riendo, lo que
fomentamos es que cada vez
mande más y a más gente, es
decir, que aprenda y
generalice este
comportamiento. ¿Por qué?
Porque estamos
prestándole atención, y
así potenciamos la
actividad que está
realizando el niño en aquel
preciso momento. Además, si
únicamente estamos por
nuestro hijo cuando da
órdenes y, en cambio, no lo
hacemos cuando juega
tranquilamente y comparte
los juguetes con los demás,
o cuando nos pide lo que
desea de forma adecuada,
todavía tendremos más
probabilidades de que el
niño se convierta en un
pequeño mandón.
¿Qué debo hacer cuando
mi pequeño da demasiadas
órdenes?
-
Una regla básica es
ignorar su
comportamiento, es
decir, no reírse ni
mirarlo aunque nos haga
gracia. Si se te escapa
la risa, vete de la
habitación donde se
encuentra tu hijo y
desahógate riendo sin
que él pueda verte ni
oírte. Avisa a los
adultos con quien tiene
relación tu hijo para
que hagan lo mismo.
-
Si tu hijo te pide las
cosas de forma
incorrecta, no
cumplas lo que te pide,
hasta que lo diga bien
dicho. Puedes decirle:
"No te escucharé hasta
que no me pidas
correctamente lo que
quieres. Tú sabes cómo
hacerlo". Sigue con la
actividad en la que
estabas ocupado/a sin
hacerle caso, hasta que
te pida adecuadamente
lo que desea.
-
Si da órdenes a sus
amigos, no lo avergüences
delante de ellos.
Explícale de antemano que,
cada vez que le veas
mandando a alguien, le
darás un aviso (por
ejemplo, dirás su nombre),
para comunicarle que está
comportándose
incorrectamente y que
deje de hacerlo. Si
continúa, oblígalo a
hacer una pausa en el
juego (puedes decir "PAUSA",
manteniendo el rostro
inexpresivo, y sentarlo
en una silla durante 5
minutos aproximadamente),
hasta que decida negociar
o pedir adecuadamente lo
que desea. Repítelo
tantas veces como sea
necesario.
-
Es muy importante que no
pases por alto los
momentos en que tu hijo
no se comporta como un
mandón y hace las
peticiones de manera
correcta. Es entonces
cuando debes alabarle
("¡Bravo! ¡Soy muy feliz
cuando pides las cosas
bien dichas!") y/o
premiarle ("¡Te
mereces un
aplauso-abrazo-beso!").
Con esta estrategia
aprenderá cómo debe
comportarse.
-
Predicad con el ejemplo.
Los padres debemos pedir
las cosas siempre
correctamente. Ese será
un buen ejemplo para él.
-
Enseñadle, a través de
cuentos o de vuestros
comentarios, el valor del
respeto hacia los demás y
hacia las otras opiniones.
Tener esto en cuenta
desde que vuestros hijos
son pequeños hace que
crezcan con flexibilidad
y tolerancia.
Mi hijo autoritario
mayor de 6 años:
Cuando tu hijo ya es "mayorcito"
y da órdenes excesivamente
y de forma autoritaria, es
posible que, durante su
infancia, los adultos de su
alrededor hayan fomentado
este comportamiento "riéndole
las gracias" y prestándole
atención.
Esta actitud mandona por su
parte, puede repercutir en
sus relaciones, ya que la
mayoría de niños no aceptan
que un amigo o compañero de
su edad los manden, y
acostumbran a no querer
jugar o salir con él.
¿Qué debo hacer?
-
No escuches e
ignora a tu hijo cuando
te manda autoritariamente;
hazlo sólo cuando te pide
correctamente lo que
desea o cuando está
dispuesto a negociar.
-
Cuando veas que da
demasiadas órdenes a sus
amigos, no le digas nada
en aquel preciso momento,
pero después, cuando
estés a solas con tu hijo,
háblale de la
situación concreta y
plantéale alternativas...
Puedes comentarle: "Esta
tarde me ha parecido que
mandabas excesivamente a
Rosa. ¿Qué opinas tú? ¿Cómo
te sentirías si ella te
hablara de la misma
manera? Creo que en vez
de darle órdenes para
jugar a lo que tú quieres,
podrías haberle propuesto
diversos juegos para que
ella pudiera elegir. O
bien, podríais haberlo
negociado jugando primero
a lo que ella quería, con
la condición de dedicaros
luego al juego que tú
deseabas. ¿Qué te parece
la idea?"
-
Enséñale a negociar.
Empieza enseñándole a
hacerlo en el ambiente
familiar. Poco a poco
podrá hacerlo él sólo con
sus amigos.
Aunque la actitud mandona
es normal en los niños, es
importante que los padres
actuemos adecuadamente para
que no se agrave este
comportamiento y, así,
evitar que nuestro hijo
tenga problemas en sus
relaciones sociales por
este motivo.
Consejos Practicos:
-
Hay padres que, cuando
ven que su hijo comienza
a dar órdenes, les dicen,
con tono autoritario:
"¡Te he dicho mil veces
que no seas mandón!" No
se dan cuenta que… ¡están
ordenando a su
hijo que no mande! Los
padres somos los
principales modelos a
imitar por nuestros hijos.
Por eso es tan importante
pedir las cosas
siempre correctamente,
sin gritar, y ofreciendo
opciones para que pueda
elegir. Por ejemplo:
"Oscar, te agradecería
que me ayudaras con la
compra. ¿Prefieres ir
sacando las cosas de las
bolsas o guardarlo en el
armario?"
-
Alaba y premia a
tu hijo cuando está
jugando y compartiendo
tranquilamente con los
demás, o cuando pide
adecuadamente lo que
desea. Aplaudirle, darle
un beso y expresarle lo
contento/a que estás con
él.
-
Enséñale a pedir
correctamente lo que
quiere y a negociar. ¿Cómo?
- Si tu hijo es
mayor de 5 o 6 años,
cuando estéis a solas,
explícale la
alternativa correcta al
hecho de mandar a
partir de una situación
concreta que le haya
ocurrido a él: "Tienes
más probabilidades de
conseguir lo que
quieres pidiéndolo
correctamente. Le
podrías haber dicho a
María: ¿qué te parece
si primero yo
represento el papel de
bueno y, al cabo de un
rato, cambiamos y yo
soy el malo y tú la
buena?"
- Si tu hijo es
menor de 5 años o
crees que todavía no
puede comprender la
explicación anterior,
cuando sea a ti a quien
te pida las cosas
inadecuadamente, no le
mires ni le escuches y,
por supuesto, no
cumplas lo que te pide.
Si manda excesivamente
a sus compañeros de
juego, avísale antes de
comenzar que, cuando
veas que se está
comportando
incorrectamente, le
darás un aviso (por
ejemplo, decir su
nombre) para que él se
dé cuenta. Si continúa
con la misma actitud,
oblígale a que haga una
pausa en el juego (dile:
"PAUSA" sin ninguna
expresión en tu cara),
y siéntalo en una silla
unos momentos (5
minutos). Repite el
procedimiento tantas
veces como creas
necesario.
-
Es importante que tu hijo,
tenga la edad que tenga,
participe en
actividades de grupo,
para que aprenda a
compartir, a negociar, a
cumplir normas impuestas
por otros, etc. Un
deporte de equipo, un
grupo excursionista, etc.
-
Incita a tu hijo a que
juegue, ya sea con sus
hermanos o sus amigos, a
juegos no competitivos,
como organizar una banda
de música utilizando
distintos instrumentos
musicales, etc.
Lídia Ametller Martínez
Licenciada en Psicología
www.solohijos.com
Volver

Ultima Actualizacion: Abril 24, 2002
Esta pagina ha sido diseñada por
Angie Sanz
|
|
|