Cortesia de la Iglesia de Cristo-Pedregal Panamá
Autores Locales
Lo que Implica ser Cristiano
por Gabriel E. Leonard
No cabe duda que los últimos 500 años han sido de gran beneficio para la expansión del evangelio de Cristo por todo el mundo. Gracias a los movimientos liberales religiosos que tuvieron origen en el Renacimiento, y en especial durante los dos últimos siglos (debido a los grandes adelantos en la industria del transporte y la comunicación), son millones los hombres y mujeres que han abandonado vidas de vicio y perdición para convertirse en seres de bien. Sin embargo, la rapidez con que el Evangelio se ha expandido también tiene un aspecto un tanto negativo, aunque esto parezca contradictorio. A pesar de que son incontables las personas que han entregado sus vidas a Jesús dejando atrás su vida pecaminosa (entiéndase esto como vicios), es evidente que aún existe en muchas de ellas problemas y hábitos contraproducentes de tipo psicológico y social, como la baja autoestima, el abuso intra-familiar en todas sus formas (verbal, físico, sexual, etc.), y la falta de metas y objetivos. Es una realidad: son millones los cristianos que viven vidas vacías. Pero, Cual es la causa de este vacío? Acaso no es suficiente con asistir todos los domingos a adorar a Dios y dejar de fumar, tomar bebidas alcohólicas, abstenerse de los juegos de azar? Es evidente que Cristo requiere de nosotros una vida libre de vicios y pecados (Galatas 5:19-21). No obstante, es mi firme convicción que el vacío interior que experimentan muchos cristianos se debe a: (1) a la creencia que toda nuestra forma de vida cambia al aceptar al Señor, y (2) la falta de conciencia de que el ser humano es un ente integral, formado por un componente mental, físico, emocional y espiritual. Es incuestionable el hecho de que Cristo desea que cada hombre y mujer se entregue a sus pies y que dicha entrega sea efectiva lo mas pronto posible. Pero el aceptar a Jesús en las aguas del bautismo es solo el inicio de un largo proceso conocido como santificación o justificación, en el cual cada individuo moldea su carácter hasta llegar a la "estatura de la plenitud de Cristo" (Efesios 4: 11-13, 15). Lamentablemente, muchos evangelistas, ministros y misioneros no entienden esto, haciendo creer a los cristianos que "todo cambia de la noche a la mañana". Otro error que cometen muchos lideres cristianos es el énfasis extremo en el aspecto moral-espiritual del individuo sin tomar en cuenta la complejidad del hombre. Todo esto como consecuencia de la "rapidez" con que se da el proceso de evangelización, que busca, en algunos casos, obtener un gran número de conversos, sacrificando la calidad del cristiano a nivel individual. Lo rápido o instantáneo no siempre es sinónimo de bueno; más en lo que respecta a la vida cristiana. Como un árbol de roble que toma décadas en alcanzar la madurez, el cristiano recién convertido necesita tiempo para que Jesús toque cada parte de su vida. Esto se debe a que cada parte de su vida ha sido afectada por el pecado. Dios, en el libro de Génesis, nos enseña que el ser humano (hombre y mujer) fue creado según su imagen y semejanza (Gen. 1:26-27), lo que implica que fue creado como un ser maravilloso con una mente capaz de hacer grandes cosas. En el principio, el ser humano poseía una autoestima correcta, sabiendo que era inferior a Dios, pero superior a los animales y a las plantas. Se amaba y se aceptaba a si mismo y a su prójimo sin condiciones (Gen. 1:23-25.) El capítulo tres del primer libro de la Biblia describe la manera en que entra el pecado al mundo como arma de Satanás para destruir la creación más sublime de Dios: El ser humano. Tomemos unos instantes para analizar como el Diablo destruye la imagen del hombre: 1. Rompió su relación con Dios (aspecto espiritual Gen. 3:8). 2. Da la autoestima del hombre con la introducción del miedo (aspecto emocional Gen 3:10) 3. Distorsión la parte intelectual de los seres humanos (Romanos 1:16-23). No obstante, y a pesar de este panorama poco halagador, Dios prometió desde un principio a un Redentor que salvaría a la creación de las garras del maligno (Gen. 3: 15). Este salvador, llamado Cristo Jesús, es el mediador que restablece nuestra comunicación espiritual con Dios (Hebreos 9:15), pero también se compadece de nuestras debilidades humanas (Hebreos 4:15). Es este mismo Jesús es quien nos ordena a desechar al viejo hombre viciado para vestirnos del nuevo (Efesios 4:22-24). Cabe destacar que, cuando se nos exige dejar al hombre antiguo, esto es en su totalidad y no en parte. Por ende, debemos permitir que Cristo transforme, no solo nuestros vicios, como la adicción al licor o a la lotería, sino también nuestra manera de pensar y de ver las cosas, nuestras emociones heridas, nuestra manera de relacionarnos con otros y lo más importante: nuestro carácter. Siendo este un articulo dirigido al mundo hispanohablante, me es preciso ser práctico, exponiendo algunos aspectos muchas veces ignorados por los cristianos en nuestra cultura latina. 1. La baja autoestima: Los individuos crean familias, sociedades y países Entidades que tienen culturas y personalidades propias. Producto de siglos de opresión, el hombre latinoamericano ha sido muy dado a menospreciarse, lo que trae como consecuencia la formación de individuos sin rumbo, familias pobres y el subdesarrollo de nuestros países. Pero Cristo también murió para que nuestro intelecto fuese transformado. Dios nos ha creado a todo ser humano, de toda raza y cultura, de una manera formidable (Salmos 139:13-14) Permita que el Señor transforme nuestro intelecto! (Efesios 4:23). 2. El Machismo: Durante siglos, cristianos no transformados malinterpretaron algunos pasajes bíblicos con el fin de perpetuar el menosprecio del varón hacia la mujer en nuestra cultura. El cristiano latino realmente convertido debe aprender que, en Cristo, tanto el hombre como la mujer son iguales en cuanto a los derechos, deberes y privilegios que da el Señor (Galatas 3:28). El varón cristiano de verdad debe reconocer esta realidad y amar a su mujer como Cristo amo a su iglesia (Efesios 4:25), tratándola como "vaso más frágil" (I Pedro 3:7). 3. La Sexualidad. Este aspecto natural del ser humano fue uno de los más distorsionados por el pecado. Por un lado, lo que Dios creo como una de las expresiones más bellas entre un hombre y una mujer, se convirtió en un arma para explotar al prójimo. Por otro lado, sé transforma en algo vil y vergonzoso. Cristo también murió para redimir nuestra sexualidad. Muchos cristianos sinceros en nuestra cultura se ven a si mismos y a sus familias inmersas en problemas de esta índole porque no han permitido que Dios entre a esta parte de sus vidas. A pesar de permanecer fieles muchos años en la iglesia, siguen viendo al sexo como algo sucio e indigno y, por ende, no transmiten una educación correcta a sus hijos. Innumerables estudios científicos han demostrado que los hijos nacidos en matrimonios donde exista una actitud negativa hacia el sexo, tienden a involucrarse en actividades sexuales a temprana edad. Ser cristiano implica mucho más que el dejar viejos vicios y asistir regularmente al culto de adoración. Atrévase a ser realmente diferente. Entréguele a Cristo todo su ser!.
Gracias y que Dios le Bendiga con Paz y armonia!
Son los deseos de todos los miembros de la Iglesia de Cristo.
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