Cortesia de la Iglesia de Cristo-Pedregal Panamá
Autores Extranjeros
¿POR QUE SOY MIEMBRO
DE LA IGLESIA DE CRISTO?
por George W. Bailey
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Empezamos este estudio dirigiendo su atención al siguiente versículo de la Biblia: "Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os deman de razón de la esperanza que hay en vosotros" (1 Pedro 3:15). Difícilmente podemos dar razón de la esperanza de la cual habla el Apóstol si la religión que practicamos no tiene por base los dichos del Señor que con tanta frecuencia encontramos en la Biblia. ¿No es verdad que el Señor nos amonesta diciendo: "Examinadlo todo; Retened lo bueno?" (1 Tesalonicenses 5:21). ¿No dice la Biblia: "Examinaos a vosotros mismos si estáis en fe; probaos a vosotros mismos"? (2 Corintios 13:5).

¿Te has preguntado alguna vez por qué eres miembro de tu iglesia? ¿Puedes encontrar razones en la Biblia por la fe que profesas? Si no puedes, no has cumplido con el mandato de Dios de "examinadlo todo y retened lo bueno". ¿No es verdad que el Señor dijo: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios: porque muchos falsos profetas han salido por el mundo"? (1 Juan 4:1). Nos conviene examinar continuamente a nosotros mismos para ver si estamos o no en la verdadera fe. De esta forma nos evitaremos una desagradable sorpresa en el juicio final, cuando comprobemos tristemente que estuvimos siguiendo falsas enseñanzas. Pues por algo la Biblia nos advierte: "Muchos falsos profetas han salido por el mundo".

Nuestro Señor dijo en cierto momento: "Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo" (Mateo 15:13 14). Y el salmista agrega: "Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican" (Salmo 127:1). Estamos en la continua obligación de escudriñar las Escrituras para asegurarnos que formamos parte de la casa que el Señor edificó. La Escritura dice: "Pero Cristo como hijo sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si retenemos firmes hasta el fin la confianza y él gloriarnos en la esperanza" (Hebreos 3:6).

Cristo sí tiene una casa, "la cual somos nosotros", pero hemos de notar que hay una condición en el texto, a saber "si retenemos firmes hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza". Solamente podemos estar seguros de que pertenecemos a la casa del Señor reteniendo hasta el fin "la confianza y él gloriarnos en la esperanza".

¿De dónde procede esta confianza? ¿Cuál es la base de gloriarnos en la esperanza? La confianza y esperanza nacen de la fe en Dios (Hebreos 11:1). Esta fe viene por el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17). Para poder dar una respuesta correcta a aquellos que demandan razón de la esperanza que hay en nosotros, hemos de dejar que la Palabra de Dios sea quien gobierne nuestras prácticas religiosas y quien inspire nuestra adoración.

Ser miembro de una iglesia simplemente porque nuestros padres, parientes o amigos también lo son, no es razón suficiente ni válida por sí sola. Hemos de tener autoridad bíblica para todos nuestros actos religiosos. Quiero decirte, amigo lector, por qué soy miembro de la iglesia de Cristo. ¿Me lo permites? Me es un asunto tan personal que yo no puedo responder por lo que otros sean o hagan, sino de lo que yo mismo soy y por qué lo soy.

SOY MIEMBRO DE LA IGLESIA DE CRISTO
POR EL NOMBRE QUE OSTENTA
No estoy de acuerdo con los muchos nombres que han inventado los hombres para referirse a la iglesia.
En el Nuevo Testamento hallamos expresiones tales como "la iglesia" (Hechos 8:1); "la iglesia de Dios" (1 Corintios 1:2; 1 Timoteo 3:5); "la iglesia del Dios viviente" (1 Timoteo 3:15); "la iglesia del Señor" (Hechos 20:28); "la congregación de los primogénitos (Hebreos 12:23; "las iglesias de Cristo" (Romanos 16:16).

¿No fue Cristo mismo quien edificó la iglesia y la llamó "mi iglesia?" (Mateo 16:18). El es la cabeza de la iglesia y el Salvador del cuerpo (Efesios 5:23; Colosenses 1:18).
En Colosenses 1:24 hallamos la siguiente expresión: "y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia". Si la iglesia pertenece a Cristo, ¿por qué no darle este nombre? Es completamente bíblico referirse al cuerpo del Señor como "la iglesia de Cristo". Es porque lleva ese nombre bíblico que soy miembro de la iglesia de Cristo.


SOY MIEMBRO DE LA IGLESIA DE CRISTO
POR EL NOMBRE DE LOS QUE FORMAN ESTE CUERPO
A los seguidores de Cristo se les llama en el Nuevo Testamento "santos" (1 Corintios 1:2); "discípulos" (Hechos 20:7); "hermanos" (1 Corintios 15:6); "hijos de Dios" (1 Juan 3:1); "cristianos" (Hechos 11:26; 26:28). Seguramente sería correcto referirnos a los seguidores de Cristo como "santos", "discípulos", "hermanos", "hijos de Dios" y "cristianos", porque todas estas expresiones sé encuentran en el Nuevo Testamento. Además en Isaías 62:2,

Dios dijo que llamaría a su pueblo por un nombre nuevo y ese nombre sería indudablemente el de "cristiano". En este nombre podemos glorificar a Dios (1 Pedro 4:16). Tal vez algunos dirán que el nombre no tiene tanta importancia y que no importa cómo nos referimos a nuestra religión. Si esto es así, ¿por qué dijo el Señor que glorificáramos a Dios en este nombre, refiriéndose al nombre "cristiano?" (1 Pedro 4:16).

La Biblia se refiriere a Cristo cuando dice: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12). Un nombre tiene que tener algún significado. En cuestión de religión, sólo debemos usar aquél nombre que glorifica a nuestro Señor. La Biblia no habla de ésta o de aquella secta del Cristianismo, ni tampoco habla de cristianos con apodos, sino simplemente de cristianos. Como los miembros de la iglesia de Cristo que se llaman "cristianos", es por eso que yo soy miembro de la iglesia de Cristo.


SOY MIEMBRO DE LA IGLESIA DE CRISTO
POR SU CREDO
La iglesia de Cristo no tiene más credo que la misma Biblia. ¿Acaso tenemos autoridad para escribir otro credo o dogma de fe y sujetarnos a ello? En la Palabra de Dios tenemos todo lo que pertenece a la vida y a la piedad (2 Pedro 1:3). ¿No es esto suficiente? ¿Cuál sería el propósito, entonces, de los manuales y credos que pretenden sustituir a la Biblia? Si un credo contiene más que la Biblia, contiene de más; si contiene menos, le falta; y si contiene lo mismo que la Biblia, ¿para qué tenerlo? ¿Por qué no mejor limitarnos a lo que dice la Biblia en sí? Pablo instruyó a Ti moteo a prohibir la enseñanza de diferentes doctrinas (1 Timoteo 1:3).
Y a Tito dijo: "Pero tú, habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina" (Tito 2:1).
¿No es verdad que el Espíritu Santo declaró a través de Pedro: "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios" (1 Pedro 4:11)?

Note cuidadosamente esto que dice el Señor: "Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo" (2 Juan 9). Es muy sencillo. Si tomásemos la doctrina de Cristo y nos dejásemos gobernar por ella, no tendríamos esa multiplicidad de iglesias que existen hoy. Los credos dividen, pero la doctrina de Cristo une.
La iglesia de Cristo ruega por un retorno a la doctrina de Cristo y el abandono de los credos humanos.

Supongamos por un momento que alguien, en una tierra lejana, sin haber oído jamás hablar de las distintas iglesias que ahora existen, decide coger una Biblia, seguir sus enseñanzas y formar una iglesia tan cerca como le es posible del patrón dado en el Nuevo Testamento.

¿Cómo se llamaría a esa iglesia? ¿Por cuál credo se gobernaría? ¿Sería esa iglesia una imitación de alguna secta actual? Ciertamente que no. Un credo particular origina una iglesia particular. Pero si se sigue exclusivamente las enseñanzas de Cristo, separándose de la influencia de cualquier credo sectario, el resultado sería la iglesia del Señor. Esto ha ocurrido ya en diferentes partes del mundo. Personas que ignoraban completamente la existencia de las iglesias de Cristo en otros continentes, tomaron sus Biblias y trataron de hacer lo que la Biblia manda y de la manera cómo lo manda y llamar a las cosas de la Biblia por sus nombres bíblicos. Esto dio lugar a congregaciones que usaron el mismo nombre y practicaron las mismas enseñanzas que las demás iglesias de Cristo en otras tierras lejanas. ¿Cómo se explica esto? De haber seguido otro credo independiente del Nuevo Testamento, esto no habría sucedido. Es también por esta razón que yo soy miembro de la iglesia de Cristo.


SOY MIEMBRO DE LA IGLESIA DE CRISTO
POR SU ORGANIZACION
La iglesia de Cristo no tiene oficina central en la tierra. Cada congregación es autónoma, y ninguna tiene poder sobre otra ni autoridad para ordenar. Cada congregación elige sus propios ancianos para cuidar el rebaño, tal como se dice en Hechos 14:23. Estos ancianos se llaman "obispos" (Tito 1:5 7), "pastores" (Efesios 4:11) o "presbíteros" (1 Timoteo 4:14).

Las calificaciones y cualidades que deben reu nir los ancianos u obispos, están muy claras en 1 Timoteo 3, Tito 1; 1 Pedro 5 y Hechos 20. También los diáconos son elegidos independientemente por las congregaciones y sus calificaciones están expuestas en 1 Timoteo 3 y Hechos 6. Los ancianos están puestos para vigilar los trabajos de la congregación local y los diáconos para servir en otros menesteres. Tanto los ancianos como los diáconos han de ser elegidos por la congregación local. Esto es lo que se hacía en los tiempos del Nuevo Testamento. Es la única organización que encontramos en la iglesia del Nuevo Testamento.
Al escribir la carta a los Filipenses, Pablo la dirigió a "los santos en Cristo Jesús... con los obispos y diáconos" (Filipenses 1:1).

No hay autoridad ni base bíblica para que un anciano u obispo esté por encima de los demás ancianos ni para que una congregación tenga autoridad sobre otra. Pedro nos dice que los ancianos deben obrar "no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado (1 Pedro 5 :3). Poner a un obispo o anciano sobre otro es apartarse de las enseñanzas del Nuevo Testamento. Ocurre igual cuando ponemos una congregación sobre otra. Estamos obligados a respetar la organización que Dios ha establecido.
La iglesia de Cristo respeta esta organización y por ello soy un miembro de la misma.


SOY MIEMBRO DE LA IGLESIA DE CRISTO
POR LA FORMA DE SU ADORACION
La Biblia nos dice que el primer día de la semana los discípulos se reunían para partir el pan (Hechos 20:7). Por cuanto el Señor dijo que la Santa Cena se observara el primer día de la semana, nosotros entendemos que se trataba de una celebración semanal. De lo contrario, ¿por qué se hace mención al día de la semana? Si el Señor hubiera dicho que los discípulos se reuniesen cierto día del mes, habríamos entendido que se trataba de una celebración mensual. Toda la evidencia que tenemos indica que la Cena se observaba el primer día de cada semana. ¿Con qué autoridad podemos celebrar ahora la Cena del Señor solamente dos o cuatro veces al año? Las iglesias de Cristo observan la Cena del Señor el primer día de cada semana, según la enseñanza de Hechos 20:7.

Aún más, en el primer día de la semana contribuimos con nuestros medios tal como se dice en l Corintios 16:1 2. No vendemos productos ni hacemos rifas ni pedimos en los semáforos para recaudar fondos, sino que abogamos para que cada uno contribuya de acuerdo a sus posibilidades con ofrendas voluntarias al Señor.

Tampoco tenemos instrumentos musicales en nuestra adoración, sencillamente porque el Nuevo Testamento no autoriza su uso. Cada pasaje del Nuevo Testamento que se refiere a la música en la adoración, especifica que se ha de hacer "cantando". Si el Señor hubiese dado un manda miento en general de hacer música, cualquier instrumento serviría para ello; Pero El especificó que la música debiera ser "cantada". Por eso, no tenemos derecho de alterar el mandamiento divino. Durante varios siglos después de haber sido establecida la iglesia primitiva, ésta adoraba al Señor sin instrumento musical alguno. Todos los historiadores reconocidos nos dicen que ningún instrumento fue usado en la adoración cristiana hasta el siglo quinto o sexto. ¿Por qué? ¿Porque la época carecía de instrumentos mecánicos de música? No. Era porque la iglesia primitiva entendió muy bien la música que el Señor había especificado claramente en Su Palabra. Por esta manera en que la iglesia de Cristo sigue las enseñanzas del Nuevo Testamento, me honro en pertenecer a ella.


SOY MIEMBRO DE LA IGLESIA DE CRISTO
POR SUS ENSEÑANZAS DE COMO LLEGAR A SER CRISTIANO
La Biblia dice: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8 9). ¿Qué quiere decir la expresión "no por obras, para que nadie se gloríe?" ¿Será que significa que el hombre no ha de hacer absolutamente nada? No. Dice "Por gracia sois salvos, por medio de la fe". ¿No es ya la fe una acción de parte del hombre? Claro. ¿No dice la Biblia que la fe es una obra? (Juan 6:29). Sí, pero es obra de Dios. Entonces, ¿qué quiere decir la Biblia cuando afirma: "no por obras?"

Aún más, ¿cómo podemos armonizar este pasaje con Santiago 2:24: "vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no sola mente por la fe?" Amado lector, no es por las obras de la justicia propia como el hombre consigue la salvación, sino por las obras de la justicia de Dios. Dice la Escritura, "Sino que de cualquier nación que le teme y obra justicia, se agrada" (Hechos 10:35). La fe es una obra de la justicia de Dios. ¿Y qué hay del arrepentimiento? ¿No pide Dios a los hombres que se arrepientan? (Hechos 17:30). ¿Es el arrepentimiento una obra de la justicia humana o parte de la justicia divina? ¿Qué diremos del bautismo? ¿No dice la Biblia que el bautismo salva? (1 Pedro 3:21). ¿No es a través del bautismo que nos revestimos de Cristo? (Gálatas 3:27).
La Biblia nos enseña que no podemos andar en novedad de vida sin antes haber sido sepultados y resucitados con nuestro Señor en el bautismo (Romanos 6:4). Esto nos demuestra que el bautismo es parte esencial del nuevo nacimiento (Juan 3:5).

Jesús enseña con absoluta claridad que el bautismo es parte de la justicia de Dios (Mateo 3:15). Cuando uno se bautiza bíblicamente, no gana la salvación por sus propias obras o méritos personales, sino que sencillamente se está sometiendo a la obra de la justicia de Dios. Es así como obra la gracia de Dios.

Ni un solo ejemplo hay en el Nuevo Testamento para el bautismo de niños. Los niños no necesitan ser bautizados ya que el Señor dijo que "de los tales es el reino de los cielos".

No creemos en la membresía de los niños, porque el Nuevo Testamento no enseña tal cosa. Tampoco tenemos ejemplos en el Nuevo Testamento que nos autoricen a recibir nuevos miembros en la iglesia por un sistema de votación. La salvación se ofrece a todos y Dios añade a la iglesia los que han de ser salvos (Hechos 2:47). Nosotros creemos que uno tiene que ser miembro de la iglesia del Señor para ser salvo porque "por un mismo Espíritu, todos somos bautizados en un solo cuerpo" (1 Corintios 12:13).

Hay otras muchas razones que yo podría añadir pero presento éstas a la consideración y juicio del lector: soy miembro de la iglesia de Cristo por el nombre que esta iglesia tiene, por el nombre que da a los que forman esta comunidad de salvados, por su credo, por su organización, por la forma de su adoración y por las enseñanzas para llegar a ser cristiano. Estas son algunas de las razones por las cuales yo soy miembro de la iglesia de Cristo. Y te invito, querido lector, a que hagas un cuidadoso estudio de estas cosas; que uses solamente la Biblia, y cuando llegues a una conclusión, que nos ayudes a restaurar la iglesia del Nuevo Testamento.
QUE DIOS LE BENDIGA EN ARMONIA,
SON LOS DESEOS DE TODOS LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA DE CRISTO