YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS

VIDA Y MILAGROS

Me digné a venir al mundo, a muy temprana edad, en un pueblecito llamado Madrid (¡está en España, ignorante!). Mis padres tuvieron la feliz idea de llamarme José Julio, y así nació JJ, la leyenda. Muchos confunden mi nombre con José Luis, y algún mastuerzo con Domingo (verídico), pero quizás me libre de alguna multa de tráfico gracias a ello.

También muy temprano me aficioné al fútbol por televisión, todavía en blanco y negro, y en domingo, con la repetición de las jugadas por gentileza de Soberano (si lo recuerdas es que ya vas siendo talludito/a).

No dejé de practicar el deporte rey en esos 12 años de colegio, durante la media hora de recreo, y llegué a ser conocido como "el artillero de Estrecho", gracias a los dos goles que marqué entre las 12 temporadas. (Hay que pensar que jugábamos 20 contra 20 por partido, y diez partidos simultáneos en el mismo campo, así que el gol estaba muy competido, y también debo decir que jugaba en la banda derecha. Además fueron goles muy bonitos y de difícil ejecución. Como otra estadística interesante, indicaré que en mi época de Bilbao fui el único que consiguió elevar el remate por encima de una valla de unos 8 metros, para asombro de los locales, que además se quedaron sin balón.)

Pero la vida pasa, y un día el bedel en persona me entregó el título con unas palmadas en la espalda (de nuevo verídico y de nuevo Gomaespuma). Allí figuran las palabras: "Licenciado en Ciencias Matemáticas con validez en todo el territorio nacional, que faculta al interesado para disfrutar los derechos que a este título otorgan las disposiciones vigentes". Y todavía lo disfruto. Poco a poco el fútbol fue sustituido por el fútbol sala (esta vez al aire libre), porque es más fácil de organizar, pero ya nuncá más brillé como de joven (como Butragueño más o menos). No obstante, todavía lo practico, y la pasada temporada mis incondicionales pudieron asistir a una moderada resurrección de su ídolo, si bien me dedico principalmente a partidos de exhibición.

Como en "Tiempos Modernos" caí en la maquinaria laboral de la revolución industrial, y me contrataron en CP Software en Febrero de 1.992 (el año del Curro, je je, ¿lo entiendes? En fin, qué pena), donde tuve cancha para esbozar mis primeras chapucillas en programación en Clipper y Cobol, y luego realizando análisis, especialmente para empresas de seguros. Incluso tuve que ir a Londres en varias ocasiones, donde pude apreciar lo que es la alta cocina (me refiero a la española al regreso, claro). Mis primeros ahorros fueron dedicados a adquirir un equipo musical y un vídeo nuevo que me volvían loco. Posteriormente los vecinos también se volvieron locos por mi cadena musical, y me hicieron muchas peticiones. Y mis segundos ahorros financiaron mi abono al glorioso Real Madrid C.F., con el cual continúo y por muchos años.

Posteriormente ingresé en IBM en Mayo de 1.995, y las chapucillas pasaron a ser señoras chapuzas. Aquí tuve el primer contacto con Internet, y con el famosísimo explorador de OS/2 (ahora ya viene con Navigator). Traté con AIX, BAAN, DB2 y Visual Basic, entre muchas otras cosas más raras. De nuevo tenía dinero para comprarme algo, y fue un Honda Accord, vehículo indicado para competir con las motos en las autopistas.

Tuvo una vida corta, ya que un buen día de lluvia decidí estamparme en la carretera de La Coruña al lado de HP, aprovechando que afortunadamente no pasaba nadie, con intención de probar los airbags. (Por cierto, impecables). Resulté ileso del experimento, pero no así el coche, que tras dos meses de cuidados intensivos pasó a mejor vida. Y de sus cenizas y gracias a la aseguradora Génesis Auto (en serio, se portaron muy bien, todo lo contrario que el concesionario), nació uno igual nuevo que tengo ahora. (A ver lo que me dura).

Y en Enero de 1.998 he comenzado en otra empresa de servicios informáticos, de nuevo para empresas de seguros, con puesto de tiranillo. Aviso a navegantes, y nunca mejor dicho: Lo conseguí por un anuncio de Internet. Espero seguir con mi labor, y tener una relación laboral tan satisfactoria como la anterior. Otro saludo para ellos. (Qué pelota soy, de verdad).

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