El valseado

 

Concluyendo mis ideas cobre la vertebraci�n de nuestras caracter�sticas sonoras, finalmente debo hacer un breve comentario del g�nero "Valseado", que siendo de origen provenzal, en comp�s de 3/4, es bailado girando todo el cuerpo. Los alemanes ven el origen del Vals en la Springtanz (danza saltadora),

que corresponde a las mismas caracter�sticas, y presentan como una antigua melod�a de Vals "el Lied" del siglo XVII Ach! du lieber Aubust�n.

Las danzas de esta familia se denominaron casi indistintamente, hasta el siglo XIX: Waltz, Roller, Dreher, Deutschen Tanz, Allemande, danza tedesca y Landler. La evoluci�n moderna del Vals data de entre los a�os 1780 y 1830. Desde aqu� pasaron los pormenores de sus �xitos a manos de los m�s c�lebres y fecundos representantes de este g�nero. Publicaron sus valses por centenares, sigui�ndoles los m�sicos vieneses de las generaciones siguientes. As� mismo, este genero extendi� su influencia a todos los pa�ses del orbe, aunque al divulgarse en cada sitio o pa�s, de su belleza fue aprehendido solamente su aspecto m�trico, para ir adoptando las m�s diversas peculiaridades nacionales.

F�cilmente se puede percibir la particularidad de un Vals italiano de car�cter m�s popular, o el de los franceses, espa�oles, etc. En Am�rica conocemos los valses mexicanos, venezolanos, peruanos, la "Ranchera" argentina y el "Pasillo" de Colombia, que est�n escritas en 3/4.

En el Paraguay existen varios autores que escribieron el Vals paraguayo con caracter�sticas propias. Entre esos autores podemos nombrar a Rosita Melo con su Vals Desde el Alma, que tradicionalmente se ejecuta en orquestas bailables y tambi�n con arreglos para guitarra y piano. Su popularidad ha sobrepasado nuestras fronteras y se ha llegado a grabar en el exterior por numerosos conjuntos. Es muy conocido tambi�n el "Vals Chiperita" y otras de igual valor que integraron la Zarzuela Paraguaya de Manuel Frutos Pane y Juan Carlos Moreno Gonz�lez, Neneco Norton y otros autores de este mismo g�nero teatro-musical, que buscando la diversificaci�n de ritmos sin apartarse de lo nacional, lograron verdaderos �xitos. En un caso especial, con diez Zarzuelas Paraguayas representadas en nuestro pa�s, he puesto un Vals en cada una de ellas. Otro autor con varios valses criollos es Mauricio Cardozo Ocampo, cada uno de ellos con profunda ternura y sencillez folkl�rica, Jos� Asunci�n  Flores ha dejado un hermoso Vals que no se difunde, pero de hecho integra el repertorio de este genero musical. Adem�s de estos autores y temas existen much�simas obras de este car�cter que omito por ser innecesario.

Al tener en cuenta este ritmo musical que integra la variedad de los aires nacionales, al mismo tiempo nos sirve para parangonar con nuestra realidad en la asimilaci�n de las corrientes musicales espa�olas, que paulatinamente las fuimos transformando a trav�s del contacto directo, imprimi�ndole nuestra personalidad musical y as� fue dejando su configuraci�n propiamente espa�ola para pasar a ser genuinamente paraguaya.

Lamentablemente hoy notamos cierto deterioro, un poco por las actitudes poco efectivas para preservarlas, por parte de los gobiernos que, en su mayor�a, no tienen en cuenta el da�o que va ocasionando con el vaciamiento cultural musical, en detrimento de nuestra personalidad latinoamericana. Constituye, pues, una necesidad apremiante al actualizarla, ya que al entrar en acci�n los efectos del acercamiento com�n, debemos aprovechar los conocimientos adquiridos en el fortalecimiento de nuestras riquezas tel�ricas y proyectarlas al �mbito latinoamericano y al mundo. Por eso, el rescate de la cultura musical de los pueblos del cono sur debe ser uno de los objetivos primordiales de la Educaci�n Musical Moderna, ya que a medida que tomemos conciencia de su valor, variedad y riqueza, estaremos asegurando la continuidad hist�rica y cultural de nuestros ancestros.