Resulta aun hoy muy dificil para mucha gente el hablarle
de la creación musical de nuestro siglo. Ello es debido a
que a menudo se pretende enfrentarse a la música de hoy con
oidos de ayer. Y es que los pilares fundamentales
sobre los que se asienta la mas extendida música clasicista
(esto es tonalidad e idea del tiempo como una
progresión lineal) pierden toda hegemonía en
el siglo XX. En definitiva la música evoluciona del enorme retraso
en
cuanto a invención ritmica se refiere que la ha sumido la
historia a lo largo de los siglos.
Hay miedo pues de enfrentarse a experiencias sonoras en las
que el oyente queda completamente solo ante la
experiencia musical pura, donde cada uno debe sacar sus propias
respuestas libres y totalmente subjetivas. Por
otra parte y centrandonos en la figura del compositor éste
al trabajar con música atonal, selecciona una masa de
sonidos que pueden interrelacionarse entre ellos de muy diferentes
maneras rompiendo asi el cerrado y arcaico
hoy, esquema del "probabilismo tonal", sirviendo pues un complejo
mundo sonoro que da al oyente un mayor
número de significantes, de mensajes.
En referencia al auditor primerizo de música contemporánea, Cristopher Small elaboró el siguiente esquema:
1.- No tener en cuenta la idea de que las técnicas
del contrapunto y la armonía para alcanzar los fines expresivos
son los recursos musicales supremos y que deben predominar sobre
todos los demás elementos.
2.- Prescindir de la primordial atención que
se presta en la música armónico-tonal a las relaciones de
altura de los
sonidos, en detrimento del color tonal, la textura y el timbre en
cuanto a elementos estructurales.
3.- Aceptación de la pobreza de la componente
rítmica en la música clásica y la relativa falta de
atención que se le
presta en cuanto principio de organización.
4.- Abandonar la idea de la música como estructura
consciente del tiempo, es decir, de la música como una
progresión lineal en el tiempo, de algo que proviene de un
lugar determinado y se dirige a un final preestablecido.
5.- Desechar la creencia de que es necesario valerse
de recursos conscientes como las grandes formas
armónicas, para hacer explícita la organización
del tiempo y evitar asi que el oyente se pierda en él.
Arnold Schömberg dió
una definición muy acertada de la música contemporánea
al decir que "El arte no es para
muchos, y si es para muchos no es arte". Las obras de los compositores
de hoy aunque cada vez las van acogiendo
un público mas amplio son incomprendidas por una gran mayoría
de personas, ese hecho las convierte en
reales obras de arte.
Ismael Cabral (Oclock)
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