Introducción al mundo de la Flauta Dulce.

   Como flautista "en vías de desarrollo" que soy me gustaría publicar aquí una pequeña historia de mi instrumento, uno de los aerófonos más conocidos (¿quién no ha tocado la flauta en el colegio alguna vez?) y, sin embargo,
desconocido para muchos en cuanto a su evolución histórica y repertorio.

   La evolución de la flauta dulce y sus orígenes.

   El origen de la flauta se remonta a los silbatos de caña utilizados en la música popular desde la antigüedad. Éstas
flautillas fueron perfeccionándose hasta conseguirse, durante la Edad Media (siglos XIII-XIV-XV) los primeros
instrumentos que responden a lo que hoy en día llamamos flauta dulce, y que ya tenían siete agujeros en la parte
anterior y uno más para el pulgar en la posterior.

   La flauta más antigua que hoy en día conservamos fue encontrada en el foso del castillo de Merwede (Países
Bajos) y es conocida como la "flauta de Dordrecht". Los expertos no se ponen de acuerdo sobre la fecha en la que
fue construida, quizás durante el siglo XIV. Está incompleta y deformada por el paso del tiempo y las malas
condiciones en las que se conservó durante todos estos siglos, enterrada en el barro, pero las reconstrucciones
realizadas han podido determinar que su sonido era potente y tenía un registro superior a las dos octavas.

La "flauta de Dordrecht" original.

   Desde la Edad Media la evolución de la flauta ha sido constante. Las flautas renacentistas tenían el taladro
interno (parte interior del cuerpo, donde se perforan los agujeros) ligeramente cónico en el modelo más extendido, o cilíndrico en el caso de otros como los descritos por Ganassi (Italia, 1535) o Van Eyck (Holanda, principios del siglo XVII). Ésta última ya puede ser considerada como transicional hacia los modelos barrocos. La sección cilíndrica era responsable del sonido potente que se conseguía en el registro grave. Exteriormente, una flauta renacentista no
suele aparecer decorada, y casi siempre se construían de una sola pieza (no eran desmontables).

   En el Barroco, el taladro interno se convierte en cónico. Ésto afecta al sonido, que se convierte en más apagado, y a la vez proporciona ayuda a la hora de conseguir una correcta afinación. En el exterior solían decorarse con anillos y con motivos ornamentales en marfil u otros materiales, como se puede observar en ejemplares históricos
conservados en diferentes museos de Europa.

Flauta alto barroca.

   Durante el siglo XX hemos vivido un "renacimiento" de la flauta dulce. Muchos constructores han ideado
sistemas para dotar a la flauta de una mayor gama de sonidos y aumentar su potencia sonora, mediante la
aplicación de llaves, bloques intercambiables, alteraciones en el taladro interno, etc. pero estas "nuevas flautas"
todavía no han alcanzado mucha popularidad entre los propios intérpretes. La música de vanguardia necesita
nuevos modelos de flauta para cubrir sus necesidades expresivas, y los fabricantes de flautas, conscientes de ello,
continúan investigando y experimentando.

   La familia de la flauta dulce.

   En cada época a la que hemos aludido en el apartado anterior, la flauta ha contado con diferente número de
miembros (creciente a medida que pasaban los siglos).

   Así, en diferentes tratados del siglo XVI se habla de tres, cuatro, cinco, seis y hasta ocho flautas distintas, como
describe Praetorius. Este número seguiría aumentando y durante el Barroco coexistirían hasta dieciocho tipos
diferentes, desde la sopranino en fa-5 hasta la sub-contrabajo en fa-2 que puede rebasar muy fácilmente los dos
metros de altura. Actualmente, los cuatro tipos de flauta más utilizados y que conforman el cuarteto de flautas por
excelencia son:

- Soprano en do-5 (Ésta suele ser la utilizada en los colegios)
- Alto en fa-4
- Tenor en do-4
- Bajo en fa-3

   La mayor parte del repertorio solístico está dedicado a los miembros soprano y alto, el resto de la familia se
utiliza principalmente para música en consort.

   El repertorio de la flauta dulce.

   Durante la Edad Media y el Renacimiento era habitual que las composiciones no estuvieran dedicadas a un
instrumento en concreto, y por ello su interpretación con flautas es correcta. Tal es el caso de colecciones de
danzas o del acompañamiento de la música vocal renacentista.

   En el Barroco existe un repertorio amplísimo dedicado exclusivamente a la flauta dulce, tanto en Francia como en Italia, Alemania o Inglaterra. Dentro de las obras más conocidas de este período encontramos los conciertos de
Brandemburgo números 2 y 4 de J.S. Bach (ambos incluyen flautas alto en la instrumentación), los inconfundibles
conciertos de Vivaldi (Rv 444 en Do Mayor para flauta sopranino o Rv 440 en Do menor para flauta alto), las obras de Telemann (Suite en la menor, sonatas, conciertos...)

   Pero sin duda alguna la mayor parte del repertorio "original" para flauta de pico está compuesto en nuestro siglo. Tras dos siglos de ausencia casi total de las composiciones debido al aumento de popularidad de la flauta travesera, que desbancó a la dulce en los últimos años del siglo XVIII dejándola fuera del repertorio clásico y romántico salvo
raras excepciones, ha resurgido con fuerza y los compositores actuales le dedican trabajos tanto a solo, como en
grupo, con orquesta, con electrónica o electroacústica...

   Desde aqui animo a todos los lectores de esta página a conocer más sobre cualquier faceta de este instrumento
lleno de historia.

   María Ayerza (Piccolina)

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