Injusto Olvido

   A mediados de este siglo que está apunto de acabar la ópera ofreció momentos gloriosos que algunos que los vivieron se niegan a comparar, por inferioridad de condiciones, con los momentos actuales por los que pasa la lírica.

   Siempre que recordamos aquellos años, centrándonos en las voces femeninas, y más concretamente en las sopranos, que son el objeto de este primer articulo, vienen a nuestra mente, y haciendo mención a Mercadante,      "Le Due Illustri Rivali": Maria Callas y Renata Tebaldi, dos irrepetibles voces que consiguieron dividir al público hasta puntos insospechados. Esta rivalidad produjo una gran sombra sobre la que desarrollaban su carrera, no sin exitosas y aclamadas veladas, otras estrellas de indudable calidad, que permanecen en el olvido, injusto olvido, de muchos aficionados actuales. Debemos aclarar que el mundo de la publicidad y las grabaciones discográficas distaba mucho de ser como el actual, y esto ha influido sobremanera sobre aficionados que se acercan hoy a este apasionante mundo, y que no encuentran testimonios de estas magníficas artistas. El puesto en el mundo del disco que algunas renombradas discográficas les negaron se lo han dado actualmente las casas modestas que recuperan grabaciones en vivo, de a veces imposible audición, de las representaciones de las que los que pudieron asistir hablan maravillados.

María Callas

   Como muestra hemos elegido cuatro sopranos de muy diferente procedencia, y que nos ofrecen una visión general del panorama vocal de la década de los 50, 60, e incluso 70 sin atender a Callas o Tebaldi, cuya calidad es ya indiscutible.

   La soprano norteamericana Eleanor Steber (1914-1990) hizo su debut en 1936 como Senta en "El Holandés Errante" y se retiró de los escenarios en la década de los 70. Desarrolló su carrera principalmente en su país, siendo muy querida en el Metropolitan Opera de Nueva York, en el que cantó durante 22 temporadas un total de 121 representaciones. Se recuerda en la historia de este teatro el día 9 de Febrero de 1952, en el que cantó Desdémona en la matinee y Fiordiligi unas horas más tarde, en la representación de tarde. Las críticas del Herald Tribune elogiaron su versatilidad pasando del dramático rol verdiano a la exigente coloratura de Mozart.
También aportó mucho a la música del siglo XX, estrenando en el MET roles como Marie de "Wozzeck" o Vanessa en la ópera de Samuel Barber, además de "Knoxville: Summer of 1915".

   En Italia, y por esas fechas, desarrolló su corta carrera Rosana Carteri, una soprano de ese país cuya existencia artística se vio ofuscada por sus paisanas Tebaldi o Antonieta Stella. Se trata de una artista vocal y musicalmente dotada, con una hermosísima presencia físca y grandes dotes de actriz. Entre sus admiradores incondicionales se valoran mucho sus grabaciones de "La Bohème", "L´Amico Frtiz", "Suor Angelica" o "La Traviata", destacando una grabación para la RAI del "Otello" verdiano con el gran Mario del Mónaco. Su fulgurante paso por el mundo de la lírica contribuye a su desconocimiento casi absoluto por parte de la mayoría de los aficionados

   Beverly Sills desarrolló la parte más conocida de su carrera durante el largo decenio 1966-1979, convirtiéndose en una de las grandísimas de su cuerda, siempre a la sombra de la australiana Joan Sutherland.Sin embargo sus avatares artísticos tienen fechas muy anteriores, en los cincuenta, cuando realizaba representaciones radiófonicas en el más triste desconocimiento por los Estados Unidos, de dónde es originaria, llegando a cantar 63 Micaelas y 54 Traviatas en espacios de tiempo nunca superiores a los dos meses. La suerte tampoco la acompañó en su vida personal, lo que la llevó a plantearse el abandono de su carrera en varias ocasiones. Pero en 1966 saltó a la fama gracias a su creación más interesante, la Cleopatra del "Giulio Cesare" de Haendel, de la cual ha hecho un personaje difícil de olvidar, y cuya grabación en RCA es de absoluta referencia. A partir de ese momento su popularidad fue en aumento, llegando a ser nombrada por la prensa "America´s Queen of Opera" o "Miss American Superstar". Tras ser galardonada con un Grammy en 1978 y estrenar la ópera "La Loca" de Menotti, escrita especialmente para ella, en 1979 abandona los escenarios, pasando a dirigir la New York City Opera en 1989.

   Finalizamos con la soprano turca Leyla Gencer (1924), gran olvidada (sorprendentemente) de las casas discográficas. Desde el comienzo de su carrera, en la primera mitad de los cincuenta, se observa en ella una gran versatilidad e inquietud por los autores y repertorios más diversos, así como una insólita preocupación estilística. Además de interpretar de modo magistral papeles del bel canto que rescató del olvido y del repertorio más conocido  ("Eugene Oneguin", "Werther", "Il Trovatore", "Un Ballo in Maschera"...), hizo incursiones en el repertorio más desconocido, como el rol del Dorotka en la ópera checa "Schwanda el Gaitero" o en el repertorio vanguardista, con óperas como "El Angel de Fuego", de Prokofiev o "Asesinato en la Catedral" de Pizzetti. Las múltiples grabaciones corsarias dejan patente su intensa expresividad o sus deliciosos pianissimi. Esta cantante se retiró en la década de los 80, aún con una voz admirable, como demuestra su recital en París de 1981.

DISCOGRAFÍA RECOMENDADA:

 ELEANOR STEBER

-La Traviata (Giussepe Verdi) con Di Stefano y Merrill. N.Y, 1949. MYTO RECORDS

-Recital Strauss (4 Últimas Canciones); Beethoven (Ah! Perfido) VAI

ROSANA CARTERI

-La Bohème (Giacomo Puccini) con Taddei, Siepi... Turín, 1952. FONIT CETRA

-L'amico Fritz (Pietro Mascagni) con Tagliavini...  BONGIOVANNI

BEVERLY SILLS

-Giulio Cesare (George Friedrich Haendel) con Maureen Forrester. RCA

-Recitales de París, 1971 y Colonia, 1968. ARKADIA

LEYLA GENCER

-La Forza del Destino (Verdi) con Di Stefano (Scala). MELODRAM

-Recitales varios en MYTO RECORDS (recogen gran parte de sus creaciones)

Pedro Coco (Oktavian)

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