Un curso de Gestión del Tiempo

Por: Lila Fiorini  [email protected]

 
Se exponen las reflexiones en que se basa un curso propio de Gestión del Tiempo. Se trata de controlar el stress y llegar hasta donde las fuerzas de cada uno lo permiten. De ser más creativos y efectivos. En síntesis, de dotar al individuo de un sistema de autoprotección que le permita vivir con calidad su desempeño profesional.

 

¿Qué entendemos por gestionar nuestro tiempo? Simplemente, descubrir y actuar  en dirección hacia los siguientes tres aspectos: respetar las prioridades para cada momento,  los objetivos jerarquizados, claros y coherentes al conjunto y los resultados deseados que sean al final, perceptibles y medibles. Todo ello en el tiempo necesario y suficiente.

 Decir “lo primero es lo más importante” no basta. Gestionar bien el tiempo es una habilidad que debe combinar nuestro propio estilo de trabajo con el desarrollo de la capacidad para discernir cuales son los verdaderos objetivos primarios y secundarios en un momento y entorno concretos.

Reconocer cuál es el propio estilo es también otra habilidad que nos permite gestionar mejor nuestro tiempo. Hacer aquello que es más fácil en un momento y lo difícil cuanto las condiciones son mas propicias. Descubrir, por ejemplo, cuántos temas puede  uno considerar al mismo tiempo, o, ¿cuántos proyectos y a cuántas personas se pueden atender simultáneamente? Como los jugadores de ajedrez de partidas simultáneas, cada uno tiene sus tiempos y capacidades. Las grandes industrias lo han visto y por ello  vienen desarrollando distintos estilos de gestión de equipos. En el sector de automoción, empíricamente, se ha visto que un supervisor puede tener a su cargo entre 4 y 8 trabajadores y que esa medida es una capacidad individual. Cada equipo puede tener distinto número de miembros porque su supervisor puede sólo atender a ese máximo. Pero, al final, cada equipo alcanza los mismos resultados.

Nuestro curso de gestión del tiempo es una acción formativa que  ayuda a  cada uno a descubrir el tiempo que le toma su mejor desempeño, el punto justo del stress aceptable, la mejor hora del día para según qué tareas. Y también, los hábitos que ayudan a sacarse partido, aumentando la propia productividad sin restar calidad  al resultado final  ni a la  de las condiciones de trabajo.  Por nuestra parte, hemos  optamos por proponer una gestión del tiempo individualizada y flexible que revierta en resultados positivos para un amplio entorno.                  

Barcelona, septiembre 2001

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