René Krüger

 

LA CONVERSIÓN DEL BOLSILLO

La isotopía económica en el evangelio de Lucas

 

En el evangelio de Lucas, la isotopía económica se despliega en tres complejos temáticos: el abismo entre pobres y ricos; la solidaridad de Jesús con los pobres, y como anverso, el juicio sobre los ricos egoístas; y la ética del compartir. Lejos de filosofar sobre estos campos, el discurso lucano enfrenta a sujetos pobres y ricos, y presenta una ética puesta en acción. En el núcleo de la estructura profunda se encuentra una inversión económica, que pasa de la destrucción de la seguridad basada en la riqueza a la bienaventuranza de los pobres. Correlativamente surge un modelo de compromiso de los que tienen más con los que no tienen nada.

La originalidad de este proyecto consiste en la combinación de la conjunción de Jesús con los pobres, el juicio radical sobre los ricos egoístas, y la propuesta de una conversión económica. La primera sola sería un idilio; el juicio aislado, una protesta legítima, pero ineficaz; la tercera por separado, un planteamiento sin fundamento. Las dos primeras juntas ya forman un anuncio de inversión, como en el ebionismo. Pero recién la tríada completa posibilita el paso del anuncio evangélico y del juicio a la praxis del amor que comparte.

La pobreza es desenmascarada como situación escandalosa. No es el destino de los piadosos, ni virtud ideal. El Reino de Dios, iniciado por Jesús, implica el ejercicio de la voluntad de Dios en todos los órdenes; por consiguiente, también en el económico. Esto significa el establecimiento de relaciones sociales y económicas justas. La propuesta praxeológica lucana exige una puesta en práctica concreta y paradigmática en el seno de la comunidad cristiana.

He aquí una auténtica alternativa a los modelos de poder y preferencias de una sociedad que busca éxito, afirmación y salvación a través de los poderes político, militar, económico y religioso establecidos; y que por ello forzosamente margina a los pobres e impotentes.

Radicalidad en el presente, esperanza en la acción final de Dios: esta tensión dinámica no permite acusar a Lucas de activismo antropocéntrico, pero tampoco de escatologismo irresponsable, que cierra sus ojos ante el dolor del prójimo.