LOS FUNDAMENTOS LÓGICOS DE LA SEMIÓTICA
Y SU PRÁCTICA
Juan A. Magariños de Morentin
PRIMERA PARTE:
FUNDAMENTOS LÓGICOS DE LA SEMIÓTICA
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo concreta el intento de formular un conjunto de proposiciones elementales a partir de las cuales puedan derivarse aquellas explicaciones que apetezcan validez semiótica en el ámbito de las ciencias sociales.
Se entiende, provisionalmente, por "explicaciones con validez semiótica" al sistema de enunciados mediante los cuales se da cuenta de cómo y por qué un determinado fenómeno adquiere, en una determinada sociedad y en un determinado momento histórico de tal sociedad, una determinada significación y cuál sea ésta.
Desde esta perspectiva, la semiótica se puede plantear como un modo de hacer o sea como una metodología de base apta para estructurar adecuadamente las investigaciones cuyo objeto de conocimiento pueda incluirse en la problemática de la representación, en el específico sentido que le confiere M. Foucault: "la manera en que las empiricidades pueden darse a la representación", entendida no sólo como "el campo mismo de las ciencias humanas", sino como "la base general de esta forma de saber (...), su condición de posibilidad" (Foucault, 1966: 374-5). "El hombre (...) para las ciencias humanas (...) es ese ser vivo que, desde el interior de la vida (...) construye representaciones gracias a las cuales vive (...); es ese ser que, desde el interior de las formas de producción que dirigen su existencia, forma la representación de esas necesidades (...); es ese ser que, desde el interior del lenguaje por el que está rodeado, se representa, al hablar, el sentido de las palabras o de las proposiciones que enuncia" (ibid.: 363-4)
Sin desconocer las peculiaridades de cada disciplina, la semiótica aporta a todas y a cualquiera de ellas una reflexión crítica acerca de cómo y por qué se produce la significación (jurídica, social, psicológica, arqueológica, pedagógica, comunicativa, etc.) de los correspondientes fenómenos. No pretende resolver (porque no es su finalidad) los específicos problemas que constituyen el objeto de conocimiento de cada una de ellas, sino que proporciona las pautas operacionales y procedurales para, a partir de la identificación general de tales problemas en cuanto relativos a la interpretación de dichos fenómenos, identificar sus componentes, organizar sus relaciones elementales y ubicarlos en el contexto social e histórico de donde procede su significación. La materia prima de los fenómenos sociales consiste en las distintas semiosis (la más habitual de las cuales es el habla, pero, evidentemente, no la única) que los interpreta (ya que son sociales en cuanto interpretados); por ello, el conocimiento de lo social es el conocimiento acerca de la superación histórica que afecta a las interpretaciones efectivamente vigentes en una determinada sociedad.
El desarrollo que a continuación se propone queda encuadrado en el ámbito de reflexión de una semiótica dura. Se trata de aquella que, desarrollando los conceptos fundacionales (en su modernidad) de Charles Sanders Peirce (1965), así como los de Ferdinand de Saussure (1972), sintetiza, tras la emergencia abductiva de un conocimiento intuitivo (para la formulación inicial de sus hipótesis y con la pretensión de constituirse en una lógica del descubrimiento científico), las elaboraciones de una lógica deductiva (para enunciar formalmente las operaciones cognitivas que se ponen en funcionamiento al producirse determinada significación y/o interpretación y para modelizar la representación del conocimiento así alcanzado, en el pertinente sistema informático, preferentemente experto), con los aportes de una lógica dialéctica (para encuadrar los contenidos concretos de cada significación/interpretación posible en determinada sociedad, en las semiosis sociales contradictorias efectivamente vigentes en determinado momento de esa sociedad y para explicar el proceso histórico de su superación).
La propuesta metodológica que aquí desarrollo (muy rudimentariamente) en su forma lógica, establece que, para explicar la producción, circulación social, interpretación y transformación de la significación:
a) es necesario identificar dos (al menos) sintaxis. En este primer momento metodológico, se reconstruirán, independientemente y atendiendo a cada una de ellas por separado, las respectivas reglas sintácticas, tanto de: i) la semiosis mediante la cual se enuncia el objeto semiótico o semiosis sustituyente, como de: ii) la semiosis a la que pertenece el propio objeto semiótico o semiosis sustituida. Esta etapa constituye lo que, haciendo centro en la operación de atribución, conduce al que aquí se denomina "teorema de la identificación del objeto semiótico" (TS1);
b) es necesario relacionar ambas semiosis (sintácticamente conocidas mediante el trabajo cumplido en la etapa precedente), de modo tal que se pueda constatar que, en un determinado momento y en una determinada sociedad, con una de tales semiosis (se afirma que, predominantemente, este papel lo cumple el lenguaje verbal, pero prefiero referirme, en sentido amplio, a las semiosis sustituyentes) se establecen las relaciones que le confieren un (al menos) significado posible en dicha sociedad al objeto semiótico en estudio, integrante de la otra semiosis (se afirma que, predominantemente, este papel lo cumple el mundo o la llamada "realidad", pero prefiero referirme, en sentido amplio, a las semiosis sustituidas). Debo aclarar que el uso del término "sustitución" no implica limitar el proceso semiótico a alguna especie de mero reflejo o especularidad o representatividad; la sustitución es la más elemental de las operaciones que pueden realizarse utilizando signos para dar cuenta (o construir) otros signos; pero aún en esta elementalidad, acabará negando su propia eficacia y, así, generando un espacio vacío que será ocupado por otro u otros signos superadores de los que intervienen en tal sustitución; tampoco pretende excluir, ignorar o suplantar las operaciones de interpretación y representación mediante las que se trasciende el dualismo saussureano y se incorpora la tríada peirceana indispensable para la consideración pragmática de la semiótica (Parret, 1983: 25ss), sino que las incluye, en cuanto designación a la que se atribuye una máxima generalidad lógica. Esta etapa constituye lo que, haciendo centro en la operación de sustitución, conduce al que aquí se denomina "teorema de la semantización del objeto semiótico" (TS2);
c) es necesario, finalmente, establecer según qué específicas determinaciones históricas cada una de las dos (al menos) semiosis que interactúan en la operación de sustitución (conocida ya su eficacia semántica mediante el trabajo cumplido en la etapa precedente) constituyen la superación de las contradicciones inherentes a las operaciones de sustitución que les precedieron y, a su vez, generan nuevas contradicciones que incluyen a la actualidad social de la significación en una dinámica histórica. Esta etapa es la que, haciendo centro en la operación de superación, conduce al que aquí se denomina "teorema de la historicidad del objeto semiótico" (TS3).
El supuesto metodológico básico del que se parte consiste, por tanto, en afirmar que, para que "algo" signifique, debe ser percibido en cuanto forma identificable de determinada semiosis y debe ser enunciado desde otra semiosis (incluida la alteridad de todo metalenguaje respecto de su lenguaje objeto) diferente de aquella a la que pertenece dicho "algo". La mera percepción es necesaria pero insuficiente (a los efectos de iniciar el control crítico de alguna significación que le sea socialmente atribuible) sin el correspondiente "juicio perceptual" (Peirce: 5.115) que, utilizando como materia prima la episteme social disponible (las "formaciones discursivas" de Foucault, 1969: 44ss, retomadas y reelaboradas por la escuela del análisis del discurso francés: Pêcheux, 1969 y 1975; Marandin, 1979; Courtine, 1981, etc.), construya en el consciente cognitivo la representación de aquella percepción. La razón de esta insuficiencia se asienta sobre la contradicción inherente a toda semiosis y que constituye lo que puede denominarse "el dilema semiótico": es necesario que una semiosis (sustituyente) deje de ser lo que es "en sí" (el juicio perceptual: un fenómeno de lengua) para que otra semiosis (sustituida) sea, no lo que es "en sí" (la percepción: un fenómeno sensorial), sino aquello en lo que la primera la constituye (el referente: un fenómeno semiótico y, en cuanto tal, significativo).
Esta contradicción, interna a toda construcción simbólica, es la que conduce al ineludible agotamiento histórico de toda semiosis sustituyente (o "lenguaje") y de toda semiosis sustituida (o "mundo posible") en cuanto producto (o "referente") de la primera, exigiendo la emergencia de otras semiosis en las que se supere tal contradicción, pero que habrán de incurrir, ellas mismas, en nuevas contradicciones, lo que las hará impensables al margen de la historia.
El término "significación" se reserva, pues, para designar la relación diferencial que vincula a un determinado objeto semiótico con el resto del universo del conocimiento y con el conocimiento de su propia historia (Kripke, hablando del "referente", dice que "en general nuestra referencia depende, no de lo que nosotros mismos pensamos, sino de lo que piensan otras gentes en la comunidad, la historia de cómo el nombre ha llegado hasta uno y cosas semejantes"; 1980: 95). Dicha relación diferencial no es algo genérico e inespecífico sino que se encuentra materializada en la o las semiosis que la enuncian y que en cuanto tal relación concreta, elimina las contradicciones de la o las semiosis que la enunciaban precedentemente (lo que constituye el universo de los significados históricos de dicho objeto semiótico). El establecimiento de esta relación diferencial, acotada al ámbito de conocimiento pertinente de cada disciplina y a las exigencias provenientes del problema seleccionado por el investigador, constituye el conocimiento obtenible mediante la aplicación de la metodología semiótica como metodología de base en ciencias sociales.
La expresión "objeto semiótico" adquiere, así, un valor específico en el ámbito de la teoría semiótica. Se entiende por "objeto semiótico":
a) cualquier percepción construida, en un momento determinado y en una sociedad concreta (o sector de esa sociedad), mediante un conjunto de referentes producidos por un conjunto de enunciados provenientes de las semiosis efectivamente disponibles en dicha sociedad,
b) en cuanto tal construcción constituye una propuesta de resolución de las contradicciones inherentes a las relaciones enunciado/ referente, según las que dicha percepción (pero no ya la misma) había resultado identificable en otro momento (diacrónicamente) precedente,
c) y en cuanto contiene nuevas contradicciones que habrán de ser resueltas por nuevos pares de relaciones enunciado/referente en otro momento (dialécticamente) posterior.
A su vez, se entiende por "semiosis": todo universo de percepciones sensoriales identificadas, en cuanto construidas (y, coyunturalmente, utilizables como sustituyentes o como sustituidas), y cuyas operaciones de formación, transformación y recurrencia pueden identificarse de modo formal, cuasi-formal o entre límites relativos de arbitrariedad (Chomsky, 1979: 32).
Todo objeto semiótico procede, pues, de la interacción de dos (al menos) semiosis y pertenece, a su vez, a alguna determinada semiosis. Todo cuanto el hombre percibe conscientemente (o conoce, en sentido amplio) es, en cuanto tal, objeto semiótico.
***
Antes de iniciar el desarrollo de la lógica semiótica y de su práctica metodológica, conviene formular algunas observaciones.
La primera de ellas se refiere a los términos elegidos para designar las operaciones y relaciones que se estudian. Una de las reglas prácticas de la investigación semiótica (que aquí se asume como constante instrumental) consiste en no perder el enunciado explícito (o descripción definida) con que se identifica un concepto, no permitiendo que el término o expresión verbal (o simbólica) que lo designa (o rotula) predomine (sustancializándose) sobre la operación o relación enunciada. Esto se basa, a su vez, en dos razones. Por una parte, mantener actualizada la memoria semiótica acerca de las operaciones y relaciones eficazmente productivas que van quedando integradas en otras operaciones y relaciones más complejas, conforme progresa el análisis (lo que le confiere a las definiciones semióticas su carácter recurrente específico). Por otra parte, la mayoría de los términos y expresiones utilizadas (por lo general, originariamente) en la lingüística y (por lo general, derivadamente) en la semiótica son polisémicos, cambiando su valor y su significado según el sistema conceptual desde el que cada autor los estudia. Los términos, por tanto, elegidos en este trabajo para designar las relaciones y operaciones pueden ser discutidos en cuanto a su oportunidad y/o conveniencia; tal eventual crítica podrá evaluarse, por ejemplo, en el marco de lo que Peirce denomina "la ética de la terminología" (2.219-26). La crítica, en cambio, de la descripción y el funcionamiento de dichas relaciones y operaciones, según el específico modo en que se irán proponiendo en este trabajo, es fundamental, ya que afectará (caso de formularse o en la medida en que se la formule) a la "razonabilidad racional" (la expresión también es de Peirce en otro contexto: 5.121) con que se construyen las propuestas teóricas y las instancias metodológicas que constituyen el eje conductor de la presente reflexión.
La segunda observación se refiere a las dos formas posibles de lectura del presente texto. Una es lógica y la otra es interpretativa, siendo ideal, por supuesto, la confluencia de ambas lecturas, de modo que el seguimiento del razonamiento lógico vaya siendo acompañado por la interpretación lingüístico-semiótica a que dé lugar. Para la lectura de las expresiones lógico-simbólicas formalizadas, es suficiente con el conocimiento del simbolismo y de las reglas de razonamiento de una lógica proposicional y de predicados de primer orden; se siguen aquí las reglas del cálculo de deducción natural y, no planteándose problemas lógicos de especial complejidad, remito a los manuales convencionales como Quine (1962) o Sacristán (1973), habiendo seguido la simbolización lógica de este último autor (salvo restricciones del lenguaje de computación utilizado y que se aclaran en su debido momento).La interpretación lingüístico-semiótica requiere de ciertos conocimientos de ambas disciplinas y, naturalmente, cuanta mayor familiaridad se posea con sus actuales desarrollos tanto mejor se podrán percibir los eventuales alcances y limitaciones del presente estudio.
Otra observación que considero oportuno plantear desde el principio se refiere al papel que juega la verdad en la valoración de los resultados que puedan alcanzarse mediante la aplicación de la metodología semiótica a las investigaciones en ciencias sociales. A título tentativo se pueden plantear las siguientes proposiciones acerca de los valores de verdad de las aserciones semióticas: a) es verdadero/falso que determinada significación está efectivamente vigente en un determinado momento histórico de una determinada sociedad, sin interrogarse acerca de la verdad del contenido de dicha significación; verdad/falsedad, por tanto, del enunciado acerca de la existencia de determinado fenómeno semiótico; b) es verdadero/falso que dicha significación se produce por la interacción de determinados enunciados efectivamente vigentes en ese mismo momento de esa sociedad; verdad/falsedad, por tanto, del enunciado acerca de la eficacia de la interacción entre determinados fenómenos semióticos; y c) es verdadero/falso que dicha significación constituye la superación de determinados enunciados que estuvieron efectivamente vigentes (y contradictoriamente) en otro momento (que, por la determinación de este proceso, se constituye en histórico) de esa misma sociedad; verdad/falsedad del enunciado acerca del proceso histórico-semiótico que condujo a la producción de determinada significación. Tal la carga de la prueba que se le asigna a la semiótica desde esta perspectiva lógica. Exclusión, por tanto, del problema de la verdad de los contenidos y afirmación de la semiótica como metodología crítica, apta para transformar a la significación propuesta como "el ser" (inmediatez ideológica de lo socialmente significativo) en "el devenir producido como su verdad" (Hegel, 1973: XCVIII, Zusat II).
También creo útil reafirmar que asumo la tesis (que defenderé más adelante) de que "la lengua (natural) no debe considerarse más que como un caso particular de ese objeto más general (la semiótica)" (Hjelmslev, 1971: 135). Por consiguiente, el uso, en este trabajo, de una terminología predominantemente lingüística ("texto", "formaciones discursivas", "enunciado", "enunciación", etc.) deber interpretarse como coextensiva respecto de las diversas configuraciones teóricas válidas para el sistema de los signos en general; generalidad a la cual también le son atribuibles los efectos que se describirán como producidos por las operaciones a las que se somete a tales configuraciones, pertenezcan a la semiosis (iconos, índices, símbolos, por ejemplo) que sea. En su momento, también discutiré la argumentación de E. Benveniste al atribuir a la lengua, de modo exclusivo y diferencial, la posesión de "la doble significación" y al limitar los restantes sistemas a "una significación unidimensional: o semiótica (gestos de cortesía: mudras), sin semántica; o semántica (expresiones artísticas), sin semiótica" (Benveniste, 1974: 65).
Finalmente, respecto de la práctica metodológica de estos fundamentos lógicos de la semiótica, se irán desarrollando varios ejemplos, a lo largo del presente trabajo, correspondientes a disciplinas cuyo objeto de conocimiento se construye a partir de diferentes semiosis. Ello permitirá demostrar la aplicabilidad de la metodología semiótica, que aquí se fundamenta y desarrolla (en un "aquí" histórica, social y epistemológicamente determinado), a la resolución de problemas que, teniendo en común la significación social de algo, difieren en la materia prima o soporte físico de esa significación y, consecuentemente, en las variantes sintáctico-valorativas inherentes a tales semiosis. También permitirá evaluar la calidad empírico-instrumental de las etapas metodológicas que se vayan proponiendo y someterlas a su eventual crítica.
Como técnica expositiva, se adopta el criterio de partir de esquemas sumamente sintéticos que, progresivamente, se irán enriqueciendo a través de la formalización de sus enunciados y de la correspondiente reflexión interpretativa.
ESBOZO, PROGRESIVAMENTE FORMALIZADO, DE LOS FUNDAMENTOS LÓGICOS DE LA SEMIÓTICA
En el siguiente Gráfico 1 se sintetiza la propuesta conceptual global de este trabajo.
Gráfico 1
Fundamentos Lógicos de la Semiótica (esquema general)
ÁMBITOS EPISTEMOLÓ-GICOS ...desde los cuales, ciertas... |
ENTIDADES ...sometidas a determinadas... |
OPERACIONES ...producen los... |
TEOREMAS SEMIÓTI-COS ...donde quedan enunciados los siguientes... |
CONCEPTOS SEMIÓTICOS |
Abductivo - acrónico |
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*Supuesto acrónico *ATRIBUCIÓN *Recurrencia *Articulación *Integración |
TS1: Teorema de la identificación del Objeto Semiótico |
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Dialéctico - sincrónico |
No se requieren nuevos conceptos. Disponibles: Forma/ Valor/ Paradigma/ Texto/ Identificación del Objeto Semiótico |
*Relación de sincronía *SUSTITUCIÓN *Recurrencia *Articulación *Integración |
TS2: Teorema de la semantización del Objeto Semiótico |
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Dialéctico - diacrónico |
No se requieren nuevos conceptos. Disponibles: Forma/ Valor/ Paradigma/ Texto/ Identificación del Objeto Semiótico/ Sistema/ Discurso/ Enunciado/ Referente/ Semantización del Objeto Semiótico |
*Relación de diacronía *SUPERACIÓN *Recurrencia *Articulación *Integración |
TS3: Teorema de la historicidad del Objeto Semiótico |
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ENUNCIADOS DEFINICIONALES, OPERACIONALES Y CONCEPTOS SEMIÓTICOS RESULTANTES
[En la síntesis que sigue, he procurado aportar una definición orientadora, para la mejor comprensión de los términos y expresiones constitutivos del gráfico precedente]
Primeras formulaciones (abductivas-acrónicas)
Formulación de los 1os enunciados definicionales
Def. 1:
Forma: la existencia posible del resultado de una percepción sensorial.Def. 2:
Valor: la relación entre (al menos) dos formas.Formulación de los 1os enunciados operacionales
Op. 1:
Relación de acronía: aquella operación mediante la cual, dado un único conjunto de formas relativamente homogéneas, las formas constitutivas de dicho conjunto interactúan lógicamente entre sí.Esta relación opera como una consecuencia necesaria de la aplicación de la operación de atribución y como una regla que deben cumplir las restantes operaciones pertinentes al razonamiento acrónico-abductivo.
Simbolización: "Acr"
Descripción simbólica: fa Acr fx
Op. 2:
ATRIBUCIÓN: aquella mediante la cual se pone en relación una forma con un valor.Op. 3: Recurrencia en relación de acronía: puede distinguirse, al menos, la recurrencia como inducción lógica, para la definición de la atribución y para su operativización y como proceso recursivo de su emergencia semiótica.
Como inducción lógica, la recurrencia en relación de acronía es aquella mediante la cual se establece la diferencia entre: a) la ausencia de aplicación de la operación de atribución; b) una única aplicación de tal operación; y c) la aplicación n número de veces de dicha operación (n ò 2).
Como proceso recursivo, la recurrencia en relación de acronía permite formular la más elemental definición de cada una de las operaciones semióticas fundamentales: ser la "sucesora" de la precedente; salvo, por su calidad (provisional) de operación inicial, en este caso, ya que la atribución equivale a la superación y es el "ancestro" de la sustitución. Más adelante, a través de las expresiones lógicas correspondientes, se mostrará cómo la atribución inicia una nueva semiosis y un nuevo mundo semiótico posible con el que se superan las contradicciones inherentes a la sustitución precedente.
Op. 4: Articulación en relación de acronía: aquella mediante la cual se ponen en relación virtual n valores (n ³ 2) pertenecientes a un mismo universo de formas relativamente homogéneo.
Simbolización: "ua Artic un"
Descripción simbólica: ua Artic un º
Rn * ua... un
; utilizo el símbolo " * " para especificar la calidad virtual
de la relación enunciada.
Op. 5: Integración en relación de acronía: aquella mediante la cual se ponen en relación actual n formas (n ³
2), pertenecientes a un mismo universo de formas relativamente homogéneo.
Simbolización: "fa Int fn"
Descripción simbólica: fa Int fn º
Rn º fa... fn
; utilizo el símbolo " º " para especificar la calidad actual
de la relación enunciada.
TS1:
para toda forma y todo valor, en relación de acronía y con n-recurrencia de atribuciones,la existencia de una enésima relación actual de integración de formas y
la existencia de una enésima relación virtual de articulación de valores,
equivale
a la existencia de una enésima relación semiótica de identificación de dichas formas en función de los valores propios atribuidos.
Enunciación de los conceptos semióticos relativos a TS1
TS1 requiere la posibilidad de conocimiento de 2 conceptos semióticos:
a) Paradigma:
relación virtual de articulación entre los valores relacionales atribuidos a un determinado universo de formas.b) Texto:
relación actual de integración entre las formas de un determinado universo.De TS1 surge la posibilidad de conocimiento de 1 nuevo concepto semiótico:
c) Identificación del Objeto Semiótico:
relación semiótica de diferenciación entre las formas de un determinado universo en función de los valores relacionales propios que se les asignan por atribución.En definitiva, lo que TS1 enuncia es que, a partir de las premisas establecidas, la existencia de paradigmas y textos equivale a la existencia de la identificación-diferenciación semiótica de las formas percibidas.
Segundas formulaciones (dialéctico-sincrónicas)
Formulación de los 2os enunciados definicionales
No se necesitan nuevos conceptos, siendo necesarios y suficientes aquellos de los que se dispone, producidos por TS1.
Formulación de los 2os enunciados operacionales
Op. 6:
Relación de sincronía: aquella mediante la cual, dados n universos diferentes (n ³ 2) de formas semióticamente identificadas, con estructura de paradigmas y textos, estos universos interactúan simultáneamente entre sí.La relación de sincronía opera como una condición o supuesto para que pueda aplicarse la operación de sustitución y como una regla que deben cumplir las operaciones pertinentes al razonamiento dialéctico-sincrónico.
Simbolización: "Sinc"
Descripción simbólica: F Sinc G º F Atr U
& G Atr W, o bien F Sinc G º R2FU
& R2GW
Premisas para que pueda darse una relación de sincronía:
a) (existencia de un universo de formas)
b) (existencia de otro universo de formas)
Op. 7:
SUSTITUCION: aquella mediante la cual, dados n universos diferentes (n ³ 2) de formas semióticamente identificadas, con estructura de paradigmas y textos y en relación de sincronía, las formas pertenecientes a uno de tales universos se ponen en relación con los valores atribuidos a las formas del otro (u otros) universo(s).Op. 8:
Recurrencia en relación de sincronía: puede distinguirse, al menos, la recurrencia como inducción lógica, para la definición de la sustitución y para su operativización y como proceso recursivo de su emergencia semiótica.Como inducción lógica, la recurrencia en relación de sincronía es aquella mediante la cual se establece la diferencia entre: a) la ausencia de aplicación de la operación de sustitución; b) una única aplicación de tal operación; y c) la aplicación n número de veces de dicha operación (n ³ 2).
Como proceso recursivo, la recurrencia en relación de sincronía permite formular la más elemental definición de, en este caso, la sustitución: ser la "sucesora" de la atribución y el "ancestro" de la superación. A través de las expresiones lógicas correspondientes, se va mostrando cómo la sustitución produce una semiosis y un mundo semiótico posible, a partir (en cuanto "sucesora") de los correspondientes universos de formas atributivamente valoradas y cómo establece los términos de la contradicción (en cuanto "ancestro") de donde procederán nuevos universos de formas superadoras de las precedentes.
Op. 9:
Articulación en relación de sincronía: aquella mediante la cual se ponen en relación virtual n pares de valores (sustituyentes-negados y/o sustituidos-afirmados) (n ³ 2) pertenecientes a n universos diferentes de formas (n ³ 2), simultáneos entre sí.Como la articulación opera entre valores pertenecientes a n universos diferentes de formas, enunciar una articulación supone también la posibilidad de enunciar la articulación inversa (o n articulaciones, cada una de ellas pertinente a cada uno de los pares de universos de formas intervinientes en la sustitución).
Se tendrá, por tanto, al menos dos articulaciones; la segunda podrá
simbolizarse como:
W Artic U º Rn* (-W v U)a...
(-U v W)n
Por economía, continuaré el desarrollo exclusivamente respecto del universo "F", teniendo en cuenta que homólogas expresiones son válidas y necesarias respecto del universo "G".
Op. 10:
Integración en relación de sincronía: aquella mediante la cual se ponen en relación actual n formas (n ³ 2), pertenecientes a un mismo universo de formas relativamente homogéneo, según determinadas relaciones virtuales correspondientes a los valores atribuidos a las formas de otro diferente universo de formas relativamente homogéneas.TS2:
para todo par de universos de formas y para todo par de universos de valores, en relación de sincronía y con n-recurrencia de sustituciones,la existencia de una enésima relación actual de integración de formas sustituyentes y de una enésima relación actual de integración de formas sustituidas,
y la existencia de una enésima relación virtual de articulación de pares de valores sustituyentes-negados y/o sustituidos-afirmados y de una enésima relación virtual de articulación de pares de valores sustituidos-negados y sustituyentes-afirmados
equivalen
a la existencia de una enésima relación semiótica de formas sustituyentes, con valores sustituyentes negados y sustituidos afirmados,
y a la existencia de una enésima relación semiótica de formas sustituidas, con valores sustituidos negados y sustituyentes afirmados.
Enunciación de los conceptos semióticos relativos a TS2
TS2 requiere la posibilidad de conocimiento de 2 conceptos semióticos:
d) Sistema:
relación virtual de articulación, en supuesto sincrónico, entre pares de valores sustituyentes-negados y/o sustituidos-afirmados y viceversa, pertenecientes a universos diferentes; existirán tantos sistemas cuantos sean los universos sustituyentes y sustituidos tomados en consideración.e) Discurso:
relación actual de integración entre las formas de un determinado universo según los valores correspondientes a las formas de otro determinado universo.f) Enunciado:
( o semantización del objeto semiótico sustituyente) relación semiótica entre formas sustituyentes, con sus valores propios negados (usados pero no mencionados) y los valores sustituidos afirmados (mencionados pero no usados).g) Referente: ( o semantización del objeto semiótico sustituido) relación semiótica entre formas sustituidas, con sus valores propios negados (usados pero no mencionados) y los valores sustituyentes afirmados (mencionados pero no usados).
Se lo puede representar simbólicamente
como:
"E
(Rns
ga(-w v u)a... gn(-w v u)n"
Lo que, en definitiva, enuncia TS2 es que, a partir de las premisas establecidas, si existen dos universos de formas atributivamente valoradas y se dispone a sus respectivas formas y valores en relación de sustitución, entonces y sólo entonces las formas correspondientes a cada uno de tales universos adquieren, respectivamente, el valor semiótico de enunciados y referentes.
Terceras formulaciones (dialéctico-diacrónicas)
Formulación de los 3os enunciados definicionales
No se necesitan nuevos conceptos, siendo necesarios y suficientes aquellos de los que se dispone, producidos por TS1 y TS2.
Formulación de los 3os enunciados operacionales
Op. 11:
Relación de diacronía: aquella mediante la cual, dados n pares de universos diferentes (n ³ 2) de formas semióticamente semantizadas, con estructura de sistemas, discursos, enunciados y referentes, y dispuestos según una sucesión ordenada u ordenable, estos pares de universos interactúan contradictoriamente entre sí.La relación de diacronía opera como una consecuencia posible de la aplicación de la operación de superación y como una regla que deben cumplir las restantes operaciones pertinentes al razonamiento dialéctico-diacrónico.
Simbolización: "Diac"
Descripción simbólica: FG Diac HI º
(F Sinc G) t1 & (H Sinc I) t2
Premisas para que pueda darse una relación de diacronía:
a) (existencia, en el momento "t1", de un par de universos de formas sobre los que ya se han cumplido todas las operaciones implicadas en los Teoremas Semióticos 1 y 2).
b) (existencia, en el momento "t2", de otro par de universos de formas, como consecuencia de la aplicación de la operación de superación sobre los precedentes universos de formas "F" y "G").
Op. 12:
SUPERACION: aquella mediante la cual, dados n pares de universos diferentes (n ³ 2), constituidos por formas semióticamente semantizadas, con estructura de sistemas, discursos, enunciados y referentes y dispuestos según una sucesión ordenada u ordenable, las contradicciones lógicas inherentes a tales pares (o a alguno de ellos) dan lugar a nuevos pares de universos de formas valoradas.Aplicando el cálculo lógico a cada uno de
los n pares de universos de formas semióticamente semantizadas, se
tendrá (ejemplificando en base al par "F" y "G"):
R2F(-U v W) & R2G(-W v U) º
R2(F & G) ((-U & U) v (-U & -W) v (W & -W) v (W &
U))
lo cual, en virtud de la regla del cálculo de
deducción natural para la eliminación de la negación (" - "),
según la cual: "(a & -a) → b" (lo que los escolásticos
expresaban "a falso sequitur quodlibet") y, estableciendo para nuestro
simbolismo que: "(u & -u) → p" y "(w & -w) →
q", la anterior expresión puede rescribirse como:
R2(F & G) (P v (-U & -W) v Q v (W & U))
donde "P" y "Q" representan la emergencia de nuevos valores (correspondientes a otros tantos universos de formas) por superación de las relaciones de contradicción "(-U & U)" y "(-W & W)", generadas por la previa aplicación de la operación de sustitución entre los universos "F" y "G".
La definición simbólica de valor ("u" º "R2fifj") implica que la presencia de los nuevos valores ("P" y "Q") exige la identificación de nuevas relaciones entre formas determinadas; estas nuevas relaciones modifican las formas anteriores (en cuanto en ellas no se percibían estas nuevas relaciones como posibles), lo que equivale a establecer la emergencia de nuevas formas. Tales son las designadas como "H" e "I", nueva presencia que permite afirmar, también, la ocurrencia de una diacronía y, por tanto, un nuevo momento ("t2") en la historia lógica de los universos de formas en estudio. Pueden, pues, establecerse las siguientes definiciones simbólicas de los nuevos valores:
"p" º "R2hihj"
"q" º "R2iiij"
En forma metateórica, la superación puede simbolizarse:
"Sup (R2F(-U v W) & R2G(-W v U))" º "R2H(P) & R2(I)Q"
Puede observarse:
a) en la disyunción: "P v (-U & -W) v Q v (W & U)", es suficiente con que sea válido uno solo de sus términos, por lo que puede prescindirse (tal como se ha efectuado) de "(-U & -W)" y de "(W & U)". Ello no quiere decir que su eliminación no sea semióticamente interpretable. A nivel meramente nocional puede decirse que "(-U & -W)" es interpretable como un estado del conocimiento en que, no existiendo los valores de una semiosis sustituyente, tampoco pueden existir referentes sustituidos (dicho de modo más coloquial, no puede verse en el mundo lo que no puede enunciarse desde algún lenguaje simbólico). Por su parte "(U & W)" no hace más que establecer el dominio propio del conocimiento: cuando existen los valores de una semiosis sustituyente existen, también, referentes enunciables. Pero ninguna de estas dos expresiones da cuenta de las operaciones mediante las cuales se establece la interacción entre las formas valoradas de una semiosis sustituyente y los valores cognoscibles en una semiosis sustituida.
b) En el caso de las dos contradicciones "(-U & U)" y "(-W & W)", cuya falsedad lógica permite la opción por un nuevo símbolo lógico (lo que, en la praxis histórica, no resulta tan arbitrario como en el cálculo lógico, pero igualmente consecutivo) la interpretación semiótica también encuentra ricas consecuencias. De modo igualmente nocional, puede decirse que "(-U & U)" es interpretable como el envejecimiento de una semiosis sustituyente, ya que, al mismo tiempo que niega sus valores propios ("-U", lo que se ha visto como condición para poder dar cuenta de los valores del universo de formas al que sustituye) los afirma ("U", lo que estereotipa u opaca a la semiosis sustituyente, dificultando su capacidad sustitutiva; véase, sobre la opacidad y la transparencia de los lenguajes: F. Récanati, 1981). Inversamente, "(-W & W)" establece que determinada forma del mundo (o semiosis sustituida) está siendo construida desde algún lenguaje (o semiosis sustituyente) para lo que debe negar sus valores propios (que en la praxis son los valores que le habían sido atribuidos por alguna precedente semiosis sustituyente, ya superada) y simultáneamente afirmarlos, como reconducción del conocimiento a lo ya conocido y rechazo de la capacidad cognitiva de la semiosis sustituyente vigente (desde el punto de vista del análisis de la enunciación, ver los contrastes entre un modelo de reconocimiento y un modelo de producción en J. - J. Courtine, 1981: 82-4 y sobre la calidad semiótica de "lo real", con un enfoque peirceano, ver H. Parret, 1983: en especial ps. 81-87).Me he permitido estas someras indicaciones interpretativas por considerar a la operación de superación el núcleo semiótico del presente desarrollo lógico).
Op. 13:
Recurrencia en relación de diacronía: puede distinguirse, al menos, la recurrencia como inducción lógica, para la definición de la superación y para su operativización y como proceso recursivo de su emergencia semiótica.Como inducción lógica, la recurrencia en relación de diacronía es aquella mediante la cual se establece la diferencia entre: a) la ausencia de aplicación de la operación de superación; b) una única aplicación de tal operación; y c) la aplicación n número de veces de dicha operación (n ³ 2).
Como proceso recursivo, la recurrencia en relación de diacronía permite formular la más elemental definición de, en este caso, la superación: ser la "sucesora" de la sustitución y la equivalente de una nueva atribución.
Recién en este estadio, conocido el efecto del proceso recursivo producido sobre las relaciones de acronía, sincronía y diacronía, es posible considerar plenamente tales relaciones conforme a lo que se conoce en lógica como "esquema de recursión primitiva". Partiendo del concepto de función recursiva como aquella que requiere, para el conocimiento de sus propios valores, el conocimiento previo de los valores precedentes y utilizando, como vengo haciéndolo, los conceptos de "sucesor" ("Suc") y de "ancestro" ("Anc"), característicos de la recurrencia de las funciones aritméticas, y adecuándolos semióticamente como la operación siguiente ("n+1" = "sucesor") aplicada sobre los efectos de una operación anterior ("n-1" = "ancestro"), resulta posible enunciar simbólicamente el proceso de producción de la significación, según el siguiente esquema semiótico de recursión primitiva:
a) Rec Sem N: "Atr" º "R2FU", en cuanto opción primitiva de identificación de una forma en función de las posibilidades de relación con otras formas que tiene atribuidas. Es "N" y no "1" porque el supuesto de una atribución ontológicamente primera, supondría un metafísico "lenguaje jafético" o "adámico", lógicamente vinculado a la recuperación (o reconstrucción) futura de un lenguaje universal, ontológicamente final o a la afirmación de una estructura formal innata, ontológicamente necesaria (ver la crítica a las bases racionalistas de esta búsqueda de un único lenguaje en Bar-Hillel, 1970: 206-21; también con otro enfoque, en Gadet y Pêcheux, 1981: 86-91 frente a las propuestas de N. Marr; la aproximación de Chomsky, 1972: 129-30 y 1981: 182-3 a las tesis de Leibniz para reforzar su hipótesis innatista, tampoco contradice la calidad n-ádica del leguaje (o semiosis sustituyente) ya que su modelo de aprendizaje asocia la gramaticalidad innata con el contexto social preexistente y necesario para la adquisición de cualquier lenguaje; no obstante, ver también la crítica de Rossi-Landi, 1985: 261-9, al "nuevo innatismo"; también se excluyen de este enfoque las categorías ontológicas, originalmente "probadas" mediante el recurso a las anáforas pragmáticas, propuestas por R. Jackendoff como base de su estructura conceptual: 1983: 48ss).
b) Rec Sem N + 1: "Suc Atr" º "Sust", o sea:
"Suc (R2FU & R2GW)" º "R2F(-U v W) & R2G(-W v U)"
en cuanto transformación de la identidad semiótica (posibilidades de interrelación sintáctica entre las formas de un determinado universo relativamente homogéneo) producida por atribución, en diferencia semiótica (o alteridad semántica, en cuanto uso y no mención de las posibilidades de interrelación entre las formas de otro determinado universo relativamente homogéneo) producida por sustitución (el término "sustitución" se lo utiliza aquí en cierto modo próximo a como Parret aplica "trasposición", 1983: 46; y, también, a como Jakobson utiliza la expresión "traducción intersemiótica", 1963, 79: en ese artículo pueden encontrarse algunos ejemplos que interpretan nuestra expresión lógica "R2G (-W v U)", es decir, las formas del mundo adquiriendo los valores del lenguaje: "...un niño ruso, leyendo cuentos alemanes traducidos, se sorprende al descubrir que la Muerte, evidentemente una mujer (en ruso 'smert', femenino), esté representada por un anciano (en alemán 'der Tod', masculino)", etc., op. cit. 85; téngase también en cuenta que la estructura de la sustitución de valores "(-U v W)" constituye la operación semántica de la metáfora, cuya problemática se ve reactualizada por el interés en los aspectos cognitivos del pensamiento científico y por "su poder para presentar de un modo claro e irreemplazable lo que las cosas son", M. Black, 1980: 21).
c) Rec Sem (N+1) + 1: "Suc Sust" º "Sup", o sea:
"Suc(R2F(-U v W) & R2G(-W v U))" º "R2HP & R2IQ"
en la que se simboliza la última (provisionalmente) producción de una nueva significación. Percibida, no obstante, por la intuición de la evidencia como una atribución (y afirmada ideológicamente como la única y definitiva atribución del correcto valor que corresponde a determinada forma), reinicia el ciclo que habrá de conducir, a través de la crítica de tales nuevas relaciones entre formas y valores, a la aplicación de las sucesivas operaciones de sustitución y superación. El significado vigente en un momento determinado de una determinada sociedad (acerca de cualquier fenómeno o del conjunto de interpretaciones de los fenómenos que constituyen la cultura de esa sociedad en ese momento) es pues el sucesor de las instancias cognitivas que aquí denomino "atribución" y "sustitución", constituyendo una superación de los procesos cumplidos mediante cada una de tales operaciones; en este sentido "la superación implica, pues, un regreso al pasado: una profundización del pasado" (H. Lefebvre, 1984: 268). El conjunto de las tres instancias cognitivas: atribución, sustitución y superación se corresponde al orden de las tres categorías paradigmáticas: ser, conocer y significar/comunicar, correspondiéndose, asimismo, con la tríada peirceana: objeto, signo e interpretante (H. Parret, 1983: 7-8), en cuanto triple dimensión de lo sincrónico. Desde un tercer enfoque, la reinserción de los resultados de todo proceso de superación en la productividad del pensamiento científico forma parte de las corrientes de crítica epistemológica basadas en la historia (B. Cohen, 1979: 349ss.), en especial de la "metodología de programas de investigación" (Lakatos, 1982), pero también en los conocidos desarrollos de Bachelard, Canguilhem, Kuhn, Toulmin, Feyerabend y otros.
Op. 14:
Articulación en relación de diacronía: aquella mediante la cual se ponen en relación virtual n valores (n ³ 2) producidos por superación de las relaciones contradictorias inherentes a los valores de los universos de formas que intervienen en las sustituciones precedentes.
Op. 15: Integración en relación de diacronía: aquella mediante la cual se ponen en relación actual n formas (n ³
2) identificadas como superación de las precedentes formas afectadas por valores contradictorios.
Simbolización: "(fa(-u & u)a
→
ha) Int (fn(-u & u)n →
hn"
Descripción simbólica: "(fa(-u & u)a →
ha) Int (fn(-u & u)n →
hn" º
"Rnº h(p)a...
h(p)n"
Formulación de TS3: Teorema de la Historicidad del Objeto Semiótico
TS3:
para todo n-par de pares de formas y valores, en relación de diacronía y con n-recurrencia de superaciones,la existencia de una enésima relación actual de integración de formas resultantes de la superación de las contradicciones inherentes a los valores que identificaban un universo de formas sustituyentes y/o sustituidas,
y la existencia de una enésima relación virtual de articulación de valores resultantes de la superación de los contradicciones inherentes a un universo de valores sustituyentes y/o sustituidos
equivalen
a la existencia de una enésima relación semiótica de formas valoradas como superación de las precedentes.
h) Formación:
relación virtual de articulación entre los valores de un universo (provisionalmente) final, que son superación de los valores contradictorios del sistema o sistemas precedentes. Existirán tantas formaciones cuantos sean los pares superadores de pares de universos sustituyentes y sustituidos tomados en consideración.Si no se toma en consideración, o se desconoce, su carácter (provisionalmente) final ni su origen superador, coincide formalmente con el paradigma.
Se lo puede representar simbólicamente como:
"
i) Enunciación:
relación actual de integración entre las formas de un universo (provisionalmente) final, que son superación de las formas (contradictoriamente valoradas) de algún discurso o discursos precedentes.Si no se toma en consideración o se desconoce su carácter (provisionalmente) final ni su origen superador, coincide formalmente con el texto.
Se lo puede representar simbólicamente como:
"E (Rnº (fa(-u
& u)a → ha)...
(fn(.u & u)n → hn))",
o bien, "E (Rnº
ha... hn)"
De TS3 surge la posibilidad de conocimiento de 1 nuevo concepto semiótico:
j) Significación del objeto semiótico
(o valoración histórico-diferencial del objeto semiótico sustituyente y/o sustituido) : relación semiótica (provisionalmente) final, entre formas y valores que son superación de las formas y valores de algún enunciado y/o referente precedentes.Si no se toma en consideración o se desconoce su carácter (provisionalmente) final ni su origen superador, coincide formalmente con la identificación del Objeto Semiótico.
Se lo puede representar simbólicamente como:
""E (Rns
Lo que, en definitiva, enuncia TS3 es que, a partir de las premisas establecidas, la existencia de formaciones y enunciaciones equivale a la existencia de la significación del objeto semiótico, en cuanto valor históricamente diferencial (y, en consecuencia, percepción diferencial) de ese mismo objeto tal como resultaba valorado (y percibido) en un momento (diacrónicamente) precedente.
Si se confronta esta última expresión simbólica, que establece la forma lógica de la significación del objeto semiótico producida a través de la superación diacrónica ("R2HP"), con la inicial expresión simbólica que establecía la forma lógica de la identificación del objeto semiótico producida a través de la atribución acrónica ("R2FU"), su homología puede resultar sorprendente.
Esta homología se interpreta semióticamente como el fundamento de la evidencia, o sea, de esos significados, efectivamente vigentes en una determinada sociedad y en un determinado momento, que se establecen como la verdad (al menos, como la verdad del sentido común).
Tal homología es necesaria ya que, en cada instancia histórica y social, el significado de un fenómeno se presenta como la atribución "natural" de un valor a una forma. Lo que realiza el método semiótico es establecer la calidad "histórica" de esa atribución y, por tanto, de la significación vigente en esa sociedad.
Por ello, el tema fundamental y crítico de la Teoría Semiótica está constituido por la recuperación de la memoria semiótica; es decir, por la recuperación de las relaciones de contradicción que subyacen en los enunciados vigentes en determinada sociedad y por la detección, en esos mismos actuales enunciados, de las relaciones de contradicción que conducirán a posteriores superaciones, o sea, al establecimiento de nuevas significaciones que habrán de ser atribuidas a un determinado fenómeno en estudio. La Teoría Semiótica no se propone, por tanto, cuestionar la verdad de un determinado enunciado o de la significación atribuida a un determinado referente, sino establecer la eficacia de su efectiva presencia en un concreto momento histórico; ni, simétricamente, se propone constituirse en una gnoseología del error, sino establecer la diferencia existente entre los diversos sistemas de enunciados que compiten en la pretensión de atribuirle significado al supuesto fenómeno en estudio.
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