REFLEXIONES SOBRE SEMIÓTICA
Francisco Umpiérrez
En Las Palmas de Gran Canaria, a 5 de
mayo de 2002.
INTRODUCCIÓN
La Semiótica se define como la ciencia general de los
signos. Pero cuando se habla de signos, se habla preferentemente de signos
lingüísticos. Y cuando se habla de signos no lingüísticos, como las señales
de tráfico, se sabe que el aprendizaje de esa clase de signos no es posible sin
la participación de los signos lingüísticos. Por lo tanto, la Semiótica no
es una ciencia distinta de la Lingüística. Si en el terreno de las
definiciones generales la Semiótica se presenta como una ciencia carente de
fundamentos propios, en el terreno de los conceptos la situación es aún peor.
Todo el mundo admite que la palabra es un signo compuesto de dos partes. Los
gramáticos medievales llamaron forma y concepto a esas dos partes. Saussure,
por su parte, las llamó de varios modos: imagen acústica y concepto,
significante y significado, y signo e idea. Hjelmslev las llamó expresión y
contenido; John Lyon, forma y significado; Ogden y Richards, símbolo y
referencia; Ullman, nombre y sentido,... Esta proliferación tan variada de
términos para catalogar a las dos partes del signo pone de manifiesto que la
Semiótica carece de una representación rigurosa y fiable de su objeto. Pero
esta anarquía categorial no sólo alcanza a la representación de las dos
partes del signo, sino también a la representación de sus relaciones mutuas.
Se habla de asociación entre imagen acústica y concepto, del
significante como expresión del significado, del pensamiento que se fija
a una idea, del nombre que simboliza el sentido, del símbolo que se
refiere al referente por medio del concepto. Es evidente que una ciencia no
puede fundamentarse sobre representaciones tan confusas y conceptos carentes de
definición rigurosa.
El lector tiene en sus manos un resumen muy breve de mis
tesis principales sobre Semiótica, que pondrá orden y claridad en aquel caos
categorial. Hasta ahora la Semiótica no ha alcanzado el estatuto de ciencia
independiente de la Lingüística. Hasta ahora los conceptos de la Semiótica y
de la Lingüística se han confundido y mezclado. Pero después de leer mis
tesis, el lector comprobará que la Semiótica tiene un ámbito propio de
investigación y dispone de una gran riqueza de conceptos específicos. Se
analizarán las tres funciones semióticas básicas: la expresiva, la
referencial y la significativa. La Semiótica, tal y como queda expuesta en la
presente investigación, es una ciencia epistemológicamente anterior a la
Lingüística. Su punto final sólo alcanza a la función designativa de las
palabras, esto es, apenas da un paso más allá de la comunicación animal. En
el primer capítulo, que trata sobre el valor referencial, se demostrará que el
significante es un valor referencial y se elaborará el concepto de valor
referencial. Se verá que el objeto específico de la Semiótica es el valor
referencial y no el signo. En el segundo capítulo, que trata sobre los modos de
expresión, se analizará la naturaleza del valor referencial y sus primeros
cambios de forma. Se elaborarán conceptos tan importantes como el de exponente
y el de imagen. En el tercer capítulo, que trata sobre el proceso de
referencia, se estudiará la función semiótica de las huellas, y se pondrá al
descubierto que esta clase de valores referenciales desempeñan la función de
significante. El cuarto capítulo, que trata sobre el proceso de comunicación,
pondrá en claro que el proceso de comunicación es fruto de la combinación de
las tres funciones semióticas básicas: la expresiva, la referencial y la
significativa.
EL VALOR REFERENCIAL
- Teoría referencial del significado. Las tesis principales de la
teoría referencial son las siguientes: una, el hombre usa las palabras para
referirse a los objetos del mundo, ya existan en la realidad o en la
imaginación, dos, el objeto referido es un referente, tres, entre la palabra
y el objeto referido hay una conexión referencial, y cuatro, el significado,
como sucede en el triángulo de Ogden y Richards, se concibe como referencia.
- Inconsciencia e inconsecuencia de la teoría referencial.
Es asombroso
cómo esta teoría llegando a la solución del problema no es consciente de su
resultado y, por lo tanto, no procede en consecuencia. Su inconsciencia: no ver
que el concepto de significado ha sido reducido al concepto de referencia. Esto
implica la necesidad de elaborar primero el concepto de referencia para después
poder elaborar el concepto de significado. Inconsecuencia: no reconocer que la
palabra, en tanto significante, es un referente. La teoría referencial del
significado ha extendido el contenido del concepto de referente a todos los
factores que participan en el habla, menos a la palabra. Es obvio su
inconsecuencia. John Lyon, por ejemplo, habla de que las palabras refieren (y no
significan o nombran) a cosas. Si el hombre usa las palabras para referirse a
las cosas, entonces las palabras son usadas como medios de referencia. Y si
palabras son usadas como medios de referencia, entonces las palabras son
referentes. Puesto que es imposible que algo sea usado como medio de referencia
de otra cosa si ese algo no es un referente.
- La igualdad entre palabra y mundo.
Hasta ahora los filósofos nos han
acostumbrado a la idea de que entre las palabras y el mundo hay una distancia
infranqueable. Pero a la luz de la tesis (02) esa idea cae por tierra: palabra y
mundo son ambos referentes y en calidad de referentes son lo mismo. Además,
¿cómo sería posible la conexión referencial entre la palabra y el mundo si
ambos no fueran referentes?
- Valor referencial o referente.
Resulta sorprendente que la teoría
referencial no haya elaborado el concepto de valor referencial, su concepto
principal. ¿Cuál ha sido la causa de este despiste? Haber pensado que las
cosas son referentes por su relación con las palabras y no por sí mismas (De
este pensamiento erróneo provienen las supuestas dificultades filosóficas que
John Lyon le atribuye a una precisa definición de la noción de
"referencia"). No haber sospechado que la condición de referente de
los objetos del mundo se pone de manifiesto en su relación con los órganos de
los sentidos, y no en su relación con las palabras. No haber entendido el
término referente en el sentido de valor referencial, sino en el sentido
de objeto referido. Así que enmendemos el error. El valor referencial de un
objeto es el conjunto de referencias que constituyen su identidad. Estas
referencias pueden ser cromáticas, acústicas, olfativas, táctiles y
gustativas. Para simplificar nuestra exposición hablaremos preferentemente del
valor referencial cromático. Hay una razón epistemológica de peso en esta
preferencia: la vista, más que ningún otro sentido, como postuló Aristóteles
al inicio de su Metafísica, nos permite captar un gran número de
diferencias entre los objetos.
- Función semiótica del valor referencial
Hemos dicho que el valor referencial de un objeto es el
conjunto de referencias que constituyen su identidad. De ahí que el hombre use
los valores referenciales de los objetos del mundo para identificar a dichos
objetos. No obstante, para identificar a un objeto no es necesario percibir
todas las referencias que constituyen su identidad, nos basta muchas veces una
sola. Hay personas a las que identificamos sólo con oírlas, o viendo solamente
su nariz, o sólo sus ojos, o sólo su boca. Cuanto más se conozca a una
persona o cosa, menos referencias se necesitan para identificarlas. Por el
contrario, cuanto menos se conozca a una persona o cosa, más referencias se
necesitan para identificarlas. Por lo tanto, la función semiológica de los
valores referenciales es la de medio de identificación.
- Valor de identidad y valor referencial
En la semántica de Ramón Trujillo las cosas y las palabras
son presentadas como identidades. De ahí cabe deducir dos cosas: por una parte,
la identidad, y no el significado, es el primer valor semiológico que cabe
atribuir a las cosas y a las palabras, y por otra parte, la identificación, y
no la significación, constituye el primer proceso semiológico que cabe
atribuir al hombre. Surge, por necesidad lógica, una pregunta: ¿Qué es una
identidad? Los lingüistas y los filósofos suelen contestar de una manera
puramente lógica: la identidad es la igualdad de una cosa o persona consigo
misma. Pero en la vida corriente, y basta con pensar en el Documento Nacional de
Identidad, la gente entiende por identidad de una cosa o persona el conjunto de
rasgos y datos que permiten identificarlas. Es obvio que el concepto de
identidad que tiene la gente sencilla es más rico materialmente que el concepto
de identidad que manejan los lingüistas y los filósofos. También se hace
evidente que el concepto de identidad que tiene la gente sencilla coincide con
el concepto de valor referencial que yo he elaborado.
- Valor referencial y valor corporal
Consideremos, por una parte, el significante /mesa/, y por
otra parte, la mesa en la que escribo. El significante /mesa/ es un valor
referencial determinado, un conjunto de letras ordenadas mediante el cual
podemos distinguirlo del resto de los significantes. También la mesa en la que
escribo es un valor referencial determinado, un conjunto de formas geométricas
mediante el cual podemos distinguirlo del resto de los cuerpos que constituyen
el mundo. No obstante, el significante /mesa/ es un valor referencial y nada
más que un valor referencial, mientras que la mesa no sólo es un valor
referencial, sino además tiene un valor corporal, en virtud del cual puede
usarse para comer o escribir sobre ella. Por lo tanto, el significante es un
valor referencial que carece de cuerpo.
- La superioridad del mundo frente a los significantes y viceversa
Los valores referenciales que constituyen el mundo hallan su
superioridad frente a los significantes en el hecho de estar dotados de cuerpos.
Puesto que si en el mundo no hubiera cuerpos, la vida material del hombre sería
imposible y, por lo tanto, también sería imposible su vida espiritual. Por el
contrario, los significantes hallan su superioridad frente al mundo en el hecho
de ser valores referenciales sin cuerpo, de poder existir independientemente de
los cuerpos que constituyen el mundo. Disfrutan de lo suprahumano: de la
eternidad. ¿No son las pinturas de bisontes de las Cuevas de Altamira valores
referenciales eternos, mientras que los bisontes que sirvieron de modelo hacen
una eternidad que dejaron de existir?
- Doble función del valor referencial del significante: medio de
identificación y medio de referencia
El valor referencial de la mesa sólo se usa como medio de
identificación de ella misma, pero no se usa para referir otro cuerpo de
distinto valor referencial, no se usa como valor referencial que está en lugar
de otro valor referencial. Por el contrario, el valor referencial del
significante /mesa/ no sólo se usa para identificarlo frente al resto de los
significantes, sino que además se usa como medio de referencia, como referente
que está en lugar de otro referente. Por lo tanto, el valor referencial del
significante tiene doble función: medio de identificación y medio de
referencia.
- Significante y objeto físico.
La moderna lingüística concibe el
significante y el significado como dos aspectos que se presuponen
recíprocamente y que no pueden definirse el uno sin el otro. De ahí que
defienda la tesis de que si al significante se le resta el significado, deja de
ser significante y se convierte en un mero objeto físico. Es cierto que si al
significante le restamos su significado deja de ser un significante, pero no es
cierto que se convierte en un mero objeto físico. Supongamos que a un alemán,
que no sabe nada de español, le enseñamos a decir [mesa]. Al cabo de cinco
minutos de aprendizaje el alemán sabrá decir perfectamente [mesa]. ¿Bajo qué
forma existe para el alemán el complejo fónico [mesa]? No puede existir como
significante puesto que el complejo fónico [mesa] no significa nada para él.
Pero tampoco existe como un mero objeto físico, indeterminado y carente de
forma. ¿Qué forma tiene entonces? La de referente. El complejo fónico [mesa]
es un conjunto de fonos determinados que se siguen uno detrás de otro en un
orden determinado. Y al final del aprendizaje el alemán no sólo es capaz de
producir el referente sonoro [mesa], sino además es capaz de identificarlo
cuando éste aparece junto a otros significantes. Por lo tanto, el significante
es originariamente, restada su función significativa, un valor referencial
sonoro y no un indeterminado objeto físico.
LOS MODOS DE EXPRESIÓN
- Modo de expresión. Pongamos una manzana delante de un espejo. Se ha
duplicado el mundo: en vez de una manzana tenemos dos: una en el espejo y la
otra fuera del espejo. ¿En qué se parecen ambas manzanas? En que tienen el
mismo valor referencial cromático. ¿En qué se diferencian? La manzana que
está fuera del espejo tiene cuerpo de manzana y la que está en el espejo tiene
cuerpo de cristal.
- Definición estática de los modos de expresión.
Cuando un valor
referencial existe simultáneamente en dos cuerpos, en el suyo propio y en uno
ajeno. En nuestro ejemplo el valor referencial de la manzana existe
simultáneamente en su propio cuerpo y en un cuerpo de cristal. En esta
definición se considera que la velocidad de la luz es instantánea.
- Definición dinámica de los modos de expresión.
Cuando un valor
referencial salta desde su propio cuerpo a un cuerpo ajeno. En esta definición
se considera que la luz tiene una velocidad determinada, esto es, que el color
de la manzana tarda un determinado tiempo en viajar desde su propio cuerpo al
cristal del espejo.
- Definición fenomenológica de los modos de expresión.
Concebiremos el
valor referencial manzana como la sustancia y el sujeto del modo de expresión.
Mientras que el cuerpo de manzana y el cristal del espejo los concebiremos como
dos formas particulares de existir el valor referencial manzana. El valor
referencial de la manzana es uno y el mismo, mientras que sus cuerpos son muchos
y variados.
- Definición de imagen.
Cuando un valor referencial existe en cuerpo
propio diremos que existe en forma real, y cuando existe en cuerpo ajeno diremos
que existe en forma de imagen.
- Exponente y referente.
Cada cuerpo expone sus propias referencias, es
decir, cada cuerpo es el exponente de su propio referente. Si los cuerpos,
reunidos en asamblea diabólica, decidieran exponer referencias ajenas en vez de
las propias, el hombre no podría identificar los objetos del mundo y su vida
sería imposible. Por lo tanto, el curso normal de la vida supone, por regla
general, que cada cuerpo sea el exponente de su propio referente. El error de
Descartes consistió en que no concibió los objetos del mundo como unidades de
dos caras: exponente y referente, o cuerpo y apariencia. Veo un hombre por la
ventana. No debo dudar de la existencia del valor referencial que veo: un
hombre. Si puedo dudar que el valor referencial que veo exista en cuerpo propio
o en cuerpo ajeno. Descartes cometió el grave error semiológico de extender la
duda sobre la existencia hasta el valor referencial de los objetos del mundo.
Duda que haría inexplicable la existencia de la vida animal y, por
consiguiente, la existencia de la vida humana.
- Objeto expresado, medio de expresión y expresión.
Un modo de
expresión está constituido por dos exponentes. Uno de ellos, la manzana, es el
objeto expresado, el exponente que expresa sus referencias. El otro, el espejo,
es el medio de expresión, el exponente que sirve para que el primero, la
manzana, exprese sus referencias. El resultado de la relación semiológica
entre el objeto expresado y el medio de expresión es la expresión, el valor
referencial del objeto expresado existiendo en el medio de expresión (la
manzana en el espejo)
- Material de expresión y forma referencial de la expresión.
En nuestro
ejemplo, la manzana, el objeto expresado, pone el material de expresión (el
color) y la forma referencial de la expresión (la geometría de la manzana).
Examinemos ahora el caso de la huella que un bañista deja en la arena. El
objeto expresado (el bañista) sólo pone la forma referencial de la expresión
(la geometría de la huella). El medio de expresión (la arena) pone el material
de expresión (la propia arena). Examinemos, por último, el caso del
significante /manzana/ concebido como expresión. Todo lo pone el medio de
expresión (el hombre): el material y la forma referencial de la expresión. El
objeto expresado (la manzana) no pone nada. Estos tres casos son ejemplos
escalonados del proceso mediante el cual la expresión se separa del objeto
expresado. Y en el caso del significante la expresión se ha independizado por
completo del objeto expresado.
LOS PROCESOS DE REFERENCIA
- Las huellas. Un cazador A sale en busca de una presa H. El cazador A
descubre unas huellas que pertenecen a una presa H (referencias T de H)
El cazador A sigue las huellas hasta que encuentra a la presa H. Por último, el
cazador A mata a la presa H.
- Fases del proceso de referencia.
La primera fase es un modo de
expresión constituido por las presa H y el terreno X, donde las referencias T
de la presa H saltan desde su propio cuerpo al terreno X. La segunda fase es
también un modo de expresión, donde las referencias T de la presa H saltan
desde el terreno X a los ojos del cazador A. En este caso el objeto expresado,
el terreno X, no expresa sus propias referencias sino las de otro exponente, la
presa H. Por lo tanto, el terreno X no es el objeto expresado sino el referidor
(agente que ejecuta o realiza el acto de referir), la huella de la presa H en el
terreno X es el medio de referencia, y la presa H es el objeto referido. La
tercera fase es un proceso de significación, donde el cazador A cambia las
referencias T de la presa H por el valor referencial cromático de la presa H.
La cuarta fase es un modo de expresión constituido por la presa H y el cazador
A, donde el valor referencial cromático de la presa H salta desde su propio
cuerpo a los ojos del cazador A.
- Valoración global del proceso de la referencia.
El proceso de
referencia está constituido por tres exponentes, la presa H, el terreno X y el
cazador A, y por dos valores referenciales, el valor referencial cromático de
la presa H y las referencias T de la presa H. La presa H desempeña el papel de
objeto expresado en la primera fase, de objeto referido en la segunda fase, de
objeto significado en la tercera fase, y de objeto expresado en la cuarta fase.
El terreno X desempeña el papel de medio de expresión en la primera fase, y de
referidor en la segunda fase. El cazador A desempeña el papel de medio de
expresión en la segunda fase, de significador (agente que realiza o ejecuta el
acto de significar) en la tercera fase, y de medio de expresión en la cuarta
fase. La huella desempeña el papel de expresión en la primera fase, de medio
de referencia en la segunda fase, y de significante en la tercera fase. Y el
valor referencial de la presa H desempeña el papel de significado en la tercera
fase y de expresión en la cuarta fase. Todo esto podrá verse con más claridad
en la Tabla 1.
- Modo de expresión, proceso de referencia y proceso de significación.
Hay
modo de expresión cuando un referente salta desde su propio cuerpo a uno ajeno,
hay proceso de referencia cuando un valor referencial salta entre dos cuerpos
ajenos, y hay proceso de significación cuando un exponente cambia un referente
por otro referente.
EL PROCESO DE COMUNICACIÓN
- Proceso de comunicación. Dos miembros de una comunidad de cazadores
salen en busca de una presa H. Cada uno de los cazadores toma un camino
distinto. El cazador A ve a la presa H. Luego, dirigiéndose a su compañero,
emite una voz: [tata]. El cazador B oye la voz: [tata]. Acude donde su
compañero y ve a la presa H. Los dos cazadores se ponen en acción, acorralan a
la presa H y la matan.
- Fases del proceso de comunicación.
La primera fase es un modo de
expresión constituido por la presa H y el cazador A, donde el valor referencial
cromático de la presa H salta desde su propio cuerpo a los ojos del cazador A.
Ahora el cazador A se ha convertido en el portador del valor referencial de la
presa H. La segunda fase es un proceso de significación, donde el cazador A
cambia el valor referencial de la presa H por el significante /tata/. La tercera
fase es un proceso de referencia constituido por el cazador A y el cazador B,
donde el valor referencial sonoro [tata] salta desde la boca del cazador A al
oído del cazador B. La cuarta fase es un proceso de significación, donde el
cazador B cambia el significante /tata/ por el valor referencial cromático de
la presa H. Y la quinta fase es un modo de expresión constituido por la presa H
y el cazador B, donde el valor referencial cromático de la presa H salta desde
su propio cuerpo a los ojos del cazador B.
- Valoración global del proceso de comunicación.
En el proceso de
comunicación participan tres exponentes, la presa H, el cazador A y el cazador
B, y dos valores referenciales, el de la presa H y el del complejo acústico
[tata]. En la primera fase la presa H es el objeto expresado, el cazador A es el
medio de expresión, y el valor referencial de la presa H en los ojos del
cazador A es la expresión. En la segunda fase el cazador A es el significador,
el valor referencial de la presa H en el cazador A es el significado, el valor
referencial acústico [tata] es el significante, y la presa H es el objeto
significado. En la tercera fase el cazador A es el referidor, el cazador B es el
medio de expresión, el valor referencial acústico [tata] es el medio de
referencia, y la presa H es el objeto referido. En la cuarta fase el cazador B
es el significador (el agente que realiza el proceso de significación), el
valor referencial acústico [tata] es el significante, el valor referencial de
la presa H en el cazador B es el significado, y la presa H es el objeto
significado. Y en la quinta fase la presa H es el objeto expresado, el cazador B
es el medio de expresión, y el valor referencial de la presa H en el cazador B
es la expresión. Todo esto puede verse con más claridad en la Tabla 2.
- Proceso de referencia natural y social.
Al proceso de referencia que se
da entre el cazador A y la presa H por medio de la huella de la presa H, lo
llamaremos proceso de referencia natural. Y al proceso de referencia que se da
entre el cazador A y el cazador B por medio del valor referencial sonoro [tata],
lo llamaremos proceso de referencia social. ¿En qué se diferencian? En el
proceso de referencia natural el significante, la huella de la presa H, es
producido por el objeto expresado, la presa H, mientras que en el proceso de
referencia social el significante, el complejo acústico [tata], es producido
por el significador, el cazador.
- Los múltiples modos del ser.
Hasta ahora los lingüistas han usado las
palabras "expresar", "referir" y "significar" como
conceptos equivalentes, sustituibles unos por otros. Pero a la luz de las tesis
expuestas hasta aquí se ve que es un grave error. Expresar, referir y
significar son funciones semiológicas distintas. ¿Cuáles son las funciones
del hombre en su relación semiológica con el mundo? Medio de expresión,
referidor y significador. ¿Cuáles son las funciones de los objetos del mundo
en su relación semiológica con el hombre? Objeto expresado, objeto referido y
objeto significado. ¿Cuáles son las funciones semiológicas del valor
referencial de los objetos del mundo? La de expresión y la de significado.
¿Cuáles son las funciones semiológicas de las huellas de los objetos del
mundo? La de expresión, la de medio de referencia y la de significante.
¿Cuáles son las funciones de la voz [tata]? La de medio de referencia y la de
significante. (Sólo me resta advertir que los procesos de significación
estudiados aquí sólo tratan de la función designativa).
- Significado y referencia.
Desde Frege, Russell y Husserl se ha tomado
como válido que el significado y la referencia de las palabras no coinciden.
Así, por ejemplo, de las expresiones "triángulo equilátero" y
"triángulo equiángulo" se dicen que tienen el mismo referente pero
distinto significado. Aquí se confunde el concepto de valor referencial con el
concepto de objeto referido. Es cierto que el objeto referido es el mismo, pero
la referencia expresada no es la misma. En "triángulo equilátero" la
referencia expresada es el lado y en "triángulo equiángulo" la
referencia expresada es el ángulo. Lo mismo ocurre con las expresiones
"Walter Scott" y el "autor de Waverley". El objeto
referido es el mismo, pero las referencias expresadas no son las mismas. En
"Walter Scott" las referencias expresadas son: persona, masculino y
singular. Y en "autor de Waverley" las referencias expresadas
son: escritor y nombre de obra literaria.
CONCLUSIÓN
El lector atento habrá comprobado que mi esquema de
comunicación se parece, en parte, al de Saussure, y en parte, al de
Bloomfield. Pero el mío, tanto bajo el punto de vista del concepto como bajo
el punto de vista de la representación, es más preciso, más claro y más
homogéneo. Lo que en Saussure aparece como concepto, una entidad de la que se
desconoce de que material está construida y cuál es su configuración, en mi
tratado aparece como imagen sensible, como valor referencial cromático, una
entidad que se sabe de qué material está construida, de color, y cuál es su
configuración. Lo que en Saussure figura como un proceso psicológico, la
asociación de concepto e imagen acústica, en mi tratado aparece como proceso
de significación, cuando un exponente cambia un valor referencial acústico
por un valor referencial cromático y a la inversa. Lo que en Saussure aparece
como un proceso puramente físico, la transmisión de ondas sonoras desde la
boca del emisor al oído del receptor, en mi tratado aparece como un proceso
de referencia social, cuando un valor referencial sonoro salta desde un
exponente emisor hasta un exponente receptor. Lo que en Saussure es un salto
entre esferas de saber distintas, desde la psicología, pasando por la
fisiología hasta llegar a la física, en mi tratado el concepto de valor
referencial le da unidad a toda la investigación.
En lo que se refiere al esquema de Bloomfield diré lo
siguiente. Lo que en Bloomfield se define como estímulo, cuando Jill ve una
manzana en un árbol, en mi esquema aparece como modo de expresión, cuando el
valor referencial de la manzana salta desde su propio cuerpo a la retina de
Jill. Bloomfield olvida, por sus prejuicios contra el conceptualismo, que Jill
tiene que cambiar el valor referencial cromático de la manzana por un
determinado imagen acústica, que después emitirá para hacerla llegar al
oído de Jack. También olvida Bloomfield, por causa del mismo prejuicio, que
Jack ha de cambiar el valor referencial sonoro que ha escuchado de la boca de
Jill por el valor referencial manzana. Si no lo hiciera, sería imposible
explicar por qué Jack se dirige a la manzana y no a un sin fin de cosas que
se dan conjuntamente con la manzana. Si la representación de Bloomfield sobre
la comunicación podemos tomarla como válida, la conceptualización deja
mucho que desear. Toma los conceptos prestados de la fisiología. Son
conceptos pobres: estímulo y respuesta. En mi tratado, por el contrario, hay
una mayor riqueza conceptual y mejor delimitación de las funciones
semióticas, que hace más precisa la representación sobre la comunicación.
En mi tratado, en suma, se sientan las bases conceptuales de la Semiótica y
se conquista su independencia de la Lingüística.
Tabla 1. Proceso de referencia
Fase |
Función
Semiológica |
Presa H |
Terreno X |
Huella de la
Presa H en el
Terreno X |
Cazador A |
Huella de la
presa H en el
cazador A
|
Valor referen-
cial de la pre-
sa H en el
cazador A
(En memoria) |
Valor referen-
cial de la pre-
sa H en el
cazador A
(En presencia) |
Primera |
Modo de
Expresión |
Objeto
Expresado |
Medio de
Expresión |
Expresión |
|
|
|
|
Segunda |
Proceso de
Referencia |
Objeto referido |
Referidor |
Medio de
Referencia |
Medio de
Expresión |
Expresión |
|
|
Tercera |
Proceso de
Significación |
Objeto significado |
|
|
Significa-dor |
Significante |
Significado |
|
Cuarta |
Modo de
Expresión |
Objeto expresado |
|
|
Medio de expresión |
|
|
Expresión |
Tabla 2. Proceso de comunicación
Fase |
Función semioló-gica |
Presa H |
Cazador A |
Valor re-
Ferencial
de la pre-
sa H en el
cazador A (En presencia) |
Valor re-
ferencial sonoro
/tata/
en el ca-
zador A |
Valor referen-
cial
sonoro
/tata/
|
Cazador
B |
Valor re-
ferencial
sonoro
/tata/ en
en el ca-
zador B
|
Valor re-
ferencial
de la pre-
sa H en el
cazador B (En me-
Moria) |
Valor re-
ferencial
de la pre-
sa H en el
Cazador
B (En presencia) |
Primera |
Modo de
Expresión |
Objeto
Expresa-
Do |
Medio de
Expresión |
Expresión |
|
|
|
|
|
|
Segunda |
Proceso
de signi-
ficación |
Objeto significa-
Do |
Significa-
dor |
Signifi-
Cado |
Signifi-
cante |
|
|
|
|
|
Tercera |
Proceso
de refe-
rencia |
Objeto
Referido |
Referidor |
|
|
Medio de
referencia |
Medio de
expresión |
Expresión |
|
|
Cuarta |
Proceso
de signi-
ficación |
Objeto
Significa-
do |
|
|
|
|
Significa-dor |
Signifi-
cante |
Significa-
Do |
|
Quinta |
Modo de
expresión |
Objeto
expresado |
|
|
|
|
Medio de
expresión |
|
|
Expresión |
BIBLIOGRAFÍA
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editor
Trujillo, Ramón, 1996: Principios de Semántica Textual, Arcos
Libros, S.A.
INDICE GENERAL
I.- Introducción
II.- El valor referencial
01.- La teoría referencial del significado, 02.-
Inconsciencia e inconsecuencia de la teoría referencial, 03.- La igualdad entre
palabra y mundo, 04.-Valor referencial o referente, 05.- Función semiótica del
valor referencial, 06.- Valor de identidad y valor referencial, 07.- Valor
referencial y valor corporal, 08.- La superioridad del mundo frente a los
significantes y viceversa, 09.- Doble función del valor referencial del
significante: medio de identificación y medio de referencia, 10.- Significante
y objeto físico.
III.- Los modos de expresión
11.- Modo de expresión, 12.- Definición estática de los
modos de expresión, 13.- Definición dinámica de los modos de expresión, 14.-
Definición fenomenológica de los modos de expresión, 15.- Definición de
imagen, 16.- Exponente y referente, 17.- Objeto expresado, medio de expresión y
expresión, 18.- Material de expresión y forma referencial de la expresión.
IV.- Los procesos de referencia
19.- Las huellas, 20.- Fases del proceso de referencia, 21.-
Valoración global del proceso de referencia, 22.- Modo de expresión, proceso
de referencia y proceso de significación.
V.- El proceso de comunicación
23.- Proceso de comunicación, 24.- Fases del proceso de
comunicación, 25.- Valoración global del proceso de comunicación, 26.-
Proceso de referencia natural y social, 27.- Los múltiples modos del ser, 28.-
Significado y referencia
VI.- Conclusión
Tablas
Bibliografía