ARCHIVO VIRTUAL DE SEMIÓTICA
1. MANUAL DE ESTUDIOS SEMIÓTICOS
1.3 CONCEPTO Y DESARROLLOS DE SEMIÓTICAS PARTICULARES
1.3.15
SEMIÓTICA, INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA
Message 724
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Sat Oct 21, 2000 2:00am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 1
NOTA SOBRE LA INTENCIÓN COMUNICATIVA SEGÚN GRICE
En su artículo «La pragmática y las intenciones comunicativas», Dascal (1999) expone las ideas de Grice sobre la comunicación en los siguientes términos:
“En su ya clásico artículo «Meaning» de 1957, Grice propone la siguiente caracterización (cruda) del significado (no-natural) de un hablante que profiere x:
‘H intentó decir algo mediante x = H intentó que su proferencia de x produjese algún E(fecto) en una A(udiencia) por medio del reconocimiento [por parte de esa audiencia] de esta intención’.
La idea esencial expresada en esta definición, y ya presente en Locke, es la de que hay comunicación propiamente dicha solamente cuando lo que causa en el oyente el efecto deseado por el hablante es el reconocimiento de la intención comunicativa del hablante. Dicho de otro modo: la acción comunicativa se caracteriza por un tipo especial de causalidad. Así, si tengo la intención de hacerte pensar en Hamlet y lo hago poniéndome a recitar versos de esa obra en la sala de baños, y si efectivamente eso te lleva a pensar en Hamlet, pero sin darte cuenta de que lo hice con esa intención (por ejemplo, porque supones que estoy simplemente preparándome para el espectáculo de esta noche), no ha habido propiamente comunicación entre nosotros” (1999: 40).
Cito este pasaje no porque esté necesariamente de acuerdo con lo que en él se plantea, sino como ilustración de una concepción compleja de comunicación que incluye las condiciones para que ésta sea considerada tanto exitosa como fracasada. Más adelante en su artículo, Dascal vuelve a referirse a dicha concepción así:
“Supongamos, por ejemplo, que H desea que A salga de la sala y para eso se pone a cantar desentonadamente, pero lo hace con la intención de que A no solamente salga, sino también de manifestar su desprecio por él. En este caso, a) H intenta que A piense que H intenta que A salga debido al canto desagradable, pero también, b) H intenta que la verdadera razón para que A salga sea el hecho que H así lo desea, y no la molestia que le causa el canto. Si A no reconoce (b) y sale debido a (a), la intención comunicativa de H no se realiza plenamente, aunque las condiciones del definiens de Grice sean satisfechas cuando A reconoce solamente (a)” (1999: 43).
En los dos pasajes citados Dascal habla de comunicación fracasada (aunque éstas no sean sus palabras) pero sólo a medias: en el primero, “no ha habido propiamente comunicación entre nosotros”; en el segundo, “la intención comunicativa de H no se realiza plenamente”. En el primer ejemplo, H tiene la intención de que A piense en Hamlet. Para hacer que dicho estado cognitivo de A, intencionado por H, pase de la virtualidad a la realización, H se pone a recitar versos de esa obra, acto discursivo que cumple la función del programa narrativo mediante el cual H cree que transformará el estado cognitivo inicial de A, de naturaleza disjuntiva (A no piensa en Hamlet), en el estado cognitivo final, de naturaleza conjuntiva A piensa en Hamlet), intencionado por H. Ahora bien, H logra que A piense en Hamlet, por lo que diríamos que H realiza su intención. Pero H tiene además la intención de que A se dé cuenta que había recitado los versos con la intención deliberada de hacerlo pensar en Hamlet. Esto significa que la intención de H es compleja, pues incluye 1) la intención de que A piense en Hamlet y 2) la intención de que A se dé cuenta que H tiene la intención de que A piense en Hamlet. Es decir, la intención compleja de H no consiste solamente en que A piense en Hamlet, sino además en que se dé cuenta que H desea que piense en Hamlet. Esto quiere decir que lo que está en juego es una doble transformación cognitiva de A: que piense en Hamlet (paso del estado de no pensar, disjuntivo, al estado de pensar, conjuntivo) y que se dé cuenta que H tenía la intención de que pensara en Hamlet (paso del estado de no darse cuenta, disjuntivo, al estado de darse cuenta, conjuntivo).
Ahora bien, sólo hay propiamente comunicación, dice Dascal que dice Grice, si A piensa en Hamlet al escuchar a H recitar los versos y además se da cuenta que H los recita para que él, A, piense en Hamlet. En términos greimasianos, en este caso H sería un destinador manipulador exitoso, pues lograría, mediante su programa de manipulación, que A, destinatario-sujeto, realizara la doble transformación de su estado cognitivo siguiendo la intención compleja de H. Por el contrario, no hay comunicación propiamente dicha si A se limita a pensar en Hamlet al escuchar a H recitar los versos pero no se da cuenta que H lo hace con la intención de que piense en Hamlet. En este caso H sería un destinador manipulador fracasado, pues no lograría que A, destinatario-sujeto, realizara la segunda transformación cognitiva intencionada por H.
En el segundo ejemplo, la intención de H es que A salga de la sala, es decir, que pase del estado pragmático inicial de conjunción espacial a un estado pragmático final de disjunción espacial. Para realizar dicha intención, H se pone a cantar desentonadamente, acto discursivo que cumple la función del programa narrativo mediante el cual H cree que transformará el estado pragmático-espacial inicial de A. Esta decisión de H de cantar desentonando deliberadamente presupone que H cree 1) que A puede reconocer un canto desentonado, lo que presupone en él una determinada competencia musical; 2) que a A no le gusta el canto desentonado; 3) que al no gustarle, A prefiere alejarse del espacio en el que se encuentra la fuente de dicha insatisfacción. Ahora bien, además de desear que A salga de la sala, H desea que A se dé cuenta que H lo desprecia, lo que pone en juego, articulada a la transformación pragmática espacial, una transformación cognitiva de A, el paso a un estado cognitivo (el nuevo saber de A) cuyo contenido es un estado pasional de H, el desprecio que siente por A. Para lograr esta doble transformación de A, pragmática y cognitiva, H recurre a la acción de cantar desentonadamente, de tal modo que A piense no sólo “¡Cómo desentona H, y qué molesto es escucharlo!”, sino además “H canta desentonadamente para manifestarme su desprecio”. Sólo cuando se cumplen estas dos condiciones, dice Dascal, se realiza plenamente la intención comunicativa de H.
Detengámonos un poco en este ejemplo. Dascal dice que, con la intención de que A salga de la sala en la que se encuentran H y A, H se pone a cantar desentonadamente. Esto presupone que A canta desentonadamente porque así lo quiere, pero que sabe y puede cantar entonadamente, es decir, que tiene la competencia musical para cantar con entonación pero no la motivación para hacerlo en esta coyuntura particular. Por consiguiente, no se nos dice que H no pueda/no sepa no desentonar (es decir, que H desentona necesariamente porque no es competente), sino que H puede/sabe desentonar, lo que presupone que también puede/sabe no desentonar (es decir, que H desentona porque es competente potestiva y cognitivamente tanto para hacerlo como para no hacerlo). Si, por su parte, A se da cuenta (es decir, si cree) que H desentona para manifestarle su desprecio, se representa por tanto a H como un sujeto competente, y no como un sujeto no competente, es decir, como un sujeto que puede/sabe desentonar y puede/sabe no desentonar o, lo que conduce a lo mismo, puede/sabe entonar y puede sabe/no entonar. Si A creyera que H desentona sin darse cuenta de que lo hace deliberadamente, entonces se representaría a H como un sujeto no competente, que no puede/no sabe entonar o, dicho de otra manera, como un sujeto que no puede/no sabe no desentonar, por lo que no podría darse cuenta (es decir, creer) de que H lo desprecia. Esto pone de manifiesto la importancia de los simulacros recíprocos de H y A para el logro o fracaso de la comunicación entre ellos según los criterios de Grice.
En conclusión, de acuerdo a lo expuesto arriba, tener éxito a medias (H logra que A piense en Hamlet, pero no que A se dé cuenta que H tiene la intención de que piense en Hamlet; H logra que A salga de la sala, pero no que A se dé cuenta que H tiene la intención de que A sepa que lo desprecia) no constituye propiamente, plenamente, una comunicación entre H y A. ¿Les parece aceptable está concepción de comunicación? ¿Converge con la concepción que tienen ustedes? ¿Les parece muy exigente, que involucra demasiadas condiciones? ¿O más bien pocas? ¿O condiciones que no son pertinentes? ¿Consideran que el concepto de competencia comunicativa puede dar cuenta tanto de la comunicación exitosa como de la fracasada? ¿O consideran que, para ello, se requiere de una concepción semiótica diferente? ¿Y cuál sería esa concepción?
Cali, X-2000
DASCAL, Marcelo.1999 «La pragmática y las intenciones comunicativas», en DASCAL, Marcelo (ed.): Filosofía del lenguaje II: Pragmática. Madrid: Trotta, 1999.
Cordialmente,
Eduardo
Message 725
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Sun Oct 22, 2000 5:21am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 2
NOTA SOBRE LA COMPETENCIA
COMUNICATIVA
En días pasados escuché un tango, “Cartón junao” (música de Juan D’Arienzo, letra de Carlos Waiss), cuyo texto dice así:
Siempre pasa con el pucho sobrador a flor de labio con la pinta medio shiome que deschava el arrabal. Lleva el lengue hecho galleta, con el funyi arremangado y se va ladeando todo con andar acompadrado mientras pica en la vereda con el taco militar. La chamuya de los grilos, de cachimba y empiedrada en la cara luce un feite que hoy es vieja cicatriz. Se da dique que hace poco lo fajaron la mancada y fue culpa de una nami que de puro rechiflada casi ortiba los aprontes que le daba en el bulín. La va de que es junado, conversa de sotana, su vieja ferramenta la tuvo que amurar. Pregunta por "el hombre", respeta a la fulana y dicen que un caudillo lo pudo acomodar. La va que fue ladero de puntos remanyados y en el refiche lungo del turbio chimentar, para él no hay secreto, desde tirar el carro, pialarse en un choreo o hacer un cuento más. Tiene pinta bulinera de gavión de rango misho el yuguillo lo levanta, casi, casi hasta la nuez cuando juna al mayorengo se las toma "stricho y pico" se embalurda con dos cañas, le hace cruz al abanico y pa' andar algo piola la jotraba de chofer. La saluda con ¡dequera! y si marca es con un ¡quía! pero yo que le remanyo su prontuario, bien lo sé que no tiene más balurdo que un andar de contramano y los tiras, la otra noche fue por gil que lo apuntaron cuando estaba haciendo pinta en la puerta de un café.
Tengo que reconocer que, a pesar de mi largo trato con
los tangos, no comprendí gran cosa. Incluso se me hizo difícil
a veces reconocer ciertas palabras al escucharlo: percibía la
cadena fónica pero se me dificultaba segmentarla
gramaticalmente de manera adecuada, problema que solucionó la
lectura del texto escrito. No obstante, la dificultad
semántica persistía, y persiste, pues no me he puesto en la
tarea de consultar un diccionario de lunfardo para suplir las
debilidades de mi competencia léxica, subcomponente de la
competencia lingüística.
Puesto que no puedo aprehender la
macroestructura semántica de este poema, para decirlo en
términos de van Dijk, llego a la conclusión de que no ha
habido comunicación, si entendemos por tal la puesta en común,
en el sentido de una convergencia óptima, de la significación
generada por el enunciador y la significación interpretada por
el enunciatario.
Como al caído se le cae de nuevo, poco
después leí ¡en una novela! (El tío Petros y la conjetura de
Golbach, de Apóstolos Doxiadis, Barcelona: Ediciones B, 2000)
lo siguiente:
“Tanto en su versión algebraica como en la
analítica, la teoría de números tiene el mismo objetivo:
estudiar las propiedades de los números enteros o positivos
(1, 2, 3, 4, 5, etcétera), así como sus interrelaciones. Igual
que la investigación física consiste principalmente en el
estudio de las partículas elementales de la materia, muchos de
los problemas esenciales de la aritmética avanzada se reducen
a aquellos de los primos (números enteros que sólo pueden
dividirse por 1 y por sí mismos, como 2, 3, 5, 7, 11...), el
irreducible cuanto del sistema numérico”.
Confieso que no
sé qué significa versión algebraica y analítica de la teoría
de números, o propiedades de los números enteros, o partículas
elementales de la materia, o el irreducible cuanto del sistema
numérico, e incluso la explicitación de qué son números
enteros y números primos me deja en el aire.
Poco más
adelante el narrador prosigue de esta guisa:
“Las
principales [verdades] eran dos: su distribución (es decir, la
cantidad de números primos menores que un entero dado n) y las
pautas de su sucesión, la escurridiza fórmula mediante la
cual, partiendo de un número primo dado pn, uno podía
determinar el siguiente, pn+1. A menudo (quizás infinitamente
a menudo, según una hipótesis), los números primos sólo están
separados por dos enteros, en pares como 5 y 7, 11 y 13, 41 y
43 o 9857 y 9859. Sin embargo, en otros casos, dos números
primos consecutivos pueden estar separados por centenares de
miles de millones de enteros no-primos; de hecho, es sumamente
fácil demostrar que para cualquier entero dado k, es posible
encontrar una sucesión de enteros k que no contiene un solo
número primo”.
Y para rematar, hace la siguiente
aclaración en nota de pie de página:
“Digamos que k es un
entero dado. El conjunto (k+2)!+2, (k+2)!+3, (k+2)!+4...
(k+2)!+(k+1), (k+2)!+(k+2) contiene enteros k ninguno de los
cuales es primo, puesto que cada uno de ellos es divisible por
2, 3,
4... k+1, k+2 respectivamente. (El símbolo k!,
también conocido como «factorial K», significa el producto de
todos los enteros desde 1 hasta k)”.
¿Debo pasar de nuevo
por la vergüenza de confesar que no comprendo de qué se trata
en este texto? Por consiguiente, también en este caso afirmo
que no ha habido comunicación, puesto que no estoy en
condiciones de interpretar adecuadamente lo que el narrador,
ese delegado del enunciador, ha tenido la intención (es decir,
el propósito) de significar.
¿Cómo explicar este fracaso
de la comunicación? ¿Se debe a fallas en la competencia
comunicativa del enunciador, que no ha logrado hacerse
comprender? ¿O más bien a fallas en la competencia
comunicativa del enunciatario, en este caso yo? Pero ¿es que
hay una competencia comunicativa del enunciatario? De ser así,
la comunicación dependería del buen funcionamiento de las
competencias comunicativas del enunciador y el enunciatario.
Pero ¿qué es un buen funcionamiento de dichas competencias? ¿Y
en qué consistiría, hablando con rigor, esta supuesta
competencia comunicativa del enunciatario, oyente o lector?
Aquí hay mucha tela qué cortar.
Ahora bien, hablar de la
competencia comunicativa del enunciatario es una novedad, pues
tradicionalmente se la ha atribuido exclusivamente al
enunciador, pues se pensaba que la comunicación consistía en
la transmisión de un mensaje a un receptor o destinatario por
parte de un emisor o destinador. No obstante, pasar, como se
ha hecho en la reciente investigación discursiva, de una
concepción pasiva a otra activa, participante, del
enunciatario, obliga a abandonar la idea de que el éxito de la
comunicación depende exclusivamente del enunciador, incluso si
se acepta que éste tiene en lograrlo una gran responsabilidad.
Entonces, ¿cómo explicar por qué ha fracasado una
comunicación?
De otro lado, hay que tener en cuenta que la
proyección del saber/poder comunicar sobre el cuadrado
semiótico da como resultado cuatro posiciones modales que
pluralizan la competencia. Así, nos encontramos con un
saber/poder no comunicar que no hay que confundir con un no
saber/no poder comunicar: un sujeto que sabe y puede no
comunicar es un sujeto competente, precisamente para no
comunicar lo que se esperaría que comunicara, en tanto que un
sujeto que no sabe y no puede comunicar es un sujeto
incompetente que no reúne las condiciones requeridas para
llevar a cabo un proceso de comunicación. El no saber/no poder
no comunicar nos remite a la situación modal de un sujeto
constreñido por una necesidad de comunicación a la cual no
puede escapar (como contradictoria que es de la posición modal
del sujeto que sabe/puede no comunicar).
Si a esto se
añaden las posiciones modales resultantes de la proyección de
las modalidades de la motivación sobre el cuadrado semiótico
(querer/deber comunicar, querer/deber no comunicar, no
querer/no deber comunicar y no querer/no deber no comunicar),
el domino de la comunicación se hace más complejo aún. Por
ejemplo, un sujeto puede querer comunicarse con cierta clase
de enunciatario pero no con otra: sería el caso de quien habla
en lunfardo precisamente para que no sea comprendido por quien
no lo habla. ¿Diría éste que el enunciador ha fracasado en su
comunicación porque no ha logrado hacerse comprender?
¡Precisamente eso era lo que quería, excluir al no hablante de
lunfardo de la comunicación! Del matemático de alto nivel
diríamos que debe comunicarse y no puede no comunicarse sino
como lo hace porque la especialización de la disciplina se lo
impone, dirigiéndose a un enunciatario a quien supone dotado
de una competencia cognitiva del mismo nivel y excluyendo en
consecuencia a quien, como yo, exhibe tan crasa ignorancia en
la materia.
Invito a quienes afirman que existe una
competencia comunicativa de la cual depende la comunicación a
que me expliquen qué ha ocurrido en los dos casos arriba
citados. Pienso que, si dicho concepto, el de competencia
comunicativa, es adecuado, debe permitir explicar no sólo por
qué y cómo una comunicación es exitosa, sino también por qué y
cómo fracasa. Me parece perniciosa la práctica de análisis que
consiste en tomar en cuenta solamente los procesos que
resultan según lo que se esperaba de ellos, dejando de lado
los fracasos, las subversiones, las transgresiones. Creo que
una teoría sólida tiene que estar en capacidad de explicar
tanto los procesos “normales” como los “anormales”.
Esta
invitación hace parte de una propuesta más general, que pongo
a consideración de todos ustedes: hacer una reflexión sobre el
concepto de competencia y los tipos de competencia existentes,
buscando llegar a acuerdos conceptuales mínimos.
Cali, X-2000
Cordialmente,
Eduardo
Message 727
From: Claudia
Miranda <[email protected]>
Date:
Sun Oct 22, 2000 7:53pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 3
Estimado Eduardo
Serrano,
Dos conceptos que podrian ayudarlo en sus
indagaciones son "Hipercodifica"
y "Lector Modelo", ambos
de Eco. Los dos textos que usted cita son
excelentes
ejemplos de hipercodifica. Al ese concepto lo deberia
encontrar
en alguno de los subcapitulos del capitulo 2
"Teoria de los Codigos" del
"Tratado de Semiotica General"
libro que es un "oldie but goodie" (que por
viejo no deja
de ser bueno) (es del 75).
Ese concepto lo ayudara a
comprender porque usted no entendio nada del
texto
tanguero.
No se preocupe, yo soy argentina y tampoco
entiendo nada, es todo culpa de
la hipercodifica, asi que
no nos sintamos culpables. Y claramente ninguno
de los dos
encarnamos al "lector Modelo" que el texto dibuja y exige
para
su correcta recepcion.
At 03:21 AM 10/22/00
-0500, you wrote:
> Ahora bien, hablar de la competencia
comunicativa del enunciatario es
>una novedad, pues
tradicionalmente se la ha atribuido exclusivamente
al
>enunciador, pues se pensaba que la comunicación
consistía en la
>transmisión de un mensaje a un receptor
o destinatario por parte de un
>emisor o destinador.
Antes que nada quiero aclararle que no se preocupe por
haber dicho eso (y
se lo digo con sinceridad y con ninguna
ironia), porque en este mundo del
conocimiento
diversificado en el cual el enciclopedismo agoniza, y
se
tiende a la especializacion no ya en el encierro dentro
del propio campo,
sino ademas al interno de un par de
corrientes criticas (en el mejor de los
casos) el propio
campo, es mas que razonable que alguien que no se
haya
dedicado a la Semiotica Textual pueda hacer una tal
afirmacion.
Porque al interno del campo de la
Semiotica textual hablar de la
competencia comunicativa del
receptor del mensaje NO es en lo absoluto una
novedad, sino
mas bien un verdadero "trend" viejo unos treinta y pico
de
anios. Mas o menos como la minifalda, solo que este no
vino de Londres.
Jauss, en un clasico articulo del 69,
"Paradigmawechsel..." che
lamentablemente nunca ha estado
traducido al castellano, pero cuya
traduccion aproximada
seria "Cambio de paradigma en la Ciencia de la
Literatura"
anuncia y desarrolla precisamente lo que preanuncia el
titulo
de su texto (un cambio de paradigma...) cambio que
radicaria en el pasaje
de acento a la instancia de la
recepcion del mensaje.
El mismo Jaus - junto con Iser (El
lector Implicito, El acto de la Lectura,
etc) ira
desarrollando todo a lo largo de la decada del 70 una teoria
que
se ha denominado precisamente "Teoria de la Recepcion"
por poner el acento
precisamente en la recepcion del
texto.
Pero si bien Jauss e Iser desarrollaron una
entera teoria al respecto, no
fueron ellos los primeros en
enunciar la importancia de la instancia de la
recepcion en
el proceso comunicativo. Ellos mismos reconocen entre
su
genealogia a los formalistas rusos de la Escuela de
Praga y de manera
especial a Jakobson (naturalmente), a
Lotman, a Riffaterre, y al Eco de los
60, y a algunos otros
que ahora se me escapan.
Por otra parte los comentadores y
criticos de la teoria de la recepcion han
senialado aun
otros - que ellos se olvidaron de recordar, son cosas
que
pasan - tales como Mukarovsky, Gadamer e Ingarden.
Ingarden ya habia desarrollado con bastante precision y
detalle la nocion
de texto como un esquema que debia ser
necesariamente completado por la
recepcion del destinatario
(disculpeme, pero en este momento no me acuerdo
en cual de
sus textos).
Cuando hablamos de formalistas rusos estamos
obviamente hablando de
principios del siglo pasado, asi que
hoy por hoy la cuestion es ya casi
centenaria.
Pero a
pesar de estos anticipadores, ciertamente que el "trend" de
la
importancia del enunciatario se origina en los 60' y
prolifera en los 70's
y a inicios de los 80.
Entre
los semanticos americanos, Charles Fillmore, en el ambito de
la AI,
el cual yo sospecho (y no estoy sola en mi sospecha)
que nunca haya leido
ni a los formalistas rusos ni a los
alemanes, ni a los italianos (que hacia
mas de una decada
que estaban produciendo un sin fin de textos sobre
la
cuestion) enuncia la importancia del lector en el
"making" de los
enunciados. El texto de Fillmore, de inicio
de los 80, y que si mal no
recuerdo (y si este verdadero
error de recepcion aun no ha sido corregido)
nunca ha sido
publicado en ingles, fue sin embargo traducido al italiano
en
los 80 por un editor de Parma como "Lettori Ideali e
Lettori reali",
precisamente porque en Italia se estaba
entonces en el auge mas absoluto de
la importancia del
lector (enunciatario, receptor, o como se
prefiera
llamarlo) en el ambito de las teorias de la
comunicacion, de la literatura
y de la interpretacion de
textos. Y de este auge el principal culpable era
Umberto
Eco, titular de Semiotica con sede en el entonces DAMS, y
luego
"Instituto de Disciplinas de la Comunicacion" de la
Universidad de Bologna,
epicentro desde el cual se genero
una entera escuela de pensamiento basada
sobre la
importancia del lector (tal vez yo ahora este exagerando lo de
la
"entera escuela de pensamiento" por cuestiones de
nostalgia, esa es por
cierto una posibilidad, aunque
tampoco la afirmo). Lo que si es cierto e
indiscutible es
que el desarrollo y la articulacion teorica de
la
importancia de la instancia del lector y de la lectura
como un elemento
importantisimo en el funcionamiento de los
textos es una de las mas - si no
la mas - importante
contribuciones de Eco al ambito de la Semiotica Textual
y
de la Teoria de la Comunicacion.
El libro basico y
fundamental en el cual Eco enuncia su teoria es "Lector
in
Fabula" del 1975 (para una comprension rapida de los conceptos
de Lector
Modelo le aconsejo ir directamente al Capitulo)
pero hay ciertamente
menciones al respecto aqui y alli a lo
largo de toda la obra de Eco. Para
la version mas
"aggiornata" de la nocion de "Lector Modelo" es
necesario
cf. "Seis paseos en los bosques narrativos" del
94, en donde Eco subdivide
ulteriormente el concepto.
En el ambito Italiano ya Maria Corti a mediados de los
70 en sus
"Principios de la comunicacion literaria", ya
habia desarrollado el
concepto in extenso, y muchisimos
otros antes y despues han escrito al
respecto.
Como
haciendo una lista de los autores inevitablemente olvidaria a
muchos,
prefiero no hacerla (esta es en realidad una excusa
mediocre para mi mala
memoria).
Cuando este trend
nace esta gente (desde Italia, Alemania y America)
estaba
reaccionando a la dureza de algunas metodologias
estructuralistas (que le
pegaban a uno con un puntero en la
mano apenas se salia del enunciado) (a
esto reaccionaban
mas los europeos tal vez) y a la rigidez de
ciertas
semanticas formales que creian poder indagar los
enunciados con absoluta
independiencia de sus
circunstancias de enunciacion y de sus
contextos
pragmaticos (a esto probablemente reaccionaban
mas los americanos porque
los tenian en su casa).
De esta historia del paradigma de la importancia del
enunciatario (lector,
receptor) habla Eco en su primer
capitulo a "Los limites de la
Interpretacion" (1990)
tratando de reconstruir la genealogia de su
propio
pensamiento teorico. Alli hace - a mi juicio - un
monton de regalos
innecesarios, un poco por ostentacion de
modestia y otro poco por el exceso
de generosidad que lo
caracteriza. Porque seniala entre sus inspiradores
a
Schmidt, Weinrich y Van Dijk, y siempre ha sido un
misterio para mi como a
partir de esos autores el haya
podido inspirarse para teorizar la
importancia del lector.
De todas maneras, si la cuestion le interesa, ese
primer
capitulo vale la pena de ser leido.
Aca paro, me estoy
olvidando de un monton de cosas, y seguramente algunas
de
las fechas que le he dado son erroneas. Disculpeme, pero si me
ponia a
controlar en los textos (ademas de no tenerlos a
todos aca a mano conmigo
en esta biblioteca) a este e-mail
no se lo mandaba nunca, porque en
realidad no tengo tiempo
para darme lujos como este.
Pero me parecio importante
senialarle estos textos - aun con todas
estas
imprecisiones.
Espero que le sirvan para
algo.
Un cordial abrazo,
Claudia Miranda
Message 728
From: Claudia González
Costanzo <[email protected]>
Date:
Mon Oct 23, 2000 1:27pm
SEMIÓTICA, INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 4
Estimados,
las interesantes citas bibliográficas de la colega
Claudia Miranda, tan pródigas, generan el deseo de colaborar. Muy
modestamente solo deseo agregar un libro a su consistente bibliografía: La
Retórica del Silencio, de Lisa Block de Behar, 1984. La versión en inglés,
de 1995, publicada por Mouton de Gruyter, recoge además, otro textos que
también pueden ilustrar sobre el tema.
Y la observación de una sencilla curiosidad: cuánto están ligados todos
estos desarrollos, particularmente la Teoría de la Recepción que, con toda
justicia, merece tanta atención en las referencias de la colega, a los de
Gadamer. Dicho de otro modo, estamos más que próximos a la Hermenéutica.
Message 731
From: Claudia
Miranda <[email protected]>
Date:
Tue Oct 24, 2000 12:55pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 5
Subject: el amigo de mi amigo, es tambien mi
amigo?
Estimada tocaya (Claudia Gonzalez),
Antes que nada, muchisimas gracias por su indicacion bibliografica de "La retorica del silencio" de Lisa Block de Behar, libro que ya mismo me estoy comprando, ademas que porque ese es uno de "mis" temas, por sospecharlo excelente, habiendo leido otros textos de la autora. Le agradeceria si me indicara cual es la editorial original, de la edicion castellana.
Siempre con respecto al silencio y a la retorica, hay un libro muy bueno - que le recomiendo a todo el que este interesado en tales temas - de Paolo Valesio "Ascoltare il silenzio. La retorica come teoria" Bologna" Il Mulino, 1984. El cual es la version italiana (y no la traduccion) del original ingles "Novantiqua. Rhetorics as a Contemporary Theory", Bloomington: Indiana U.P., 1980; porque Valesio hara una vida que esta en Yale, pero despues de todo es italiano. No se porque (porque todavia no he logrado leer un buen articulo sobre la semiotica de los "trends" teoricos, y si alguien lo conoce le agradeceria que me diera la referencia) pero el del silencio fue uno de los tantos "hot" temas teoricos de los 80', al punto que "La semiotica del silencio" se incorporo como tema autonomo en el congreso de Berkely, si mal no recuerdo, o yo me lo estoy inventando ahora? Cosa siempre posible. Pero me estoy yendo por las ramas.
At 01:27 PM 10/23/00 -0300, you wrote:
Y la observación de una sencilla
curiosidad: cuánto están ligados todos estos
desarrollos, particularmente la Teoría de la Recepción
que, con toda justicia, merece tanta atención en las
referencias de la colega, a los de Gadamer. Dicho de
otro modo, estamos más que próximos a la Hermenéutica.
Muy buena observacion!
Las isotopias tematicas pueden ligar cosas bien diversas, ya lo sabemos. Se estaba hablando de la importancia del enunciatario en la comunicacion, y por eso inclui a Gadamer en ese calderon bibliografico. Y yo ciertamente no tomaria esa sopa de libros sin un buen digestivo al lado ;-)
La relacion entre la teoria semiotica de Eco y la teoria de la recepcion es indudable, y no solo porque ambos lo profieren a quien quiera escucharlos, sino y por sobre todo por su programatico comun acento en el receptor. Pero no podemos por eso decir que lo que los de la Escuela de Constanza hacen sea "Semiotica", ya que es mas bien algo que se coloca entre la Teoria Literaria y la Sociologia. No obstante lo cual son, por asi decir, muy "buenos amigos" de la Semiotica.
Cuando Holub - ahora me acorde quien decia eso, era Robert Holub "Reception Theory" London: ???, 1984 - establece los vinculos genealogicos y las analogias teoricas entre Gadamer (que en efecto hace Hermeneutica) y los de la "Rezeptiontheorie", Holub no esta tratando de decir que Gadamer hace Teoria de la Recepcion ciertamente, sino que son muy buenos compinches teoricos, y que los de Constanza le deben mucho a Gadamer.
A este punto cabria preguntarse si los amigos de mis amigos son siempre tambien mis amigos. Mi respuesta - en este caso - seria que todos esos autores hacen cosas bien diferentes, estructuradas en teorias bien diversas, con presupuestos diversos y metodologias dispares, a pesar de lo cual la isotopia de la importancia del enunciatario los une - como un hilo rojo - entre si. Todos esos autores condividen algo asi como un nivel quantico de la comunicacion, nivel en el cual todas las moleculas son contiguas entre si, aunque a nivel visible los objetos del mundo no lo esten. Que a la cosa la resuelvan de manera diferente, usted y yo lo sabemos, ya que aparece evidente en su breve respuesta (y que Eco y Gadamer "la pensano ben diverso" estamos de acuerdo). Pero no se olvide que la comunicacion es siempre contextual, y que yo le estaba dando informacion a alguien que aparentemente no se habia enterado de que en los ultimos 40 anios la importancia del enunciatario no solo habia sido subrayada por un monton de teorias de la comunicacion, del texto y de la interpretacion, sino que el gran cambio de acento teorico en mas de un continente se habia ido sucesivamente "spostando" de la importancia en el emisor (viejas teorias) a la importancia del mensaje en si mismo independientemente de su emisor y de su receptor (estructuralismo) a la importancia del receptor, o mas bien a la relacion entre receptor y mensaje.
Porque tambien la Deconstruccion entra de lleno en ese paradigma de la importancia del receptor, pero ya sabemos la GRAN diferencia que hay entre la lectura de Peirce que hace Eco de la que hace Derrida (yo he escrito mas de un articulo al respecto). Y ese si que fue un verdadero y GRAVE error u omision en mi bibliografia, que no inclui a Derrida y a la Escuela de Yale. (Ese es el problema de los e-mails, que uno los escribe como quien habla por telefono, pero quedan escritos, y el dia siguiente cuando a uno se lo repiten uno se pregunta: de veras yo dije/escribi eso?). Luego me di cuenta que una tal omision (Derrida y Yale School) habia sido por un problema, casi diria, de ideologia de mi parte. Y esta fue una confesion, porque siempre es mejor auto analizarse los propios lapsus, antes que se los analicen los demas, no? ;-)
Pero, no obstante sus muchas y notorias diferencias teoricas, podria decirse que todos esos autores (y aun otros mas) pertenecen a un mismo paradigma, el paradigma de la importancia del enunciatario en la estructura comunicativa.
Y ya no se si todo esto tiene alguna relacion con lo que usted dijo. Este precisamente es uno de los problemas que abre la instancia de la recepcion en la interpretacion de un mensaje ;-)
Claudia
Message 732
From: Fernandez
Toledo <[email protected]>
Date:
Tue Oct 24, 2000 10:58pm
SEMIÓTICA, INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 6
Para Claudia Miranda,
El
libro de Lisa Block de Behard es: 'Una retórica del silencio'.
La 1era.
edición es de abril del 1984, y lo editó Siglo
XXI, en México.
Otros textos de la autora: El lenguaje de
la publicidad (1973); Al margen de
Borges (1987) Dos medios
entre dos medios: sobre la representación y sus
dualidades
(1990).
Un saludo cordial
Graciela
Message 735
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Wed Oct 25, 2000 1:48pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 7
Subject: Hipercodificación e
hipocodificación
Estimada Claudia:
Te agradezco tu detallada y documentada respuesta a mi mensaje sobre la competencia comunicativa. Con la finalidad de continuar este diálogo, al cual obviamente están invitados los demás colisteros, quiero hacer algunas observaciones. Me ha sorprendido que propongas el concepto de hipercodificación de Eco como el indicado para resolver los problemas de interpretación planteados por “Cartón junao” y el pasaje de la novela de Dioxiadis. “Ese concepto lo ayudará a comprender por qué usted no entendió nada del texto tanguero”, me dices. Un texto verbal hipercodificado es un texto estructurado por códigos altamente socializados, por sociolectos de amplia distribución sociocultural, razón por la cual su interpretación por parte de los enunciatarios (lectores u oyentes) no plantea dificultades y permite con facilidad el establecimiento de acuerdos semánticos intersubjetivos. Refiriéndose a la hipercodificación retórica, Eco afirma:
“Dada una expresión como /había una vez/, el lector estará en condiciones de establecer inmediatamente, en forma automática y sin necesidad de realizar esfuerzo inferencial alguno, que (i) los acontecimientos de que se habla corresponden a una época indefinida, no histórica, (ii) que no hay que tomarlos como «reales», (iii) que el emisor quiere contar una historia imaginaria con fines de entretenimiento” (Eco, 1979: 112).
Por supuesto, no es cierto que el lector no tenga necesidad de realizar esfuerzo inferencial alguno al leer un texto hipercodificado. Como el mismo Eco lo ha mostrado posteriormente, un texto hipercodificado exige, para ser interpretado, que el lector realice abducciones hipercodificadas, las cuales presuponen aunque sea un mínimo esfuerzo cognitivo. En éstas, dice,
“La ley se da de manera automática o semiautomática. Asignemos a este tipo de ley el nombre de ley codificada. Es importante dar por sentado que incluso la interpretación a través de códigos presupone un esfuerzo abductivo, aunque sea mínimo” (Eco, 1990: 263).
Ahora bien, un texto verbal hipocodificado es un texto estructurado por códigos que no gozan de una alta socialización, por sociolectos reducidos (o idiolectos ampliados, si se me permite la expresión) de restringida distribución sociocultural, razón por la cual su interpretación por parte de enunciatarios que no los han integrado en su competencia lingüística se hace difícil. Este tipo de textos exige, para ser interpretados por dichos enunciatarios, la realización de abducciones hipocodificadas. En éstas, dice Eco,
“La regla debe seleccionarse entre una serie de reglas equiprobables puestas a nuestra disposición por el conocimiento corriente del mundo (o enciclopedia semiótica) [...] Dado que la regla se selecciona como la más plausible entre muchas, pero no es seguro que sea o no la «correcta», la explicación sólo se toma en consideración en espera de sucesivas verificaciones” (Eco, 1990: 263).
“Cartón junao” es un ejemplo de texto verbal hipocodificado. En efecto, el lunfardo en que está escrito no es un código de amplia difusión sociocultural como lo es el español estándar, por lo que desautomatiza el proceso de interpretación, produciendo un efecto de extrañamiento que hubiera hecho las delicias de los formalistas rusos y de Brecht. Debido a ello, las abducciones hipercodificadas entran en cortocircuito y son sustituidas por abducciones hipocodificadas. Comprobé esto recientemente cuando les presenté a mis estudiantes de Semiótica Discursiva de la maestría en Lingüística y Español de la Universidad del Valle, “¡Attenti, pebeta!”, un poema tanguero de Celedonio Esteban Flores con un alta dosis de lunfardo. El proceso de interpretación que realizaron fue típicamente hipocodificado: apoyándose en los segmentos del texto que podían interpretar por medio de abducciones hipercodificadas, proponían hipótesis interpretativas equiprobables que negociaban entre sí sin que pudieran llegar a un amplio acuerdo semántico intersubjetivo. Ahora bien, hay que advertir que estos textos escritos en lunfardo son hipocodificados para los enunciatarios que no han incorporado esta jerga en su competencia lingüística. Para los que “hablan” lunfardo corrientemente (por ejemplo, José Gobello, presidente de la Academia Porteña del Lunfardo, de Buenos Aires), dichos textos son hipercodificados, de modo que los interpretan sin grandes esfuerzos. De manera similar, la “jerga” matemática es hipocodificada para los que no somos matemáticos, pero no para los que sí lo son (por ejemplo, Apóstolos Doxiadis), que la conocen perfectamente. Esto significa que la hiper o hipocodificación no depende de características intrínsecas al código mismo, sino de su mayor o menor socialización, es decir, de características relacionales, de naturaleza sociosemiótica. En próximo mensaje me referiré a la concepción del enunciatario como enunciador de la interpretación del texto y a las competencias que hacen esto posible.
Cordialmente,
Eduardo
ECO, Umberto
1979 Lector in fabula. La cooperación
interpretativa en el texto narrativo. Barcelona: Lumen, 1981.
1990 Los límites de la interpretación. Barcelona:
Lumen, 1992
Message 737
From: Claudia
Miranda <[email protected]>
Date:
Wed Oct 25, 2000 3:11pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 8
Subject: Hiper, hipo &
hip
At 11:48 AM 10/25/00 -0500, you wrote:
Me ha sorprendido que propongas el
concepto de hipercodificación de Eco como el indicado
para resolver los problemas de interpretación planteados
por “Cartón junao” y el pasaje de la novela de
Dioxiadis.
No se me asombre tanto estimado Eduardo (estas palabras previas van leidas con acento canyengue, un tanto femenino, a la Gardel) ya que segun su adecuado resumen:
[...] Ahora bien, hay que advertir que estos textos escritos en lunfardo son hipocodificados para los enunciatarios que no han incorporado esta jerga en su competencia lingüística. Para los que “hablan” lunfardo corrientemente (por ejemplo, José Gobello, presidente de la Academia Porteña del Lunfardo, de Buenos Aires), dichos textos son hipercodificados, de modo que los interpretan sin grandes esfuerzos. De manera similar, la “jerga” matemática es hipocodificada para los que no somos matemáticos, pero no para los que sí lo son (por ejemplo, Apóstolos Doxiadis), que la conocen perfectamente. Esto significa que la hiper o hipocodificación no depende de características intrínsecas al código mismo, sino de su mayor o menor socialización, es decir, de características relacionales, de naturaleza sociosemiótica.
Para decirlo simple (in parole povere), si es hiper o hipo depende por lo tanto de la instancia de la RECEPCION, y por lo tanto es - repito - precisamente culpa de la hipercodifica lunfo-tanguera que ni usted ni yo evidentemente poseemos, que no "junemos ni medio" de esos tangos.
Ci siamo capiti?
Muy cordialmente,
Claudia
Message 739
From: Claudia
Miranda <[email protected]>
Date:
Wed Oct 25, 2000 4:29pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 9 No
solo para Eduardo y para los Senior Semioticians, sino
particularmente
Subject:
hiper-continuando
para los Junior, estudiantes y varios interesados en el campo,
Para que no nos quede ningun tipo de confusion sobre estos
conceptos tan
simples de Hipercodifica e Hipocodifica, que NO son conceptos
separados,
sino mas bien las dos caras de una misma moneda, o las caras
de Jano (segun
se lo mire con anteojos economicos o mitologicos), y ambos son
maquinas que
funcionan con la nafta de la abduccion, por asi decir. Es
decir, estan
intrinsecamente relacionadas con la capacidad del receptor de
elaborar
conjeturas razonables sobre el contenido del mensaje. Esta
inmersion en la
instancia de la abduccion hace que comencemos a movernos en un
universo no
ontologico, sino pragmatico, en donde las cosas no son en si
mismas y de
una vez y para siempre, sino que son contextuales, es decir
estan
relacionadas con nuestra competencia comunicativa y/o
interpretativa. En
otras palabras lo que es hipercodifica para mi es hipocodifica
para mi
vecino, y viceversa.
Veamos que es lo que dice el senior que los propuso:
Eco, Umberto. Tratado de Semiotica General, Milano: Bompiani,
1975
(la traduccion del italiano al espaniol es mia, y la estoy
improvisando en
este momento, porque nunca he tenido ese texto en traduccion,
las paginas
son por lo tanto del texto original, lo lamento, pero
mencionando el
capitulo y sub capitulo y subsubcapitulo son faciles de
encontrar)
2.14.3. La hipercodifica
"se tratava solo de complicar una funcion signica
pre-existente con la
seleccion circunstancial ad hoc..."
"Todas las reglas retoricas y estilisticas que
"operan" en cada lengua
constituyen ejemplos de hipercodifica. Un codigo de base
establece que una
cierta combinacion gramatical es comprensible y aceptable y
que una regla
retorica sucesiva (que no niega la precedente, sino que mas
bien la asume
como punto de partida) establece que aquella combinacion
sintagmatica deba
ser usada en circunstancias especificas con una dada
connotacion estilistica".
[...]
Naturalmente, la hipercodifica, cuando es exitosa, produce lo
que en 2.3 ha
sido llamado un subcodigo, y en ese sentido la hipercodifica
es una
actividad innovadora que pierde poco a poco su capacidad de
provocar y
produce aceptacion social."
2.14.4. La hipocodifica:
"Supongamos que yo visite una nacion extranjera de la
cual no conozco la
lengua. Poco a poco comienzo a comprender algo, no la
gramatica en sentido
estricto, sino mas bien una tendencia general [...] este tipo
de codifica
"alla piu o meno" ("aproximativa" dirian
en espaniol)("a la que te criaste,
diriamos en rioplatense) puede servirme al menos para
distinguir a los
amigos de los enemigos. Llamamos este tipo de operacion
"alla piu o meno"
una "hipocodifica".
A quien le interese de veras, le aconsejo irse a leer el texto
original.
Son cuatro paginas solitas en el libro de Eco, muy claras.
Para quien nunca ira a leerse esas cuatro paginas, hago un
ejemplo simple y
de mi vida cotidiana: cuando estoy haciendo mi cola del
almuerzo en el
restaurante de mi facultad y escucho hablar a los estudiantes
alrededor
mio, tengo (y no siempre) una vaguisima idea de lo que estan
hablando.
Porque mi recepcion de sus dialogos es una operacion
"hipocodificada".
Ellos no estan diciendo cosas dificiles probablemente, pero
soy yo la que
no poseo sino muy lejanamente el codigo del cantones. Yo soy
una receptora
que hipocodifica en ese caso (porque no poseo ese codigo).
Pero mi transformacion cognitiva sucede apenas llego al
mostrador de la
comida italiana, porque en esa instancia soy alguien que posee
ese codigo
alimentario e incluso que seria capaz de percibir las diversas
hipercodificas posibles.
Es decir que posee no solo el codigo general, sino que estaria
cognitivamente en grado de reconocer las reglas aditivas, las
innovaciones,
los ad hoc, las re-elaboraciones, etc., aunque lamentablemente
a ese nivel
de hipercodifica gastronomica me temo que nunca podre
ejercerlo en esta sede.
Y lo que sucede es que invariablemente les pido a las personas
que sirven
la comida cosas para ellos extranisimas, por ejemplo que NO me
pongan el
pollo junto a los spaghetti (como hacen con todo el mundo),
sino junto a
las papas al horno y a los broccoli. Porque para un hongkones
medio el
spaguetti es un objeto fundacional de la cocina italiana
(junto con la
pizza) y por lo tanto puede ser omnipresente en todo plato que
se suponga
italiano. Eso sucede porque ellos estructuran la comida
italiana (y la
comida occidental en general) a traves de la hipocodifica,
mientras que yo
se que en ese codigo el primer plato es la pasta y el segundo
es la carne
con las verduras.
Por el contrario, cuando voy a cenar con amigos a restaurantes
que yo
hipocodifico como "chinos", cuando en realidad son
cantoneses,
shanghaineses, de Shenyen, manchurianos, tibetanos, etc., la
infinita
hipercodifica de esas gastronomias tan semiosicas, que crean
reglas
adicionales a las existentes todo el tiempo, adicionan
subcodigos, elabora
estrategias ad hoc, etc. (creando un verdadero lunfardo
gastronomico, por
asi decir) me obliga a pedirle invariablemente a mis amigos
que ordenen por
mi.
Es decir, el objeto en cuestion (mi almuerzo o mi cena en este
caso) es
percibido a traves de la hipocodifica o de la hipercodifica a
segun de la
competencia comunicativa en sentido amplio que posee cada
sujeto (no solo
linguistica, sino tambien cultural y de habitos, en este caso
de la
subespecie habitos gastronomicos).
Espero que ahora esto se entienda mejor, porque ya es hora de
irme a dormir,
Cordialmente,
Claudia
PD: De todas maneras, toda esta historia de los codigos, de
los hipo, hiper
y demas, es de alguna manera, algo bastante arcaico dentro de
la teoria
semiotica de eco, ya que el Eco posterior evoluciona de una
teoria de los
codigos a un teoria interpretativa, en la cual incorpora buena
parte del
pensamiento peiciano. Digo esto para que ninguno se confunda y
piense que
este del 75 es el Eco actual. De todas maneras, no todos los
conceptos
viejos son para tirar a la basura, no?
Message 743
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Thu Oct 26, 2000 12:52pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 10
Subject: Hiper, hipo &
hip
Claudia Miranda wrote:
Para decirlo simple (in parole povere), si es hiper o hipo depende por lo tanto de la instancia de la RECEPCION, y por lo tanto es - repito - precisamente culpa de la hipercodifica lunfo-tanguera que ni usted ni yo evidentemente poseemos, que no "junemos ni medio" de esos tangos.
Estimada Claudia:
Yo prefiero decirlo así: No es culpa
de la hipercodificación lunfo-tanguera, sino de nuestra (vos y
yo, corazón...) incompetencia lunfarda el que no podamos
interpretar adecuadamente un texto codificado (sin hiper ni
hipo) en lunfardo, debido a lo cual dicho texto nos parece
hipocodificado. Insisto: un texto no es ni hiper ni hipo, sino
sólo codificado por el enunciador y dirigido a un enunciatario
a quien el primero considera el Lector Modelo de dicho texto.
Esto significa que para el Lector Modelo el texto siempre está hipercodificado. No ocurre necesariamente lo mismo con el Lector Empírico, cuya competencia puede ser equivalente a la del Lector Modelo o no. Si lo es, el texto le parece hipercodificado; si no, hipocodificado, lo que en consecuencia le exige un esfuerzo interpretativo adicional.
Esto significa asimismo que el Autor Empírico puede deliberadamente generar un texto para un Lector Empírico cuya competencia el primero sabe o cree que está por debajo de la del Lector Modelo, con la intención de dificultarle o impedirle la interpretación. En este caso se dice que el Autor Empírico ha hipocodificado el texto, pero esto sólo tiene sentido con respecto al Lector Empírico, no al Lector Modelo, que siempre se sabe todas las que hay que saber.
Podemos afirmar, por consiguiente, que Carlos Waiss, lunfardoparlante, ha codificado "Cartón junao" en lunfardo para un Lector Modelo lunfardoparlante. Si lo escucha un Lector Empírico lunfardoparlante (LE igual a LM), no tiene ningún problema en interpretarlo adecuadamente, por lo cual dicho texto le parece hipercodificado . Si lo escucha un Lector Empírico no lunfardoparlante (LE diferente de LM), tiene problemas en interpretarlo adecuadamente, por lo cual dicho texto le parece hipocodificado.
Hipercordialmente,
Eduardo
Message 749
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Sat Oct 28, 2000 2:37am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 11
Subject: Nota sobre significación y
comunicación
En su ensayo «Cuernos, cascos, zapatos: tres tipos de
abducción», Eco (1990) analiza tres modos de producción de
signos, las improntas, los síntomas y los indicios, cuyo
análisis conduce a interesantes conclusiones sobre las
relaciones entre significación y comunicación. Esta nota se
apoya en lo formulado por Eco a propósito de las improntas.
En la novela Zadig, de Voltaire, dice Eco,
Zadig reconoce las huellas de un caballo: tener la capacidad de identificar huellas como ocurrencias (token) de una huella-tipo, reconociéndolas como signos de una clase determinada de animales, significa compartir una competencia precisa (codificada) con relación a las improntas (Eco: 1990: 268).
Zadig es, pues, un observador dotado de una competencia
semiótica que le permite reconocer como signos de una clase
determinada de animales, las huellas que percibe en el terreno
por el que transita. ¿Implica esto que las huellas fueron
dejadas a propósito por el caballo para que alguien como Zadig
las interpretara? De ser éste el caso, 1) el caballo asumiría
el rol de enunciador intencional y competente que genera
deliberadamente un enunciado; 2) Zadig asumiría el rol de
enunciatario intencional y competente que interpreta, también
deliberadamente, dicho enunciado; 3) esto nos permitiría
afirmar la existencia de un proceso de comunicación exitosa
entre el caballo y Zadig; 4) dicha comunicación exitosa
presupondría en el caballo y en Zadig una competencia
comunicativa óptima.
Ahora bien, no es éste el caso, según
se infiere del siguiente pasaje de Eco:
Las improntas representan el caso más elemental de producción de signos, puesto que la expresión, en correlación con un contenido determinado, no se produce habitualmente como signo hasta el momento en que se la reconoce y se decide suponer que es un signo (también puede haber marcas de fenómenos naturales, como los rastros de un alud; por otra parte, en el caso del caballo del rey, el animal no tenía intención alguna de producir un signo). Interpretar una impronta significa ponerla en correlación con una posible causa física (Eco, 1990: 268).
Las huellas, que son una clase de improntas, no fueron
generadas por el caballo-enunciador como un signo-enunciado
para que alguien como Zadig las interpretara: es Zadig quien
convierte las huellas en signo y procede a interpretarlas. El
caballo, individuo natural, no es un sujeto semiótico
intencional y competente; Zadig, sujeto cultural, sí lo es.
Esto implica que, lejos de ser el enunciatario de un
enunciador distinto de él, Zadig es el enunciador y el
enunciatario de un enunciado que, en calidad de tal, genera e
interpreta para sí.
¿Quiero decir con esto que las huellas
fueron dejadas por Zadig y no por el caballo? Por supuesto que
no: fueron, efectivamente, dejadas por el caballo. Pero tales
huellas son para Zadig, sujeto semiótico intencional y
competente, una materia percibida visualmente en cuyos
perceptos icónicos reconoce una forma de la expresión que
correlaciona con una forma del contenido, lo que convierte
dichas huellas naturales en un enunciado cultural del cual, en
consecuencia, Zadig es el enunciador que lo genera y el
enunciatario que lo interpreta.
¿Quiero decir con esto que
Zadig ha realizado un proceso de comunicación con él mismo? De
ninguna manera: Zadig ha realizado un proceso de significación
para sí mediante el cual le da sentido al mundo percibido.
Sólo en la medida en que es enunciador/enunciatario de un
enunciado que genera/interpreta para sí (es decir,
observador), puede ser enunciador-informador para otros en un
proceso de comunicación, como lo pone en evidencia el pasaje
de la novela en que Zadig, en calidad de narrador-informador
intrahomodiegético, relata ante el consejo del gran Desterham,
narratario-observador intraheterodiegético, cómo llegó a saber
lo que sabe sin haber visto nunca los animales involucrados en
la historia (Cf. Eco, 1990: 266-267).
De lo anterior se infiere que los procesos de comunicación sólo son posibles sobre la base de procesos de significación realizados por sujetos semióticos intencionales y competentes, es decir, que la comunicación presupone la significación. En un proceso de comunicación verbal, en el que intervienen por lo menos dos actores diferentes que asumen roles de enunciador y de enunciatario, el oyente o lector hace básicamente lo mismo que Zadig al percibir las huellas dejadas por el caballo de marras: percibe auditivamente una sustancia fónica o visualmente una sustancia gráfica (sustancia = materia formada) y reconoce en los perceptos ecoicos o icónicos, por medio de inferencias abductivas hiper y/o hipocodificadas, una forma de la expresión fono-grafológica a la que correlaciona una forma del contenido morfo-sintáctico-semántica, generando para sí un enunciado que es un interpretante del enunciado generado por el hablante o escritor. Es importante insistir en esto: el oyente o lector no recibe de ninguna manera el enunciado generado por el hablante o lector, sino que percibe la sustancia de la expresión, fónica o gráfica, que lo soporta, y vuelve a generar para sí, por medio de inferencias abductivas y valiéndose de una competencia semiótica que articula competencias discursivas, semiolingüísticas, textuales y semánticas, un enunciado que cree convergente con el enunciado generado por el hablante o escritor, a quienes atribuye intencionalidad y competencia. Debido a esto afirmo que la comunicación es un efecto resultante de lo que los participantes consideran convergencia óptima del enunciado generado por el hablante o escritor y el enunciado (re/co)generado, interpretante del primero, por el oyente o lector. Esta concepción pone en cuestión, según mi parecer, el concepto de competencia comunicativa, que sustituyo por el de competencia discursiva arriba mencionado. Cuando los procesos discursivos del hablante/escritor y el oyente/lector están orientados por una intencionalidad comunicativa tiene lugar un proceso de comunicación, que puede ser exitoso o fracasar. El concepto de competencia comunicativa parece satisfactorio cuando la comunicación es exitosa, pero revela sus falencias cuando se considera que la comunicación culmina en fracaso, pues no se sabe a quién hacer responsable, si al hablante/escritor o al oyente/lector.
Cali, X-2000
ECO, Umberto
1990 Los límites de la interpretación.
Barcelona: Lumen, 1992.
Cordialmente,
Eduardo
Message 750
From: Josiane
Caron-Pargue <[email protected]>
Date:
Sun Oct 29, 2000 9:53am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 12
Subject: Nota sobre significación y
comunicación
Chers sémioticiens, cher Eduardo, et chère Claudia,
Je suis toujours très en retard dans mon travail et dans mes
réponses à vos messages, je rattrape petit à petit.
Aujourd'hui, j'ai très envie de
réagir un peu aux messages de
Eduardo ( et en partie à ses échanges avec Claudia).
Il y a un tas de choses intéressantes que j'ai lu, par exemple sur
les trois modes de signes chez Eco, sur le fait que la communication suppose
une signification, sur le fait qu'il faut expliquer la communication réussie
et celle qui est ratée, sur les processus normaux et anormaux, sur la
réaction au concept de communication ostensive à partir des analyses de
Dascal.
Cependant, un certain nombre de réflexions (et réactions) me viennent:
- je ne comprend pas ce que vous appelez 'compétence'. Est-ce du point de
vue du chercheur, qui qualifie le résultat de ses analyses, ou est-ce un
essai de qualification ( de modélisation ) du fonctionnement du sujet ?
A plusieurs reprises, je vous ai vu utiliser le qualificatif de
'cognitif'. Or, étant spécialiste en cognitif, je n'ai rien vu qui puisse
tenir la route d'un point de vue cognitif ! Une suggestion serait peut-être
de relier la notion de 'compétence' (en tant que compétence du sujet pour
effectuer telle ou telle chose) à la mémoire du sujet. Ce qui implique de
prendre en compte tout le fonctionnement et l'organisation des connaissances
acquises du sujet. Ces connaissances supposent forcément des significations
préables, qui ont déjà été stockées en mémoire. De plus lors de leur
instanciation dans une situation particulière, il y a des mécanismes de
transformation de ces significations pour en créer d'autres, et qui
pourraient être compatibles avec tout ce que j'ai vu circuler depuis que je
lis vos messages.
Ici, j'emploie le terme 'signification au sens général, et bien sûr
toutes vos théories peuvent y être réintroduites. On sait que les 'systèmes
symboliques' classiquement utilisés dans ce genre de travaux ne suffisent
pas pour expliquer le fonctionnement humain, et aucune autre théorie n'a
encore été construite. Je trouve dommage que vos travaux ne prennent pas en
considération directement le cognitif. Evidemment c'est difficile car il y a
beaucoup de travaux à prendre en compte - il y a plusieurs types de mémoire,
des données expérimentales à prendre en compte, etc.... Il faut simplement
faire de la recherche interdisciplinaire !
Une deuxième remarque que j'ai à faire c'est que le processus de
communication est généralement étudié comme premier, en considérant
l'interaction, et les attentes supposées entre les personnes. Mais en
faisant impasse du cognitif. Certains travaux parlent de 'mémoire
collective', mais sans étudier systématiquement les rapports avec la mémoire
individuelle, et le fonctionnement des significations correspondantes.
J'ai commencé un peu à travailler dans ce domaine en considérant des
sujets qui résolvent une résolution de problème en interaction, et en
essayant de rapporter - ou du moins d'intégrer le mécanisme de communication
au cognitif.
Je signale en passant que Sperber et Wilson ont travaillé sur la
'communication ostensive' à propos du concept de 'pertinence'. Deux
critiques essentielles que l'on peut leur faire est l'une leur conception de
la mémoire qui se réduit à un réceptacle d'informations - et donc à une
conception passive de celle-ci ; l'autre est que la notion de 'contexte
verbal' à partir de laquelle se calcule la pertinence n'est pas claire. On
ne sait pas comment caractériser le contexte, et on peut se demander si le
calcul lui-même de la pertinence est psychologiquement pertinent. Peut-être
faudrait-il définir la pertinence autrement.
Enfin je veux signaler aussi que le fonctionnement des verbes
modaux, auquel Eduardo fait allusion dans un de ses messages, n'est pas
aussi simple que ce qu'il présente. Je me demande si les partitions
présentées, à savoir vouloir/devoir communiquer, vouloir/devoir ne pas
communiquer, ne pas vouloir/ ne pas devoir communiquer oupas recouvrent tous
les cas. En effet pour moi, la négation de la négation d'une modalité n'est
pas équivalente à l'affirmation de la modalité. ex: vouloir me semble pas
forcément équivalent à 'ne pas (ne pas vouloir)'
ex je veux ce gâteau d'un côté (parce que je l'aime)
de l'autre je ne veux pas ce gâteau (parce que j'en ai horreur)
et 'ne pas 'ne pas vouloir ce gâteau'' (je ne l'aime pas précisément, mais
je n'en ai pas horreur, je peux m'en accomoder)
Je vous livre ces quelques
réflexions, en vous rappelant que je ne
suis pas logicienne, ni linguiste, et que je peux m'être trompée, car vos
textes ne sont pas toujours évidents à lire, même si chemin faisant je fais
des progrès énormes en espagnol -sans le parler malheureusement.
J'aurai bien d'autres choses à dire, mais il faut attendre encore un
peu, car j'ai un boulot dingue.
Amitiés, et à bientôt pour ma réponse à Claudia et à Juan.
Josiane
Message 751
From: Claudia González
Costanzo <[email protected]>
Date:
Sun Oct 29, 2000 4:19am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 13
Subject: Semiótica y
hermenéutica
Estimada
tocaya,
un corto viaje me impidió responder a su mail antes. Y vi que, como era de
esperar, no faltaron colegas muy dispuestos a ofrecer el dato de la editorial de
Una retórica del silencio en español. Ya que se mencionan otros libros de una
autora tan importante, me permito agregar los dos libros más recientes en
español, ambos de Siglo XXl: Una palabra propiamente dicha, de 1994 y Borges o
la pasión de una cita sin fin de 1999.
(Dejo caer una frase que es prácticamente un dicho popular en Uruguay: "si Beethoven hubiera nacido en Tacuarembó, no hubiera pasado de Director de orquesta").
Y, ya que, como es inevitable, apareció
Borges, resulta fácil pensar en que él no cesó de recordarnos a todos que la
biblioteca es infinita. Más allá de todos los "más allá" que sus
planteos suponen está también el hecho simple, estremecedor, de que la
afirmación es literal. Toda bibliografía es incompleta y una de las bondades
de esta red es que podemos ayudarnos entre todos a lidiar con la angustia de la
lectura (la paráfrasis me divierte y prefiero la humildad que la distancia de
la formulación y del texto original).
Derrida se ha vuelto, en efecto, una especie de hito obligado en nuestros días:
no deja cada si nada en pie, ni a la semiótica, ni a la hrmenéutica. A pesar
de lo cual desde ambas disciplinas se trata de incorporar sus aportes. Es
particularmente interesante el trabajo de Haroldo de Campos en relación a un
abordaje semiótico que combina, entre otros, pero con particular destaque, las
nociones de Peirce y Derrida. Y es curioso que en sus ires y venires en
relación a la Hermenéutica Vattimo no solo no pierda ocasión de mencionar a
Derrida, sino que hasta llegó a darle un lugar entre los hermeneutas, a
asignarle una suerte de hermenéutica sin racionalidad, que es prácticamente la
partida de defunción de la hermenéutica.
La relación Gadamer - Derrida mrece un capítulo aparte, pero no quiero hacer
esto muy largo.
Sí me importa señalar que entre los antimetafísicos no habría que olvidar a
Deleuze. Es curioso que hasta hace muy pocos años era de cita obligada, casi
una marca de clase entre intelectuales (no solo estudiosos) y luego de su muerte
se diluyó ese furor y ya es casi una rareza escuchar su cita.
Disfruto mucho este diálogo electrónico con usted.
Cordialmente,
Claudia
Message 753
From: Claudia
Miranda <[email protected]>
Date:
Sun Oct 29, 2000 7:35pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 14
Subject: Amigos y enemigos. En respuesta a
Claudia Gonzalez.
Estimada
tocaya,
Que le parece si dejamos caer lo del viaje, si
usted esta de acuerdo,
claro. Responder con un silencio
(aunque breve) a mi e-mail era
probablemente la cosa mas
adecuada de su parte en este caso, dado el tema.
Le
agradezco mucho el dato de los dos ultimos libros de Block de
Behar.
Usted (o Borges, o Freud, ya no importa) tiene
ciertamente razon: la
bibliografia es tan interminable como
el analisis. Y por lo tanto aprovecho
para pedirle el dato
bibliografico preciso del texto de Haroldo de Campos,
en
donde usted dice que hace un abordaje semiotico a Peirce y
Derrida, ya
que ese es uno de mis temas, que he abordado en
un par de articulos, en
donde trato (entre otras cosas) las
lecturas - bien dispares - que sea Eco
que Derrida hacen
del concepto de semiosis ilimitada peirciana, y como
a
partir de esas diversas interpretaciones se producen dos
teorias de la
lectura bien diferentes. Esos articulos
son:
Miranda, Claudia, "'Dove' is the dove?". In:
Capozzi, Rocco (ed.) "Reading
Eco. An Anthology".
Bloomington: Indiana University Press, 1997, pp.
362-386.
Miranda, Claudia, "Das Schiff der Theorie im Meer der
Schrift". In:
"'Staunen uber das Sein', Internationale
Beitrage zu Umberto Ecos 'Insel
des vorigen Tages'".
Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1997,
pp.
218-252.
Esos articulos son algo asi como un
subcapitulo de la relacion entre Eco y
Derrida (ya que
usted me hablaba de la relacion entre Gadamer y Derrida).
Probablemente no haya nada tan productivo teoricamente
como los enemigos, y
por cierto que sin Derrida no
tendriamos "Los limites de la Interpretacion".
Quiero
decirle ademas que el disfrute de este dialogo electronico es
mutuo,
ya que - afortunadamente - no solo los enemigos son
productivos.
Muy cordialmente,
Claudia Miranda
Message 754
From: Claudia González
Costanzo <[email protected]>
Date:
Sun Oct 29, 2000 10:46am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 15
Subject: RE: Amigos .
Con
mucho gusto, le envío el dato bibliográfico que solicita:
Ideograma:
Lógica, Poesia, Linguagem, Sao Paulo, Edusp (Editora da
Universidade de Sao Paulo), 1994. Hay dos artículos de
Haroldo de Campos que ocupan la mitad del libro, y él es,
además, el compilador.
Naturalmente, le agradezco mucho también sus referencias
bibliográficas. Buscaré y leeré sus artículos con especial
atención.
Y, como usted lo señaló en la oportunidad anterior, los
mensajes y sus recepciones son problemáticos; sobre todo si
por la razón que sea se opta, como yo lo hice en mi mensaje
precedente, por aludir. Si la alusión funciona bien, se crea
una complicidad muy disfrutable; si no, y resulta que las
asociaciones del otro van por caminos diferentes de las
nuestras... Bueno, esas mismas fisuras pueden ser muy
fructíferas.
Muy cordialmente,
Claudia González Costanzo
Message 755
From: Claudia
Miranda <[email protected]>
Date:
Sun Oct 29, 2000 8:39pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 16
Subject: Semiotica y Cognitivismo - Re: Nota
sobre significación y comunicación
Cher
Josiane,
De ahora en mas continuo en castellano.
At 01:53 PM 10/29/00 +0100, you wrote:
Une suggestion serait peut-être de
relier la notion de 'compétence' (en tant que compétence
du sujet pour effectuer telle ou telle chose) à la
mémoire du sujet. Ce qui implique de prendre en compte
tout le fonctionnement et l'organisation des
connaissances acquises du sujet. Ces connaissances
supposent forcément des significations préables, qui ont
déjà été stockées en mémoire.
[...]
Je trouve dommage que vos travaux ne
prennent pas en considération directement le cognitif.
Evidemment c'est difficile car il y a beaucoup de
travaux à prendre en compte - il y a plusieurs types de
mémoire, des données expérimentales à prendre en compte,
etc.... Il faut simplement faire de la recherche
interdisciplinaire !
Totalmente de acuerdo sobre la investigacion interdisciplinaria. Con respecto al resto, sabemos que la semiotica, o al menos muchas semioticas, han tenido una cierta dificultad a incorporar al sujeto (que se tendio a percibir mas o menos como una mala palabra por un par de decenios) y que recien a partir de los 80', diria yo, ha habido tentativos mas o menos amigables de acercamiento a una entidad tan sospechosa por parte de la semiotica, con diversos grados de proximidad (que van del encuentro cercano al avistamiento en el horizonte).
Personalmente considero que - al interno de la teoria semiotica de Eco - la nocion de "competencia enciclopedia" y de la "Enciclopedia" tal como enunciada por Eco, en el capitulo "Enciclopedia" de "Semiotica y Filosofia del lenguaje" (Milano:Bompiani, 1984) haya sido la respuesta mas cercana a la problematica del sujeto y a su introduccion - si bien un tanto subrepticia - en su sistema teorico. Porque aun cuando el concepto de competencia enciclopedica sea una abstraccion con respecto a los individuos empiricos (tipo de abstraccion recurrente en el sistema semiotico teorico de Eco) por otra parte esta de alguna manera ligada a los sujetos concretos, a traves de la idea de una regularidad promedio de las competencias de tales sujetos.
Patricia Violi, en un excelente articulo sobre la enciclopedia ("Le molte enciclopedie". En: Semiotica: Storia, Teoria, Interpretazione. Milano: Bompiani, 1992) seniala - muy agudamente - que la regularidad implicita en la enciclopedia de Eco presupone y se funda sobre la concepcion (no enunciada pero implicita) de un pacto social entre los sujetos. Y que esta regularidad no es reconducida por Eco a una regularidad interna a nuestro sistema cognitivo o perceptivo de tipo structural, sino que mas bien esta definida intersubjetivamente. Se trataria por lo tanto de una regularidad ligada - mas que a los aspectos estructurales o cognitivos - a la convencion y a la negociacion al interno del ambito social y, en este sentido, culturalmente relativistica.
Sospecho y me pregunto (y estas acciones esta mucho mas cerca de la conjetura que de la certeza) si tal vez esta diferenciacion - entre lo subjetivo social y lo subjetivo estrictamente personal - pudiera demarcar la frontera entre los territorios teoricos dibujados por el enfoque semiotico y por el cognitivista (aclaro que estoy hablando del enfoque semiotico de aquellas semioticas que se preocupan y/o ocupan de la dimension social de la comunicacion). No se lo que piensa usted al respecto, pero por cierto que me gustaria mucho saberlo. Y por supuesto que el futuro esta aun abierto a todo tipo de mediaciones y renegociaciones entre ambos enfoques.
Cordialmente,
Claudia Miranda
Message 760
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Tue Oct 31, 2000 3:51am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 17
Subject: Respuesta a
Josiane
Josiane Caron-Pargue wrote:
>
Chers sémioticiens, cher Eduardo, et chère Claudia,
>
> Il y a un tas de choses
intéressantes que j'ai lu, par exemple sur
> les trois modes de signes chez Eco, sur le fait que la communication
suppose
> une signification, sur le fait qu'il faut expliquer la communication
réussie
> et celle qui est ratée, sur les processus normaux et anormaux, sur la
> réaction au concept de communication ostensive à partir des analyses de
Dascal.
>
> Cependant, un certain
nombre de réflexions (et réactions) me viennent:
> - je ne comprend pas ce que vous appelez 'compétence'. Est-ce du point de
> vue du chercheur, qui qualifie le résultat de ses analyses, ou est-ce un
> essai de qualification ( de modélisation ) du fonctionnement du sujet ?
Estimada Josiane:
Utilizo competencia en el sentido que le da A.J. Greimas: "Par rapport à la performance qui est un faire producteur d'énoncés, la compétence es un savoir-faire, elle est 'ce quelque chose' qui rend possible le faire" [...] "si l'acte est un 'faire-être', la compétence est 'ce qui fait être', c'est-à-dire tous les préalables et les présupposés qui rendent l'action possible" (Greimas et Courtès, 1979: 53). Hay dos tipos de competencia, cognitiva y potestiva. La primera tiene como estructura modal el saber-hacer; la segunda, el poder-hacer. En este sentido, es competente el sujeto que sabe y puede hacer. Hay dos tipos de competencia cognitiva, modal y semántica. La primera es operatoria, procedural: en sentido estricto, el saber-hacer. La segunda es proposicional, declarativa: es un saber sobre el ser y el hacer, o, en sentido más amplio, un saber sobre los estados y procesos del mundo. "Yo sé bailar tango" es un ejemplo de competencia cognitiva modal; "Yo sé que bailo tango", un ejemplo de competencia cognitiva semántica. Si yo investigo, me apropio de un saber sobre el mundo (saber semántico o proposicional); pero para investigar tengo que saber investigar (saber modal o procedural). Para narrar una historia al narratario, el narrador necesita saber la historia (saber semántico o proposicional) y saber narrar la historia (saber modal o procedural). Didácticamente les digo a mis estudiantes: el buen narrador sabe qué narrar y sabe cómo narrarlo. El buen detective sabe qué indagar y sabe cómo indagarlo. El buen observador sabe qué observar y sabe cómo observarlo. El buen informador sabe qué informar y sabe cómo informarlo. En mi artículo "Consideraciones semióticas sobre el concepto de competencia" (http://www.geocities.com/semiotico), enlace Ensayos, expongo estos conceptos con mayor amplitud.
GREIMAS, A.J. et COURTÈS, Joseph
1979
Sémiotique. Dictionnaire raisonné de la théorie
du langage. Paris: Hachette.
>
A plusieurs reprises, je vous ai vu utiliser le qualificatif de
> 'cognitif'. Or, étant spécialiste en cognitif, je n'ai rien vu qui puisse
> tenir la route d'un point de vue cognitif ! Une suggestion serait
peut-être
> de relier la notion de 'compétence' (en tant que compétence du sujet pour
> effectuer telle ou telle chose) à la mémoire du sujet.
Empecé hace poco a leer un libro de Daniel L. Schacter: En busca de la memoria. El cerebro, la mente y el pasado (Barcelona: Ediciones B, 1999. En inglés Searching for memory, Harper Collins Publishers, 1996). Leo lo siguiente: "Hacemos uso constante de informaciones adquiridas en el pasado. Para mecanografiar estas frases en mi ordenador, debo recuperar palabras y reglas gramaticales que aprendí hace años [...]. Cada vez que usted pone el coche en marcha y empieza a conducir, está echando mano de conocimientos y capacidades que adquirió años antes [...]. Tal como veremos, estas formas de utilizar el pasado apelan a dos de los principales procesos rememorativos del cerebro: la memoria semántica, que contiene conceptos y hechos, y la memoria de procedimiento, que nos permite desarrollar capacidades y adquirir hábitos" (p. 35). Pues bien, la memoria semántica es la sede del saber semántico o proposicional, y la memoria de procedimiento es la sede del saber modal o procedural. Esto lo digo yo por mi cuenta y riesgo, no lo dice Greimas.
>
Ici, j'emploie le terme 'signification au sens général, et bien sûr
> toutes vos théories peuvent y être réintroduites. On sait que les
'systèmes
> symboliques' classiquement utilisés dans ce genre de travaux ne suffisent
> pas pour expliquer le fonctionnement humain, et aucune autre théorie n'a
> encore été construite. Je trouve dommage que vos travaux ne prennent pas
en
> considération directement le cognitif. Evidemment c'est difficile car il y
a
> beaucoup de travaux à prendre en compte - il y a plusieurs types de
mémoire,
> des données expérimentales à prendre en compte, etc.... Il faut
simplement
> faire de la recherche interdisciplinaire !
La semiótica greimasiana proyecta el ser y el hacer del sujeto sobre tres dimensiones: pragmática, cognitiva y tímica, y habla en consecuencia de la acción, la cognición y la pasión y de las relaciones existentes entre ellas. Se trata, por supuesto, del sujeto discursivo, es decir, del sujeto puesto en discurso, discursivizado, explícita o implícitamente. Por tanto, sí se tiene en cuenta lo cognitivo, pero tal como es puesto en discurso, como se puede inferir del discurso. Existen, por ejemplo, relatos cognitivos, es decir, relatos que ponen en escena programas narrativos de naturaleza dominantemente cognitiva: las novelas y cuentos de Arthur Conan Doyle sobre Sherlock Holmes son un ejemplo. De ahí que se justifique el libro que Eco y Sebeock le dedicaron: El signo de los tres. Maria Luisa Rosenblat ha hecho algo similar con Edgar Allan Poe y su Monsieur Dupin en Lo fantástico y detectivesco. Aproximaciones comparativas a la obra de Edgar Allan Poe, Caracas: Monte Ávila/Ediciones de la Universidad Simón Bolívar, 1997. La Sección II de este libro se titula "La trilogía detectivesca de Poe como modelo conjetural del conocimiento", y en ella se habla de Peirce y la abducción. Pues bien, la semiótica greimasiana ha desarrollado una batería de conceptos para analizar este tipo de relato cognitivo.
>
Enfin je veux signaler aussi que le fonctionnement des verbes
> modaux, auquel Eduardo fait allusion dans un de ses messages, n'est pas
> aussi simple que ce qu'il présente. Je me demande si les partitions
> présentées, à savoir vouloir/devoir communiquer, vouloir/devoir ne pas
> communiquer, ne pas vouloir/ ne pas devoir communiquer oupas recouvrent
tous
> les cas.
En efecto, no recubren todos los casos, pero proporcionan el punto de partida para (intentar) recubrirlos mediante las sobremodalizaciones.
En effet pour moi, la négation de la négation d'une modalité n'est pas équivalente à l'affirmation de la modalité. ex: vouloir me semble pas forcément équivalent à 'ne pas (ne pas vouloir)' ex je veux ce gâteau d'un côté (parce que je l'aime) de l'autre je ne veux pas ce gâteau (parce que j'en ai horreur) et 'ne pas 'ne pas vouloir ce gâteau'' (je ne l'aime pas précisément, mais je n'en ai pas horreur, je peux m'en accomoder)
No he dicho que /querer comunicar/, por ejemplo, sea equivalente a /no querer no comunicar/, pero estas dos modalizaciones "se inclinan" por la comunicación, en tanto que /querer no comunicar/ y /no querer comunicar/ "se inclinan" por la no comunicación. Precisamente estas dos últimas estructuras modales ponen en evidencia de modo muy claro su no equivalencia: una cosa es un sujeto que quiere no comunicar (tiene un querer contrario a la comunicación) y otra un sujeto que no quiere comunicar (no tiene querer). En el discurso cotidiano privilegiamos los contradictorios /querer/ /no querer/, pero no los contrarios /querer/ /querer no/. No querer estudiar es una cosa; querer no estudiar, otra: es más problemático este último estudiante, pues ejerce una resistencia activa al aprendizaje, en tanto que el primero ejerce una resistencia pasiva. Los agentes de la ley (sean quienes sean) saben que es distinto tratar con un sujeto que no quiere obedecer que con otro que quiere no obedecer. En los dos casos se obtiene como resultado la desobediencia, pero de dos maneras distintas. Una cosa es un sujeto que sabe no comunicar, y otra un sujeto que no sabe comunicar. ¿Cuál de los dos puede llevar a cabo procesos de desinformación? El primero, sin duda, pues es competente, en tanto que el segundo no. Una cosa es un sujeto que puede no recordar, y otra un sujeto que no puede recordar. El que no puede no recordar es Funes el memorioso, imaginado por Borges, que precisamente ha perdido la capacidad de no recordar. De otro lado, si yo quiero ese pastel y yo no quiero ese pastel, soy dos actantes bajo la apariencia de un solo actor: soy un actor escindido en varios actantes que establecen entre sí relaciones contradictorias y convocan programas narrativos diferentes, pues quiero la conjunción y al mismo tiempo la disyunción. La distinción, propuesta por Greimas, entre el actor y el actante es esencial: un actor puede asumir varios roles actanciales complementarios, contrarios o contradictorios. Varios actantes pueden asumir un mismo rol actorial, como cuando en una película se enfrentan los aliados y los nazis.
Bueno, dejemos esto así por el día de hoy.
Cordialmente,
Eduardo
Message 764
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Thu Nov 2, 2000 7:03pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 18
Subject: Sábato, un amigo y
Einstein
SÁBATO, UN AMIGO Y EINSTEIN
En su libro Uno y el universo (Buenos Aires: Sudamericana,
1970), Ernesto Sábato relata el siguiente episodio:
DIVULGACIÓN
Alguien me pide una explicación de la teoría de Einstein.
Con mucho entusiasmo, le hablo de tensores y geodésicas
tetradimensionales. -No he entendido una sola palabra-me dice,
estupefacto. Reflexiono unos instantes y luego, con menos
entusiasmo, le doy una explicación menos técnica, conservando
algunas geodésicas, pero haciendo intervenir aviadores y
disparos de revólver. -Ya entiendo casi todo-me dice mi amigo,
con bastante alegría-. Pero hay algo que todavía no entiendo:
esas geodésicas, esas coordenadas... Deprimido, me sumo en una
larga concentración mental y termino por abandonar para
siempre las geodésicas y las coordenadas; con verdadera
ferocidad, me dedico exclusivamente a aviadores que fuman
mientras viajan con la velocidad de la luz, jefes de estación
que disparan un revólver con la mano de-recha y verifican
tiempos con un cronómetro que tienen en la mano izquierda,
trenes y campanas. -¡Ahora sí, ahora entiendo la
relatividad!-exclama mi amigo con alegría.
-Si-le respondo amargamente-, pero ahora no es más la
relatividad.
Sábato intenta en tres ocasiones satisfacer el deseo de
saber del amigo.
En la primera ocasión le hace una
exposición conceptual utilizando el léxico especializado de la
teoría: tensores, geodésicas tetradimensionales. El amigo le
dice que no ha entendido una sola palabra. En semiótica
decimos que no ha podido atribuirles a los significantes
generados por Sábato, que por lo visto reconoce, el preciso
significado conceptual que la teoría les atribuye. Concluyo de
esto que el intento de comunicación teórica de Sábato fracasa,
pues el estado cognitivo de carencia del amigo no ha sido
transformado debido a su incompetencia semántica. En la
segunda ocasión, Sábato combina la exposición conceptual con
narraciones y descripciones figurativas: habla de geodésicas,
coordenadas, aviadores y disparos de revólver. El amigo
comprende estas últimas, pero sigue sin comprender los
conceptos. En consecuencia, este nuevo intento de comunicación
teórica de Sábato también fracasa, pues el amigo sigue siendo
incapaz de semantizar conceptualmente los significantes, por
lo que su estado cognitivo de carencia sigue sin
transformación alguna. En la tercera ocasión, Sábato deja de
lado en su discurso la exposición conceptual y retiene las
narraciones y descripciones figurativas: habla de aviadores,
jefes de estación, revólveres, cronómetros, trenes y campanas.
El amigo está exultante: ¡ha comprendido la relatividad! Sólo
que, para Sábato, ahora no es más la relatividad. Por tanto,
también este tercer intento de comunicación teórica fracasa y
el amigo sigue en el mismo estado cognitivo de carencia,
aunque la comunicación narrativo-descriptiva es exitosa y el
amigo se sabe ahora algunos cuentecitos. ¿A cuál de los dos
interlocutores se debe el fracaso de la comunicación teórica?
¿No tenía Sábato la competencia comunicativa requerida para
hacerse comprender de su amigo? ¿O era el amigo quien carecía
de ella? Pero ¿es pertinente hablar de competencia
comunicativa? Si lo es, ¿cómo explica lo ocurrido entre Sábato
y su amigo?
Cordialmente,
Eduardo
Message 765
From: Alfcas <[email protected]>
Date:
Fri Nov 3, 2000 9:39am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 19
Subject: Re: Sábato, un amigo y
Einstein
Salve,
Un concepto muy divulgado en la semiótica de comunicación e incluso en las teorías y los procesos de comunicación, es el cual que refiere que entre los actores en el acto de comunicación, para que la comunicación se plausible, debe existir al menos un mínimo de de códices (o schemata como diría el prominente semiótico Göran Sonesson, el cual ha demostrado que el término de códice es bastante estático), comunes entre los interlocutantes para que el acto comunicativo sea de facto posible. En mi respecto, es esto precisamente lo que sucede en el pacto comunicativo del triunvirato Sábato-Einstein-amigo. El tercer actor del pacto - el amigo-, no tiene la competencia mínima requerida para participar en el diálogo sugerido.
Proponiendo en términos de J Lotman, el amigo descodiza (dekodera) el mensaje, ya posiblemente decodizado por Sábato, sobre el discurso de Einstein con sus propios códices de interpretación que no son suficientes para decodizar el discurso recodizado de Sábato sobre Einsten.
Este fenómeno Babeliano (si así se puede decir en español. De la torre de Babel), es similar al proceso que usualmente ocurre entre individos provenientes de diferentes culturas, los cuales por razones obvias decodizan los mensajes de las otras culturas, con sus propios horozontes de recepción, es decir con sus códices inatos.
Sobre lo último uds pueden ver el pryecto de arte "Blowing in the windows", en el cual Göran Sonesson contribuyó con un texto explicativo en relación ha este problema específico y en relación al Internet en el cual de manera piramidal y cada día (o cada minuto se debiera decir mejor en la sociedad de la multipleinformación) se repite este fenómeno, pues mensaje desde una cultura se traspasan inmediatamente a otras culturas.
Lean también los textos de J Lotman (sobre la semiótica de las culturas y los extraordinarios textos de Göran Sonesson los cuales modifican y desarrollan aún más la rudimentaria semiótica de la escuela de Tartu).
El home page de "Blowing está en : http://www.algonet.se/~haanmo/bitw/index.html
El home page de Göran Sonesson está en: http://www.arthist.lu.se/kultsem/sonesson/CV_gs.html
PD: Posiblemente la recepción de este mismo texto, a pesar del prejuicio del texto teórico, como funcionante en todos los ámbitos universales, le suceda lo mismo que en el cuento de Sábato. Como la semiótica e incluso la hermeneutica propone : el contexto decide el significado. En ese sentido no nos debemos de olvidar de que el texto no es nada más que otro contexto.
Alfredo @stro
Message 767
From: ana tornini <[email protected]>
Date:
Fri Nov 3, 2000 11:09pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 20
Subject: Re: Sábato, un amigo y
Einstein
disculpen mi ignorancia, quiero
aportar una opinión , también ignorante sobre el
tema, esto me ha traído a pensar sobre cosas de la vida
cotidiana, y las relaciones humanas en su máxima
profundidad. desde mi falta de conocimiento, me
pregunto, de acuerdo a las deducciones abajo escritas: cuál es
el nivel del código mínimo para una comunicación verdadera?,
si todos somos iguales porque somos diferentes, aún en iguales
culturas e idiosincracias.
es el silencio o un acto de amor un código primitivo y común a la raza humana que permita esta comunicación?
son los sentimientos como el dolor, la felicidad , la desesperanza, etc, los verdaderos códigos comunes?
es en otros códigos, como el lenguaje, el hombre un universo por sí mismo, aislado, sólo pretencioso de comunicar? es decir nunca será una comunicación verdadera sino veraz?
no uso términos de la semiótica , que muchos he olvidado, uso la lógica común de las palabras que me permite el lenguaje para expresarme, y pienso: nunca veré la luna como la ven los ojos de otro?
esto eleva para mi las cosas más primitivas que permiten sentir cosas parecidas, y subvaloran el lenguaje y la imagen como medios de comunicación humana.
si esto es una aberración de mi pensamiento por favor pido me lo digan.
gracias ana.
Message 768
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Sat Nov 4, 2000 12:48pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 21
Subject: Re: Sábato, un amigo y
Einstein
Alfcas wrote:
Salve,
Un concepto muy divulgado en la semiótica de comunicación e incluso en las teorías y los procesos de comunicación, es el cual que refiere que entre los actores en el acto de comunicación, para que la comunicación se plausible, debe existir al menos un mínimo de de códices (o schemata como diría el prominente semiótico Göran Sonesson, el cual ha demostrado que el término de códice es bastante estático), comunes entre los interlocutantes para que el acto comunicativo sea de facto posible. En mi respecto, es esto precisamente lo que sucede en el pacto comunicativo del triunvirato Sábato-Einstein-amigo. El tercer actor del pacto - el amigo-, no tiene la competencia mínima requerida para participar en el diálogo sugerido. Proponiendo en términos de J Lotman, el amigo descodiza (dekodera) el mensaje, ya posiblemente decodizado por Sábato, sobre el discurso de Einstein con sus propios códices de interpretación que no son suficientes para decodizar el discurso recodizado de Sábato sobre Einsten.
En esto estamos de acuerdo, Alfredo: el amigo de Sábato no tiene los conocimientos físico-matemáticos necesarios para comprender la teoría de la relatividad de Einstein. Pero esto él lo sabe: sabe que no sabe, es decir, posee un cierto hipesaber o metarepresentación, como también se dice, sobre su no saber. Es por esto, porque sabe que no sabe y quiere saber, por lo que le pide a Sábato, de quien sabe o cree que posee dicho saber, que le explique la teoría de la relatividad.
En consecuencia, la pregunta importante, desde mi punto de vista, es ésta: ¿por qué el amigo no comprendió la explicación de Sábato? El quería saber, Sábato aceptó el contrato cognitivo y enunció un discurso expositivo sobre la relatividad, cuya meta era la transformación del estado cognitivo de carencia del amigo. Sabemos que éste no comprendió una sola palabra. ¿Por qué? Si se responde que porque no poseía la competencia cognitiva requerida se cae en un razonamiento circular. Lo propio de un proceso pedagógico es partir del estado cognitivo actual del destinatario y transformarlo, haciendo posible la conjunción de dicho sujeto con nuevos saberes mediante diversos procedimientos didácticos. ¿Debemos decir que Sábato no fue un buen pedagogo, por lo que el fracaso de la comunicación pedagógica es responsabilidad suya? Recordemos que la competencia cognitiva es doble: en este caso, saber qué enseñar (competencia cognitiva semántica, según Greimas) y saber cómo enseñarlo (competencia cognitiva modal). ¿Podría ser que Sábato supiera qué enseñar pero no cómo enseñarlo? Pero, del lado del estudiante, se presenta la misma situación modal: saber qué aprender y saber cómo aprenderlo. El amigo sabía qué aprender (la teoría de la relatividad), pero ¿sabía cómo aprenderlo? En este caso, el fracaso de la comunicación pedagógica sería responsabilidad suya.
Bueno, el hecho es que casos como éste ponen en cuestión, según mi parecer, el concepto de competencia comunicativa, heredado de una concepción de la comunicación como transmisión de mensajes entre un emisor y un receptor que comparten un código común. Yo afirmo que si se ha abandonado, y justamente, dicha concepción, el concepto de competencia comunicativa no puede quedar intocado y seguir siendo utilizado como si nada hubiera cambiado. Creo que no podemos proceder simplemente desde las teorías heredadas a los hechos, sino que es necesario analizar los hechos (es decir, la nueva representación que nos hacemos de los hechos) y explicitar las preguntas que les hacen a las teorías, sin apresurarse a establecer sistematizaciones globalizantes en las que reaparecen por la puerta de atrás modelos teóricos que han sido expulsados por la puerta de adelante. Creo que es necesario, en una disciplina como la semiótica, que está en proceso de constitución, dedicarse a hacer análisis concretos y específicos. Por supuesto que sé que dichos análisis presuponen modelos teóricos que mediatizan nuestra interpretación de los hechos analizados: de lo que se trata es de saber interrogar los modelos, que son generales y abstractos, desde la concreción y especificidad de los hechos. Por eso necesitamos más análisis de detalle y menos apresuramientos sistematizantes.
PD: Posiblemente la recepción de este mismo texto, a pesar del prejuicio del texto teórico, como funcionante en todos los ámbitos universales, le suceda lo mismo que en el cuento de Sábato. Como la semiótica e incluso la hermeneutica propone : el contexto decide el significado. En ese sentido no nos debemos de olvidar de que el texto no es nada más que otro contexto.
El de contexto, conjuntamente con el de texto, es otro de los conceptos que, creo, debe ser sometido a un examen atento, pues proviene de la misma concepción transmisiva de la comunicación que el de competencia comunicativa. Hablamos sin dificultad de contexto siempre y cuando no nos preguntemos, o no nos pregunten, qué entendemos por ello. Si lo hacemos, o lo hacen, se pone rápidamente en evidencia que el asunto no es tan claro como pensábamos. ¿Quieren hacer el ejercicio? La idea de que el texto no es nada más que otro contexto me parece interesante. ¿Querrías ampliarla, Alfredo?
Cordialmente,
Eduardo
Message 769
From: Antonio Caro <[email protected]>
Date:
Sun Nov 5, 2000 8:11am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 22
Subject: RE: Sábato, un amigo y
Einstein
Estimada Ana y amigos semioticians:
Su mensaje me ha conmovido y me ha hecho pensar por un momento en lo mucho nos ocultamos a nosotros mismos cuando tratamos de cosificar nuestras situaciones vividas a través de los formalismos semióticos.
Existe, en mi opinión, una regla no escrita que puede expresarse más o menos así: cuanto mayores sean los recursos expresivos de que dispone un determinado individuo y más complejos los mecanismos cognitivos que van de la percepción a la concepción de lo percibido, más fácil es que la expresión que trata de dar cuenta de una determinada situación vivida se extravíe en los meandros de esos mismos mecanismos. Y así, como saben muy bien los poetas, siempre existirá una distancia insalvable entre lo sentido y lo que somos capaces de expresar de ese mismo sentimiento.
Cuando Eduardo Serrano, en el mensaje que está en el origen de esta sarta de comentarios, nos plantea esa especie de acertijo acerca de quién tiene la "culpa" en la falta de sintonía que se desprende del relato de Sábato, olvida -en mi opinión- al menos tres cosas fundamentales:
1) que el texto de partida se trata de una narración a través de la cual su autor escenifica la aparente "situación vivida" que está en el origen del relato. Relato éste escrito por su autor partiendo de una determinada intención y con objeto de producir un determinado efecto (no necesariamente consciente para él) en su lector. Y así, aquella situación vivida está necesariamente mediada por el "relato" de la misma;
2) que, tratando de penetrar -pese a todo- en la situación a que se refiere Sábato por intermedio de su narración, no está nada claro que la "incomprensión teórica" que resulta de la misma (puesto que cuando el amigo, finalmente, comprende ya no se trata -según dice Sábato- de relatividad) se produzca al precio de un fracaso de la "situación comunicativa" vivida. Dicha incomprensión teórica puede ser perfectamente compatible con un "éxito comunicativo" entre los interlocutores, que ven de esta manera confirmada su amistad o las relaciones asimétricas que existen entre ámbos (Sábato el culto y su amigo, el ignorante). Siempre que -como apuntaba en el punto anterior- la "incomprensión" del amigo, tal como es narrada por Sábato, no sea otra cosa que un efecto literario a través del cual el escritor Sábato quiere ejercer un gesto de complicidad con su lector;
3) que la "competencia comunicativa" nunca puede postularse en abstracto, sino concernida a cada situación en la que se plantea. Y así, como sugiere el punto anterior, el aparente "fracaso" teórico de una situación de comunicación puede ser perfectamente compatible con el éxito pragmático de la misma.
Al final yo mismo me he enredado sin quererlo en el formalismo semiótico. Cuando el único propósito de esta nota era coincidir con Ana de que las cosas son, por lo general, más simples (¿o tal vez más complejas?) de lo que parecen a primera vista. Y que, en efecto, el lenguaje o los formalismos son en muchas ocasiones los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos a la hora de concebir, o simplemente percibir, algo.
Cordiales saludos,
Antonio Caro
Message 770
From: Alfcas <[email protected]>
Date:
Sun Nov 5, 2000 5:57pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 23
Subject: Re: Sábato, un amigo y
Einstein
Estimado Eduardo,
Te voy a contestar de manera muy simple y por dos razones. La primera es el problema de la lengua, yo no he hablado corrientemente espanol desde hace más de 30 anõs, y estos conceptos por esas razones obvias los he pensado y discutido no en lengua espanõla.
La otra razón es que me parece ,paradoxalmente incluso, que hay una intención en este coloquium y por ciertas personas -intelectuales, y es por eso que es paradoxal,- de rechazar en pensamiento teórico y caer inevitablemente en lo que precisamente E Sábato estaba relatando, es decir en que si la reducción de un hecho och de un fenómeno se populariza demasiado este hecho se tranforma en una otra cosa- y este es el riesgo que yo tomo ahora. O sea en el caso del relato de Sábato,se convierte en un otro texto es decir para ser un poco más preciso, en otra cosa que la teoría de la relatividad.
En otras palabras se puede decir que cada texto requiere su propio contexto para ser definido en forma fehaciente.
Yo creía que el fenómeno de la aversión al texto explicitamente teórico era un problema específico de la intelectualidad sueca, la cual da conotaciones de tipo dicotómico en el cual los sentimientos y la razón son fenómenos antípodos, es decir una dialéctica Hegeliana que ya es muy caduca , el de interpolar de forma casi symétrica a las oposiciones. También en la crítica de tipo popular aún se habla de que los interlocutores de un acto teorético son snobbs y otros discursos de ese tipo. Quizás en algunos casos haiga algo de razón, pero esta "site" está en otro tipo de contexto es decir es un site para especialistas, lo cual espero que no implique que los participantes pueden pertenecer a todos los ambitos posibles. Es decir este contexto es un tipo de texto particular con sus propias leyes. Esto es como decir de que si un individuo desea participar en un juego de ajedrés -para usar una metáfora muy frecuente por los semióticos-, debe ese individuo aceptar la leyes del juego.
Más específicamente hablando "la idea de que el texto no es nada más que otro contexto..." además de lo ya dicho es que se puede decir que el contexto es un texto en si propio. Y cada texto tiene sus leyes sus hieraquías etc. Es como un individuo, en términos muy simplistas, es decir algo específicamente propio pero naturalmente en relación con otros textos (Para esto lee mejor a Bachtin y sus conceptos del diálog que a Julia Kristeva, que no sólo distorcionó al concepto del diálog de Bacthin y lo rebautizó con su famoso concepto de la intertaxtualidad, que lo único que me parece importante en ese sentido es el nombre del fenómeno, pero no el contenido. Bueno esto último ya es otra discusión y es mejor dejarla por el momento).
En todo caso , sabemos de la semiótica hermenéutica, de J Lotman -de la escuela de Tartu y de muchos otros, que cada contexto determina -posiblemente no totalmente-, pero en fin de una manera muy significativa en significado del texto. Lotman lo explica de manera muy simple- posiblemente demasiado simple-, de que un hombre desnudo en un baño turco, y el mismo hombre con su textualidad desnuda en otro contexto, apesar de la similar desnudes textual obtienen diferentes significados. Y esto sucede con todos los tipos de textos que actuan en diferentes contextos. Lo que me parece que Göran Sonesson dice si es el que me parece que primeramente ha discutido el problema, es que texto y contexto es dos formas con un mismo contenido. O bién que contexto y texto son synónimos, la diferencia es solamente de tipo semántica y lo que los difiera son los diferentes tipos de texto/contexto que existen.
Bueno Eduardo yo soy el primero en decir que la respuesta aún no es posiblemente del todo satisfactoria, y quizás un poco críptica. Pero yo voy a volver al tema, cuando tenga un poco más de tiempo... Este es un tema muy importante para nosotros los interesados en semiótica fenomenológica.
Muchos saludos de Alfredo @stro
Message 771
From: ana tornini <[email protected]>
Date:
Sun Nov 5, 2000 8:00pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 24
Subject: RE: Sábato, un amigo y
Einstein
gracias Antonio por contestarme,
quiero decirte que yo escribo poemas, y no digo
poesía, ya que la palabra poesía está mas relacionada con la
belleza, aunque más no sea de la atrocidad,
referida al uso del lenguaje , el ritmo, etc. que
hacen de un poema una poesía, tal como lo enunciara Octavio
Paz en "El arco y la lira", (un tanto reiterativo
para mi). El uso de la metáfora ha variado con el
tiempo, los poetas de principios del siglo XX
hasta entrado los 50' hacían de la metáfora una
especie de laberinto que conducía a la ambiguiedad
del poema, cuanto más ambiguo y diríamos cerrado era,
se era mejor poeta. Los tiempos cambiaron, los
poetas también, incluso aquellos tan asiduos a la
ambiguedad han vuelto a la simpleza, entendible,
comprensible, de único significado, ampliando la cantidad de
lectores, creo que la metáfora ha pasado a ser una
expresión del sentimiento más genuino del que
escribe, y no un enunciado incomprensible pero bonito. te
mando un os versos escritos hace algún tiempo,
donde para los viejos poetas peco de
explicaciones. un saludo ana.
BREVE CIELO
antes de que la historia empiece
el día vendrá
indiferente de humanos, la madrugada vigilará inconsciente el
despertar ingenuo de la vida, las pequeñas cosas dejarán el
ayer en la resurrección. después vendrán las palabras para que
la voz pueda nombrarlas.
nosotros, seremos nuevamente
el trigo y el marfil, y a
después de las cosas y después de las palabras, acaso nos
sobre el cielo que gira en una taza de café.
ana.
Message 772
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Mon Nov 6, 2000 3:27am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 25
Subject: Re: Sábato, un amigo y
Einstein
Antonio Caro wrote:
<Estimada Ana y amigos semioticians:
Su mensaje me ha conmovido y me ha hecho pensar por un momento en lo mucho nos ocultamos a nosotros mismos cuando tratamos de cosificar nuestras situaciones vividas a través de los formalismos semióticos.
Existe, en mi opinión, una regla no escrita que puede expresarse más o menos así: cuanto mayores sean los recursos expresivos de que dispone un determinado individuo y más complejos los mecanismos cognitivos que van de la percepción a la concepción de lo percibido, más fácil es que la expresión que trata de dar cuenta de una determinada situación vivida se extravíe en los meandros de esos mismos mecanismos. Y así, como saben muy bien los poetas, siempre existirá una distancia insalvable entre lo sentido y lo que somos capaces de expresar de ese mismo sentimiento.>
Antonio:
Esta "regla no escrita" que expresas más o
menos así me ha dejado perplejo. Según ella, es decir, según
tú, pues tú eres quien la enuncia, la pobreza de recursos
expresivos y la simplicidad de mecanismos cognitivos es ideal
para que la expresión de una situación vivida no se extravíe
en los meandros de ya sabes qué. Por supuesto, si una
determinada manera simplista de enunciar lo sentido se
socializa (se convierte en un sociolecto hipercodificado, como
diría Eco), se cree que no hay distancia entre eso que
sentimos y su expresión. Hay poetas que escriben a partir de
una creencia así. Pero hay otros, los mejores, que piensan
otra cosa, y no dejan de asediar mediante enunciaciones
cambiantes, alternativas con relación a los hipercódigos
cotidianos, el enigma que nos constituye. Cuando pensamos
nuestras situaciones vividas valiéndonos de estereotipos
creemos que somos transparentes a nosotros mismos y a los
otros, que entre lo sentido y lo expresado no hay distancia, y
que la conceptuación semiótica (lo que tú llamas "formalismo")
cosifica nuestras vivencias y nos oculta ante nosotros y los
otros. Cuando se cree eso (que es siempre, pues es lo que hace
posible la vida cotidiana), los publicistas y los demagogos
hacen su agosto. Afortunadamente, la poesía, la filosofía y la
ciencia nos enseñan que no somos tan simples ni tan
predecibles.
<Cuando Eduardo Serrano, en el
mensaje que está en el origen de esta sarta de
comentarios, nos plantea esa especie de acertijo acerca
de quién tiene la "culpa" en la falta de sintonía que se
desprende del relato de Sábato, olvida -en mi opinión-
al menos tres cosas fundamentales:
1) que el texto de partida se trata de una
narración a través de la cual su autor escenifica la
aparente "situación vivida" que está en el origen del
relato. Relato éste escrito por su autor partiendo de
una determinada intención y con objeto de producir un
determinado efecto (no necesariamente consciente para
él) en su lector. Y así, aquella situación vivida está
necesariamente mediada por el "relato" de la misma;>
¿De dónde infieres que olvido que aquella situación vivida está necesariamente mediada por el relato de la misma? Incluso digo más: no hay relato sólo cuando alguien le cuenta algo a alguien, sino también, y sobre todo, cuando alguien interpreta para sí lo vivido. Lo repito en jerga: hay relato no sólo (como se cree generalmente) cuando un narrador le relata, oralmente o por escrito, una historia vivida a un narratario que, supone el primero, no conoce; hay relato cuando un sujeto, antes de ser narrador para un narratario, interpreta para sí, en el silencio de su observación, dicha historia vivida. Vivir nuestra vida es inseparable de interpretarla mediante esquemas narrativos (entre otros) que la convierten precisamente en una historia vivida. Cuando decidimos relatarla a alguien más, la estructuramos para el otro a partir de la estructuración que le hemos dado para nosotros, y hacer esto exige decidir, entre otras cosas, qué le decimos al otro y qué no le decimos, cuándo empezamos la historia y cuándo la terminamos, cómo se la decimos y cómo no, etc. Por ejemplo, para decirle a Ana lo que le dices, construyes en tu texto un Eduardo Serrano que olvida, en tu opinión, al menos tres cosas fundamentales. Ese Eduardo Serrano amnésico es básico en tu argumentación, te convierte a ti en otro que no olvida lo que él olvida y lo puede reparar al tiempo que toma distancia respecto de él y se acerca a Ana. "Ana, estoy contigo, no con ese amnésico de Eduardo Serrano". ¿Te lo crees? ¿Lo cree ella?
<2) que, tratando de penetrar -pese a todo- en la situación a que se refiere Sábato por intermedio de su narración, no está nada claro que la "incomprensión teórica" que resulta de la misma (puesto que cuando el amigo, finalmente, comprende ya no se trata -según dice Sábato- de relatividad) se produzca al precio de un fracaso de la "situación comunicativa" vivida. Dicha incomprensión teórica puede ser perfectamente compatible con un "éxito comunicativo" entre los interlocutores, que ven de esta manera confirmada su amistad o las relaciones asimétricas que existen entre ámbos (Sábato el culto y su amigo, el ignorante). Siempre que -como apuntaba en el punto anterior- la "incomprensión" del amigo, tal como es narrada por Sábato, no sea otra cosa que un efecto literario a través del cual el escritor Sábato quiere ejercer un gesto de complicidad con su lector;>
Aunque no lo creas, Antonio, estoy de acuerdo contigo (quien te dice esto no es el Eduardo Serrano amnésico, sino el otro, sea quien sea). Yo he privilegiado en mi análisis la comunicación teórica entre Sábato y su amigo, pues es ella la que el mismo Sábato privilegia. Pues bien, esa comunicación fracasa, y yo trato de comprender por qué. Pero la comunicación entre estos dos interlocutores no se limita a los contenidos teóricos. Como lo dices, es más compleja (fíjate, Antonio, no más simple: más compleja), y por ello nos invita a diversas interpretaciones, dependiendo de las intenciones comunicativas que atribuyamos a los interlocutores. Pero al interpretarlos diversamente los hacemos más complejos, Antonio, no más simples. Podemos pensar que el amigo podría querer ver confirmada su situación de dependencia respecto de Sábato, a quien considera superior, amo de quien se considera esclavo. O que el amigo quería ponerse a la altura de Sábato y éste le explica la teoría de la relatividad de tal manera que el otro no la entienda para conservarlo en su posición de subordinación. O que Sábato (pero no el que trata de explicarle la teoría al amigo, sino el que nos cuenta la historia) quiere darnos a entender que los sabios como él están solos en un mundo de ignorantes e incapaces. Y podríamos seguir conjeturando, pero, repito, esto hace a los personajes más complejos, no más simples. Por eso insisto en que la comunicación no es un asunto de que alguien habla o escribe y alguien escucha o lee. La vulgata didáctica dice que sí, pero nosotros (¿quiénes somos nosotros?) sabemos, o sospechamos, que no, que la comunicación, incluso la hipercodificada, es más compleja, y por eso tenemos que enriquecer nuestros recursos expresivos y hacer más complejos los mecanismos cognitivos para tratar de dar cuenta de ella, Antonio.
<3) que la "competencia comunicativa" nunca puede postularse en abstracto, sino concernida a cada situación en la que se plantea. Y así, como sugiere el punto anterior, el aparente "fracaso" teórico de una situación de comunicación puede ser perfectamente compatible con el éxito pragmático de la misma.>
Tampoco he olvidado que la "competencia comunicativa" (pero ¿es que existe algo así? No lo sé, sólo pregunto) nunca puede postularse en abstracto: por eso me he basado en una situación comunicativa concreta, la que relata Sábato en su texto, para hilar algunas reflexiones. Esto me confirma que necesitas, en tu argumentación, un Eduardo Serrano amnésico a quien le corriges la plana, y un Antonio Caro (que no tienes que ser necesariamente tú, seas lo que seas) que recuerda o sabe lo que el amnésico olvida, lo que le da respecto de éste una superioridad, una competencia, mayor, más acorde con las cosas como son.
<Al final yo mismo me he enredado sin quererlo en el formalismo semiótico. Cuando el único propósito de esta nota era coincidir con Ana de que las cosas son, por lo general, más simples (¿o tal vez más complejas?) de lo que parecen a primera vista. Y que, en efecto, el lenguaje o los formalismos son en muchas ocasiones los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos a la hora de concebir, o simplemente percibir, algo.>
Después de haber dicho cosas tan inteligentes y finas no vengas con estas simplezas, Antonio. No es necesario, en nuestro intercambio, que yo sea tu antisujeto y Ana tu cosujeto, yo tu oponente y Ana tu aliada. Me parece mejor que todos seamos a la vez oponentes y aliados, antisujetos y cosujetos, complejos y no simples. Ese otro que es mi amigo es potencialmente mi enemigo, ese otro que es mi enemigo es potencialmente mi amigo, y gracias a esta dialéctica la significación se enriquece y nos revela como siendo más complejos de que los publicistas y los demagogos dicen que somos, nos revela que los seres humanos no somos transparentes, ni siquiera, y sobre todo, a nosotros mismos, y que el enigma es constitutivo de nuestro ser en el mundo. ¡Uf!
Cordialmente,
Eduardo
Message 773
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Mon Nov 6, 2000 3:27am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 26
Subject: Re: Sábato, un amigo y
Einstein
ana tornini wrote:
<Los tiempos cambiaron, los poetas también, incluso aquellos tan asiduos a la ambiguedad han vuelto a la simpleza, entendible, comprensible, de único significado, ampliando la cantidad de lectores, creo que la metáfora ha pasado a ser una expresión del sentimiento más genuino del que escribe, y no un enunciado incomprensible pero bonito. te mando un os versos escritos hace algún tiempo, donde para los viejos poetas peco de explicaciones.>
Ana, ninguna metáfora, ni siquiera la más hipercodificada, es una expresión del sentimiento más genuino del que escribe. Toda metáfora, todo enunciado, es una puesta en escena del sujeto para sí mismo y para otros, es un intento del sujeto de representarse quién es, pues no lo sabe, no sabe lo más genuino de su sentimiento antes de enunciarlo, para sí o para otro. Al ponerse en escena en el enunciado, el sujeto no puede considerarse sino como un otro al cual trata de aprehender. Esa imagen de sí, esa representación de sí, ese simulacro de sí (¿qué es esto, una anáfora?) es una manera de aprehenderse, una entre otras, un intento de cerrar la hiancia (¡ay!) que lo constituye. ¿Lo logra, lo logramos? Yo no lo creo, creo que siempre nos escapamos de las redes discursivas que nos arrojamos para atraparnos. Los poetas lo saben, incluso si no lo saben. Por eso escriben poesía, por eso los leemos y nos estremecen. Tu poema nos da ejemplos numerosos de ello. En él no hay simpleza entendible, comprensible, de único significado. En él hay una invitación a la interpretación, pues la significación que aprehendemos está tocada por el enigma. Te doy un solo ejemplo: "nosotros, seremos nuevamente/el trigo y el marfil". ¿Ese "nosotros" es exclusivo o inclusivo? ¿Me incluye a mí o a un destinatario al que te diriges y del cual no hago parte? ¿"Nuevamente"? ¿Es decir que ya lo fuimos antes, tú sin mí o conmigo? ¡El trigo y el marfil! ¡Qué hermoso! Pero ¿qué significa? ¿Qué significa ser de nuevo el trigo y el marfil? Tengo que interpretar, empezar a recorrer el campo semántico de los lexemas involucrados, hacer asociaciones, conjeturar significaciones que tengo que correlacionar con otras del texto... Considero que la (buena) poesía es el fracaso de la comunicación y el triunfo de la significación. Alguna vez alguien le preguntó a Sábato (¡vuelve y juega!) qué había querido decir con "Sobre hérores y tumbas". "Si hubiera querido decir algo lo hubiera dicho", fue su respuesta. Los grandes escritores nos invitan a la fiesta, a la orgía, al desenfreno, de la significación. Si quisieran comunicarnos algo lo harían. Recursos no les faltan. Ana, no nos comuniques nada con tus poemas. Invítanos con ellos a la fiesta de la significación. Dinos que no somos como los publicistas y los demagogos nos dicen que somos. Dinos que somos diferentes, pero que no sabes cómo somos. Dinos que somos el trigo y el marfil, que no es decirnos qué somos, sino que somos otros. No creas que eres simple, y que lo somos. Déjales eso a los predicadores. Tu eres poeta.
Cordialmente,
Eduardo
Message 777
From: Antonio Caro <[email protected]>
Date:
Mon Nov 6, 2000 5:31pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 27
Subject: RE: Sábato, un amigo y
Einstein
Sólo unas letras para congratularme
de que el Eduardo Serrano "amnésico" que yo imaginaba en mi
anterior mensaje con objeto de construir -de acuerdo con el
sentido de su respuesta- un sujeto discursivo con el que
expresar mi desacuerdo dialéctico sea, a fin de cuentas, mucho
menos olvidadizo de lo que yo planteada en el marco de dicha
construcción, como lo prueba el hecho de que manifieste,
finalmente, su acuerdo con las "tres cosas fundamentales" que
yo le acusaba de olvidar.
En cuanto a la "regla no escrita" que yo enunciaba en el primer párrafo de mi mensaje y que al Eduardo Serrano "real" le ha dejado, según enuncia, "perplejo", sólo me permito hacerle a este último (sea quien sea) la siguiente pregunta: si toda situación de comunicación está mediada -como él mismo viene a decir muy bien en otro mensaje- por un proceso de significación, ¿no puede suceder muy bien que el propósito de comunicación quede enredado en los meandros de ese mismo proceso de significación? (Problema éste que, a mi entender -salvo mejor opinión de Thomas A. Sebeok y otros que han indagado en este terreno- no se plantea un perro cuando emite un ladrido frente a una situación de peligro.)
Mis saludos cordiales al Eduardo Serrano "real" y al resto de los semioticians.
Antonio Caro
Universidad Complutense de Madrid
Message 782
From: Eduardo Serrano
Orejuela <[email protected]>
Date:
Wed Nov 8, 2000 3:20am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 28
Subject: Re: Sábato, un amigo y
Einstein
Antonio Caro wrote:
En cuanto a la "regla no escrita" que yo enunciaba en el primer párrafo de mi mensaje y que al Eduardo Serrano "real" le ha dejado, según enuncia, "perplejo", sólo me permito hacerle a este último (sea quien sea) la siguiente pregunta: si toda situación de comunicación está mediada -como él mismo viene a decir muy bien en otro mensaje- por un proceso de significación, ¿no puede suceder muy bien que el propósito de comunicación quede enredado en los meandros de ese mismo proceso de significación?
¡Has dado en el blanco, Antonio, en la pregunta que haces al final! En efecto, esto es lo que se infiere cuando se postula la primacía de la significación sobre la comunicación, como lo hago yo. Tanto el locutor (hablante/escritor) como el alocutario (oyente/lector) son enunciadores de significaciones, mediadas enuncivamente, que pueden no converger, tanto por defecto como por exceso. Por eso insisto en repetir que no basta con que alguien hable o escriba y alguien escuche o lea para que haya comunicación. Se requiere algo más: lo que llamo convergencia de la significación interpretada con la significación generada, convergencia que es, por supuesto, relativa. Por supuesto, sigo sin compartir tu regla no escrita, de la que deberías abjurar públicamente.
Tengo la hipótesis de que esta convergencia semántica tiene que ver con la sobredeterminación de la significación por la creencia, que produce en el sujeto un estado de certidumbre. Escuchemos a Greimas y Courtès: "En cuanto que adhesión del sujeto al enunciado de un estado, el creer se presenta como un acto cognitivo, sobredeterminado por la categoría modal de la certidumbre. [...] En el eje de la comunicación (real o "imaginaria", cuando depende del discurso interiorizado), el "creer" se opone al "hacer-creer" (o persuasión) y corresponde, en consecuencia, a la instancia del enunciatario, que ejerce su hacer interpretativo, mientras que el "hacer-creer" es obra del enunciador encargado del hacer persuasivo" (Sémiotique. Dictionnaire raisonné de la théorie du langage I. Paris: Hachette, 1979, 76-77). Casos en los que se pone en evidencia que uno no había comprendido al otro, sino creído comprenderle, apoyan esta hipótesis. ¿Alguien tiene ejemplos?
Cordialmente,
Eduardo
Message 785
From: Hernán
Biscayart <[email protected]>
Date:
Sun Nov 12, 2000 5:36pm
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 29
Subject: Sábato, Einstein y la
comunicación
Estimados
colegas:
Desde hace algunos meses estoy suscripto a la
lista y es la primera vez que participo activamente. Mi relación con estas
cuestiones surge de mi pertenencia a la cátedra de Semiología del CBC de la
Universidad de Buenos Aires.
Confieso que a veces me siento apabullado por la
erudición que demuestran y que me plantea la necesidad de profundizar mi
conocimiento de estos temas, ya que mi formación es fundamentalmente
lingüística -lo cual no significa que me considere un experto lingüista-. A
pesar de esto, estoy participando en un proyecto de investigación UBACYT
titulado "Aprendizaje autorreflexivo de estrategias argumentativas".
El motivo de este mensaje es mi intención de
aportar mi punto de vista al intercambio producido acerca de la anécdota
relatada por Ernesto Sábato.
Es obvio que la relación entre Sábato y su amigo
refleja la asimetría de conocimientos de ambos. Tal vez a Sábato, pese a sus
esfuerzos, le haya faltado alguna competencia requerida para transmitir el
contenido de la teoría de Einstein a quien evidentemente no es un estudioso
de la física; otra hípótesis es que es necesaria, por parte del receptor,
una alta capacidad de abstracción para comprender algo tan inasequible como
la teoría de la relatividad.
Desde mi conocimiento de los modelos que hablan
de competencias, yo optaría por tener en cuenta lo que Kerbrat-Orecchioni
define como competencia cultural (el locutor debe hacerse una imagen certera
del grado de conocimiento del mundo de su alocutario para poder llegar a
hacerse comprender; por otro lado, no es desdeñable la dificultad de un
experto en el tema para que un profano entienda una explicación que a la vez
pretenda conservar rigor teórico). ¿Cuántos de nosotros estaríamos
capacitados para entender esa misma explicación? En sentido contrario,
¿cuántos expertos en física se sentirían cómodos en una disciplina que
maneja conceptos de gran especificidad, como la nuestra?
En alguno de sus mensajes, Eduardo Serrano
hablaba de la "vulgata didáctica" que da una imagen parcializada del
fenómeno de la comunicación. Tal vez esa simplificación escolar del esquema
de Jakobson sea útil para alumnos de escuela primaria o de cursos inferiores
de la enseñanza media, pero sería una grave limitación persistir en una
explicación demasiado simple del tema que esté dirigida a estudiantes
universitarios.
Es posible que la anécdota nos sirva para
pensar, a quienes somos docentes, cuál es el criterio con el que
seleccionamos nuestros contenidos temáticos: las exigencias de la
institución, el "deber ser" que ponemos en nuestros alumnos o el
grado de
desarrollo del pensamiento que éstos han alcanzado -quienes trabajamos en
cursos de ingreso a la Universidad experimentamos en general una
insatisfacción con el saber previo de los estudiantes, y las enormes
dificultades de base, traducidas en una escasa comprensión de textos con
cierta pretensión de profundidad teórica-.
Creo que es un tema que no se agota en esto, al
menos, por mi parte.
Saludos a todos.
Hernán Biscayart
hernanbiscayart@m...
Message 786
From: Claudia
Miranda <[email protected]>
Date:
Mon Nov 13, 2000 1:33am
SEMIÓTICA,
INTERPRETACIÓN Y PRAGMÁTICA 30
Subject: Re: Sábato, Einstein y la
docencia
Estimado Hernan,
Una breve intervencion, porque me parece que la tuya lo
merece.
Si, el enunciador deber tener una clara idea de
las competencias del
enunciatario, pero no nos olvidemos
que a traves del acto de comunicarnos
con nuestros
enunciatarios virtual, tambien los construimos (si
somos
capaces).
En otras palabras, no hay solo un
Lector Modelo, hay tambien un Alumno
Modelo, que los
docentes intentamos construir. Tarea, sospecho, mas
dificil
que la del Autor Modelo, porque en este caso no
estamos "dealing" meramente
con modelos (como son los del
Autor y Lector Modelo) sino con Docentes y
Alumnos
pragmaticos, lo que significa de carne, hueso, emociones,
deseos e
ignorancias varias.
Partimos de la asimetria,
tratando de construir algo parecido a la simetria
durante
el proceso; y acuerdo con algo que vos implicas: la cuestion
etica
es fundamental.
Personalmente creo que la
pregunta seria: Como construir a nuestro Alumno
Modelo a
partir de nuestro Alumno Pragmatico sin caer en la demagogia
del
"bajar el nivel del discurso" ni en el paternalismo de
la "vulgata" que
construye al otro como alguien que nunca
sera capaz de entender cabalmente
lo que estamos
diciendo?
Por supuesto que no tengo la respuesta, solo
torpes tentativos cotidianos.
(tal vez los expertos en
semiotica y didactica que andan por ahi "girando"
en el
espacio virtual quieran darnos una mano)
Un cordial
abrazo,
Claudia Miranda