Identidad Discurso e Imagen

El tatuaje carcelario y urbano: un enfoque semiótico-cognitivo para el estudio de su significación.

Autores: Guillermo Seminara. Ariel Barbieri (UNLP)

 

 

 

" Pronunciar una palabra es como tocar una tecla

en el piano de la imaginación"

Ludwig Wittgenstein

Este trabajo procura establecer de qué manera dos grupos sociales a saber: menores procedentes del gran Buenos Aires con causas penales y/o asistenciales alojados en institutos de menores (en adelante M.C.P.) y jóvenes pertenecientes a la clase media urbana de la ciudad de La Plata (en adelante J.C.M.U.), construyen distintos referentes simbólicos a partir de identificar, reconocer e interpretar diferentes tatuajes vigentes en cada uno de estos grupos seleccionados. Postulamos que tales marcas (imágenes materiales visuales) funcionan como una referencia identificatoria sobre las cuales los integrantes de cada grupo proyectan diferentes valores estéticos, ideológicos, afectivos entre otros (1).

Así mismo, y como parte de nuestro trabajo analítico, nos detendremos también en las distintas representaciones/interpretaciones materializadas en los distintos discursos sociales de cada uno de estos grupos, cuando los mismos refieran al tatuaje o al hecho de tatuarse en general; puesto que del mismo modo que en la interpretación de las imágenes, es posible constatar en tales discursos la vigencia de ciertas regularidades semánticas que llevan a cada grupo a construir el objeto semiótico en estudio de maneras diversas, otorgándole en cada caso rasgos identitarios diferenciales.

La metodología adoptada para dicha tarea se corresponde -básicamente- con la perspectiva semiótica de análisis del discurso desarrollada por J. A Magariños de Morentin y nuestras observaciones al respecto son resultado de la puesta en práctica de dichas operaciones analíticas llevadas a cabo sobre el discurso verbal de los distintos integrantes de cada grupo seleccionado que representa/interpreta tales imágenes, así como de sus consideraciones respecto de los tatuajes en general (2) . De acuerdo con este enfoque la significación no es considerada como una propiedad inherente a cada discurso sino como el resultado de una relación contrastativa entre discursos sociales diferentes en tanto conjunto de formas valoradas diferencialmente, los cuales a través de la utilización de ciertas operaciones cognitivas socialmente adquiridas, convierten a un fenómeno social en estudio en el referente de una interpretación.

Desde esta perspectiva la posibilidad de establecer garantías empíricas de accesibilidad al fenómeno en si queda excluida como instancia de análisis posible, por considerar que toda percepción de un fenómeno es ya una de sus diferentes formas de interpretación posible lo cual por un lado anula - como decíamos - la posibilidad de la consideración ingenua o realista de toda percepción, y por otro afirma la alteridad propia de toda operación mental representativa en donde ésta (la representación) se convierte (respecto del fenómeno percibido) en su sustituto.

 

 

En cuanto al análisis de las imágenes materiales visuales si bien en este trabajo son consideradas en un único conjunto por pertenecer todas a una clase de ellas (Legisignos Icónicos) entendemos que un estudio que involucre al resto de las demás variedades posibles exigiría para su análisis el desarrollo de distintas semióticas visuales particulares tendientes cada una de ellas a dar cuenta tanto de sus características diferenciales, es decir, especificarlas de acuerdo al tipo de predominio de sus aspectos constitutivos formales, como de las específicas operaciones cognitivas necesarias a través de las cuales estas son identificadas, reconocidas e interpretadas (3).

Las imágenes de acuerdo a la taxonomía peirciana pueden estar construidas para mostrar: cualidades (Cualisignos Icónicos), existentes (Sinsignos Icónicos) o valores (Legisignos Icónicos) o la combinatoria de dos o tres de estos aspectos. Queremos destacar que los tatuajes en estudio se corresponden - básicamente - con el tipo de imagen que anteriormente definíamos como Legisigno Icónico y que a diferencia de las restantes posibilidades, estas imágenes ofrecen como particularidad, el mostrar a su interpretante relaciones convencionales, resultado de acuerdos vigentes consagrados por una comunidad. Es la eficacia fundamentalmente simbólica de estas imágenes, y sobre todo nuestra imposibilidad de acceso a la imaginería mnemónica de quienes las perciben, es decir, de la imposibilidad de poder constatar el repertorio de las imágenes dinámicas efectivamente utilizadas en las etapas de identificación y reconocimiento de cada una de ellas, lo que hace plausible -creemos- para el estudio de la significación de los tatuajes en este trabajo, la consideración predominante del discurso verbal de quienes interpretan tales imágenes.

Procuramos - no obstante- dar cuenta en estos segmentos textuales de aquellos rasgos gráficos que permiten a los interpretes de los tatuajes seleccionados significar "dichas" imágenes, es decir, rastrear las diferentes regularidades semánticas vigentes en los respectivos discursos a través de una vía de acceso indirecta como, respecto de la imagen, es el discurso verbal que permitió su valoración.

Es importante destacar que en esta instancia interpretativa ya intervienen para tal fin el resto de las semiosis disponibles y que en consecuencia nuestro estudio dejará de lado provisionalmente el análisis de las operaciones mentales específicas de la semiosis visual que preceden a dicha interpretación (identificación y reconocimiento), pese a que su consideración resulta una información valiosa para un estudio que procure indagar las características que hacen a su singularidad semiótica.

Introducción

Los tatuajes son imágenes que recorren el tiempo. Marcas de identificación que señalan lugares de encuentros posibles al margen del discurso verbal, una forma de comunicación ritualizada y sintética en donde la subjetividad se exterioriza atravesando los cambios de los sujetos que, sin una historia única que unifique sus experiencias, encuentran en éste una constante indestructible para mirarse y ser mirados.

En nuestro caso, los grupos analizados, si bien se inscriben dentro de estas afirmaciones generales, ofrecen ciertos matices diferenciales que nos permiten afirmar un aquí y ahora del tatuaje en cada universo simbólico estudiado.

Menores con causas penales

Los M.C.P. que formaron parte de la muestra seleccionada, tienen entre doce y diecinueve años de edad y una escolarización desigual e incompleta. En su gran mayoría provienen de sectores pobres e indigentes del gran Buenos Aires, excluidos y marginados socialmente, condenados a una desigual participación en la apropiación de bienes simbólicos y materiales. Las razones que dan lugar a la internación de estos menores, se deben a delitos cometidos contra la propiedad, muchos de ellos con enfrentamiento policial. Otros, en número también importante, se encuentran detenido por homicidios. Un dato prácticamente común a todos es la existencia de algún familiar detenido en una unidad carcelaria.

¿Qué ves cuando me ves?

Tatuajes y Policías: Una de las formas en que el tatuaje queda dicho para este grupo social, es la relación que vincula a este dibujo en el cuerpo con la policía. El tatuaje permite a la policía identificar determinadas marcas visuales simbólicas en las que ambos grupos, policía y MCP, comparten sus significados. En este sentido, la policía es vista - fundamentalmente- a partir del control y la violencia; como aquella que cuando te ve un tatuaje te pide averiguación de antecedentes. Ese control actúa como una instancia de anticipación que sobre el otro (M.C.P) la policía ejerce, es decir, como un saber inmediato que permite una lectura de tipo clasificatoria en donde la indagación sobre la existencia o no de los tatuajes forma parte de los interrogatorios que se llevan a cabo en las comisarías: son aquellos lugares que cuando caes ¿viste? la policía te dice: ¿(+vos) tenés tatuajes? lo cual permite a quienes dirigen dicho interrogatorio, inferir el pasado del interrogado, entre otras cosas: Tatuaje: es aquel que mostras (+ a la policía) y te pregunta ¿en dónde estabas preso?

La violencia es aquella que se ejerce cuando se reconoce en un MCP al tatuaje como aquel tumbero que si te lo ve la policía te rompe los huesos. . También la violencia, como una de las formas en las que la policía queda dicha en su vinculación con el tatuaje, queda modalizada a partir de la relación antagónica que se produce entre ambos grupos: Tatuaje: es aquel que me hago porque sé que a la yuta le da bronca.

La policía definida como aquella que es una ortiva, como aquella que no se droga, es una de las formas en las que este grupo social encuentra desde lo discursivo y desde la producción de imágenes, una herramienta eficaz para construirse de manera opositiva como grupo social. La policía como aquella que se pone la gorra no describe sólo un oficio, sino una función susceptible de ser encarnada tanto en la cotidianeidad como en un asalto. Cualquier acción puede ser vinculada con la policía si es que la misma contradice algunas de las formas de regulación instituidas por el grupo. Policía y delincuente en este discurso son un par dialéctico, ambos quedan definidos por oposición.

En el discurso que dice a las imágenes de los tatuajes carcelarios recortados para esta muestra, la policía queda dicha de la siguiente manera:

- Cinco puntos: son aquellos que significan muerte a la policía, cuatro ladrones y la policía en el medio

- Espada con víbora: es aquel (+tatuaje) que es la muerte de la policía. Nosotros (+ los presos) somos la víbora y la espada la justicia

Podemos agregar que este discurso que habla acerca de este tipo de tatuajes tumberos, mantiene en relación con sus significados un carácter casi unívoco, que permite ubicarlos dentro de los tatuajes más arquetípicos del grupo estudiado. Este tipo de imágenes, por ejemplo los cinco puntos, en ocasiones, ha permitido reproducir el modelo de su construcción (cuatro formas construyendo un cuadrado, y otra forma en el medio valorizada negativamente) pero con una variante que reemplaza a estos puntos por otras imágenes tatuadas o por parte de las mismas.

Tatuaje y significado: Otro de los ejes que han surgido como resultado del análisis y que ha permitido construir la significación de los tatuajes, ha sido justamente la vinculación entre el tatuaje y la reflexión acerca de su significado. En este sentido, la moda, el cuerpo, la interpretación y la pertenencia, son, en términos de Foucault, algunas de las superficies de emergencia en donde el objeto tatuaje, irrumpe en nuestro análisis, en relación con su significado.

Los tatuajes como moda, son afirmados como aquello que está vigente, no sólo en ellos como grupo, sino en el resto de la comunidad. El cuerpo es el depositario de las marcas; un cierto lugar de autonomía y libertad, de localización posible del sujeto, ya que es vivido como aquel respecto del cual cada un hace lo que quiere. Ese cuerpo es, además, soporte de una temporalidad que se eterniza, desafiando la posibilidad del cambio y proponiendo como contrapartida una continuidad en apariencia irreflexiva respecto de otros modelos identificatorios posibles, así el Tatuaje es aquel que te hacés en el cuerpo para llevarlo siempre.

La certeza de que cada uno de los tatuajes posee un sentido descifrable funciona para este grupo como garantía de identidad: tatuajes son aquellos todos que tienen un significado; aquel por medio del cual (+vos) te sentís identificado

Esta certeza permite en ocasiones, expresar mediante signos la exaltación de un ideal, un afecto, que funciona en cierta medida como ordenador de las conductas sociales, pues a partir de su presencia efectiva quienes forman parte de este sector se adjudican distintos roles, valores, jerarquías: Tatuaje es aquel que para mí es un significado de cada uno, de lo que quiero ser

Por último, respecto al grado de pertenencia que el tatuaje crea para este grupo, observamos que es el lugar material -fundamentalmente- el que ofrece un contexto, y permite medir los alcances posibles de su significación: Tatuaje: es aquel tumbero que uno se hace porque se siente identificado; Tatuaje: es aquel que en los penales se hace; Tatuaje: es aquel algo que hacemos nosotros (+ los presos). El penal y los presos por un lado; por otro, el tatuaje como aquello que tienen todos los adolescentes como aquel que (+algunos de la calle) se lo hacen todo mal, se ponen Hermética, la estrellita toda fea, permite pensar que el significado, en su relación con la pertenencia, queda construido para este grupo a partir de una lectura doble, nuevamente opositiva: Tatuaje: es aquel que tiene dos maneras de hacerse: una la de los pibitos que andan robando y se los hacen y otra de la gente que tiene plata. El adentro (el lugar de encierro) y el afuera del tatuaje (la calle), en donde su portador es valorado negativamente, ya que es visto como un Cachivache: es aquel cualquiera que anda en la calle con un tatuaje así como también la gente es aquella que se siente diferente o se siente mas haciéndose un tatuaje.

Tatuaje y tatuarse: El tatuarse es una acción que realizan los integrantes de este grupo social y en donde lo que se encuentra implicado como unas de sus vinculaciones manifiestas, es la técnica con que los mismos se realizan Tatuaje: es aquel que me hice con un alfiler y tinta china. Este punto es importante pues otorga al tatuaje tumbero una particularidad en cuanto a su modo de hacerse respectos de otros posibles; la precariedad de su técnica permite una rápida identificación por parte de la policía, casi al margen del contenido tatuado, adquiriendo de este modo también relevancia semiótica el soporte (la sustancia) de la imagen (la forma).

La temporalidad, como otras de las referencias vigentes, por un lado afirma la eternidad que para este grupo implica el tatuaje: es aquel que te hacés en el cuerpo para llevarlo siempre ; es aquel algo que cuando uno se lo hace dice: esto va a quedar acá y no va a salir ; es aquel algo que cuando uno se lo hace dice: esto va a quedar acá y no va a salir más y por otro, la existencia de otro tiempo, si se quiere más cualitativo, en donde temporalidad se asocia más que al acontecer cronológico de los sucesos, a un tipo de estado psicofísico, donde el límite entre uno y otro se fija a partir del consumo o no de drogas; tatuaje: es aquel que me lo hice [cuando estaba] careta; Tatuaje: es aquel que me hice en la época que andaba todo el tiempo enrochado.

La conducta de tatuarse supone para este grupo -además- una vinculación directa con la potencia volitiva que lleva a un sujeto a admitir o rehuir de la acción misma de tatuarse en donde tatuaje: es aquel que me hago porque se me da la gana, porque quiero o en donde el tatuaje: es aquel que vi y que me gustó y me lo quise hacer .

Una voluntad que supone el ejercicio soberano de la conciencia y que se orienta hacia a la búsqueda de una marca que exprese singularidad pero que luego en la elección de los tatuajes parece esfumarse como rasgo personal y queda fijada fatalmente dentro de los límites que los arquetipos le imponen. De este modo lo estereotipado parece funcionar como reaseguro identitario.

Tatuaje y sexualidad: La relación del tatuaje con la sexualidad admite de acuerdo a lo observado remitir la presencia de ciertos tatuajes a la necesidad vigente en este grupo de discriminar prácticas sexuales que son valoradas negativamente, las cuales implican, además, la supresión de cualquier "derecho" dentro de los penales o lugares de encierro, para quienes son portadores de estos tatuajes, los cuales son vistos como refugiados: son aquellos resentidos, mujeres de presos, que no tienen derecho a nada, en tanto que los homosexuales son considerados como aquellos tumberos que se hacen una palmerita, una manzana, una flor en el pecho o incluso como una de las formas de la feminidad en donde las mujeres: son aquellos presos que se tatúan (= una manzanita, una flor en el pecho)

Esta estigmatización impresa en el cuerpo del otro a quien se desprecia, permite el desarrollo de instancias identificatorias grupales, fundamentalmente a partir de la exclusión de la homosexualidad como modelo positivo de elección sexual.

Respecto de las imágenes, el repertorio comprende básicamente, dos tipos posibles que definen a la homosexualidad y a su práctica respectivamente: el primero conformado por un conjunto de imágenes de significado, casi unívoco entre las que podemos ubicar a:

(Filminas)

Rosa: es aquella que es de los putos.

Manzanita mordida: es aquel (+tatuaje) que se hacen los homosexuales, los putos o los giles que no saben

Palmerita: es aquel (+tatuaje) que se hacen los putos tumberos.

La luna y las estrellas: es aquel (+tatuaje) que es de mujer.

La sola presencia tatuada de estas imágenes permite proyectar en quienes la perciben, ciertos valores que, como en el caso de la policía respecto de la presencia de tatuajes en integrantes de este grupo, funcionan como una instancia de saber anticipado. Imágenes que afuera de los penales no poseen una significación necesariamente fijada, dentro de ellos si la tienen en donde un chorro: es aquel que un día puede caer preso (=y que si tiene un tatuaje de una rosa o una flor) le pueden decir "que clase de chorro sos, mirá (+vos) el tatuaje que tenés"

Y un segundo grupo de imágenes, las cuales describen acciones que refieren a la homosexualidad como práctica, entre las que ubicamos:

Ojos en la espalda: son aquellos que algunos, en los penales, se hacen en la espalda y que significa que lo miran los que se los están cogiendo.

Flecha: es aquella que en la mano indica cuando uno se apunta el culo.

Escorpión: es aquel (+tatuaje) que significa que pelea con la cola.

Estos tipos de tatuajes se realizan en el cuerpo de quien ha sido víctima de una violación. Permiten no sólo identificar quien ha sido violado sino también la acción misma de la violencia sexual. Las imágenes seleccionadas, en su gran mayoría figurativas, recuperan algunas de las características existenciales del objeto representado para luego ser trasladadas a situaciones particulares como anteriormente describíamos.

Jóvenes de clase media urbana

Las variables que guiaron la delimitación de este grupo social se desprenden, más que por los criterios tradicionales con los que ciertas perspectivas teóricas materialistas definieron históricamente el concepto de clase social, es decir, como el lugar objetivo que un sujeto ocupa dentro de una estructura económica de un modo de producción determinado, con ciertas pautas de comportamientos individuales y colectivos vinculados al consumo de bienes simbólicos y materiales. El consumo representa de acuerdo a nuestro enfoque, no sólo la instancia final dentro del ciclo económico en donde el producto se realiza, sino -además- una instancia simbólica de diferenciación social en la medida en que todo bien, simbólico o material, posee determinados significados atribuidos socialmente que exceden a los valores vinculados exclusivamente a su funcionalidad, o valor de uso, y a su precio en el mercado, o valor de cambio. En este sentido podemos decir, siguiendo a Canclini, que "el consumo no tiene por finalidad únicamente la posesión de un objeto o la satisfacción de una necesidad material, sino también, definir o reconfirmar significados y valores comunes, crear y mantener una identidad colectiva".

Quienes conforman este grupo social en estudio son jóvenes de entre 18 y 25 años con estudios secundarios y/o universitarios completos o en camino de ser concluidos; por lo general, hijos de padres profesionales, comerciantes o empleados en alguna repartición estatal. Estos jóvenes que conforman la muestra seleccionada fueron agrupados, como dijimos, de acuerdo a ciertas variables que se desprenden directamente de sus prácticas de consumo, esto incluye, además a las distintas formas de fruición que estos bienes suponen de acuerdo a quienes sean sus destinatarios.

Postulamos, en consecuencia, que quienes integran este sector social comparten ciertas representaciones/interpretaciones, (ideológicas, estéticas, culturales, entre otras) las cuales quedan expresadas, aunque no únicamente, a partir de la concordancia en la elección y consumo de ciertos bienes (tipos de música; determinadas prendas de vestir y marcas; elección de locales bailables; lugares de descanso y ocio; audiciones de radio y programas de televisión); lo que nos permite, al menos provisionalmente y para los fines analíticos fijados en este trabajo, señalar cierto ámbito simbólico común de pertenencia.

La Imagen Media

Tatuajes y Praxis: Unos de los ejes conceptuales a partir de los cuales el tatuaje queda dicho para este grupo social es la práctica. La práctica en tanto conducta que depende a su vez de la voluntad y de la técnica con que dichos tatuajes se realizan .

La voluntad es para este grupo social aquello que determina la intención de hacer presente o no a las imágenes tatuadas, sin que necesariamente estas representen algún significado compartido para los miembros de este grupo; tatuaje: es aquel que (+vos) venís a hacértelo porque tenés ganas de tenerlo, y es también aquella (imagen tatuada) que me hice pero que no le doy ningún significado. Podemos afirmar que si bien existen imágenes que circulan con una cierta regularidad, estas no se constituyen en signos de identidad grupal para los miembros de este grupo; en cambio la acción de tatuarse, en tanto consumo cultural, parece ocupar ese lugar ausente que las formas tatuadas dejan. Tatuarse es aquello que se comparte; una acción que permite a los jóvenes de clase media urbana encontrar una regularidad imaginaria a partir de la cual exteriorizar gustos, creencias, valores, etcétera; tatuaje es aquel que me permite expresar alegóricamente cosas que pienso o que me suceden.

Al mismo tiempo la voluntad parece admitir un margen importante de flexibilidad a la hora de la elección de los motivos o formas a tatuarse así Araña: es aquella que mi iba hacer pero cambié de opinión; Rosa es aquella que elegí por los nervios; justamente porque el signo es la acción que se materializa en una forma: Tatuarse.

La técnica como otro de los sub ejes conceptuales que construyen la práctica, permite a este grupo social diferenciar y valorar de manera explicita dos formas que no sólo describen los diversos modos materiales y procedimientos posibles con que se efectúa el tatuaje, sino que esta diferenciación involucra, además, un juicio de valor sobre el tatuaje carcelario. Es así que para este grupo social escrachados: son aquellos pendejos que se tomaron un par de cervezas de más, no tenían nada que hacer, agarraron una aguja y se pusieron cinco puntos. La ausencia de máquinas y de condiciones de higiene necesarias representan para este grupo indicadores posibles desde donde identificar la presencia de técnicas alternativas al tatuaje profesional como es el caso del tatuaje carcelario es aquel que (se hace) con máquinas, (y en donde) las agujas se descartan con el esterilizador.

Tatuajes y Arte: La remisión directa a considerar al tatuaje como una manifestación artística constituye una de las opciones escogidas por los integrantes de este grupo social a la hora de referirse al tatuaje en donde tatuaje es aquel que es un arte, es aquel que para mí es una obra de arte. Considerar al tatuaje como una obra de arte permite, tanto a quienes lo portan como a quienes los fijan en los cuerpos, precisar los límites que lo diferencian de otras prácticas culturales consideradas como meras modas o expresiones menores y efímeras, así como también, especificar sus cualidades distintivas a partir de trasladar a los tatuajes parte de las características socialmente atribuidas al arte así Tatuaje: es aquel artístico en donde los significados de cárcel no se usan mucho, pero son conocidos. O aquel por medio del cual cada uno se convierte en artista de si mismo.

Como en toda manifestación artística tanto quienes tatúan o son tatuados reconocen la existencia de diferentes estilos y diseños en donde Tatuaje: es aquel que es lindo, si lo preferís, si sabés (+vos) dónde hacértelo y si sabés (+vos) cómo hacerlo, si elegís el buen diseño y el buen tatuador que te lo haga.

En este sentido, podemos observar que en este grupo social parecen estar virtualmente disponibles, al momento de la elección de un diseño, ciertas opciones, relativas al estilo, formato, clase de caligrafía, que abren un abanico de posibilidades expresivas mayores que en el grupo social anteriormente descripto y que estas distintas posibilidades, a su vez, se hallan al servicio de lograr acentuar un efecto que podríamos llamar de intensificación de la presencia en donde los tatuajes son signos que remiten no sólo a sus imágenes sino al propio cuerpo, que también es signo.

Tatuaje y significado: El ultimo de los ejes que emerge en la construcción del objeto tatuaje para los miembros de este grupo, es el que vincula al tatuaje con el significado y la identidad.

La acción de tatuarse representa una elección que involucra la certeza de estar frente a una forma de expresión carente de un código generalizado, que fije previamente la significación de cada imagen tatuada; es de este modo que Tatuaje: es aquel que no tengo ni idea lo que es y en donde imagen es aquella que no sé cuál hacerme.

Paradójicamente, dentro de este apartado hallamos también lo que podríamos considerar, su opuesto: la vigencia de interpretaciones que ubican al tatuaje y al significado dentro de ciertas clasificaciones. Así, los grupos: son aquellos de pertenencia en donde cada uno tienen un símbolo y las personas: son aquellos muchos que por ahí vienen con algún dibujo en especial y que para ellos significan algo.

Una mirada fragmentada que excluye necesariamente la posibilidad de establecer, respecto del tatuaje y sus significaciones, una comprensión más abarcativa y extensiva a todos quienes conforman el grupo social en estudio; lo cual resulta a nuestro juicio coherente con el estatus más bien polisémico que caracterizan a las imágenes. No se tratan ya de imágenes/réplicas que representan por sus diseños o por sus valores posicionales determinadas significaciones que la convención previamente fijó; aquí más bien la imagen muestra motivos y texturas, más o menos figurativos, más o menos plásticos, que la ligarán o no a determinadas significaciones. Es así como parca: es aquel (tatuaje) que está más relacionado con lo que es la música oscura, y cinco puntos: es aquel tatuaje que significa el policía en el medio, los cuatros presos y la muerte de la policía, como también madre: es aquel (tatuaje) que es muy difícil que acá se lo hagan.

Hemos procurado mostrar, al menos en líneas generales, algunos de los resultados de nuestra investigación, los que atañen -fundamentalmente- al lugar que le ocupan a los tatuajes en la construcción de ciertos parámetros identitarios en los menores con causas penales y en los jóvenes de clase media urbana. Somos conscientes de la provisionalidad de nuestras afirmaciones en tanto resta trabajar todavía sus aspectos estrictamente visuales. Sólo hemos abierto, en el mejor de los casos, el abanico que hace a su configuración semántica.

-----------------------------------------------------------

1) Este trabajo que aquí exponemos es resultado de la unión de dos experiencias: por un lado de nuestra labor como docentes al frente del taller de Comunicación Social de la escuela Especial nro.503, (escuela de alto Riesgo Social) ubicada en el predio "Villa Nueva Esperanza" de la localidad de Abasto, partido de La Plata (Bs. As); así como también de nuestra participación en el proyecto: Los mundos semióticos posibles: su aplicación metodológica en la comunicación verbal y gráfica dirigida por Juan A Magariños de Morentin. Dicha investigación se lleva a cabo en la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata y está orientada a analizar distintas fuentes políticas, académicas y sociales (verbales y escritas) que produce el bonaerense y/o se le proponen al bonaerense como referencias identificatorias así como el análisis de las imágenes (materiales) visuales construidas y/o producidas con la misma finalidad.

2) Las referencias explícitas de los distintos discursos estudiados serán citados en este trabajo de acuerdo a los criterios formales de las denominadas definiciones contextuales según se establece en Magariños de Morentin (1997:7) en donde la definición contextual "es aquella mediante la cual se establece el sentido que adquiere un término cualquiera, presente en determinado segmento textual completo, en función del contexto al que dicho término aparece asociado en ese mismo segmento" . Así mismo el uso de ciertos signos tales como paréntesis y barras indica que el texto analizado contiene mínimas intervenciones del analista resultado de las operaciones analíticas precedentes a la elaboración de las definiciones contextuales las cuales se especifican de la siguiente manera: "(+...)" cuando se trata de un sujeto implícito, "(=...)" cuando se trata de la recuperación anafórica o catafórica de un término, "[...]" cuando el analista frente a la incompletitud de la sintaxis decide la inclusión de una expresión (pues como hablante nativo capta la isotopía que se genera en las respuestas), no existiendo más que por su ausencia, ninguna marca que así lo exija o justifique.

3) No todas las imágenes materiales visuales requieren para su interpretación de la puesta en práctica de las mismas operaciones cognitivas, dependerá en tal caso de la calidad de imagen percibida, pues cada una ellas actualiza o no por su correspondencia o falta de correspondencia con dicha imagen material visual a un conjunto de formas organizadas en una imagen mental almacenada en la memoria. Esto último se corresponde, aunque de modo esquemático, con el concepto de atractor desarrollado en Magariños de Morentin (1999: 6).

Bibliografía utilizada

Foucault , Michel 1970 La Arqueología del Saber, Siglo XXI, México.

Magariños de Morentín, Juan A.. (1997) Manual operativo para la elaboración de definiciones contextuales y redes contrastantes mimeo, La Plata.

Magariños de Morentin, Juan A.. (1999) Las Semiótica(s) de la imagen visual (Inédito).

MAGARIÑOS DE MORENTIN, Juan A.. (1998) Operaciones semióticas en el análisis de las historietas (Inédito)

García Canclini, Nestor (1994) Ideología y Cultura. Ed. Siglo . XXI