VISIBLES E INVISIBLES.
Periodistas, ciudadanos y cartógrafos en la construcción simbólica
de San Salvador de Jujuy
Alejandra García Vargas
CONICET-ICSH / UNJu-FHyCS
"La política para nosotros es la teoría de la ciudad, la teoría de nuestra comunidad.
Sin un problema electoral o electoralista, es un problema de reflexión.
Pensar la ciudad: la ciudad como una especie de metáfora que condensa toda una problemática de una comunidad y de un país.
Digo, para levantar nuevamente las cejas, desde Atenas hasta aquí:
qué se está jugando ahí"
David Viñas
Esta ponencia propone compartir algunas reflexiones suscitadas a partir de las primeras tareas de análisis sobre parte el material que constituye el corpus de la investigación "Los ríos Grande y Chico en San Salvador de Jujuy: permeabilidad social y aislamiento", que realizo actualmente con financiamiento del programa de Becas de Formación de Posgrado Regionales de CONICET.
Para este encuentro, intentaré describir algunos de los sentidos puestos en juego a la hora de construir simbólicamente esta ciudad, basándome en entrevistas, planos y medios gráficos locales. Sobre esa descripción los invitaré a reflexionar acerca de cómo se construyen y valoran la interrelación y las diferencias en el espacio público de la capital jujeña.
La ciudad y el espacio como construcciones
En estos tiempos urbanos e interculturales, las ciudades se ofrecen como un objeto de estudio privilegiado para la investigación de lo social, en cuanto lugar de oferta y construcción colectiva de significaciones. A su vez, las ciudades latinoamericanas asumen una importancia decisiva en la interpretación de la historia de nuestro continente. Empieza a formarse una tradición en los estudios comunicacionales sobre ciudades vinculados a los Estudios Culturales, especialmente entre los investigadores latinoamericanos, que retoman y enriquecen los estudios de la Antropología Urbana, el Urbanismo y la Geografía Cultural.
Los estudios comunicacionales sobre la ciudad pueden agruparse (muy esquemáticamente) en tres áreas: la ciudad como escenario de comunicación, poéticas y estéticas de la ciudad y la ciudad posmoderna.
La perspectiva de la ciudad como escenario se refiere a las luchas en torno a las representaciones de las prácticas sociales que tienen lugar en las ciudades. Esta perspectiva trabaja principalmente sobre dos problemáticas asociadas: la ciudad como lugar para estudiar las identidades culturales y la ciudad como lugar para estudiar los usos sociales de la comunicación. La perspectiva de "poéticas y estéticas", si bien también se refiere a representaciones e interpretaciones sociales, ya que las poéticas y estéticas lo son, trabaja sobre la herencia benjaminiana del flanêur. La tercera opción, relacionada con la ciudad posmoderna, se refiere fundamentalmente a las "telépolis" nacidas al calor de la tercera revolución industrial. Sus investigadores toman como objeto a las ciudades del consumo y del espectáculo, la ciudad virtual de los crecientes flujos comunicacionales.
Si bien nos consideramos más cerca de la primera perspectiva, vemos que en general percibir la ciudad como escenario (dado) y no como construcción (aún cuando se utilizan los términos "construcción simbólica" frecuentemente) impide percibir lo que tiene la ciudad de "imaginada". De esta manera, nos acercamos a la idea de "comunidades imaginadas" de Benedict Anderson, aún cuando Anderson utiliza el concepto para analizar las comunidades nacionales. Trabajamos considerando que en cuanto "estilo de imaginar" su ciudad, los ciudadanos jujeños habrían encontrado una manera de dar cuenta del "otro" ante el cual construyen las propias identidades mediante la diferente ubicación en relación con los ríos.
Hablar de "construcción" nos brinda una clave para explicar que concebimos a las identidades sociales como procesos permanentes, simbólicos y de límites constantemente redefinibles. De manera que estas construcciones son contingentes. Esto es, son históricas, atravesadas por préstamos e intercambios, inestables, y no se definen en relación con elementos dados. Si bien esta perspectiva podría aparecer contradictoria con la de tomar a los ríos Grande y Chico en San Salvador de Jujuy como límites sociales (estaríamos fijando unos límites precisos), la idea de permeabilidad nos permiten reafirmar la "porosidad" de tal límite y, con ella, retomar la idea antiesencialista. La consideración de la importancia de los ríos en las representaciones/interpretaciones de los habitantes de San Salvador son una buena opción para acercarnos al problema e intentar una interpretación en este infinito juego relacional. Si bien las representaciones de otros tiempos no se comentan en esta ponencia en particular, es importante considerar que la mención a los distintos momentos históricos se incluye en el proyecto, porque las características de este juego de definiciones complejísimo que es el de la identidad se produce necesariamente entre una cantidad históricamente limitada de posibilidades de sentido (aún en aquellos casos en los que estas posibilidades se expanden, como las metáforas expanden las palabras).
Además, considerar la idea de construcción implica el reconocimiento de procesos estratégicos en los sujetos involucrados. Este reconocimiento de lo estratégico alude a que los sujetos toman decisiones, y lo hacen en contacto con otros, eligiendo una de varias posibilidades de sentido. También aludimos con "estratégico" a que las decisiones de quienes participan de la vida social tienen efectos de sentido, efectos con una dimensión política y cultural insoslayable.
Las preguntas por la construcción simbólica de la ciudad se relacionan con el espacio, dado que el espacio que se percibe también es un constructo: la fuerza de la organización de nuestra experiencia nos obliga a esforzarnos para recuperar su carácter de proyección. Las representaciones del espacio nos permiten decirlo en determinado momento de determinada sociedad. En esta investigación, consideramos dos maneras de "decir" los espacios de la ciudad: las expresiones verbales o escritas de sus habitantes y las configuraciones gráficas, oficiales o no, construidas para tal fin, esto es, los planos de la ciudad.
La ciudad como condición de visibilidad
Otro concepto central en la investigación es el de visibilidad, porque políticamente, la ciudad es lugar de aparición y porque culturalmente es una de las condiciones para la diversidad. En ese sentido, las formas de invisibilizar las culturas aborígenes han sido durante la historia de América proyectos concretos de "muerte simbólica", paralelos o anteriores a su exterminación física.
Para dar cuenta de lo que entendemos por espacios de aparición y visibilidad, partiremos de la noción de "esfera pública" ofrecida por Hannah Arendt en "La condición humana". Lo público para Arendt hace referencia a lo que es propio del mundo común a todos, pero diferente del lugar privado en él. Es decir: no se trata de interacción entre iguales sino de un lugar en el que la igualdad pasa por la posibilidad de expresar las diferencias. Es la idea que retoma Navet, cuando habla de la creación o recreación de un "piso" donde se pudiera anclar el respeto, la dignidad y la libertad. Sobre ese "piso" se construye lo público en un sentido arendtiano.
La idea arendtiana de lo público se completa con el requisito de accesibilidad y publicidad: lo que aparece en público puede ser visto y oído por todos. La huella humana se inscribe en la esfera pública, en una realidad que "... radica en la simultánea presencia de innumerables perspectivas y aspectos en los que se presenta el mundo común y para el que no cabe inventar medida o denominador común" . Esta idea de múltiples perspectivas ("...sólo donde la cosas pueden verse por muchos en una variedad de aspectos y sin cambiar su identidad, de manera que quienes se agrupan a su alrededor sepan que ven lo mismo en total diversidad, sólo allí aparece auténtica y verdaderamente la realidad mundana") es consistente con la de "polifonía" de Bajtin e implica el pluralismo. El espacio público es polifónico, en el sentido que da Bajtin a esta palabra, en cuanto encuentro de fuerzas en un espacio (para Bajtin en el espacio de la novela). La idea de polifonía permite superar la causalidad, y a la vez nos permite "escuchar" lo que resuena en la propuesta de Arendt: las múltiples voces. Para que esas voces (esas "fuerzas", diría Bajtin) se encuentren hace falta el zócalo del que habla Navet: el respeto a la diferencia, dado que "lo específico de la democracia política no es la superación de la oposición ellos/nosotros sino la manera diferente en que es manejada".
Encontramos que Arendt ofrece la posibilidad de leer en la ciudad "material" las huellas del discurso y la acción de los ciudadanos. La "ciudad material", por ejemplo, devela los lugares del trabajo y la labor y aquellos que corresponden a la acción. Rusconi advierte que Arendt se refiere la polis como organización política de los ciudadanos y no como situación física de ciudad. A esto lo sostiene la misma Arendt, sin embargo en sus consideraciones acerca de las tareas humanas y especialmente cuando explica los efectos de la emancipación de los laborantes abre la posibilidad de considerar su aparición física como huella de las transformaciones humanas.
En sociedades complejas, la presencia y el uso de nuevas formas de comunicarse involucran la idea de ciudadanía, y conllevan una profunda transformación política y en las posibilidades tradicionales de visibilidad. Pelacoff y Pereyra consideran que el espacio público se constituye, en sociedades complejas como las nuestras "como un ámbito de mediación entre, por un lado, el sistema político y, por el otro, los sectores privados del mundo de la vida y de los sistemas de acción funcionalmente especializados".
En cuanto a las formas cada vez más complejas del espacio público que trae aparejada la dinámica global-local, las particularidades mencionadas de San Salvador de Jujuy, permiten rastrear este tipo de cuestiones en la doble vía implicada en el concepto de "territorialidad desarraigada" propuesto por Renato Ortiz. En ese sentido, Ortiz postula que la mundialización propicia la fragmentación de las identidades nacionales generando rearticulaciones globales en las que aparecen las regiones. Con esto queremos decir que, paralelamente a los procesos de homogeneización se producen situaciones de diferenciación profundas.
Una ciudad ¿entre dos ríos?
A partir de las consideraciones descriptas en los párrafos anteriores, decidimos trabajar con la ciudad de San Salvador de Jujuy, argumentando que una de las particularidades topográficas de San Salvador de Jujuy, el hecho de que haya sido fundada y conserve su centro político, judicial y administrativo - exceptuando las dependencias de la Municipalidad - entre dos ríos permite dar cuenta de la construcción de identidades y del imaginario urbano de manera diferenciada.
La importancia de los ríos Grande y Chico o Xibi-Xibi en las representaciones sociales de sus habitantes los constituyen en dos trazos altamente significativos para pensar no sólo su especificidad como límites sino también las problemáticas generales asociadas al estudio de la cultura y la comunicación.
Si consideramos a los ríos Grande y Chico como líneas demarcatorias, podemos suponer que la ciudad se divide en tres áreas: un área central (entre estos ríos); un área que se extiende hacia el Norte del río Grande; y una tercera que a partir del río Chico o Xibi Xibi, se extiende hacia el Sudeste. Por comodidad, en adelante nombraremos a estas zonas Central, Norte y Sur, respectivamente.
La descripción demográfica de la ciudad nos dice que tiene 174.464 habitantes y se transforma constantemente, ya que mantiene un flujo permanente de migrantes, nacionales y extranjeros. La ciudad ocupa 3.083 hectáreas. Según datos del último censo, la zona central cuenta con 31.974 habitantes (un 18% de la población distribuido en el 20% del territorio); la zona Norte es habitada por 18.616 personas que ocupan el 32% del territorio; y, finalmente, la zona que se extiende hacia el Sudeste del río Chico, tiene 125.974 habitantes distribuidos en 1.481 hectáreas, representativas del 48% de la superficie. La zona Sur es la más poblada, tiene 85 habitantes por hectárea, contra 53 de la zona central y 18 en la zona norte. Este proceso de concentración de la población en la zona Sur es fortalecido desde la planificación por distintos ordenamientos, como el Plan Director Municipal (ordenanza 628/86) y el Código de Planeamiento Urbano de la ciudad de San Salvador de Jujuy (ordenanza 2363/96) que reglamentan el uso del suelo de las distintas zonas. Por cierto, hay barrios y áreas que se erigen contra (o desde antes de) las reglamentaciones.
La presencia altamente diferenciada de un cuarto sector, el de los barrios y asentamientos que ocupan los lechos de los ríos, extendiéndose paralelamente a la zona central, nos llevó – una vez iniciada la investigación - a incorporar este sector como una cuarta zona.
Algunas notas metodológicas
Como dijimos, esta ponencia propone compartir algunas reflexiones relacionadas con la visibilidad en la ciudad que surgieron ante el primer contacto con parte el material que constituye el corpus de la investigación "Los ríos Grande y Chico en San Salvador de Jujuy: permeabilidad social y aislamiento".
El corpus de dicha investigación está constituido por entrevistas grabadas, que promedian la hora de duración, realizadas a hombres y mujeres habitantes de los cuatro sectores de la ciudad considerados (los tres nombrados inicialmente como Norte, Sur y Central, y los pobladores de los barrios y asentamientos correspondientes al río Chico), de tipo semi estructurado, que se contrastan entre estos grupos y con los contenidos de los medios analizados. Como la investigación es cualitativa y pretende reconocer reglas de formación discursiva, y condiciones de significación, los informantes se seleccionaron atendiendo a la necesidad de considerar la mayor amplitud de voces posible. Los informantes son varones y mujeres, agrupados en tres franjas etáreas que parten de los 25 años y superan los 80, profesionales, docentes, estudiantes, empleados, amas de casa, artistas, comerciantes, obreros, jubilados y cuentapropistas.
La recuperación de las representaciones / interpretaciones que circularon y circulan en la prensa gráfica acerca de la ciudad y los conflictos por su espacio central, que también forman parte del corpus propuesto resulta relevante, sobre todo si consideramos la influencia de los medios masivos en la construcción de las representaciones sociales vigentes en este siglo.
También trabajamos sobre los planos - en cuanto maneras de "decir" el espacio urbano – considerados representaciones icónicas de la ciudad, por lo que se propone analizarlos con operaciones de la semiótica de la imagen, a partir de las consideraciones de Magariños de Morentín. Peirce sostiene que las imágenes pueden construirse para mostrar cualidades (Cualisignos Icónicos), existentes (Sinsignos Icónicos) o valores (Legisignos Icónicos) o la combinatoria de estos aspectos. Un plano de la ciudad, como sinsigno icónico, representa una ciudad en las característica de su existir. Armando Silva considera que entre las múltiples elaboraciones simbólicas a las que alude el "territorio" se cuenta la de "estrategia de comportamiento social o urbano". Para dar cuenta de esta estrategia, propone construir croquis, sobre los planos de la ciudad. Estos planos darían cuenta de algo así como la "ciudad vivida" en oposición a los planos oficiales que, según el autor, no representan la ciudad real. Tomamos la idea del autor colombiano, proponiendo una operación de sustitución que permite percibir el "dicisigno" peirciano: la existencia de un valor de sustitución, la ubicación del croquis dentro de un plano, que es más amplio. De manera que para "semiotizar" mapas urbanos y turísticos mediante marcas que dan cuenta de situaciones particulares, el plano oficial es una referencia contextual ineludible.
Las diferencias invisibles
En ocasión de conflictos por la apropiación de la ciudad, puede decirse que en San Salvador de Jujuy existe una fuerte presión hacia la "normalización" de las condiciones de visibilidad. Esta presión se actualiza en la vigencia de representaciones que construyen "ciudadanos ideales" para una "ciudad moderna". En la construcción de "ciudadanos ideales" se actualizan procedimientos discursivos asimilables al prejuicio, que involucran las formas de la identificación cultural, ontológicas, y no a las modalidades de la subjetividad política, caracterizada por la acción. En cuanto a la "ciudad moderna" esta imagen se construye en la búsqueda de una homología con las "ciudades globales", o, al menos, con otras ciudades de la región más cercanas a estas representaciones. Veamos cómo se actualizan estas construcciones en el caso de conflictos puntuales.
Es el caso del proyecto de privatización del Mercado Central Municipal, los puesteros decidieron concurrir a la Banca Abierta para defender sus puestos de trabajo y el lugar donde lo ejercen ante el proyecto de privatización interpuesto por el Ejecutivo Municipal. La Banca Abierta o Banca XIII funciona en el Concejo Deliberante como un espacio público con algunas restricciones: fundamentalmente la de exigir que quien la solicite esté directamente afectado por el tema que se trate. En el caso de los puesteros, además de los requisitos legales a cumplir, se planteó una instancia de legitimación interna al grupo. El grupo del Mercado reunido en asamblea eligió a hombres, blancos y profesionales (una evidente minoría en la población total) como sus voceros en la banca, un espacio de alta exposición, podría decirse que el que ofrece mayores posibilidades de visibilidad en el espacio público de la capital jujeña. Durante el debate en el Concejo Deliberante ninguna mujer habló (las concejalas no pidieron la palabra). En cuanto al derecho de permanecer "visibles" en la zona central de la ciudad, conservando su habitual lugar de trabajo, los puesteros ofrecían uniformarse y pintar los puestos de colores vivos, modificaciones "marketineras" para adaptarse a los problemas de "imagen" argumentados por el Ejecutivo Municipal.
También los vendedores ambulantes (los trabajadores cuentapropistas) concurrieron a la Banca XIII para presentar un proyecto de carros y uniformes "modernos" para adaptarse a la imagen de la ciudad.
A partir de lo relevado en prácticamente el 80% de las entrevistas realizadas, podemos decir que quienes habitan esta ciudad representan/interpretan de manera diferencial a los distintos sectores delimitados por los ríos Grande y Xibi Xibi, y extienden las diferencias a sus moradores.
Las representaciones/interpretaciones de los habitantes de San Salvador caracterizan a la zona denominada "San Salvador de Velazco en el Valle de Jujuy", que ocupa la última porción del territorio recorrido por los ríos Grande y Xibi Xibi, en su zona de confluencia (la zona "central") como lugar de trámites y transacciones financieras, centro político, histórico y turístico.
La zona que se extiende desde el río Grande hacia el Norte (zona Norte) se considera predominantemente residencial, con buenas visuales y alta calidad de vida. Esta representación es reforzada por el mercado inmobiliario, como ocurre con el slogan de un complejo habitacional construido en la zona Norte, que dice: "Cruzar el río es vivir a pleno" (se refiere al río Grande).
En cuanto al área que se extiende hacia el Sur del río Xibi Xibi (la Zona Sur), es percibida como la más populosa y popular.
Hay representaciones diferenciadas, altamente marginales, para los barrios y asentamientos que, si bien se ubican dentro de los dos ríos considerados, ocupan el lecho del río Grande, paralelamente al microcentro y extendiéndose hacia el sudeste de la ciudad. Sus habitantes aparecen muy estigmatizados. A su vez, los habitantes de esta zona construyen diferencias profundas entre ellos.
Cabe aclarar que la ciudad, para muchos entrevistados, corresponde exclusivamente al sector entre ríos. La ciudad ha terminado - y todavía lo hace en algunas ocasiones - simbólicamente en estos límites.
En los casos de conflicto por el espacio público, la prensa utiliza distintas estrategias que siguen sosteniendo el proyecto de ciudad ideal blanca y moderna. Para señalar cómo trabajan, recurrimos al análisis de algunos titulares: con distintas estrategias argumentativas, (adscripción de grupos a "espacios problemas", "ajenidad" de las costumbres andinas, el uso de nominalizaciones verbales y formas impersonales para hacer aparecer la "modernidad" del espacio como algo dado e inevitable; uso de citas exclusivamente para actores de grupos privilegiados) la prensa gráfica jujeña tiende a reconocer derecho a reclamar por sus derechos solamente a aquellos ciudadanos que piden por un proyecto de ciudad "global" y europeizada, el proyecto que concibe a la historia como una línea de progreso que parte de la fundación.
Planos y mapas son representaciones de la ciudad. Pero partes de la ciudad quedan fuera del Mundo así representado. Esto implica que esas partes de la ciudad están fuera de toda posibilidad de interpretación y, consecuentemente de enunciación. Nelly Richard sostiene que "la cartografía (...) es la forma en que se racionaliza un orden que mesura y recorta superficies para articular territorios de representación". Si lo inteligible es enunciable, y los planos son formas de enunciar (gráficamente) la ciudad, los sectores no representados quedan en el caos. No estar representados significa que no están dibujados, son un espacio vacío, están fuera de la construcción de sentido que ofrece el plano de la ciudad: son invisibles. Los sectores de San Salvador que quedan fuera de representación son justamente los que corresponden a barrios y asentamientos precarios de migrantes e inmigrantes. Aún en los casos en que esos asentamientos cuentan con distintos servicios que vuelven "consumidores" a sus habitantes, sus barrios no aparecen en los planos de la ciudad. Dice Emilio De Ípola: "Todo mapa es, en efecto, un simulacro reducido de ciertos aspectos de una región geográfica; aquello que en él se registra cobra sentido sobre el fondo de incontables omisiones y simplificaciones. Quien confecciona un mapa está obligado a escoger (ante todo a reducir) y por lo tanto a eliminar posibilidades". Las posibilidades eliminadas a la hora de representar a la ciudad en un plano son los asentamientos: los lugares de los pobres de la ciudad, que se extienden en la vera de los ríos y los bordes de la mancha urbana, ocupando márgenes e instersticios. Sin el alcance del meduloso análisis de Mary Douglas sobre las fronteras y las zonas grises de las culturas, y el temor y aprensión que éstas producen, vale considerar que la observación de las zonas excluidas de los planos de la ciudad da cuenta de que estos barrios y asentamientos ocupan los bordes y las concavidades físicas de la ciudad, tanto en relación con los ríos como con los límites de la mancha urbana.
Tramas complejas
Este breve recorrido por algunas situaciones en las que se pusieron en juego representaciones de la ciudad, nos permite considerar que en San Salvador de Jujuy se construyó y aún persiste una representación de ciudadano a partir de características étnicas, confesionales y de género que fortalecen procedimientos de exclusión políticos y económicos de larga data. Tassin, entre otros, considera que el respeto a las pertenencias individuales es condición de la vida política, sin él, el espacio público carecería de sentido.
Si bien las prácticas discriminatorias del "otro" - mujer, pobre, inmigrante - se relacionan estrechamente con la visibilidad, no se agotan en ella: los conflictos mencionados al iniciar este apartado involucran la valoración del espacio entre los ríos como el principal escenario de la interacción. Las disputas no se quedan en las condiciones de visibilidad sino que surgen del conflicto por el espacio mismo. Si la gran disputa en este momento de exclusiones es por quién se queda y quién se va de la ciudad, por quiénes tienen un lugar en una ciudad "virtual", la ciudad de las proyecciones y deseos de parte de sus habitantes, parecería que en Jujuy una parte importante de la discusión por la inclusión, sobre todo en relación con el trabajo, se relaciona estrechamente con la posibilidad de permanecer entre los ríos, en la zona central, de ahí las estrategias de adaptación relacionadas con al imagen de quienes se ven en peligro. Esta afirmación se opone a la sensibilidad "descentrada" de los posmodernos, reactualizando la valoración de la centralidad, vinculada al origen de la ciudad (con el lugar de su fundación).
Las diferencias se rechazan principalmente cuando "aparecen" volviéndose visibles y en cuanto tales enunciables en el espacio urbano más valorado colectivamente o en la agenda mediática. Este tipo de construcciones es especialmente intenso en relación con las costumbres y rasgos andinos de la ciudad.
Las líneas de sentido discriminatorias desarrolladas cotidianamente confluyen en la valorización diferencial de los espacios de la ciudad, y actualizan parte de sus memorias. Recordemos que, en el momento de su fundación y hasta la independencia nacional, el ciudadano jujeño fue el "don", que habitaba – justamente -entre los ríos. Su derecho a participar venía de su derecho de propiedad: propiedad de la tierra que estaba relacionada con su origen español. La iglesia, el cabildo, la plaza, las casas estaban entre los ríos. De manera que la ciudad se construyó simbólicamente sobre esta idea, dejando fuera de los ríos el caos, aquello que no puede nombrarse, que no puede significarse: los "ojos sanguinarios" de los indios, LA NATURALEZA. Proceso discursivo que supera vastamente a la conquista: quienes se excluyen de la ciudad (los desocupados, los migrantes, los pobres) después siguen en el caos, innombrados en los planos de la ciudad.
Las operaciones "invisibilizadoras" que describimos, relacionadas estrechamente con el lugar subalterno y desvalorizado que ocupa lo andino y lo coya en el imaginario social jujeño, recortan una parte de las posibilidades de la ciudad, atentando contra las posibilidades que brinda la ciudad de San Salvador de Jujuy, en su zona entre ríos, de expresar las diferencias. Esto es, no cumple con las dos características que asigna Isaac Joseph al mosaico urbano: "hecha de piezas unidas y yuxtapuestas, la ciudad ofrece el espectáculo de una cacofonía de conmemoraciones en virtud de las cuales cada ‘medio’ se rehace un recuerdo por generación, así como se rehace la fachada de una casa; y, por lo demás, la ciudad es un enmarañamiento de estilos, un lento mestizaje de los modos de vida". Por el contrario, sus ciudadanos privilegiados sufren del "terror de la identificación y de la invasión", y rechazan la presencia de formas culturales que desvalorizan en el espacio socialmente más valorado como escenario de la tradición y la historia de la ciudad.
Las prácticas discriminatorias se basan en adjudicar diferencias negativas a los "otros", a partir de un "nosotros" sobre el que se construyen las identidades. La idea de un ciudadano ideal, justamente, tiene el efecto de fijar un sentido único para definir a un ciudadano, construida a partir de aquel que está incluido. Esta operación hace estallar la idea de espacio público, en cuanto impide un lugar donde expresar las diferencias: los diferentes no son bienvenidos donde el requisito de admisión es un corset ideal al que lógicamente no se ajustan todos los ciudadanos. El imaginario positivista de la generación del ´80, la idea de la "raza argentina" trabajada por Ingenieros, atraviesan estas representaciones, que vulneran tanto el ideal integracionista del "melting pot" como los más actuales de la multi o interculturalidad. Un "ciudadano ideal", definido además a partir de características que no hacen a la subjetividad política, clausura otras posibilidades de construcción identitaria en un tiempo en el que la interculturalidad es prácticamente parte del "sentido común". Del primer encuentro con planos, entrevistas y noticias surge que las operaciones discursivas de este tipo han sido exitosas, construyendo un espacio de aparición que excluye o denuncia como "invasores" a quienes no se ajustan al modelo ideal de ciudad y de país, evidenciando sus contradicciones y desigualdades.
También podemos inferir que, al ver vulnerado este proyecto ideal (una construcción simbólica fuertemente arraigada en el imaginario) parte de la población recurre, como manera de restablecer el orden, a la separación simbólica o material. Esto ocurre aún en Jujuy, donde la mayor parte de la población quedaría afuera de los requisitos del ciudadano ideal construido por el proyecto positivista, y donde la misma ciudad y hasta la región en su conjunto han sido muy recientemente considerados "inviables" por un proyecto de país igualmente excluyente.
Bibliografía
movimiento. Vendedores ambulantes y feriantes en San Salvador de Jujuy", en Encuentro de fin de siglo. Latinoamérica: Utopías, realidades y proyectos, Salta, Ed. U.N.Sa., 1999.
en la prensa gráfica jujeña. 1943/1998", en Ponencias III ENDICOM – EMPECOM, Río Cuarto, Ed. UNRC, 1999.
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ABSTRACT
VISIBLES E INVISIBLES.
Periodistas, ciudadanos y cartógrafos en la construcción simbólica
de San Salvador de Jujuy
Alejandra García Vargas
CONICET-ICSH / UNJu-FHyCS
Esta ponencia propone compartir las primeras tareas de análisis sobre parte el material que constituye el corpus de la investigación "Los ríos Grande y Chico en San Salvador de Jujuy: permeabilidad social y aislamiento". En ese proyecto, indago la posibilidad de que los habitantes de la capital jujeña representen/interpreten a los ríos que la atraviesan como límites sociales cuya diferente permeabilidad se relaciona con la memoria histórica y política de la ciudad, y se construye desde la cotidianeidad,
A partir de la concepción foucaultiana de documentos, se busca dar cuenta de las diferencias en las formas en que se construye discursivamente a la ciudad de San Salvador de Jujuy, sus ríos y sus puentes, qué carácter adquiere la interrelación social entre los actores que habitan entre los ríos y los que moran fuera de ellos, cómo se valoran las diferencias, y cómo se construye y se valora la inscripción de la interrelación y las diferencias en el espacio público.
Para este encuentro, se realiza una primera lectura descriptiva de entrevistas a ciudadanos y medios masivos, y una presentación de cartografía elaborada a partir de la "semiotización" de mapas urbanos y turísticos, entendida como valoración de las formas de representación de las distintas áreas y de la señalización de características urbanas realizadas por los propios entrevistados y por la prensa gráfica.