«Gente»
Gente sin paseo
descansa al amor de un café,
luciendo sus corbatas
y sus sonrisa
más puras, o, quizás
más oscuras.
Mil vidas se esconden en el bullicio.
Subidas en escaleras sin peldaños
esperando las marcas
de amarillo y ocre en sus tazas,
hormigas colmenando. |
«Cristales»
Unas trenzas,
preguntando a unos cristales,
¿qué llevar?
Unos ojos,
perdidos en miopías,
¿qué llevar?
Unas manos,
inertes, quietas,
el bolso de no gastar. |
«Padre y Madre»
En brazo de hombre
protegen sus ilusiones.
En sonrisa de mujer
besan los juncos.
Pero eso, eso..
eso no lo encuentran.
No es el sitio de buscar
los juncos perdidos.
Un padre y una madre
paseaban encarnando
papeles que alguién les dió. |
«Paseos de hojas muertas»
Paseos de hojas muertas
Que están llenos
De tanta vida.
No es el mar de los sueños
El que tan lejos llega
Y, bien tranquilo,
El viento rezuma.
A cambio de se un luchador
De aquello que nunca muere…
…¿ahora vienes con tu canto?
No, no es el mar de los sueños,
Ni las paredes de hojas muertas,
Ni los paseos llenos de vida,
Ya que, bien tranquilo,
hoy rezuma. |
«Una Sonrisa»
Una sonrisa
de felicidad sin piezas,
busca revalorizada
el puzzle de la fecundidad.
Un valor,
sin hogar,
mancha de tinta
este olor de sociedad.
Sin cantar ni mentir,
vicecersa de rachas,
con escapes de moralidad.
El ruido, si, el ruido,
camuflaje universal
del mundo cobarde,
distraido en su longevidad. |
«Los Caballeros de la Mesa Redonda»
Se levanta la sesión,
loa caballeros de la Mesa,
corbatas en alza,
levantan sus manos
intentando canjear sus bulas
por el servicio recibido.
Los caballeros de la Mesa Redonda
charlan y hablan
o, ¿quizás malgastan?,
o ganan, pero…
siempre caballeros
y siempre de mesa. |