El Pozo
de Jesús Calle y José Luís Matienzo
Estrenado el 19 de junio de 2008 en el Teatro Buero Vallejo de Guadalajara
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Fotos del estreno
19-junio-2008
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VIDEOS
El Pozo
Estreno el 19-junio-2008 en el Teatro Buero Vallejo (Guadalajara)
VIDEOS
Estreno (Teatro Buero Vallejo, Guadalajara, 19-junio-2008) |
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Informativo de TeleArrica (18-junio-2008) |
Para vivir de verdad necesitamos viajar al interior de nosotros mismos: a nuestro pozo.
Este viaje nos invita a zambullirnos en sus refrescantes profundidades, para vivir insospechados encuentros.
Desde una realidad espacio-temporal ajena solo aparentemente a nuestro mundo, una trouppe de extraños y mágicos seres salen a nuestro encuentro para hacernos entrega de un obsequio, un regalo, un don.
Las dificultades que encuentran para lograr transmitir su singular mensaje se superarán gracias a nuestra ayuda y a la de los extraños habitantes de el pozo, quienes entre luces, proyecciones multimedia, vuelos acrobáticos y hermosas voces conseguirán guiarnos de la mano hasta el centro de la luz.
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Desde una realidad espacio-temporal ajena solo aparentemente a nuestro mundo, una troupe de extraños y mágicos seres salen a nuestro encuentro para hacernos entrega de un obsequio, un regalo, un don.
Las dificultades que encuentran para lograr transmitir su singular mensaje se superarán gracias a nuestra ayuda y a la de los extraños habitantes de el pozo, quienes entre luces, proyecciones multimedia, vuelos acrobáticos y hermosas voces conseguirán guiarnos de la mano hasta el centro de la luz.
Dorian obsesionado por la arruga que afea su retrato; Lord Henry que dilapida su tiempo, honra y fortuna con banales pasatiempos y Sybil enamorada de un imposible, dan forma a la realidad que Vitork, el líder de nuestro nutrido pelotón de faunos, pone de ejemplo a evitar para construir un mundo que nos merecemos.
Un mundo mejor que nos aguarda más allá de: el pozo.
DURACIÓN
65 Minutos aproximadamente.
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Actor |
Personaje |
| VITORK | Ricardo Almagro |
| FAUNO 1 | Kiko Miralles |
| FAUNO 2 | Verónica Belinchón |
| SIBIYL | Yolanda Caballero |
| DORIAN | Pablo Torello |
| LORD HENRY | José Luís Matienzo |
EQUIPO ARTÍSTICO
VESTUARIO Y CARACTERIZACIÓN: Animacompany.
COREOGRAFÍA: Juan D. Rua
COMPOSICIÓN MUSICAL: Nancy Rodríguez, Javier Quílez
ACROBACIAS: Acrodance
DIRECCIÓN: José Luís Matienzo
Equipo Técnico
ILUMINACIÓN & SONIDO: José Luis Matienzo - Escarramán Teatro
VIDEOCREACIÓN: Chema de Pascual
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: animacompany y Think-Out Comunications
DIRECCIÓN TÉCNICA : Jesús Calle
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Escenario
Mínimo: 9 * 5 * 4 m
(ancho, fondo, alto)
Preferente: 14 * 8 * 6 m
Electricidad
Mínimo: 15.000 w
Preferente: 40.000 w trifásica
Tiempo de montaje: 4'5 horas
Tiempo de desmontaje: 1 hora
Personal necesario (negociable): 2 mozos de carga y descarga, eléctrico
Radio
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Punto Radio Protagonistas 19 junio 2008
http://www.goear.com/listen.php?v=eb59bf7 28 minutos |
SER FM 17 junio 2008 http://www.goear.com/listen.php?v=7f641af 12 minutos |
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COPE 19 junio 2008
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Rafael González
La calle Mayor (Alcalá de Henares) 20-06-2008
Compañía: Escarramán Teatro
Lugar de representación: Teatro Buero Vallejo de Guadalajara
Fecha: 19 de junio de 2008
A modo de sentencia rotunda, un actor metido a actor, otra
‘originalísima’ pirueta metateatral, le suelta a la mujer que le dirige: “El
teatro siempre es pretencioso”. La escena pertenece a ‘Pretextos’, largometraje
que acaba de sacar al ruedo otra intérprete, la arrugada Silvia Munt, como una
especie de ejercicio catártico. Disección entre bambalinas de ese cruce de egos
y ambiciones que dibujan tantas veces las artes escénicas. ‘El pozo’, una
performance escorada hacia el factor audiovisual y la expresión corporal escrita
por el dramaturgo argentino Eduardo Recabarren, coquetea con el concepto al que
aludía el actor. Sorprende de inicio la apuesta de Escarramán Teatro por un
formato de estas condiciones. La compañía madrileña se ha caracterizado a lo
largo de su trayectoria por exprimir un teatro determinado, el del Siglo de Oro,
un contexto que domina y maneja impulsado por los conocimientos de José Luis
Matienzo. El giro ha sido radical. ‘El pozo’ explota a la cara una única idea:
la deformación de la sociedad contemporánea, una posada de decrepitud e ideales
vacíos. La lanza a la cara del espectador, que debe digerirla con la ayuda de
los elementos visuales que la adornan con eficacia. Teatro de denuncia que
supera los límites de lo concreto para inmiscuirse en detalles globales.
Pretencioso, efectivamente. Teatro, en definitiva.
Hay un riesgo, evidentemente, de que haya personas que no comulguen o entiendan
la propuesta, de proyección minoritaria en todo caso. Pasa lo mismo en los
geniales arrebatos irreverentes de Rodrigo García y en la manifiesta fobia
social de Angélica Lidell, dos de los grandes del género. En vez de desnudar la
escena, Escarramán ha elegido envolverla con una estética atractiva.
Videocreación, una manejable bola gigante y unas coreografías dinámicas
construyen una atmósfera sugerente, a falta de arreglar ciertos detalles
técnicos y apuntalar el epílogo. La estética gana fuerza en detrimento del
contenido.
Cuando se manejan ideas como las lanzadas en ‘El pozo’ corren el riesgo de
desequilibrarse del lado del tópico, por lo que el discurso se estrecha. Ya el
arranque demuestra esa importancia del andamiaje ambiental. Mientras uno de los
protagonistas formula, voz grave y rotunda, toda una declaración de principios,
dos seres se contorsionan entre la platea emitiendo ruidos inhumanos. Así, en
medio de una atmósfera oscura y pesimista se desata un relato que se mueve en
diferentes planos para levantar una misma tesis. La ley del antiteatro, puesto
que lo que se expone rompe todo los convencionalismos escénicos. ‘El pozo’ se
conforma como la sucesión de pequeños cuadros que hilan una fórmula no
narrativa. En cuanto el soliloquio desgastado se apodera del texto pierde un
potencial que recupera al instante cuando la parte física, enlazada por Verónica
Belinchón y Kiko Miralles, sale a flote.
Escarramán ha demostrado que entre el teatro del Siglo de Oro y el de denuncia,
tan pegado al siglo XXI, hay un precipicio que se puede saltar si se conocen las
consecuencias que tendrá un cambio tan radical de método de trabajo, proyección
y alcance. Con sus dificultades, la compañía ha activado un –valiente-
acercamiento a un teatro diferente y de mayor riesgo, realizado con oficio,
difícil de clasificar y sometido a un simbolismo reiterativo. Ahora sólo falta
comprobar si Escarramán seguirá cultivando esta línea o la aparcará para
regresar definitivamente a un terreno que ya domina sin mayores problemas.
Guadalajara 2000 23-06-2008
La Compañía Escarramán Teatro presentó en Guadalajara su nueva obra,
“El pozo”, una propuesta con textos reivindicativos y recriminatorios
Por LAURA RINCÓN
No es lo que se podría esperar de una compañía como Escarramán, que casi siempre ofrece buenas e interesantes propuestas de teatro clásico. En este caso, el giro es de 180 grados. “El pozo” es el resultado de adaptar para la escena textos de Eduardo Recabarren, críticos, ácidos, reivindicativos y recriminatorios. “Buscáis comunicaros, pero habéis construido una sociedad de la incomunicación”, “es horrible la ignorancia del mundo”, “siempre hay algo que comprar con tal de no encontrarse a sí mismo”... Son algunas de las críticas vertidas por estos personajes que golpean en la conciencia del espectador.
Dos personajes, paradoja de la riqueza y lo superfluo; otra, de la locura y la esclavitud a la estética, van ofreciendo –de forma magistral, todos los actores bordaron sus papeles– situaciones en las que el peor parado es el ser humano y en lo que se está convirtiendo. Los faunos y Vitork tratan de restacarlos, de despertarlos, de animarlos, pero, a pesar del final abrupto –el público no sabía si se había acabado y tenía que aplaudir–, no queda claro si lo han conseguido o no, más bien, parece que han fracasado en su intento.
Interesante la obra, inapropiado público
La propuesta de José Luis Matienzo, director y encargado de adaptar el guión, ofrecía su estreno nacional el jueves en el Teatro Buero Vallejo de la capital. Obra interesante, a medio camino entre la performance y el teatro conceptual, apoyándose, en ocasiones, en elementos audiovisuales y coreografías acrobáticas.
Precisamente, los vídeos se mostraban en los elementos de la escenografía, que jugaba con la verticalidad y lo esférico, creando un efecto interesante, bastante bueno, porque la iluminación contribuía a crear el efecto deprimente y oscuro que es el interior de las personas. El único fallo fue que se veía el texto “dentro vídeo”, rompiendo la magia y recordándonos que estábamos en un teatro.
Algo que, en Guadalajara, parece que nos empeñamos en no olvidar. De nuevo el público no estuvo a la altura de la representación: hablando más alto que los actores, haciendo todo tipo de ruidos y olvidándose, una vez más, de apagar el móvil o dejarlo en silencio –si es que no puede vivir sin él durante una hora que es lo que duró la función–.
El Pozo’, las reflexiones humanas que unen el teatro y el ‘performance’ en la capital
Por MAR GATO.
Inspiraciones
Los textos del dramaturgo y actor argentino Eduardo Recabarren son la base de El Pozo, un viaje al interior de nosotros mismos, una invitación a zambullirnos en misteriosas profundidades para vivir insospechados encuentros con seres mitológicos a modo de El laberinto del fauno, la película oscarizada del director mexicano Guillermo del Toro. Su razón de ser no es otra que despertar en el espectador esa inquietud que le lleve a considerar y reflexionar sobre la figura del ser humano dentro esta sociedad imperante que nos rodea.
El Pozo estreno en el Teatro Buero Vallejo Guadalajara
La Guía Guadalajara 19/6/2008
Desde una realidad espacio-temporal ajena solo aparentemente a nuestro mundo, una troupe de extraños y mágicos seres salen a nuestro encuentro para hacernos entrega de un obsequio, un regalo, un don. El Pozo estreno en el Teatro Buero Vallejo Guadalajara el jueves 19 de junio a las 20:30 horas. Entrada: 10 y 7 € (Espectáculo con descuento)
Las dificultades que encuentran para lograr transmitir su singular mensaje se superarán gracias a nuestra ayuda y a la de los extraños habitantes de el pozo, quienes entre luces, proyecciones multimedia, vuelos acrobáticos y hermosas voces conseguirán guiarnos de la mano hasta el centro de la luz. Para vivir de verdad necesitamos viajar al interior de nosotros mismos: a nuestro pozo. Este viaje nos invita a zambullirnos en sus refrescantes profundidades, para vivir insospechados encuentros.
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