Tzav
(Ordena)
"Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo, y seguiréis todos los caminos que yo os ordene."
Parashá: Levítico 6,1 - 8,36
Haftará: Jeremías 7,21 - 8,3 . 9,22-23
Esta vez no tengo la intención de comentar la parashá Tzav, sino su haftará. Hay una relación muy estrecha entre los dos textos que nos ayudará en gran manera a comprender el verdadero significado de la parashá. Este año, la lectura de la parashá Tzav cae justo en el Gran Shabat, que precede a la Pascua, y en esta ocasión substituimos la haftará normal por otra. Pero trataremos de la haftará ordinaria.
Tsav, que sigue el tema de Vayikrá, continua la legislación sobre los sacrificios. El culto sacrificial tiene reservado un sitio muy grande en el conjunto del servicio divino, al menos cuando el Templo existía. En todos los tiempos, los textos que prescriben los sacrificios como los que prescriben su práctica, suscitaron graves errores, que consistían en conferir la importancia al culto divino al hecho del sacrificio mismo y no a la intención de la que procede.
Así, cuando se asocian a las diferentes partes de la Torá los textos proféticos de la haftará, se completa la parashá Tsav con un texto de Jeremías que da el verdadero significado a la cuestión de los sacrificios. He aquí como se expresa el profeta en su capítulo 7: "Así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne." (Se trata de los sacrificios de ofrenda que contrariamente a los holocaustos debía ser quemados sobre el altar, aunque solo parcialmente, y el resto debía ser comido. La ingesta formaba parte de la ceremonia de sacrificio.)
El profeta, expresando en el nombre de Dios, habla con menosprecio de los sacrificios (Jr 7, 21-24): "Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto. Mas esto les mandé diciendo: 'Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os mande para que os vaya bien.' Y no oyeron ni inclinaron su oído; etc..." Siguiendo su propósito, Jeremías enumera las transgresiones cometidas: "Robo, asesinato, fornicación, etc..."
A primera vista, son una extrañas palabras. En efecto, cuando evocamos la salida de Egipto, normalmente pensamos en el periodo de cuarenta años pasados en el desierto en el curso de los cuales el pueblo de Israel recibió la Torá. O bien, las prescripciones concernientes a los holocaustos y sacrificios que tenían un importante espacio. He subrayado en los capítulos precedentes la gran importancia que la Torá da al Santuario. Jeremías lo sabía tan bien como nosotros. Entonces, ¿qué quiere decir cuando, hablando en nombre de Dios, declara: "Así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel:...nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto."?
Debemos entender esta expresión "el día que los saqué de la tierra de Egipto" al pie de la letra o Yo los he hecho salir de Egipto. De hecho, no es en ese momento cuando fue dada a Israel la ley sobre los sacrificios. Como máximo se habla del sacrificio pascual, pero la pascua de Egipto no fue en ningún caso un sacrificio. En ese momento nada fue sacrificado a Dios. Solo se trata de una cena familiar destinada a simbolizar la liberación. Las leyes sobre los sacrificios realmente fueron proclamadas más tarde, cuando Israel marchaba por el desierto.
Entonces, es verdad que "nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto." Pero el profeta añade que les había ordenado alguna cosa: "Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os mande." Pero si esto se refiere al día preciso de la salida de Egipto, no se puede afirmar que Israel recibiera entonces la consigna de seguir "todo camino que os mande."
Entonces ¿qué es lo que fue ordenado en ese momento? ¿Qué es lo que quiere decir Jeremías cuando, hablando en nombre de Dios, les declara haber dado algo esencial en aquel momento preciso? Por sí solo, el capítulo de la salida de Egipto no nos da la respuesta.
La explicación la encontramos más allá, en el mismo Jeremías, en el capítulo 34. El problema que trata en este pasaje constituye una de las enseñanzas más profundas de la historia y de la fe de Israel. Es el de la liberación de los esclavos después del séptimo año. En tiempos del rey Sedecías, los hombres cometieron un grave pecado. Ciertamente liberaron a los esclavos, pero después de que los liberaran los volvieron a esclavizar. Es acto seguido que Jeremías profetiza la destrucción de Jerusalén, del rey y del pueblo; es una de las profecías más duras y terribles que pronunció el profeta de la destrucción.
Jeremías empieza por estas palabras (Jr 34,13): "Así dice el Eterno, Dios de Israel:..." No creo que el uso de las mismas palabras que unos años antes hablando sobre los sacrificios sea una simple cuestión de coincidencia. La profecía empezaba: "Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne." Leemos en este nuevo pasaje: "Así habla el Eterno, Dios de Israel: Yo hice un pacto con vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre diciendo. Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; le servirá seis años, y lo enviará libre." (Jr 34,13-14)
Jeremías nos dice algo que la Torá no menciona. el mismo día en que Dios liberó a Israel de Egipto, ordenó liberar a los esclavos al séptimo año. La cosa que os había ordenado el día en que os saqué de Egipto -junto "seré a vosotros por Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os mande."- es la liberación de los esclavos. Esta es la trasgresión de este precepto que entraña la profecía de la destrucción total.
Aquí aprendemos que los sacrificios no son lo esencial en el servicio divino, no son más que el símbolo del servicio divino que cumple el pueblo que respeta su alianza. Esta alianza no consiste en holocaustos ni en sacrificios sino en la liberación de los esclavos.
***
Haremos ahora una breve explicación sobre un versículo de nuestra parashá. La última cuestión de la que trata es la preparación de Aarón y sus hijos, su instrucción para ocupar la función de sacerdotes: "Toma a Aarón y a sus hijos con él..." (Lv 8,2) Los comentaristas se preguntan sobre la redundancia de la expresión "sus hijos con él." Sabemos que el sacerdocio es una función hereditaria. Si Aarón era consagrado para la función de sacerdote, sus hijos heredarían la misma función. En nuestros días, aún existen judíos que se remontan a este origen y que se les llama Cohen (sacerdote).
El midrash aporta a este propósito un comentario muy interesante. El sacerdocio que se confiere a Aarón es efectivamente la herencia de sus hijos, y que no tiene equivalente en la Torá. La Torá no se transmite por herencia. Cada generación tiene el deber de estudiarla por su propia cuenta, no se hereda de los padres. Los hijos de Moisés no siguieron la misión de su padre. Fueron unos judíos como los otros. Los hijos del gran sacerdote Elías, no solo no heredaron el sacerdocio, sino que se deja muy claro que se apartaron del camino recto y se descalificaron. También se aplica a Samuel y sus hijos, de los cuales ninguno heredó el don de la profecía de su padre, ni su rol de dirigente, ni tampoco siguieron el camino de su padre.
Dicho de otra forma, los valores superiores de la fe y el culto de Dios no se transmiten por herencia. Ni Moisés, ni el Gran sacerdote Elías, ni Samuel tuvieron el privilegio de transmitirlos a sus hijos. Solo hay una excepción - el sacerdocio conferido a Aarón fue transmitido por herencia a sus hijos. Es por esto por lo que la Torá cree necesario insistir sobre este punto: "Tomó a Aarón y a sus hijos... y reunió a toda la comunidad ante la entra de la tienda de reunión..." He aquí la riqueza de esta enseñanza para todas las generaciones.
Volver al índice de parashiot Volver a la página principal de Jinuj