El Shabat
y su observancia en la actualidad
Dr Ira Eisestein The Sabbath; Judaism Pamphlet Series. Ed B’nai Berith Org. 1961.
Trad. J. Gendra - M. Frau
La importancia del Shabat en la tradición judía
En la Biblia los Diez Mandamientos hacen una referencia a una sola observancia y es ésta: "Recuerda el Sábado para santificarlo." El precepto del Shabat está seguido por el honrar a los padres, la prohibición del asesinato, el robo, el adulterio y el falso testimonio. Se llama al Shabat símbolo del pacto entre Dios e Israel; el símbolo, en otras palabras, de la dedicación del pueblo judío a su propósito histórico de traer la perfección al mundo (el reino de Dios).
Se dice que el Shabat es el responsable del desarrollo de la sinagoga como institución. Es en ese lugar donde la gente se reúne para oír la lectura de la Torá y los Profetas. Incluso durante el tiempo de la siega los granjeros judíos respetan el Shabat y van a la sinagoga.
En la época del Templo se preparaba la Menorá y se volvía a encender para el Shabat, y era costumbre que cada Shabat se dispusieran doce panes. Durante el exilio en Babilonia, el Shabat era el momento durante el cual los judíos podían ir a visitar al profeta para inspirarse y renovar sus fuerzas.
El Shabat era un día tan sagrado que durante la época de Antíoco IV los judíos fueron martirizados a miles por no querer profanar ese día. Sólo cuando se hizo patente la posibilidad de que podían ser destruidos completamente, se permitió la auto-defensa en Shabat.
Los rabinos de antaño recogieron la siguiente leyenda. Dos ángeles, uno bueno y otro malo acompañan a cada judío cada Sábado hasta su casa. Cuando llega y encuentra las velas encendidas y la casa lista para el Shabat el ángel bueno bendice la casa diciendo: "Que esta casa siempre esté llena de alegría." Y el ángel malo responde de mala gana: "Amén." Pero si en la casa se ha ignorado la llegada del Shabat, entonces el ángel malo dice: "Que esta casa no conozca jamás la alegría del Shabat." Y el ángel bueno llora y responde a su pesar: "Amén."
Durante siglos los padres de familia han bendecido a sus hijos la noche del Viernes. Se puede invitar también a la casa a viajeros, sentarlos a la mesa de la cena, cantar zemirot -canciones de Shabat. En el siglo XVI, en Safed (Israel) los hombres solían salir a los campos cantando canciones de bienvenida a la "reina" Shabat. Algunas veces se referían a ella como la "novia" Shabat.
Aquí reflejamos algunas de las afirmaciones hechas por nuestros Sabios concernientes a la importancia del Shabat:
"El Santo -bendito sea- dijo a Israel: Si guardas el Shabat lo consideraré como si hubieras guardado todos los preceptos de la Torá. Pero si profanas el Shabat, lo consideraré como si hubieras profanado todos los preceptos de la Torá, ya que está escrito Que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal (Is 56,2) ExR 25,12
Rabí Yoajím dijo en nombre de Rabí Simeón bar Yojai: "Si los israelitas guardaran dos Shabats de la forma en que la Ley lo prescribe, serían redimidos inmediatamente (del exilio) ya que la Escritura dice de aquellos que guardan el Shabat Yo los llevaré a mi monte santo (Is 56,7) TB, Shabat 119a
Jerusalén fue destruida porqué se profanó el Shabat en ella TB, Shabat 119a
Cómo debe observarse el Shabat
Durante el primer siglo de nuestra era la entrada del Shabat era anunciada por seis toques de Shofar. El primero era la señal para que los granjeros terminaran su trabajo y volvieran a sus casas; el segundo indicaba a los mercaderes que debían cerrar sus negocios; el tercero, para que las mujeres encendieran las velas; y los tres últimos anunciaban la puesta del sol y la llegada del Shabat.
En casa se coloca un mantel blanco sobre la mesa simbolizando el maná, con el que se alimentaban los israelitas en el desierto durante su viaje a la tierra prometida y del que siempre, cada Viernes, caía doble ración (para que la gente no tuviera que salir fuera y recoger la comida en Shabat.) De acuerdo con la tradición el maná era blanco.
Se encienden velas para indicar que el Shabat es un día de alegría y fiesta. También nos recuerdan la Menorá del Templo.
Se dice kidush sobre el vino, porqué la cena de Shabat es una cena festiva y siempre debe haber vino en una comida festiva.
Se come un pan especial llamado jalá (pl. jalót) diferenciando este día de los otros días en los que se come pan normal. Se ponen dos hogazas de pan simbolizando la doble porción de maná que siempre caía en Viernes para que la gente no tuviera que salir fuera y recoger su comida en Shabat.
También se cree que las dos velas y las dos hogazas simbolizan la doble referencia del Shabat que se hace en la Biblia. Los mandamientos de Éxodo dicen Recordar, mientras que los del Dt dicen Observar el Shabat.
En Shabat se dan a conocer los eventos importantes de la vida de la gente: es el momento en el que se comunican oficialmente los nacimientos, casamientos y defunciones, así como las mayorías de edad (bar mitsvá). Al niño se le impone el nombre en la sinagoga en Sábado. En el Sábado anterior a la celebración del matrimonio, el novio es llamado a leer la Torá.
Cuando una persona se recobra de una enfermedad va a la sinagoga y recita una oración especial dando gracias a Dios por haber escapado del peligro. Cuando un doliente va a la sinagoga por primera vez después de la muerte, la congregación se pone en pie cuando entra.
Y cuando está a punto de terminarse el Shabat, se recita la havdalá, declarando la separación de este día sagrado de los días laborales de la semana. Se enciende una vela simbolizando la luz que fue la primera cosa creada. Se huelen las especies para renovar las fuerzas a la persona con la marcha del "alma extra" con la que toda persona es agraciada en Shabat.
El Shabat es santificado mediante el estudio, las buenas comidas, el vestir ropas bonitas y el descanso. Todas y cada una de las restricciones sobre el trabajo están orientadas a asegurar un completo descanso tanto para el cuerpo como para la mente.
El famoso filósofo moderno Ajad Haam escribió: "Más de lo que Israel ha guardado el Shabat, el Shabat ha guardado a Israel."
¿Qué significaba el Shabat para nuestros antepasados?
Nos podemos preguntar: ¿Qué significaba el Shabat para nuestros antepasados para que lo elevaran a un nivel tan alto de santidad?¿Qué es lo que tenían en mente?
En primer lugar, -como ya hemos dicho- era un "signo de la alianza" tal como lo encontramos escrito: Y los hijos de Israel guardarán el Shabat para observar el Shabat durante sus generaciones, para pacto perpétuo. Es un signo entre Yo y los hijos de Israel...
¿Qué es un pacto, una alianza? y ¿cuál es la particular alianza que sienten los judíos haber hecho con Dios? Una alianza es un acuerdo, un contrato sagrado en el que ambas partes se comprometen a hacer algo la una por la otra. En la tradición judía la alianza entre Dios e Israel fue hecha originalmente por Abraham, y luego fue renovada una y otra vez -hasta el monte Sinaí, bajo Moisés; en Jerusalén, bajo el rey Josías, y después bajo Nehemías- por la cual Israel pasaba a poseer la Torá y la tierra de Israel, e Israel debería vivir los preceptos contenidos en la Torá.
De esta forma , el pueblo judío expresó su fuerte creencia en que ninguna nación tenía derecho, de forma automática, a las bendiciones de la tierra ni a la civilización, que debe ganarse, para vivir en paz y prosperidad. Para los judíos, este derecho debe desprenderse de la Adhesión a la Ley de Dios, que está contenida en la Torá.
De esta forma la idea de alianza siempre estuvo en el centro de la existencia judía. Los profetas enseñaron que la alianza nunca podía romperse. En otras palabras, durante todo el tiempo que viviera el pueblo judío, siempre la alianza era llamada a vivir más allá de su propia supervivencia. Los judíos deberían dedicarse a enseñar la justicia y la paz al mundo a través de su propio ejemplo.
El Shabbat, entonces, ocupó una posición central en los ideales y aspiraciones judías. Por esta razón el profeta predijo el tiempo cuando De día de reposo en día de reposo vendrán todos a adorar delante de mí (Is 66,23). En la época mesiánica, el tiempo del mundo perfecto en el futuro, la humanidad gozará del Shabbat de la Historia, el cumplimiento de todos los sueños de crear un mundo bueno y pacífico.
Símbolo de la vida de bondad
Esto nos lleva a la segunda razón por la que el Shabbat es considerado sagrado. Para los judíos fue el símbolo del tipo de vida al que aspiraba la gente. Cada nación, cada cultura tiene su idea de cómo debe ser vivida la vida, una imagen mental del mundo ideal. Algunas personas se o imaginan con ángeles volando y cantando himnos; otros piensan que el "cielo" será un lugar lleno de "vino, mujeres y música."
Nuestros antepasados pensaron en un ideal de vida en el que la gente pudiera disfrutar los siete días de la semana lo que ahora disfrutamos solo el Sábado: el descanso de la árdua labor, tiempo para estudiar, rezar y meditar, ocasiones para visitar familiares y amigos, vestir ropas bonitas y comer bien; y sobretodo la oportunidad de alejarnos de los problemas y las preocupaciones de los días de trabajo.
Nuestros antepasados nunca se apartaron de su objetivo, cada siete días vivían una especie de avance de cómo había de ser la vida ideal. En este día, hacia el que mira toda la semana, el judío, frecuentemente tratado con desprecio por sus vecinos no-judíos, se transformaba en un "príncipe". El famoso poeta, Heinrich Heine, escribió un poema titulado La princesa Shabbat. En él hablaba de la transformación que el Shabbat opera en el judío que era tratado "como un perro" durante toda la semana por el ignorante campesino europeo:
Mi canción es para un príncipe
maltratado por el destino
Su nombre es Israel, y un hechizo
trocó su apariencia en la de un perro...
Pero el viernes por la noche,
de repente,
al llegar la penumbra,
cede el encantamiento
y el perro vuelve de nuevo a ser hombre...
El Shabbat fue un refugio seguro para aquellos que sufrían este tipo de trato. ¡Los cielos tenían que ser una vida en la que el judío pudiera ser "humano" todo el tiempo!
Símbolo de esperanza
La tercera idea que los judíos siempre han asociado al Shabbat fue la idea de "Creatividad." Según la historia tradicional, Dios creó el mundo en seis días y descansó el séptimo para gozar de la obra maravillosa que había hecho. El Shabbat, por tanto, simboliza el clímax de la creación.
Pero en un sentido amplio, nuestros antepasados siempre creyeron que el mundo no fue completado en el principio. Había una labor que debía ser hecha por el hombre, con la ayuda de Dios, para transformarlo. De hecho, Dios mismo -dicen- "Renueva cada día la obra de la creación." Cada vez que el sol sale, y un nuevo día empieza, la labor de perfeccionar el mundo vuelve; y cada semana, en Sábado, nos detenemos y miramos el progreso que hemos hecho.
La idea de que la humanidad se mueve hacia adelante, un sublime objetivo, es una idea judía. Los griegos, por ejemplo, creían en el sino, o sea, creían que todo estaba determinado de antemano, decidido por avanzado, y que el hombre no tenía ninguna ayuda ante los dictados de este sino. No podía escaparse. No importaba cuán arduo fuera el intento de escapar del sino, éste determinaría el curso de su vida.
El judaísmo enseña que el hombre es libre para escoger entre el bien y el mal, y que si escoge el bien se convierte en un compañero de Dios "en la obra de la creación." Esto hace del individuo un verdadero ser humano. Lo eleva al status de dignidad. En virtud de su libertad, él es una persona y se gana el respeto. Todo esto está implícito en la idea de que Dios es creador y de que el hombre está hecho a imagen de Dios.
Qué diferente que aparece el mundo a aquellos que se han liberado del dictado del sino, y experimentan la emoción y el cambio de la "creatividad". Con qué fe es dotado el hombre cuando comprende que su destino está en sus propias manos. Los males que él vea a su alrededor no tendrán porqué suceder necesariamente. Las guerras, la pobreza, la enfermedad, el odio que estropea la vida de los hombres pueden ser reducidos, incluso abolidos, únicamente si el hombre reconoce que la creatividad es la ley del mundo de Dios.
No es extraño que las religiones derivadas del judaísmo, el cristianismo y el islam, hayan tomado la idea del Shabbat. Evidentemente, a fin de marcar su personalidad y diferenciarse del judaísmo, pasaron el Shabbat al Domingo (entre los cristianos) y al Viernes (entre los musulmanes.)
Ninguna otra cultura, excepto aquellos que nacieron de la tradición judía, nunca había tenido jamás un día de descanso.
Las naciones paganas nunca entendieron a los judíos. Creían que dedicar un día de cada siete al descanso, sin hacer ningún tipo de trabajo, era una tontería. Otros creían que los judíos eran vagos porque insistían en descansar un día de cada siete. Sea como fuere, los judíos fueron leales a su Shabbat. Para ellos no era sólo un día de descanso; era un símbolo de su alianza con Dios, de la era mesiánica que debía venir, de la participación del hombre en traer "el cielo nuevo y la tierra nueva."
Los problemas de observancia del Shabbat en nuestro tiempo
Ahora se plantea la cuestión: Si el Shabbat ha significado tanto para los judíos de todos los tiempos, y ha simbolizado valores morales y religiosos tan importantes ¿por qué muchos judíos hoy en día en los Estados Unidos negligen el Shabbat?¿Por qué este período, que va desde el atardecer del Viernes hasta el del Sábado, se ha convertido en "un día normal" para ellos?
La respuesta se encuentra en los cambios radicales que han tenido lugar en el pensamiento y en los problemas de la vida de los tiempos modernos. Antiguamente, los judíos contemplaban el Shabat como un día separado por Dios, para ser observado y honorado porque en él "descansó de todo el trabajo que había hecho." En el libro bíblico de Deuteronomio, se ordenó a Israel que observara el Shabbat para que recuerden que fueron esclavos en Egipto y para ser inspirados por el Shabbat para actuar con justicia para con sus trabajadores, dándoles un día de descanso. De esta forma, en la tradición, el Shabbat fue visto como un don de Dios y su observancia ordenada por Dios.
Los judíos ortodoxos continúan considerando el Shabbat como un don de Dios, y sus observancias como ordenadas por Dios mismo. Para ellos, pues, el Shabbat no es un problema, excepto por el hecho de que guardar el Shabbat les implica un gran número de sacrificios personales en comparación con los que hubieran tenido que hacer en tiempos antiguos. Como judíos ortodoxos no se asustan ante tales sacrificios, sino que, al contrario, reciben gustosos cualquier oportunidad para santificar el nombre de Dios.
Obviamente este librito no está escrito para ellos. Está dirigido a aquellos jóvenes judíos que no son ortodoxos, que no ven posible aceptar la visión tradicional de la Biblia, que ven el Shabbat como uno de los logros más grandes de la experiencia judía -como un desarrollo histórico que nació en los tiempos antiguos y ha llegado hasta hoy. Para algunos funciona como una costumbre, para otros como una tradición sagrada -pero no como una orden sagrada.
Esta actitud no ortodoxa hacia el Shabbat se origina en un cambio general de actitud hacia la Torá. Es un producto de la educación moderna en la historia y en la ciencia, lo que ha minado la creencia en la verdad literal del texto bíblico. Esto no significa que aquellos que se acogen a esto dejen de ser judíos. Significa que deben encontrar nuevos significados y propósitos en el Shabbat, y nuevas formas de observarlo, si encuentran en el Shabbat una fuente de inspiración.
Este cambio de visión puede ser entendido como un cambio intelectual. Pero los cambios en el estilo de vida también han jugado un papel importante. Cuando los judíos vivían, por ejemplo, en pequeños pueblos en Europa, no tenían que enfrentarse a los cambios de una cultura dinámica exterior. La comunidad judía estaba auto-contenida. En Shabbat todo el mundo dejaba de trabajar, todo el mundo santificaba ese día. Uno no podía gastar su dinero porque las tiendas estaban cerradas. Uno no podía viajar en Shabbat porque no había transporte público.
Cuando los judíos llegaron a EEUU (especialmente aquellos que provenían de países del este de Europa) se encontraron por primera vez en medio de una comunidad que crecía, se expandía, de la que ellos solo formaban una pequeña parte. Todos a su alrededor iban en Sábado a sus negocios ya que para ellos no era Shabbat. En Domingo, evidentemente, las oficinas y los negocios estaban cerrados, pero esto no era Shabbat para los judíos.
Además, los judíos se enfrentaban con el problema de echar raíces en el nuevo mundo. Llegaron como extranjeros, sin conocer el idioma, la forma de vida norteamericana no les era familiar, y ya que eran virtualmente pobres tuvieron que arremangarse y trabajar muy duro. Con frecuencia tenían que ahorrar dinero para comprar pasajes a América para sus familiares que se habían quedado. Como resultado, muchos simplemente tuvieron que olvidar el Shabbat, así como fueron forzados a negligir otras tradiciones judías.
Las condiciones hoy son muy diferentes. Pero aunque es verdad que muchos judíos están en posición de abstenerse de trabajar en sábado, han perdido la práctica de dejar este día aparte para rezar, estudiar y relajarse. La semana de cinco días ha transformado el Sábado en el día de las compras, de ir al médico o al dentista, hacer clases de música, ir al cine, jugar al golf -y muchas otras actividades que obviamente no forman parte del Shabbat. Incluso los judíos que han hecho un esfuerzo especial para guardar el Shabbat ven como, debido a las condiciones cambiantes de nuestra forma de vida, surgen los conflictos. Por ejemplo, una familia judía que desee asistir a la sinagoga en Shabbat puede ser que viva muy lejos para ir andando. Si la familia quiere ir a los servicios de Shabbat deberá violar el Shabbat conduciendo.
Además, nuevos inventos como la luz eléctrica, la radio o la televisión, que nunca existieron en otros tiempos, se han convertido en una parte integral de nuestras vidas de gente moderna. Por una estricta interpretación de la ley rabínica, estos aparatos jamás pueden usados en Shabbat, pero los judíos americanos se preguntan si es posible, o incluso deseable, vivir en una América moderna de acuerdo a la estricta interpretación de la Ley.
Es verdad que, desde el punto de vista rabínico, el "trabajo" no está en relación directa con la cantidad de esfuerzo. Encender una vela o un fuego a partir de otro ya encendido está prohibido, a pesar de que sólo requiere un pequeño esfuerzo. En casa se puede mover un gran y pesado mueble, a pesar de que algo más ligero no puede ser movido en un espacio público. Sea como fuere, muchos judíos no pueden hacer nada, salvo pensar: sean cuales sean las razones para la interpretación rabínica de lo que es y lo que no es trabajo, el hecho es que hoy en día usamos muchas máquinas y aparatos que los antiguos rabinos ni siquiera podrían haber soñado - y es nuestra responsabilidad determinar si su uso viola el espíritu del Shabbat. El interruptor de la luz o el encendido de los coches es algo nuevo. Por eso muchos judíos creen que sería necesario redefinir qué significa trabajo en nuestra época.
Algunos intentos de solución
Para acomodar la vida judía al estilo de vida norteamericano se han introducido una serie de innovaciones. Uno de los primeros fue el del paso del Sábado al Domingo en la sinagoga (o Templo). La idea era hacer servicios cuando la gente generalmente está libre de sus obligaciones. Después de unos cuantos años, muchos templos reformistas han eliminado esta práctica, quizá porque más y más gente que forman sus comunidades provienen de ambientes tradicionales y están acostumbrados al Shabbat en Sábado. Más aún, los templos reformistas han visto que, a menos que exista auténtica motivación para ir a rezar, los hombres y las mujeres no aprovechan la oportunidad de asistir a los servicios, incluso cuando tienen la oportunidad de hacerlo. Duermen hasta tarde, o juegan al golf, o van a hacer encargos personales.
Otra innovación fue retrasar el servicio del Viernes, empezando a las ocho o algo más tarde, ya que muchas personas no llegan a casa antes de la puesta del sol del Viernes, no pueden ir al servicio de Kabalat Shabbat; y ya que están ocupados en sus negocios el Sábado, se espera este servicio responda a sus necesidades. Muchos Templos y sinagogas conservadoras han retrasado el servicio del Viernes.
Esto sólo ha tenido un éxito moderado. Para muchos judíos, la noche del Viernes es la noche de la Sinagoga o del Templo. Sin embargo, desafortunadamente, los conflictos continúan apareciendo. Mucha gente prefiere ir a fiestas o cenas los Viernes por la noche. Muchas escuelas tienen sus bailes los viernes por la noche. Los shows televisivos más populares tienen lugar en ese momento, y la gente joven ve en esa noche el mejor momento para salir. Como resultado, los rabinos han tenido que poner en práctica toda una serie de nuevas técnicas para atraer a la gente a los servicios, incluso haciendo sermones sobre películas y libros actuales. Es cierto que durante estos veinte años ha habido un incremento en la asistencia a los servicios religiosos, pero los judíos vamos detrás de nuestros vecinos cristianos en este aspecto. En las áreas suburbanas especialmente parece que las sinagogas tienen una mayor asistencia que en la ciudad, pero incluso ahí se invierte un cierto esfuerzo para conseguir un gran número de gente. Otra innovación ha sido el Oneg Shabbat (lit. la alegría del Shabbat). Éste toma un aspecto social con refrescos, canciones e incluso discusiones. Normalmente tiene lugar al finalizar el servicio del Viernes.
Para ajustar la ley del Shabbat a las condiciones modernas la mayoría de comités de la Ley Judía y otros grupos han interpretado la Ley judía para permitir conducir en Shabbat si el propósito es asistir a los servicios sinagogales. Otra decisión permite utilizar la electricidad en Shabbat. Sin embargo la ortodoxia, incluidos grandes autoridades rabínicas, se han posicionado en que esta halajá no puede ser sujeto de tal interpretación y no podemos interpretar la ley judía de una forma tan simple para sancionar lo que, de acuerdo a la ley religiosa judía, es una violación.
Ya que muchos judíos crecen en estos días en casas que no observan el Shabat, se les da la oportunidad de experimentarlo en campamentos de verano y institutos conducidos por grupos de jóvenes judíos. Ahí, lejos de las distracciones, y bajo la guía experta de los líderes, viven el Shabbat y pueden captar algo de su espíritu.
¿Qué pueden hacer los jóvenes?
No hay duda que hoy la gente joven encuentra un poco difícil observar el Shabbat de la forma tradicional. Es suficiente decir que la persona que observa el Shabat debe nadar contra corriente. Debe crear una atmósfera en medio de otra atmósfera. Y, lo peor de todo, ve que pocos de sus amigos están interesados lo suficiente en el Shabbat para hacer un esfuerzo para preservarlo.
Aún, si tomamos en serio las palabras de Ahad Haam, que el Shabbat ha mantenido a Israel vivo, debe hacerse un esfuerzo genuino en nuestro tiempo para revivir el Shabbat. No podemos depender de los días de las Altas Fiestas para mantener fresco el espíritu judío. No son suficientes las fiestas ocasionales. Ser judío significa hacer un hábito de ello; y los hábitos dependen de la frecuencia. No podemos, ni deseamos, vivir una vida judía que nos excluya de la vida americana; pero ciertamente hay suficiente tiempo y energía para ambos. Viviendo en las dos culturas enriquecemos ambas.
El primer requisito para un Shabbat moderno lleno de significado es desear vivir una vida judía llena de significado. Nadie tomará el problema para pensar a través de, y vivir por, un régimen o programa por el Shabbat a menos que haya resuelto el problema básico de ser judío. Si el espíritu carece de ello, todo carece de ello. Este espíritu sólo puede ser revivido si los jóvenes judíos americanos se dan cuenta de que están frente a una simple elección. Esta elección es ser o no ser judío. En este momento del siglo XX muchos creen que los judíos deben reconocer que la asimilación es tanto una filosofía cobarde como fútil. Procurar ser lo que no somos sólo puede llevarnos a la decepción, al conflicto y a la frustración.
Para cada minoría, particularmente para los judíos, renunciar a su religión y a su cultura para apaciguar a los sectarios es un gesto sin fruto. Y animar la absorción por la mayoría, eliminar las diferencias no consigue nada más que promover la conformidad, en una época en la que la democracia necesita diversidad e individualidad. No - la elección es ser o no ser judío; sino antes bien, escoger entre hacer algo hermoso, significativo y que de sentido al ser judío, o bien permitir que esta gran y preciosa herencia muera por negligencia.
Este es un tema que necesita una larga discusión; y quizá alguna vez se le de este gran tratamiento en alguna parte. Por el momento, mientras, está claro que si la juventud judía decidiera convertir el judaísmo en una fuerza poderosa en sus vidas, moldeando sus mentes y sus caracteres a la imagen de los Profetas y los Sabios de la antigüedad, ciertamente tendrían éxito. E igualmente está claro que si la juventud judía abriera su mente para poner el Shabbat en su vida podría hacerlo, y hacerlo de una forma que podría revivir el entusiasmo de sus antepasados. Este deseo, evidentemente, no puede ser creado artificialmente. Sólo puede surgir de la profunda creencia de que el Shabbat es necesario para preservar el Judaísmo, y valioso en la vida de los individuos en este tiempo de movimiento y cambio.
El segundo requisito es tener un grupo. Ser un judío con uno mismo puede ser una ocupación muy solitaria. Y aunque el judaísmo no sea algo para divertirse, tampoco excluye la diversión. (No crean que nuestros antepasados eran siempre solemnes. Se divertían mucho como judíos.) Por lo tanto, un grupo debe intentar hacer esto juntos. El aspecto social es algo vital.
Tercero, el programa para el Shabbat debe planearse de una forma que el espíritu del día pueda preservarse. Con esto quiero decir que el énfasis debe ponerse en las cosas que hay que hacer, más que en las que están prohibidas. En el análisis final, la cosa importante a considerar es lo que hacemos con nuestro tiempo, no lo que debemos abstenernos de hacer. La experiencia parece señalar que si se ocupa el día con el correcto tipo de actividades positivas, las cosas que no debemos hacer saldrán por sí mismas.
Cuarto, el programa para el día debe incluir ocasiones que nos conciencien de las tres grandes ideas asociadas con el Shabbat. Dicho de otro modo, podría ser una buena ocasión para responder a estas tres preguntas: a) ¿Cómo podemos contribuir a la justicia y a la paz? b) ¿Qué podemos hacer para vivir, durante este día, nuestro ideal de vida? c) ¿Qué podemos hacer para los otros y para nosotros mismos por el futuro de la raza humana, y para el pueblo judío?
En otras palabras, un grupo de jóvenes judíos podría planear pasar el Shabat juntos, intentando hacer actividades que abarquen los tres puntos mencionados. En nuestra opinión, en este periodo de veinticuatro horas debemos incluir lo siguiente:
Salvando una parte del Shabbat
Esto no quiere decir que a menos que observemos este día de una forma completa, no deberíamos intentar observar alguna parte. Esta actitud podría ser propia de aquellos que no comparten el punto de vista ortodoxo. Desde este punto de vista, "el que viola el Shabbat" lo ha destruido; y cualquier intento para mantenerlo intacto por una observancia parcial es inútil, de hecho, incluso hipócrita. La observancia parcial sería un esfuerzo para conducir a los otros a creer que, en realidad, la uno observa el Shabbat completamente.
No es fácil entender por qué muchas personas jóvenes se consideran como hipócritas si violan el Shabbat en parte de su tiempo, e intentan observar otra parte. Desde el punto de vista ortodoxo, su interpretación puede ser correcta. Pero desde el punto de vista del autor de este cuadernillo, no hay hipocresía, porque la idea que se presenta es que, en las condiciones de vida moderna, cuando intentamos vivir en dos culturas, como judíos y como americanos, no siempre es factible restringirse uno mismo a sólo a aquellas actividades que están en armonía con el Shabbat. Debemos hacerlo de la mejor forma que podamos, bajo determinadas circunstancias, y hacerlo lo mejor posible. Esta actitud necesita ser asumida también por los adultos. Muchos judíos, habiendo sido educados por padres estrictos, parece que piensan que si no pueden observar el Shabbat de una forma plena, la forma en que lo observaban sus padres, no existe otra forma de verlo. Como resultado, estos adultos han perdido la costumbre y el Shabbat se ha convertido en otro día más.
Los padres y otros adultos pueden verse tan ilusionados viendo a un grupo de jóvenes planeando observar el Shabbat, que ellos mismos podrían decidir santificar ese día también. La influencia de la gente joven sobre los mayores no ha sido apreciada suficientemente. En este día, la juventud judía podría hacer una contribución significativa para la renovación del Shabbat.
El Shabbat y la familia
Sin embargo, no podemos confinar la observancia del Shabbat al grupo de jóvenes judíos. Uno de los principales valores que el Shabbat puede preservar es la familia. En la forma de vida de nuestros días, las familias no tienen muchas oportunidades de estar juntos. Los vínculos de amor necesitan ser reforzados regularmente. Esto puede hacerse en un ambiente relajado en el hogar. Y, ya que la semana de cinco días se ha convertido en algo común, ahora el Shabbat puede ser observado por muchos padres que, años antes, no lo habrían observado.
Este mismo periodo de veinticuatro horas puede ser dedicado a la familia; puede ser un tiempo sagrado en el que no hay otras citas ni ocupaciones. Es entonces, cuando todos los miembros de la familia experimentan un tipo de unidad que deja una gran impresión sobre ellos, e influencia su felicidad y su carácter durante los años venideros. Pregunte a aquellos que tienen recuerdos del Shabbat en su casa, y ellos le contarán con orgullo qué hermosas eran esas horas.
Unas últimas palabras
Esta época ha sido llamada "la era de la ansiedad". Es un buen nombre para un tiempo en el que la mayoría de nosotros vamos a toda velocidad, preguntándonos si realmente habrá un futuro para toda la humanidad. En una época así, debemos planear de una forma inteligente el contrarrestar esta forma de vida, para infundir alegría, paz y esperanza, y también un sentido de responsabilidad moral para el mundo.
Este es un buen momento para recordar que el Shabbat puede convertirse otra vez en el símbolo de la alianza. Puede pautar nuestra vidas de una forma periódica, trayéndonos un sentido de santidad y de autodedicación. "El Shabbat es nuestra esperanza, el cielo tranquilo donde todos los cansados encuentran reposo... El Shabbat nos libera de las preocupaciones de la vida que conocemos, y anuncia una vida mejor. Cualquiera que goce de un día de perfecto reposo nunca, después de esto, podrá ser esclavizado... El Shabbat nos acerca al final de la historia, a la era mesiánica; prefigura la redención de todos los pueblos del mundo de la ansiedad y el temor... El Shabbat eleva a los seres humanos de las profundidades de la tierra al esplendedor de los cielos, y nos hace conocer al Dios de Verdad y nos convierte en buscadores de la verdad y hacedores del bien."
Material de discusión
El Rabino Eisenstein ha presentado un material destinado a plantear muchas preguntas a los miembros del grupo. Para ayudarlos a encontrar las respuestas y para entender algunas de las ideas presentadas en este cuadernillo, el capítulo de discusión es una ayuda inmejorable. Las actividades sugeridas y las preguntas para abrir la discusión han sido preparadas por el Dr. Irving Canter, director nacional del Departamento de Organizaciones Juveniles del Bené Berith.
Algunas preguntas para pensar
1-. ¿Creéis que el Shabbat calará más hondo en los jóvenes si se adhieren a un código de comportamiento establecido, o bien si cada individuo crea sus propios estandards de observancia?
2-. ¿Cómo puede ser observado el Shabbat, específicamente en términos positivos? ¿Y en términos negativos?
3-. ¿La gente joven debería conducir su propio servicio religioso, o deben formar parte de los servicios de adultos?
4-. ¿Cómo se puede explicar el declive de la observancia del Shabbat?
5-. ¿Cómo podemos llevar a cabo un plan para revivir la observancia del Shabbat en una comunidad?
6-. ¿Qué significa el Shabbat para ti? ¿Qué significa para tus padres? ¿Sabes qué significaba para tus abuelos?
7-. ¿Hay diferencias básicas en las actitudes del progresismo, el conservadurismo o la ortodoxia hacia el Shabbat?
8-. ¿Cuál es la relación entre el domingo cristiano, el viernes islámico y el Shabbat judío? 9-. Rabí Eisenstein dice: "La gente joven se considera hipócrita si violan parte del Shabbat, e intentan observar otra parte." ¿Qué piensas sobre esto?
10-. ¿Qué piensas sobre el programa del Shabbat sugerido en este cuadernillo?
11-. ¿Cómo se observa el Shabbat en Israel? ¿La observancia del Shabbat debe ser tema de una ley estatal? Por ejemplo: En Israel, los servicios públicos de transporte no funcionan, excepto coches privados y taxis. ¿Qué piensas de esto?
Intentar un debate
Estimulando actividades muchas veces se añade un interés a la discusión y nada es tan excitante como un buen argumento. Aquí sugerimos algunos puntos de inicio.
1-. Las actividades escolares del instituto se celebran los Viernes por la noche. Algunos de los miembros creen que debería organizarse un comité de estudiantes judíos para animar a los estudiantes judíos a que no asistan.
La discusión puede iniciarse con una primera parte de veinte minutos en la que dos personas dan argumentos a favor mientras que otro grupo de dos se oponen. Luego el resto puede empezar a participar.
2-. El cuarto mandamiento "Recuerda el Shabbat para santificarlo" fue formulado hace más de 3000 años cuando las formas de vida eran muy diferentes de las actuales. Debatid esta afirmación: La actual forma de vida en EEUU no ha reducido la necesidad de la observancia del Shabbat.
Si se pueden conseguir dos grupos de dos personas que defiendan cada punto de vista, el debate estimulará una viva discusión.
Las actividades son lo mejor
Hablar sobre el Oneg Shabbat o un programa para el Shabbat no es ni la mitad de divertido que ponerlo en práctica. Tras algunas de estas actividades, la dimensión de nuestras experiencias hará que nuestra exploración del Shabbat sea más personal y, por lo tanto, más llena de significado.
1-. Planead un Oneg Shabbat. Invitad a otro grupo. El programa puede incluir cosas como la experiencia de una persona que ha hecho aliá, una pequeña conferencia o charla, un video-fórum, refrescos, música y danza. Si el programa se hace por la tarde, podremos acabar con una havdalá.
2-. Elaborad un plan de Shabbat que incluya las actividades sugeridas en este librito. No es necesario cubrir los seis puntos de una vez. Planead diferentes combinaciones de ellos a lo largo del calendario. Invertid parte del tiempo en evaluar vuestra experiencia y sentimientos sobre esta manera de pasar el Shabbat.
3-. Aprended más acerca de los servicios del Shabbat visitando otras sinagogas de la ciudad. Al acabar vuestro "tour" planead un debate sobre las similitudes y diferencias entre los servicios.