Febrero 13
EL OBJETO MAYOR DE LA FE
Jesús Cristo es el mismo ayer, hoy,
si y por siempre. (Hebreos 13:8).
El hecho de que tu reclames creer no es asunto de fe. Es lo que tu
crees o en quien tu crees lo que determina si o no, si tu fe va a trabajar o recompensar.
Todos caminan por fe todos los días. Cada vez que manejas por una autopista, lo
haces por fe. ¿Son los objetos de tu fe en la autopista confiable? La mayoría
de las veces son confiables porque la mayoría de los choferes manejan a la
defensiva. Pero puedes envolverte en un accidente porque pusiste tu fe en otro
chofer que resultó ser descuidado.
¿Qué sucede cuando el objeto de tu fe, te falla? Tu te
desmoralizas - quizás no inmediatamente, ¿pero cuántos fracasos no toleras
antes de decir no voy mas?. Una vez que
la fe comienza a dañarse o se pierde, es bien difícil conseguirla otra vez. Tu
creencia no es el problema, es el
objeto de tu creencia que te recompensa o destruye tu fe. Si tu compañero de
matrimonio te ha sido infiel, o un amigo o familiar te ha herido, tu fe en esa
persona se debilita porque el o ella no vive de acuerdo a tu confianza. Cuando
la fe un una persona se destruye, toma mucho tiempo reconstruirla.
Algunos objetos de nuestra fe, sin embargo, son sólidos.
Puedes mirar el reloj, planear tu calendario, hacer un itinerario diario
creyendo que la tierra continuara dando
vueltas sobre su eje y dará vueltas alrededor del sol a su velocidad
acostumbrada. Si la órbita de la tierra se levantara un poquito, solo unos
grados, nuestras vidas se convertirían en un caos. Por eso Dios estableció
leyes que gobiernan el universo físico y son los objetos de fe más confiable
que tenemos.
El mayor objeto de fe, por supuesto, no es el sol, sino el Hijo. Es su
inmutabilidad —el hecho de que EL nunca cambia—esto lo hace de mucha confianza
(Números 23:19l Malaquías 3:6) El nunca fallará y todo lo que ha dicho se
cumplirá y lo hará. Él es fiel eterno.
Todo lo que necesito, Tu mano lo ha previsto. Grande es
tu fidelidad, Señor, en mi.
Abraham Hidalgo