7. LA NATURALEZA HUMANA
El hombre y la
mujer fueron hechos a imagen de Dios, con individualidad propia y con la
facultad y la libertad de pensar y obrar por su cuenta.
Aunque fueron creados
como seres libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y alma
que depende de Dios par la vida, el aliento y todo lo demás. Cuando nuestros
primeros padres desobedecierona Dios, negaron su dependencia de él y cayeron de
la elevada posición que o cupaban bajo Dios.
La imagen de Dios se disfiguró en
ellos y quedaron sujetos a la muerte. Sus descendientes participan de esta
naturaleza degradada y de sus consecuencias.
Nacen con debilidades y tendencias
hacia el mal. Pero Dios (en Cristo) reconcilió al mundo consigo mismo, y por
medio de su Espiritu restaura en los mortales penitentes la imagen de su
Hacedor. Creados para gloria de Dios, se los invita a amar al Señor y a amarse
mutuamente, y a cuidar el ambiente que los rodea.
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