Nietzsche
& Otros Contra el Cristianismo
Ulises Domínguez
Introducción
En la actualidad es muy difícil referirse o hablar de conceptos que atenten contra el catolicismo (sobre todo occidental) sin ser tachado como adorador del diablo, obviamente me refiero - por paradójico que se pueda oír - al diablo cristiano, al demonio que creó el cristianismo. En este trabajo, entre otras cosas, se pretenden esclarecer algunas definiciones que supuestamente atentan contra diferentes posturas religiosas. Estas definiciones se han creado erróneamente en el sentido común de las personas que se basan en los dogmas cristianos, y la limitación que hace el religioso es muy rígida, solamente hay de dos sopas, o el cielo o el infierno. Para muchos, estas dos opciones se convertirían en una sola ya que ambas son parte de una misma ideología. El cerrarse a estas dos vertientes puede tener consecuencias de pensamientos erróneos y falsas especulaciones sobre el sentir de otras gentes. De hecho hay muchos tipos de cristianos, ya que existen varios contrastes entre las religiones cristianas.
Los conceptos serán definidos prioritariamente por la óptica de Federico Nietzsche, ya que el menciona en su obra "El anticristo", que el mismo infierno y el mismo demonio son productos del cristianismo y que también es enajenante. El pensamiento de Nietzsche, al parecer, no es en contra de Jesuscristo, sino contra la degeneración de la doctrina cristiana.
A lo largo de esta ponencia, retomaré los pasajes más importantes - a mi parecer - que se refieran a la crítica contra la religión cristiana, principalmente de dos obras de Nietzsche: "El Anticristo" y "Así hablaba Zaratustra", apoyado con textos de Bertrand Russell, Nicolás Abbagnano y uno que otro disidente soterrado. Nietzsche & Otros Contra el Cristianismo
Para entender un poco a Nietzsche, o que lo vean como yo lo entiendo, voy a definir etimológicamente algunos conceptos para hacer referencia al "demonio cristiano", ya que cada uno puede referirse a un mismo ser, pero significan diferentes cosas.
Paso a definir a Luzbel como Luz-Bella, como uno de tantos ángeles creados por Dios, a Satanás del latín Satanás, y éste del hebreo Satán, como adversario o enemigo, Lucifer del latín Lucifer, -eris, caudillo de los ángeles rebeldes, de lux, lucis, luz, y ferre, llevar. Belcebú del lat. bíblico Beelzebub, príncipe de los demonios en el Nuevo Testamento. Diablo del bajo lat. diabolus, y éste del gr. diabolos, el que desune. Nombre dado a los ángeles que, según la Biblia (Apocalipsis 12, 7-12), se rebelaron contra Dios y que personifican las fuerzas del mal, contra las que se enfrenta Jesuscristo, como refieren muchos pasajes de los Evangelios (p. ej., Mateo 4, 1-11) Demonio del lat. daemonium, y éste del gr. daimonion, genio o espíritu. En el cristianismo, ángel rebelde condenado al infierno. Leviatán del lat. Leviathan, y éste del hebreo Liwyatan, monstruo acuático. Monstruo marino descrito en el Libro de Job, que se toma como representación del demonio.
Este último también es un nombre dado por el filósofo Hobbes a la representación del Estado absoluto, único medio según él de garantizar la convivencia social. En este sentido, para los cristianos entonces Hobbes es un maldito hereje. Así de estricto es su criterio.
Como el ejemplo de Hobbes hay muchísimos, donde ni siquiera sabe la gente a lo que se hace referencia o en qué sentido se dicen las cosas, pero por esa fe ciega que alimenta su ignorancia llegan a diseñar muchas estupideces. Otra de las cosas que afecta bastante, es que muchos de los que se dicen ser cristianos, sobre todo en la actualidad, no conocen bien su religión. El hombre día a día vive atormentado por el pecado, porque según los católicos en resumidas cuentas, vivir en este mundo es un pecado y la Iglesia es la única capaz de redimirnos y por eso tiene que existir y nosotros rendirle tributo.
Prácticamente todas las religiones han afirmado la existencia de un ser espiritual dotado de poderes superiores y de intención esencialmente maligna. La Biblia (libro de Daniel 10,13) considera a los demonios ángeles que se rebelaron contra Dios. El Evangelio nos presenta a Jesús en lucha contra el demonio, es decir, contra las fuerzas que se oponen al reino de Dios, o sea, a la justicia, al amor, a la verdad y a la vida. La reflexión religiosa actual, incluso católica, tiende a ver en el demonio una personificación del mal en este mundo.
Dentro de ésta mítica maravillosa de la religión católica, - yo creo que ninguna otra religión tiene tanta explosión, tanto en el arte como en la escultura, es una religión maravillosamente artística - Luzbel era un ángel maravilloso, era un ángel muy bello, querido por Dios y era Luz Bella (Luzbel) Bien puede adorarse como un santo porque viene del cielo, entonces, por estar en inconveniencia con la doctrina de Dios lo arrojan del paraíso, como al hombre lo arrojan del paraíso por comerse la torta antes del recreo. Hay una similitud, un paralelismo maravilloso en ese sentido; Luzbel lo arrojan del paraíso siendo un ángel preferido de Dios, y al hombre siendo imagen y semejanza, siendo Dios, también lo arrojan del paraíso.
Desde esta perspectiva, se puede hablar de Luzbel como un ángel, porque se habla de este personaje antes de que se convirtiera en un demonio. O, también afirmar que Luzbel no siempre fue un rebelde, sino un ángel celoso y con mucha iniciativa. ¿Qué importa el sitio donde yo resida, si soy siempre el mismo y el que debo ser; si lo soy todo, aunque menor que Aquel a quien el rayo ha hecho más grande? Aquí, por lo menos, estaremos libres. Vale más reinar en el infierno que servir en el cielo. La fe cristiana es, desde su origen, un sacrificio: sacrificio de toda independencia, de toda fiereza, de toda libertad de espíritu, y al mismo tiempo servilismo, insulto a sí mismo, mutilación de sí mismo.
Nietzsche asume una postura anticristiana, pero... qué es un anticristiano, y es que ésta palabra también se puede entender de distintas maneras, pero si lo definimos por su etimología: "contracristo", pues suena diabólico, como dijeran los cristianos, y aquí viene la vinculación con Lucifer. Para la religión cristiana si no se es Cristiano, se es Diabólico. Sin embargo, Nietzsche dice que el diablo y Cristo son parte de la misma faramalla. "Zaratustra permaneció inmóvil, y precisamente junto a él cayó el cuerpo, destrozado, pero aún con vida. Al cabo de un rato recobró el herido el conocimiento, y vio a Zaratustra arrodillado junto a él. "¿Qué haces ahí - le dijo -. Ya sabía hace tiempo que el diablo me echaría la zancadilla. Ahora me arrastra al infierno. ¿Quieres tú impedírselo?" "Por mi honor, amigo mío - respondió Zaratustra -, todo eso de que hablas no existe: no hay diablo ni infierno. Tu alma morirá más pronto aun que tu cuerpo: no temas ya nada".
El Dios bueno y el demonio son productos de la decadencia.
El cristianismo se ha puesto del lado de todo lo débil, de todo lo bajo, de todo lo fracasado, formando un ideal que se opone a los instintos de conservación de la vida fuerte, y que ha echado a perder la razón de las naturalezas más fuertes intelectualmente, enseñando que los valores superiores de la inteligencia no son más que pecados, extravíos y tentaciones. Como dato histórico más cercano a nosotros, aquí en México podemos ver, como nos cuenta Samuel Ramos que la época colonial se caracterizó por la inercia y el estancamiento intelectual que producía el dogmatismo clerical al imponer como única filosofía la escolástica cristiana, y como única visión de la realidad la proveniente de la religión católica.
"¡No robarás! ¡No matarás! Esas palabras se llamaban santas en otro tiempo; ante ellas doblaba la gente las rodillas, inclinaba la cabeza, y hasta se descalzaba. Pero yo os pregunto: ¿dónde hubo jamás en el mundo mejores bandidos y mejores asesinos que los provocados por esas santas palabras? ¿No hay en la misma vida robo y asesinato? Y, al santificar esas palabras ¿no se ha asesinado a la vida misma? ¿Os era predicar la muerte santificar todo lo que contradecía y les aconsejaba la vida? ¡Oh, hermanos míos: Romped, romped las viejas tablas."
Dios o no quiere quitar los males o no puede, o puede y no quiere, o no quiere ni puede o quiere y puede. Si quiere y no puede, es impotente, lo que es imposible en Dios. Si puede y no quiere es envidioso, lo que es igualmente contrario a Dios. Si no quiere ni puede es envidioso e impotente y, por lo tanto, no es Dios. Si quiere y puede, lo que sólo conviene a Dios; ¿de qué derivan los males y por qué no los quita?
Según Russell, la palabra cristiano en estos días, la emplean muy ligeramente muchas personas. Hay quienes entienden por ello la persona que trata de vivir virtuosamente. En tal sentido, supongo que habría cristianos de todas las sectas y credos; pero no creo que sea el sentido adecuado de la palabra, aunque sólo sea por implicar que toda la gente que no es cristiana - todos los budistas, confucianos, mahometanos, etc.-, no tratan de vivir virtuosamente. Russell entiende por cristiano la persona que trata de vivir decentemente, de acuerdo con sus luces. Cree que debe tenerse una cierta cantidad de creencia definida antes de tener el derecho de llamarse cristiano.
Considero a la religión como una nefasta enfermedad engendrada del miedo, y como una fuente de indecible miseria para la raza humana. No es un hecho agradable, pero las iglesias le obligan a uno a mencionar hechos que no son agradables. Supongamos que en el mundo actual una joven sin experiencia se casa con un sifilítico; en tal caso, la Iglesia Católica dice: "Este es un sacramento indisoluble. Hay que estar juntos durante toda la vida". Y la mujer no puede dar ningún paso para no traer al mundo hijos sifilíticos. Eso es lo que dice la Iglesia Católica. Yo digo que ésa es una diabólica crueldad, y nadie cuya compasión natural no haya sido alterada por el dogma, o cuya naturaleza moral no sea absolutamente insensible al sufrimiento, puede mantener que es bueno y conveniente que continúe ese estado de cosas. En las llamadas edades de la fe, cuando los hombres realmente creían en la religión cristiana en toda su integridad hubo la Inquisición con sus torturas; hubo muchas desdichadas mujeres quemadas por brujas; y toda clase de crueldades practicadas en toda clase de gente en nombre de la religión. Digo deliberadamente que la religión cristiana, tal como está organizada en sus iglesias ha sido, y es aún, la principal enemiga del progreso moral del mundo . Conclusiones
Hay que configurar nuestro propio cielo, dejar de buscar a Dios en las iglesias estrictamente arquitectónicas, en las solemnes y majestuosas catedrales, para encontrarlo en nuestro corazón, en la razón de los valores del ser humano.
Las religiones son enajenantes, si se pretende ser cristiano, hay que dejar las peligrosas mafias religiosas. En este caso, no hablaría de anticristianos o ateos puros, sino de anárquicos religiosos. El concepto de Jesuscristo ha sido terriblemente alterado por los intereses de los religiosos y por sus ansias de poder.
Bibliografía y Referencias NIETZSCHE, Federico.
El anticristo. Editorial Anaya, México. 1993. |
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