Con
respecto al ajedrez, toma la historia documental en España, recuerda aquello
de Lucena y poner al jugador para que lo perjudique la sombra según la luz, y
repite la cercanía del marro de punta, las damas, con la presencia de los
ajedreces. Juego el de las damas que iba con parejo desarrollo para la época.
No olvida la presencia de mesas de truques ni de casas de juegos.
Citemos
otra dimensión que pudo estar presente en aquellos días,
“Dechado de la vida Humana. Moralmente sacado del juego de ajedrez”,
se pasa en este libro de la forma e historia del juego y las piezas al desempeño
que deben tener las partes del reino, de las consideraciones de la pobreza y
la justicia, al sentido de los oficios. Este libro traducido por el Licenciado
Reyna y editado en Salamanca en 1544, repite el estilo de los libros de la época,
en los que se trataba siempre de hacer un paralelismo entre el juego y la
recta manera de ser.
Francisco
Vindel en sus “Solaces Bibliográficos”
piensa que esta obra ha sido inspirada en Jacobo de Cesulis. Entramos así en
el recuerdo de las obras publicadas en los años fundantes de nuestra ciudad.
En 1561 se publica en Alcalá de Henares la obra de Ruy López de Segura,
Francisco Vindel nos aclara: “A este
autor se le juzga como el padre de la teoría del ajedrez, porque razona las
jugadas, cosa que los demás autores no hicieron más que indicar.”
No desprecia los consejos de Lucena, que después de todo hacen al
juego. En los mismos años que nuestro Tesorero en el tiempo libre que le
dejaba el contrabando de esclavos jugaba seguramente ajedrez, entre otros
juegos, Gustavo Seleno traducía al alemán la obra de Ruy López, que se
reeditará en 1616 en Leipzig, y luego en Frankfurt, y luego en Erfurt. Italia
y Francia no esperaron tanto.
De
esta manera queremos verificar que de haber existido el juego, el juego que se
jugaba no debió ser muy distinto al que jugó Ruy López, al menos en sus
reglas.
Rodrigo
Caro, en sus “Días geniales o lúdricos”,
como siempre demostrando todo su conocimiento sobre la historia clásica de
los juegos, trata del juego de damas y ajedrez,
y refiriéndose al ajedrez menciona los dos libros antes citados, y un
comentario de ese libro nos daría un completo compendio de libros de ajedrez
editados en la época, que nos excusamos de citar.
Recuerda
Pedro de Covarrubias que Santo Tomás bautiza los juegos en tres tipos, el
espiritual, el humano y el diabólico; devoto el primero, recreativo el
segundo, el tercero feo. En el cuarto capítulo de la Primera Parte de su
”Remedio de Jugadores”, editado en Salamanca en 1543 trata del juego del
ajedrez, tomándolo como juego humano y licito, “...juego
de genio y de industria provechoso no sólo para huir del tedioso y triste
ocio, mas también para contemplar lo que significa y tomar aviso...” .
Otra vez se repite el usar al ajedrez en sus piezas y movimientos con el
correcto ser de la administración, “...a
la parte del corazón se pone la más conjunta por amor, como leal consejera y
callada secretaria, sobre la común condición de las mujeres.”
Finalmente el tema será poder regir los juegos y las formas de
divertirse.
Fray
Francisco de Alcocer en su “Tratado
del juego”, apunta hacia la misma cuestión. Pelota, bolos, argolla,
ballesta, bolear, ajedrez, jugar cañas, justar, correr, etc. son los juegos
de ciencia e industria humana. Similar al anterior, hasta terminarán rigiendo
que no puede ser apostado un cáliz, ya que de ser perdido habrá que
devolverlo.
Menuda
ciencia la de estos sabios que debían regir cuestiones de apuestas sobre
formas y pasiones de difícil definición.
Antes
de terminar este breve ensayo quisiera compartir con el lector tres últimos
aspectos.
El
primero Zoilo Caputo, “El arte del
estudio de ajedrez”. Recomendable
libro para profundizar los temas ajedrecísticos de nuestra época, lo traigo
a ustedes para pensar los problemas de apostar. Si bien ya para el tiempo que
indagamos habían caído en desuso, yo creo que nuestra ciudad hubiera estado
encantada al reflotarlos, como los buques de arribada cuya decomisada carga
introducían de forma “legal” en la colonia. ¿Si Ruy López seguía los
consejos del sombreado de Lucena, por qué no se irían a seguir los problemas
de apostar? El comentario de Lucena aclarará qué significa un problema de
apostar: “Esto empero entendiendo que
el peón negro viene hacia vos y ha de jugar el rey negro por fuerza y así es
mate. Más no haciendo caso del peón y teniendo vos el negro si el otro toma
el blanco podriedes jugar una casa del peón y no se puede dar mate...”
El
segundo Olaf Holm. En su artículo sobre el Taptana o ajedrez de Atahualpa
pulveriza todas las hipótesis que aseguran que el conquistador jugó ajedrez
con el último inca. Motivos publicitarios de los historiadores de la época
han querido una y otra vez blanquear el asesinato. Demostraban hasta en imágenes
al inca engrillado jugando con el conquistador, sin embargo el juego era un
taptana, del mismo origen ecuatoriano que Atahualpa. Sin embargo nuestro
informe recuerda a dos indios
jugando, tal vez ajedrez, en dicha sala. ¿Quiénes eran?¿Y cumplirá el
ajedrez similar función?
Tres
reducciones existían en la Ciudad de la Trinidad a principios del siglo XVII,
la del río Areco del cacique Bagual; la del río Santiago, a 18 leguas de la
ciudad, del cacique Tubichaminí. Finalmente la del cacique “don” Bartolomé
en Areco. Como dato anecdótico agregamos que la hija de Tubichaminí estaba
casada con Bagual. La considerable relación económica existente entre estos
grupos y la ciudad, y el avanzado desarrollo lúdico de los grupos aborígenes,
nos hace pensar que este testigo vio jugar a estos caciques que eran los
referentes de sus comunidades. No sería así según la seguridad del Obispo y
el Gobernador que podrían estar usando este juego “humano” para demostrar
el buen trato dispendido, como el recibido por Atahualpa. Viene en razón del
alzamiento que aparentemente protagonizó Bagual en 1609 asesinando a cinco
vecinos, demostrando que los excesos de la represalia podían no escatimar en
publicidad, y a veces hasta sin necesidad de causa.
Finalmente
Dimitru Taraoiu, “El Ajedrez en Pos del Sol”. Este autor que tanto nos ha
enseñado sobre los diversos tipos de ajedrez, sobre las biografías de
algunos jugadores, sobre Macedonia, refiere el artículo de Raúl Molina,
también no se le escapa Viale Avellaneda, tributa al no igualado José Perez
Mendoza. Construye así la filiación de intereses y el seguimiento de este
juego en nuestra ciudad.
Como
último detalle nos enteramos que Raúl Molina, el eximio historiador, era un
apasionado jugador de ajedrez, fundador del Club Argentino, contribuyente para
la compra de su sede. Siendo su padre ministro de Hacienda.
Alcocer
Fray Francisco de, “Tratado del
juego”. Salamanca.1558.
Caputo
Zoilo, “El arte del estudio de
ajedrez” , Ediciones Eseuve. Madrid. 1992.
Caro
Rodrigo, “Días geniales o lúdricos”,
Esopasa-Calpe Ed. Madrid.1978
Covarrubias
Pedro de, “Remedio de Jugadores”
, Ed.Juan de Iunta. Salamanca.1543.
Grenón
Pedro, “Juegos Coloniales”. Córdoba.1924
Holm
Olaf, “Taptana o el ajedrez de
Atahualpa:a los 425 años de Cajamarca”, en “Cuadernos
de Historia y Arquelogía”. Guayaquil. Diciembre de 1958
Molina
Raúl, “Los juegos de “truques” y
de “ajedrez” se practicaban en grande escala en el Buenos Aires de
1600”, en Rev.”Historia”.
Buenos Aires. Enero-Marzo de 1956
Reyna
Martín, “Dechado de la vida Humana.
Moralmente sacado del juego de ajedrez”. Salamanca. 1544.
Taraoiu
Dimitru, “El Ajedrez en Pos del
Sol”, en Rev “Ajedrez”. Buenos
Aires. Marzo de 1972.
Torre
Revello José, “La sociedad
colonial” , Ediciones Pannedille. Buenos Aires. 1970
Viale
Avellaneda J., “El ajedrez en el
nuevo mundo – Su iniciación en la Argentina”, en Rev. “El
Ajedrez Americano”.
Vindel
Francisco, “Solaces Bibliográficos”
, INLE Ed. Madrid. 1942.
Zapata
Gollan Agustín, “Juegos y
Diversiones Públicas”. Santa Fe .1973