FE CIEGA:
La Evolución Expuesta
Por HOWARD PETH
Traducido Por
JOEL PASCUAS DUSSÁN
Profesor de Inglés y Religión
Bucaramanga, 1996
Título Original de la Obra en Inglés
BLIND FAITH
Evolution Exposed
Obra publicada originalmente en Inglés por
AMAZING FACTS, Inc.
P.O. Box 680, Frederick, MD 21701
Estados Unidos de N. A
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN DEL TRADUCTOR
1. ¿ES LA EVOLUCIÓN CIENTÍFICA?
2. VARIACIONES SÓLO ENTRE CLASES
3. EL LAMARCKISMO NO FUE LA RESPUESTA
4. LAS MUTACIONES NO SON LA RESPUESTA
5. SELECCIÓN NATURAL O LA SUPERVIVENCIA DEL MÁS APTO
6. CLASIFICACIÓN Y COMPARACIÓN ANATÓMICA
11. FÓSILES -EL REGISTRO DE LAS ROCAS
12. EL HOMBRE, ¿DEL MONO O NO?
13. ¿POR QUÉ ES LA EVOLUCIÓN ACEPTADA?
14. EVOLUCIÓN TEÍSTA: INDISCRETO COMPROMISO CRISTIANO
15. ¿CUANTO TIEMPO DURARON LOS DÍAS DE LA CREACIÓN?
INTRODUCCIÓN DEL TRADUCTOR
El mundo en el cual vivimos hoy, exige que día a día los jóvenes se preparen para servir mejor a la humanidad. Lamentablemente el hombre ha desconocido a Dios como creador y, como resultado, han surgido ideas y teorías así llamadas "científicas" que ponen en peligro la integridad espiritual de los jóvenes cristianos de hoy, que se preparan en universidades no cristianas.
Me refiero en particular a la teoría de la evolución, la cual es enseñada como materia obligatoria en todas las universidades no cristianas. Los jóvenes son confundidos y su vida espiritual se ve atropellada con el bombardeo de tales ideas que minan la fe de ellos y terminan apartándose de Dios.
Es por ello por lo que Dios inspiró al Dr. Howard Peth a escribir un libro como el que ahora es presentado a todo lector de la lengua de Cervantes Saavedra, con el fin de ofrecer una muralla de defensa contra las saetas evolucionistas. El título original en inglés de esta obra es BLIND FAITH: Evolution Exposed y el autor aquí lo llevará a usted, amigo lector de la obra en Español, a viajar por el mundo de la teoría de la evolución y poco a poco le introducirá en el Maravilloso Universo de Dios: el Verdadero Creador de toda existencia.
Rindo honor y gloria al Dios Eterno y Sublime: mi Creador, tu Creador, nuestro Creador, y mi mayor aspiración como traductor de esta joya de la literatura cristiana, es que muchos estudiantes y profesionales de todo tipo que hoy navegan por los mares peligrosos de la teoría de la evolución, puedan ser guiados por este libro-brújula a las aguas tranquilas que Dios ha provisto en la Sagrada Escritura.
Amigo lector: estudia cuidadosamente, abre tu mente y analiza; que Dios te guíe en esa labor.
Con amor de Cristo,
JOEL PASCUAS DUSSÁN
Traductor
1.
¿ES LA EVOLUCIÓN CIENTÍFICA?"El primer punto para analizar en cuanto a la teoría de Darwin es que no es más una teoría, es un hecho. Ningún científico serio negaría el hecho de que la evolución ha ocurrido, así como no puede negar que la tierra gira alrededor del sol".
Esta declaración fue hecha en un panel de televisión celebrando el centenario del libro de Carlos Darwin El Origen de las Especies, por un famoso biólogo británico Sir Julián Huxley quien ha ejercido profunda influencia en el siglo XX en el pensamiento como su abuelo, Thomas Henry Huxley, lo hizo en el siglo XIX.
Por supuesto, Huxley es un fuerte abogado de la evolución y sus aseveraciones con frecuencia ha sido invadida por un espíritu de fervor misionero. Aun así, la afirmación anterior no es una aseveración aislada sino típica de todo pronunciamiento evolucionista. Durante años hemos sido bombardeados por mensajes que luchan por ganar nuestra aceptación de la evolución como uno de los "hechos de la vida". Los militantes evolucionistas hacen declaraciones dogmáticas que a veces van más allá de los hechos de ciencia. Veamos algunas de esas declaraciones:
Para involucrar sólo una más, la del biólogo Dr. R. S. Lull, profesor de paleontología en Yale: "Desde los días de Darwin, la evolución ha sido más y más generalmente aceptada. Ahora en las mentes de los hombres estudiados e informados no hay duda alguna de que es el único camino lógico por el cual la creación puede ser interpretada y entendida. Sin embargo no estamos tan seguros del modus operandi, pero podemos tener confianza en el hecho de que el gran proceso se ha dado según las grandes leyes naturales, algunas de las cuales aún son desconocidas y tal vez serán incognoscibles".
Comentando en cuanto a esta afirmación, el químico Antoni Standen dice: "Y así los biólogos continúan 'descansando confiados'. Pero uno puede ser tentado a preguntas, si algunas de las leyes naturales actualmente desconocidas realmente existen. Y si hay algunas que serán incognoscibles, ¿cómo podemos saber que son 'lógicas'?"
A la luz de estas fuertes afirmaciones hechas por tan eminentes científicos, cualquiera que trate de refutarlas ¡debe sentirse como se sintió David ante Goliat! Pero debe recordarse que el joven David no ganó la batalla por su propia fuerza, y en este caso la verdad no será determinada por mí o por otra persona sino por los mismos hechos.
Las aseveraciones de los evolucionistas antes señaladas, si son ciertas, deberían definir la escala de Verdad en favor de la teoría de la evolución. Pero sopesemos algunas otras afirmaciones, igualmente fuertes y precisadas asimismo por científicos eminentes.
Admisiones Hechas por Científicos Evolucionistas
Ya hemos visto que Horatio H. Newman siente que cualquier alternativa a la evolución debe ser sostenida "únicamente por ignorantes, dogmáticos y prejuiciados". Pero en otro libro, Newman es amplio en expresar: "Aunque parezca difícil, el evolucionista honestamente se ve compelido a admitir que no hay prueba absoluta de la evolución orgánica".
El profesor Ernst Mayr de Harvard, un hombre de peso entre los evolucionistas, confiesa: "El hecho de que la teoría sintética [la evolución] sea ahora universalmente aceptada no es en sí mismo una prueba de su veracidad....La teoría básica es en muchas instancias más fuerte que un postulado". (Un postulado, a propósito, es definido por el Diccionario Webster como "una posición o suposición asumida sin prueba alguna".)
Hace algún tiempo la Oxford University Press publicó un libro titulado A Short History of Science (Una Corta Historia de la Ciencia), por Charles Singer. El autor francamente confiesa su fe en la teoría de la evolución. A pesar de ello él declara: "La evolución es, tal vez, única entre todas las teorías científicas que es aceptada aunque no haya evidencia para ello, pero cualquier otra interpretación es completamente increíble". Afirmaciones como ésta en un medio científico y no científico son devastadoras para cualquier búsqueda de la verdad.
Y Thomas Hunt Morgan, fundador de la escuela morganiana de genética y estimado profesor tanto en Columbia como en Caltech, con franqueza declaró: "Dentro del periodo de la historia humana no conocemos sobre una simple instancia de transmutación de una especie a otra.... Por lo tanto, debe afirmarse que la teoría de la descendencia es débil en el aspecto más esencial que se requiere para que la teoría quede con base científica. Esto debe ser admitido".
Paul Ehrlich y Richard Holm, biólogos de la Universidad de Stanford, critican declaraciones dogmáticas como las de Huxley, al decir: "La perpetuación de la teoría de hoy como dogma no permitirá el progreso hacia mayores explicaciones satisfactorias del fenómeno observado".
El instituto Wistar de Filadelfia publicó una monografía de un Simposium en 1967 titulado Mathematical Challenges to the Neo-Darwinian Interpretation of Evolution. Y en compañías de publicaciones como la McGraw Hill Inc, en la revista Scientific American se publicaron dos artículos titulados: Heresy in the Halls of Biology: Mathematicians Question Darwinism (Herejía en los Corredores de la biología: Los Matemáticos Cuestionan el darwinismo) y Thinking the Unthinkinkable: Are the Evolutionist Wrong? (Pensando lo inimaginable: ¿Están los Evolucionistas Equivocados?).
W.R. Thompson, por muchos años director del Instituto de Salud Comunitaria de Control Biológico en Ottawa, Canadá es un entomólogo mundialmente reconocido. El Dr. Thompson fue escogido para escribir el prefacio de la nueva edición del libro de Darwin, El Origen de las Especies, publicado en el centenario darwiniano como parte de la serie Biblioteca para cada Ser Humano. La totalidad de su prefacio es una devastadora definición y refutación de la evolución darwiniana y tal vez aún más para la moral evolucionista científica. Note las siguientes aseveraciones:
Como sabemos, hay una gran divergencia de opinión entre los biólogos no sólo en cuanto a las causas de la evolución sino aún en cuanto al proceso actual. Esta divergencia existe porque la evidencia no es satisfactoria y no permite ninguna conclusión certera. Hay por tanto derecho propio el llamar la atención al público no científico al desacuerdo sobre la evolución. Incluso algunas afirmaciones de evolucionistas muestran que ellos la consideran irrazonable. Esta situación, donde los hombres luchan por la defensa de una doctrina que ellos son incapaces de definir científicamente, y mucho menos demostrar con rigor científico, pretende mantener su crédito con el público por medio de la supresión de la crítica y la eliminación de las dificultades, es anormal e indeseable en la ciencia.
G. A. Kerkut, profesor de fisiología y bioquímica de la Universidad de Southhampton, Inglaterra, es un evolucionista pero lo suficientemente honesto y crítico como científico para admitir: "La evidencia que la apoya [la teoría de la evolución] no es suficientemente fuerte para permitirnos considerarla como la única hipótesis viable".
Hasta Kerkut concluyó su libro escrito para exponer la debilidad y las falacias en la evidencia usada para apoyar la teoría evolutiva. Pero la revisión del libro de Kerkut, escrita por John T. Bonner, uno de los principales biólogos de la nación y profesor en Princeton, fue tan brillante como el libro mismo -note las palabras del Dr. Bonner:
Este es un libro con un mensaje perturbador; señala algunas de las aparentes debilidades en los fundamentos. Uno se turba porque lo que se ha dicho nos ofrece un difícil sentimiento que nosotros lo teníamos en lo profundo durante mucho tiempo pero que nunca estuvimos dispuestos a admitir por nosotros mismos. Es otra de aquellas frías y poco comprometedoras situaciones donde la verdad desnuda y la naturaleza humana viajan en diferentes direcciones. La verdad particular es simplemente que no tenemos evidencia confiable para la secuencia evolutiva de la familia de los invertebrados. Nosotros les hemos estado diciendo a los estudiantes durante años que no acepten cualquier afirmación a primera vista sino que examinen la evidencia y, lo peor es descubrir que nosotros mismos hemos fallado en seguir nuestro propio consejo.
¿Es la evolución Científica?
¿Qué criterio debe ser seguido para que una teoría sea considerada como científica? George Gaylord Simpson, profesor en Harvard y tal vez uno de los más renombrados escritores sobre evolución, ha señalado que "Es inherente en cualquier definición de ciencia que las aseveraciones que no puedan ser comprobadas por la observación no son ... ciencia".
Una definición de ciencia dada por el Diccionario Oxford de inglés es: "Una rama de estudio que se relaciona ya sea con un cuerpo conectado de verdades demostradas o de hechos observados y sistemáticamente clasificados".
Note que la ciencia se relaciona con datos "demostrados ... observados" obtenidos por experimentos en un laboratorio u observados en el mundo real de la naturaleza. Pero la evolución no puede ser estudiada en un laboratorio o ser vista en la naturaleza puesto que presume mecanismos que operan tan lentamente que requieren millones de años para demostrar los resultados. Este hecho fue admitido por David Kitts en un volumen de la revista evolución: "La evolución, por lo menos en el sentido en que la refiere Darwin, no puede ser detectada dentro del periodo de vida de un simple observador".
De hecho, todo el tema de los orígenes (ya sea por creación o evolución) está realmente fuera del límite de la ciencia, sin estar sujeto a experimentación científica y análisis. Tanto creacionistas como evolucionistas están de acuerdo en que ningún testigo ocular humano estuvo en el momento del origen de nuestra tierra y de la vida en ella; así pues, el elemento observación en la investigación científica queda automáticamente descartado en cualquier consideración que se haga sobre los orígenes.
Otra limitación de una teoría científica es que debe ser factible de falsificación. Esto es, debe ser posible concebir en algún experimento la falla que pueda desaprobar esa teoría, porque para estar seguros de que esa teoría es correcta, debe haber alguna posibilidad de rebatirla. Francisco Ayala, de la Universidad Rockefeller escribió: "Una hipótesis o teoría que no puede ser factible, por lo menos en principio, falsificada por observaciones empíricas y experimentos, no pertenece al campo de la ciencia." ¡Y todavía los evolucionistas consideran que todo en el mundo es una verificación de su teoría!
El premio Nobel, Peter Medawar, un líder biólogo de la Universidad de Oxford admite: "Es muy difícil imaginar o determinar un episodio evolutivo que no pueda ser explicado por la fórmula del neo-darwinismo". Esto es verdad porque aunque los evolucionistas sean forzados a admitir que la evolución es imposible ahora, ellos invocan largos periodos de tiempo durante los cuales, ellos dicen, cualquier cosa puede ocurrir -y ¿quién estará para probar que ellos están equivocados?
Pero Sir Karl Popper, profesor de lógica y método científico en la Escuela de Economía de Londres, un conocedor del método científico, escribió: "Una teoría que no sea refutable por ningún evento concebible no es científica. La irrefutabilidad no es una virtud (como la gente con frecuencia piensa), sino un vicio".
Esta es la razón por la que Paul Erhlich y L. C. Birch, profesores de biología en la Universidad de Stanford, dicen con mucha candidez: "Nuestra teoría de la evolución ... está 'fuera del alcance de la ciencia empírica'. ... Nadie puede pensar en caminos para probarla. Las ideas, ya sea sin bases o basadas en experimentos en el laboratorio llevados a cabo con sistemas extremadamente simplificados han obtenido aceptación más allá de su validez. Estos han llegado a ser parte de un dogma aceptado por la mayoría de nosotros como parte de nuestra instrucción". ¡Pero dogma es un término religioso, no científico!
Actualmente, mucho del pensamiento evolucionista raya más en el campo de la religión o la filosofía que en la ciencia. La creencia en la evolución obviamente requiere un ejercicio tremendo de fe, fe en una presunción. (Las presunciones son herramientas apropiadas, ¡pero nunca debe olvidarse de que son presunciones!). Algunos evolucionistas libremente reconocen esta necesidad de fe para sortear la brecha entre la evidencia y la prueba. Por ejemplo, el Dr. Louis T. More, Decano de la Escuela de Graduandos en la Universidad de Cincinati y un agresivo evolucionista, dirigió una serie de conferencias en la Universidad de Princeton, las cuales fueron publicadas en su libro "El Dogma de la evolución", (The Dogma of Evolution), en el cual él dijo: "En más de un estudio de paleontología, lo más cierto es que uno llega a la concepción de que la evolución se basa en la fe sólamente, la misma fe que se necesita tener cuando uno se encuentra con los grandes misterios de la religión".
A la conclusión del Dr. More había llegado antes nada menos que Thomas Henry Huxley, quien francamente declaró: "Decir, corrientemente, ante la admitida ausencia de evidencia, que yo tenga alguna creencia en la manera en la cual las formas de vida existentes se hayan originado, sería usando palabras en un sentido equivocado ... No tengo derecho a dar mi opinión más que en un sentido de fe filosófica".
Debe recordarse que T. H. Huxley fue uno de los hombres más responsables de la aceptación de la teoría de la evolución que el mismo Darwin. Darwin era una persona que no tenía coraje para enfrentarse a la controversia. Pero Huxley, como un renombrado campeón de la evolución, llegó a ser el "sabueso de Darwin". Thomas Henry Huxley llegó a ser un brillante agente de prensa y entusiasta vendedor de la teoría -debatiendo, defendiendo y promoviéndola tanto por vía escrita como verbal.
¡Cuán extraño es, entonces, que en 1896 (muchas décadas después de que El Origen de las Especies fuera publicado en 1859, después de que el darwinismo se hubiera levantado triunfantemente después de que Darwin fuera enterrado en Westminster Abbey entre los honrados por Inglaterra durante catorce años), Huxley admita la "ausencia de evidencia" para la evolución de un protoplasma vivo a partir de una materia no viva y diga: "¡No tengo derecho a dar mi opinión más que en un sentido de fe filosófica!"
La teoría evolutiva no es menos que religiosa y no más científica que la creación especial. A través del resto de este estudio veremos que la evidencia para la evolución es circunstancial en el mejor de los casos y contradictoria en el peor. Ahora, vayamos a un cuidadoso examen de los hechos -pues, después de todo, un hecho es más digno que mil teorías.
2. VARIACIONES SÓLO ENTRE CLASES
La variación entre seres vivos es el hecho más obvio. A menos que nazca un doble idéntico, cada ser humano es único, diferente de los demás. Lo mismo parece ser cierto entre las plantas y animales.
No puede haber argumento en cuanto al hecho de que los cambios ocurran en toda la naturaleza. Algunas cosas han cambiado bastante desde la creación. La diferencia entre la teoría de la evolución y la doctrina de la creación no es que una acepte el hecho del cambio y la otra no, porque el cambio es obvio y es admitido por todos. La diferencia radica en la amplitud de cambio, el grado de cambio producido por procesos naturales. Los evolucionistas claman que estos procesos no conocen barreras en la producción de cambio. Los creacionistas sostienen que todas las variaciones se dan dentro de límites claramente definidos.
Darwin equivocadamente pensó en que el cambio era sin límite, como si fuera así: "Tan pausado es el proceso de selección ... No puedo ver límite en la cantidad de cambio". Así que Darwin dio rienda suelta a su imaginación. Él acarició la idea de que la variación podía darse infinitamente. En su frase de cierre en El Origen de las Especies, declaró: "Desde un comienzo muy simple de formas, infinitas y maravillosas se han originado y siguen originándose por medio de la evolución". Y la mayoría de los científicos hoy, como Darwin, hablan injustificablemente de variación ilimitada.
Es comprensible que los evolucionistas tomen esta actitud, porque ellos consideran que a menos que el cambio pueda proceder al punto de crear nuevas clases de vida, la evolución es imposible. El cambio limitado de vida ya creada no cumple con los requisitos para la teoría de la evolución. Entonces hay una diferencia entre la mera variación y la actual evolución. El término "evolución" cuando es usado como la teoría lo demanda, significa el último cambio de un tipo de planta o animal a otro tipo básico.
Permítanme señalar el hecho de que la evolución no significa simplemente cambio. Esto es importante, porque la evidencia citada por la mayoría de los escritores en favor de sus aseveraciones de que la evolución es un "hecho", es simplemente evidencia de cambio. Pero la verdadera evolución en el sentido darwiniano debería ser cierto tipo de cambio, un alto grado de cambio no visto en el mundo de las realidades.
Para describir los grados de variación, nosotros utilizamos los términos "micro" para los pequeños cambios y "macro" para los mayores. Los miembros de una familia de perros han generado muchos microcambios de color, tamaño, etc., lo cual hace que hayan muchas variedades de perros en el mundo hoy -¡pero todos son sin ninguna duda perros! Lo mismo puede decirse de los gatos, caballos y todos los otros animales como también con las plantas. Ellos pueden variar dentro de sus tipos básicos pero los caballos siguen siendo caballos, las vacas permanecen vacas y el trigo sigue siendo trigo.
Los creacionistas reconocen que la "microevolución" -cambios dentro de tipos básicos- ha ocurrido. Pero los evolucionistas están ansiosamente buscando mecanismos que puedan proveer fundamentos para la idea de macroevolución de organismos de un tipo básico a otro básico diferente. Nadie ha visto que un macrocambio ocurra, ni en el mundo vivo ni entre los fósiles.
Ninguna vez se ha mostrado en experimentos de laboratorio o en el campo de la investigación que algún animal o planta haya cambiado a otro tipo básico. Los cambios siempre se han dado dentro de un círculo familiar, dentro de los límites circunscriptos para los tipos básicos. Esta es una ley fundamental de todos los seres vivos, tanto animales como plantas.
Leamos esta devastadora admisión de Richard Goldschmith, biólogo evolucionista de la Universidad de California en Berkeley: "La microevolución no nos lleva más allá de los confines de las especies, y los productos típicos de la microevolución, las razas geográficas no son especies incipientes. No hay tal categoría de especies incipientes." Incipiente, por supuesto, se refiere a "los estados iniciales de algo nuevo". Goldschmidt también dice: "La microevolución por acumulación de micromutaciones ... lleva a la diversificación estrictamente dentro de las especies ... Las subespecies no son actualmente, por tanto, ni especies incipientes ni modelos para el origen de especies. Ellas son más o menos pasos a ciegas dentro de la especie. El paso decisivo en la evolución, el primer peldaño hacia la macroevolución, el paso de una especie a otra, requiere otro método evolutivo, y no el de la acumulación de micromutaciones" .
Y el evolucionista Loren Eiseley se ve forzado a la misma conclusión: "Podría parecer que el atento cuidado doméstico, cualquiera que sea, que puede mejorar la calidad del caballo de carreras o de carga no es actualmente la ruta hacia la desviación biológica infinita que es la evolución. Hay una gran ironía en esta situación, porque más que casi cualquier otro factor simple, el cuidado doméstico ha sido usado como un argumento para la realidad de la evolución".
Desafortunadamente no todos los evolucionistas son sinceros. Ellos saben que lo que Eiseley y Goldschmidt dicen es verdad, pero su apego a la teoría los lleva a decir: "Tal vez la evolución no crea nuevos seres vivos hoy, pero désele tiempo, y se obtendrán nuevas especies" -pero esto es filosofía, no ciencia. Su fe en la teoría también los lleva a extrapolar. La extrapolación (estimación más allá del rango del conocimiento) es un procedimiento peligroso, advierte el Dr. Norman Macbeth: "Si usted tiene una base amplia de observaciones profundas, usted puede extenderse un poco hacia el final sin mucho riesgo; pero si la base es pequeña o insegura, la extensión lo puede llevar a errores grotescos. Así, si usted observa el crecimiento de un bebé durante sus primeros meses, la extrapolación hacia el futuro le mostrará que el niño será de aproximadamente 2.5 m cuando tenga seis años. Por tanto, todos los estadísticos recomiendan precaución en las extrapolaciones. Darwin, sin embargo, cayó en este error sin prevenirse".
Note los puntos de vista de Mark Twain en cuanto a la extrapolación: "En el espacio de 176 años, el bajo Mississippi se ha acortado en 242 millas. Esto es un promedio del triple por milla y una tercera parte por año. Por tanto, cualquier persona que no es ciega ni idiota puede ver que ... dentro de 742 años a partir de ahora, el bajo Mississippi tendrá sólo una milla y tres cuartos de largo e Illinois y Nueva Orleans habrán unido sus calles y estarán viviendo confortablemente con un gobierno mutuo. Hay algo fascinante en la ciencia. Uno llega a tales conclusiones a partir de aseveraciones frívolas según algunos hechos dados".
Discontinuidad Entre Tipos
El hecho de la discontinuidad es tan obvio como el hecho de la variación. Encontramos las diferentes clases de seres vivos distintamente separados -perros, gatos y elefantes; palmas, cedros y abetos. La misma discontinuidad claramente definida ocurre entre los fósiles (lo cual consideraremos en el capítulo 11).
Entonces, aunque haya variedades de caballos y lo mismo es verdad en las vacas, existen entre las vacas y los caballos una brecha claramente definida. Hay brechas imposibles de sortear entre todas las diferentes clases y ninguna cantidad de variación ha dado siquiera el inicio para sobrepasar estas brechas. Pero si la evolución fuera cierta, las brechas no deberían causar tanta dificultad. Porque si todos los organismos realmente descendieran de un ancestro común, todos deberían estar interconectados en algún grado imperceptible. Este hecho crucial es admitido por un evolucionista nadie más y nadie menos que el profesor Dobzhansky de la Universidad de Columbia cuando dice: "Si ensamblamos en el tiempo tantos individuos como podamos, notaremos de una vez que la variación observada no forma ninguna clase de distribución continua . Más bien, se encontrarán una multitud de distribuciones discretas separadas. El mundo viviente no es un conjunto simple donde dos variantes están conectadas por una serie irrompible de intergrados; más bien es un arreglo de conjuntos más o menos separados donde los intermedios están ausentes o a lo menos raros".
De hecho, por todas partes lo vemos en el mundo de la naturaleza, vemos colonias, familias o grupos distintos de seres vivos que conforman los tipos básicos. Y estas familias no pueden ser mezcladas. Los perros siempre se cruzarán con perros pero nunca se podrán aparear con éxito con los gatos u otros animales para producir un nuevo ser. Sólo se podrán reproducir entre su propio tipo.
George Gaylord, un evolucionista con credenciales, libremente admite: "Los cruces ... casi nunca son satisfactoriamente posibles en el nivel del género y absolutamente imposible en otro nivel superior".
Y el evolucionista Gavin De Beer señala en su libro sobre Darwin: "... una especie no crece a partir de la simiente de otra especie".
Los híbridos, por supuesto, se pueden producir. La hibridación es simplemente el cruce de dos organismos diversos lo suficiente como para constituir por lo menos variedades diferentes de una sola especie, tal como las flores rojas y amarillas en el girasol, o lobo y coyote. Pero la variabilidad está aún limitada dentro del tipo básico. Por ejemplo, los campesinos han tenido gran éxito en la producción de maíz híbrido. Pero no importa de dónde haya salido ese maíz, siempre ha sido maíz. No podría haberse logrado con una planta diferente.
Además, el fruto de un híbrido con frecuencia es estéril y se requiere la constante hibridación. Un caballo, por ejemplo, puede cruzarse con una burra y se puede producir el híbrido que llamamos mula. Pero las mulas han alcanzado los límites de variabilidad y no se pueden reproducir entre ellas como especies permanentes. Note esta iluminadora afirmación del Dr. Goldschmidt: "De ninguna manera se han traspasado los límites de las especies, y estos límites son formas separadas de los límites de la siguiente especie por la brecha insorteable, lo cual también incluye la esterilidad".
La Tragedia de Darwin
Mientras trabajaba en su libro aún no publicado, Darwin escribió una carta significativa a uno de sus amigos y confidentes, el botánico Joseph Hooker, en la cual dijo: "Yo estoy casi convencido (aunque contrario a la opinión con la que inicié) de que las especies no son (es como confesar un asesinato) intermutables." ¿Por qué Darwin sentía que decir que las especies no son intercambiables "es como confesar un asesinato"?
La tragedia de Darwin fue su equivocada comprensión de la enseñanza del Génesis de la Biblia. El le permitió a hombres que eran poco estudiantes de la Biblia que le enseñaran lo que la Biblia decía. Además, la iglesia tenía una visión estrecha en cuanto a los orígenes, especialmente en cuanto a la fijación de las especies.
3. EL LAMARCKISMO NO FUE LA RESPUESTA
A principios de 1800, aquellos que creían en la evolución aceptaron la idea de que las características adquiridas por un organismo durante su periodo de vida podían ser transmitidas a sus descendientes. La doctrina de la herencia de características adquiridas llegó a conocerse como "lamarckismo" a causa del zoólogo francés Jean Baptiste Lamarck. Pero Lamarck mismo no fue el único evolucionista que enseñó esta idea.
Darwin, por ejemplo, "creyó que cualquier variación adquirida por el cuerpo podía, tarde o temprano, imprimirse en las células germinales [células sexuales de la reproducción] y llegar a ser una variación inherente (herencia de características adquiridas). Por lo tanto, no le costó dificultad aceptar la idea de que ciertas variaciones del tipo Lamarckista -variaciones determinadas por el uso, por la actividad- pudieran jugar un papel dentro de la evolución". Un libro llamado "La Evidencia de la evolución" (The Evidence of Evolution) señala a Darwin al admitir su concordancia con Lamarck: "Las conclusiones a las que he llegado no son tan diferentes de las de él".
Darwin, Lamarck y otros razonaron que el uso y desuso, el ejercicio y la actividad podían afectar el cuerpo y que tales efectos podían ser transmitidos por herencia. Así pues, las jirafas obtuvieron cuellos largos porque acabaron con la vegetación y tenían que estirar su cuello para alcanzar las hojas más altas. De esta forma, cada generación transmitió a sus descendientes cuello cada vez más largo. (¡Nadie ha visto evidencia, ni en vivo ni en fósil, de jirafas con cuello corto, pero eso no importa!). Por la misma lógica, los pájaros pudieron haber desarrollado grandes alas debido a su constante vuelo.
Si la teoría de Lamarck fuera correcta, ¡los gatos podrían ser capaces de operar como abrelatas y todas las madres tendrían doce manos! Pero el lamarckismo simplemente no es verdad y ha sido ampliamente desaprobado tanto por experimentación como por el creciente conocimiento de la genética. Las características adquiridas por los individuos durante su vida pueden afectar su cuerpo, pero no generan cambios en las células reproductoras que contienen la información hereditaria. Si usted pierde un dedo en un accidente, su hijo nacerá siempre con los dedos completos. Aunque las mujeres chinas han mantenido sus pies pequeños en tamaño debido a que se los apretaban cuando eran niñas, aún las mujeres chinas de hoy nacen con sus pies de tamaño normal.
Herbert Spencer, un influyente evolucionista contemporáneo de Darwin, estaba tan convencido del lamarckismo que escribió: "La atenta contemplación de los hechos me impresionan fuertemente en cuanto a dos alternativas: o se ha dado la herencia de caracteres adquiridos o no ha existido la evolución".
Pero otros, como Augusto Weisman, no podían aceptar el lamarckismo. Weisman fue uno de los primeros científicos alemanes en apoyar la teoría de Darwin pero también uno de los primeros en demostrar la falsedad de la herencia de características adquiridas. En un experimento, él cortó la cola de los gatos durante varias generaciones, pero los gatos jóvenes siempre nacían con sus colas normales y largas como siempre. "Su crítica en este punto es de autoridad y nunca ha sido refutada". Pero ¿necesita la evolución la idea del lamarckismo? "A esto, Weisman respondió que es indigno para un científico pretender tomar un caso aislado para un fenómeno comprobadamente errado ante una teoría que está en constante estudio".
Todavía a estas teorías acariciadas les cuesta morir y Ernst Haeckel, un notable evolucionista nacido en Alemania en el mismo año de Weismann, escribió: "Creer en la herencia de características adquiridas es un axioma necesario ... En lugar de estar de acuerdo con Weisman quien niega la herencia de características adquiridas, sería mejor aceptar la misteriosa creación de todas las especies como se describe en el relato mosaico [de la Biblia]".
Hoy sabemos que la herencia es controlada por los genes que se encuentran en las células sexuales. Únicamente las alteraciones en los genes de las células reproductoras son hereditarios. Los tratados de herencia adquirida no hacen parte de la evolución y el lamarckismo hoy existe como un "relato lunático" de la biología, tratando de atrapar la imaginación de algún pensador especulativo.
4. LAS MUTACIONES NO SON LA RESPUESTA
La nueva ciencia de la genética (de la cual Darwin no conocía nada, puesto que emergió después de su tiempo) ha encontrado cuatro causas para la variación entre los seres vivos: 1- recombinaciones; 2- hibridación; 3- cambios cromosomáticos y, 4- mutaciones genéticas. La primera de estas, recombinaciones de genes, es la causa común de cambio. Siempre está presente cuando se da la reproducción sexual y muestra los cambios virtualmente conocidos hoy en la naturaleza. Ella simplemente combina, en un individuo, características de los dos padres -como decimos, "él sacó los ojos de la mamá y la barbilla del papá".
Las recombinaciones ocurren así: dentro del núcleo de cada célula de planta o animal, hay pequeños corpúsculos en forma alargada llamados cromosomas. Los cromosomas siempre vienen en pares -un miembro de cada par viene del padre y el otro de la madre. Cuando la reproducción toma lugar, ocurre por medio de las células sexuales: el espermatozoide en el macho y el huevo en la hembra. Pero estas células sexuales difieren de las células ordinarias porque sus cromosomas no están en pares sino individuales. (Esto se debe a la división por reducción ocurrida cuando las células sexuales se formaron y los pares de cromosomas se fraccionaron. En el macho un miembro del par de cromosomas va a un espermatozoide y el otro a otro. En la hembra, cuando se forma el óvulo, éste recibe un cromosoma y descarta el otro).
Así pues, el esperma y el óvulo cada uno lleva sólo la mitad de cada par de cromosomas y, cuando ocurre la fertilización y el esperma se une al óvulo, el número completo de cromosomas es restaurado. Este proceso es conocido como "recombinación", y en cada reproducción hay una reducción y recombinación de cromosomas.
Puesto que los cromosomas contienen los genes que determinan características tales como el color, tamaño y forma, etc., y debido a que nunca sabemos exactamente cómo los factores genéticos de los padres se recombinarán en la nueva generación, la recombinación es una fuerza potente de cambio. Obviamente, Dios planeó para la variedad, pues el número posible de combinaciones genéticas es astronómico, ¡y virtualmente cada uno, excepto los gemelos, tienen una combinación genética diferente de cualquier otro individuo que alguna vez haya vivido!
Sin embargo, en la medida que el término mismo implica, la recombinación de genes no introduce nada nuevo sino únicamente reorganizaciones de factores ya presentes. La recombinación no puede producir tipos básicos nuevos, porque consiste sólamente en nuevas agrupaciones, orden diferente, un reensamblamiento de genes que ya están a la mano.
Como explica el Dr. Burns en su libro La Ciencia de la Genética: Una Introducción a la Herencia (The Science of Genetics: An Introduction to Heredity): "Las recombinaciones ... meramente redistribuyen el material genético existente entre los diferentes individuos; no generan cambio en ellos". Es claro, entonces, que este proceso tiene poco que ver con la evolución.
La hibridación también ofrece poca esperanza para los evolucionistas en sus investigaciones en cuanto a un mecanismo de cambio evolutivo. Los híbridos, como sabemos, son siempre estériles. Más resaltante es que la hibridación es obviamente otra forma de recombinación, con nada presente en el híbrido que no esté presente en uno o ambos padres.
Los cambios cromosomáticos, llamados ploidismo (heteroploidismo, poliploidismo), resultan cuando el número de cromosomas es duplicado o triplicado, etc. Pero el poliploidismo, en el primer caso, difícilmente se da en los animales y es más raro en las plantas. En el segundo caso, con frecuencia produce generación débil con bajo nivel de variabilidad y consecuente pérdida de poder competitivo. El poliploidismo, por tanto, cuando ocurre entre las plantas, no ofrece material promisorio para la evolución progresiva. Y finalmente, el poliploidismo no añade nuevos tipos de genes a las plantas, porque la duplicada cantidad de genes contiene la misma variedad de genes de los de la raza que no ha sufrido este fenómeno. De hecho, este método ha sido rechazado como mecanismo de evolución porque no ha añadido nada nuevo.
Esto nos lleva a las mutaciones, término proveniente de la palabra latina que significa "cambiar". Las mutaciones se deben a los cambios en los genes mismos. Fue el botánico alemán Hugo De Vries quien, alrededor de 1901, teorizó por primera vez que la formación evolutiva de las especies se debió no a los cambios graduales sino a mutaciones repentinas. Es verdad que las mutaciones son más promisorias que el lamarckismo (que no tiene poder para cambiar los genes en las células sexuales) y la recombinación (que no añade nada nuevo). Las mutaciones son un hecho muy real en la naturaleza y son el responsable de los unicornios, las uvas sin semilla y las naranjas tangelo.
Pero algunos evolucionistas piensan en las mutaciones como la lámpara de Aladino que creará los cambios necesarios para pasar las brechas de la evolución. Tanto Sir Julián Huxley como Dobszhansky de la Universidad de Columbia dicen que las mutaciones proveen "el material primario para la evolución". Y Ernst Mayr, profesor de zoología en Harvard y una autoridad líder en el tema, adiciona: "No debe olvidarse que la mutación es la última fuente de toda variación genética encontrada en poblaciones naturales y es el material primario de fácil obtención para que la selección natural ocurra".
La investigación desesperada de los evolucionistas de un mecanismo que produzca evolución se muestra por el hecho de que se ven forzados a aceptar las mutaciones. Ellos seleccionaron las mutaciones no porque ofreciera una posibilidad lógica buena, sino porque los otros elementos que parecían ofrecer buenas posibilidades fueron descartados. Uno a uno, se ha mostrado que estos no pudieron haber obrado para que se diera la evolución porque no añaden nada nuevo sino que refuerzan aquellas características ya presentes en el mecanismo de la herencia. Las mutaciones pueden constituir la última y mayor esperanza en la tierra para un mecanismo evolutivo -pero, desafortunadamente para los evolucionistas, las mutaciones presentan más problemas que posibilidades.
La Mayoría de las Mutaciones son muy Pequeñas
Los efectos de cualquier mutación, ahora, se creen demasiado pequeños para que tengan algún valor significativo para la evolución. Para citar al profesor Mayr de nuevo (en una afirmación que prácticamente contradice sus palabras citadas anteriormente): "Nosotros ahora creemos que las mutaciones no guían a la evolución; el efecto de una mutación es tan pequeño como para notarse".
Los evolucionistas saben que las mutaciones con pequeños efectos son mucho más comunes que aquellas con efectos marcados y ellos luchan ante la evidencia de que las mutaciones con efectos NO VISIBLES son las más comunes de todas (aunque no haya sentido en esto, porque si no podemos ver una mutación o detectarla de alguna forma, ¿cómo puede alguien decir que existe de todos modos?).
"Después de observar las mutaciones en las moscas de las frutas durante muchos años, el profesor Goldschmidt cayó en el desespero. Los cambios, lamentó él, fueron tan ínfimos que si mil mutaciones se combinaran en un espécimen, aún no habría nuevas especies". Pero Goldschmidt, el respetado genetista de la Universidad de California, tal vez encontró la única salida para los evolucionistas. ¿Su única solución? Una Gran mutación; una que no se acumuló gradualmente; una que violó todas las teorías genéticas; una que podría ser fatal bajo cualquier circunstancia normal. Él la llamó la "hipótesis del monstruo esperanzador". Simplemente ocurrió que algo cayó en un huevo -¡y algo más nació!
Pero muchos aun entre los evolucionistas creen que Goldschmidt fue el que puso el huevo, puesto que no hay clara evidencia para apoyar su hipótesis del "huevo esperanzador". Como lo afirma Dobszhansky: "Las mutaciones sistémicas [grandes mutaciones que transforman una especie en otra] no se han observado nunca y es extremadamente improbable que las especies se hayan formado de una manera tan abrupta".
Las Mutaciones son muy, muy Raras
Las mutaciones no son sólo pequeñas sino también excesivamente raras. Las combinaciones al azar de mutaciones favorables requeridas para producir aún la mosca de la fruta, sin pensar en llegar hasta el hombre, son tan raras que los vestigios que pudieran expresar el contenido genético requieren un número que contiene tantos ceros como tantas letras que contiene una novela de páginas promedio, "un número más grande que el de todos los electrones y protones en el universo visible", como dijera Sir Julián Huxley.
La aseveración de Huxley es verdadera porque las mutaciones son tan raras que simplemente no se pueden acumular en cualquier organismo. Aun las mutaciones simples son raras. En Science Today, el evolucionista C. H. Waddington, profesor de genética snimal en la Universidad de Edimburgo, dice que "una mutación ocurre rara vez, tal vez una en un millón de animales o una vez en un millón de periodos de vida". ¡Atreverse a decir que las mutaciones son pocas y lejanas es entendimiento clásico!
Puesto que las mutaciones son tan raras, los científicos han usado como elemento de laboratorio la mosca común de la fruta. Thomas Hunt Morgan y sus colegas de la Universidad de Columbia sometieron la mosca de la fruta (Dr.osophila melanogaster) a experimentación genética por más de mil generaciones, debido a que la mosca puede pasar por 26 generaciones en un año. También el profesor Hermann J. Müller encontró que bombardeando la drosophila con rayos X podía aumentarse la tasa de mutación en cien y cincuenta veces.
Así que ellos alumbraron a la mosca con rayos X y tuvieron éxito en la obtención de mutaciones. Los ojos cambiaron de color, las alas cambiaron su forma y el número de pelos en su cuerpo cambió con ciertos límites. Pero las moscas mutantes que sobrevivieron aún eran moscas de la fruta. Nunca cambiaron a mosquito o a otro animal diferente.
Puesto que las mutaciones simples son tan raras, las mutaciones múltiples y simultáneas son imposibles. El profesor George Gaylord Simpson, un ardiente evolucionista, enfrenta este hecho: "Obviamente, -él concluye-, tal proceso [de mutaciones múltiples] no se ha dado en la evolución". Él explica que aún bajo las circunstancias más favorables, "Los cambios en mutación múltiple y simultánea parecen ser ... sin duda insignificantes". ¡Él estima que la probabilidad de siquiera cinco mutaciones en el mismo núcleo podría ser de:
0.000000000000000000001
(esto es, un punto decimal con 21 ceros entre él y el número 1)! Simpson explica: "Con un promedio de población efectivamente alimentada de 100 mil millones de individuos y un promedio de vida de un día, y considerando postulados extremadamente favorables, en tal caso [de cinco mutaciones por cada organismo] sólo se esperarían resultados una vez en 274 billones de años o cerca de cien veces en años la edad probable de la tierra. Obviamente ... tal proceso no ha tenido nada que ver en la evolución".
Las Mutaciones Son Usualmente Peligrosas y a veces Letales
Es muy bueno que las mutaciones sean raras como lo son, porque ellas casi siempre son peligrosas. En los experimentos con la mosca de la fruta, la mayoría de las mutaciones fueron letales. Los cambios letales pueden causar la muerte en cualquier estado de desarrollo desde huevo fertilizado hasta adulto.
Aun Sir Julián Huxley admite: "... la gran mayoría de genes mutantes son peligrosos en sus efectos en el organismo". El Dr. Ernst Mayr hace eco a sus palabras cuando dice: "Difícilmente se puede cuestionar que la mayoría de mutaciones visibles son peligrosas". Y el profesor Hermann J. Müller, genetista que recibió el premio nobel en 1946 por su trabajo con las moscas de la fruta, declaró a secas: "En más del 99% de los casos de mutación de un gen se produce el mismo efecto nocivo con problemas de perturbación de las funciones".
De nuevo Müller señaló: "La mayoría de las mutaciones son malas. De hecho, las buenas son tan raras que todas sin distinción se pueden considerar malas". Las mutaciones genéticas son causadas frecuentemente por bombardeos con radiación o por agentes químicos. Las bombas atómicas que explotaron en el Japón en 1945 causaron muchas mutaciones resultando en deformaciones o muerte. Esa es la razón por la cual los investigadores tienen gran precaución de protegerse de la radiación. Las drogas químicas tranquilizantes como la talidomida también causan terribles daños produciendo bebés horriblemente deformados, algunos sin piernas o sin brazos. Las mutaciones también han producido animales albinos y humanos albinos, desórdenes mentales, problemas en la sangre (hemofilia) y otros efectos dañinos. La mayoría de los mutantes se consideran simplemente "monstruosidades" o rarezas de la naturaleza: peces de doble cabeza, peces de un solo ojo y gemelos siameses.
Así pues, un cambio en un gen es usualmente negativo. Prácticamente todas las mutaciones -como accidentes en las maquinaria genética viviente,- son degenerativas y cuando son extensas, el organismo es usualmente destruido.
John J. Fried, en su libro El Misterio de la Herencia (The Mistery of Heredity), habla del verdadero carácter de las mutaciones: "Tenemos que enfrentar un hecho particular, tan peculiar que en la opinión de algunas personas, hace que toda la teoría de la evolución pierda su sentido: aunque la teoría biológica clama por la incorporación de variantes benéficas en las poblaciones vivientes, una vasta mayoría de las mutaciones observadas en cualquier organismo es desastrosa para su bienestar".
Esta paradoja fuerza a Dobshanzky a admitir: "Una mayoría de las mutaciones, tanto las que se hacen en el laboratorio como las que se observan en el mundo natural, produce deterioro vital, enfermedades hereditarias y monstruosidades. Tales cambios, podría parecer, pueden difícilmente servir como bloques en el edificio de la evolución".
Y en su libro publicado en 1963 "Progreso y Declinación" (Progress and Decline), el profesor Hugh Miller habla de "la relativa rareza de estos cambios mutantes" y dice que su efecto es "con mayor frecuencia letal. La gran importancia acotada corrientemente a las mutaciones genéticas como un factor en la historia evolutiva es, en parte, el resultado de expectativas erróneas inicialmente consideradas por sus descubridores". Ahora podemos entender al profesor Hooton de Harvard cuando confiesa: "Ahora tengo el temor de que muchos antropólogos (incluyéndome yo mismo) hayan pecado contra la ciencia genética y estén colgándose de una rama partida cuando dependen de las mutaciones".
Finalmente es bueno recordar que en todos los miles de mutaciones estudiadas, los cambios mutantes nunca han logrado más que producir nueva variedad de un organismo que ya existe. Ningún tipo básico nuevo ha surgido entre los mutantes. El Dr. Maurice Caullery fue profesor honorario en La Sorbona en París, cuando señaló que las mutaciones, como mecanismo del cambio evolutivo, falla miserable y totalmente, porque: "Pese a las 400 mutaciones que se han provisto de la Dr.osophila Melanogaster, ni una de ellas puede considerarse nueva especie. Parece, por tanto, que el problema central de la evolución no puede ser resuelto por las mutaciones".
5. SELECCIÓN NATURAL O LA SUPERVIVENCIA DEL MÁS APTO
Ahora llegamos al corazón de la teoría de Darwin. La selección natural fue su modus operandi, su respuesta al cómo y al por qué de la evolución toman lugar. Darwin aún fue más lejos hasta el punto de titular su libro "Sobre El origen de las Especies por Medio de selección natural" (On the Origin of the Species by Means of Natural Selection). "Sin selección natural", declaró Darwin, "la teoría de la descendencia sería ininteligible e improbable".
La idea de Darwin aquí se basa en el simple hecho de que las cosas vivas producen más descendientes que luchan por la supervivencia y que cualquier ventaja favorable que algunos individuos tengan sobre otros les dará la mejor oportunidad para sobrevivir y reproducir su tipo. Pero esta idea no fue realmente original de Darwin. George Gaylord Simpson, un convencido evolucionista y tal vez, el escritor guía de la teoría, admite que "... no hay prácticamente nada en las teorías de Darwin que no hubiera sido expresado por otros mucho antes que él".
Por ejemplo, Darwin tituló su capítulo de este tema: "selección natural o la Supervivencia del más Apto". La segunda parte de ese título fue tomada prestada de Herbert Spencer, quien acuñó esta frase y publicó sus ideas sobre evolución biológica antes de que los puntos de vista de Darwin fueran conocidos. Y el título de otro capítulo clave, "La Lucha por la Existencia", lo tomó Darwin de Thomas Malthus después de haber leído su "Ensayo sobre el Principio de Población" (Essay on the Principle of Population).
Malthus era un economista, no un biólogo, quien afirmó que la vida se tendía a incrementar más que el alimento dando como resultado una superpoblación y una lucha por la existencia. Aunque Darwin alabó a Malthus extravagantemente, debió haber reconocido que no puede haber distinción entre la vida y el alimento puesto que el alimento se hace a partir de seres vivos (o sustancias provistas por cosas vivas) y que las plantas y animales pequeños, sirviendo como alimento a los animales más grandes se reproducen más rápido que los animales grandes. Himmelfarb habla de la "falacia básica de Malthus ... la contradicción interna en la teoría de Malthus la cual Darwin, como tantos otros, fallaron en reconocer... . Porque si los seres humanos tendieran a incrementarse geométricamente, también así las plantas y animales -y tal vez más que geométricamente, su tasa natural de reproducción sería, en tal caso, mayor que la del hombre".
El hecho de que esta idea central no sea original en la teoría de Darwin no es importante si la selección natural aún contiene algún valor para ayudar a la ciencia a descubrir los secretos de la naturaleza. Obviamente, Darwin pensó que era una valiosa idea, o si no no la hubiera hecho elemento básico de su teoría. Y algunos modernos evolucionistas como Julián Huxley aún arguyen que la selección natural es el único factor en la evolución: "El descubrimiento del principio de la selección natural ... ha rendido a toda otra explicación contra la evolución. Hasta donde conocemos, la selección natural no solamente es inevitable, no solamente es una agencia efectiva de evolución, sino que es la única agencia efectiva de la evolución". Sir Gavin De Beer, eminente zoólogo británico, se une a Huxley: "... así que sólo la selección natural queda, y es la selección no las mutaciones, la que controla la evolución".
Pero su entusiasmo por la selección natural es raro entre los evolucionistas hoy. Como es confirmado por el evolucionista Sir James Gray, profesor de zoología en la Universidad de Cambridge: "Todos los biólogos no están igualmente satisfechos ..... Hemos bien sea llegado a aceptar la selección natural como la única guía confiable para el mecanismo de la evolución, y estar preparados a admitir que esto involucra un elemento considerable de especulación, o sentir en nuestros huesos que la selección natural, operando en mutaciones sucesivas permite muchas oportunidades .... Pero su posibilidad de acertar es tan buena como la mía".
Y Ernst Mayr, un eminente evolucionista, afirma: "La selección natural no se considera más como un proceso sinequanum sino más bien como concepto puramente estadístico". ¿Siente el biólogo Jean Rostand que la selección natural es una explicación adecuada? "No, decididamente, no puedo obligarme a mí mismo a pensar que estos 'deslices' de la herencia [mutaciones] hayan sido capaces, aun con la cooperación de la selección natural, aun con la ventaja de los inmensos periodos de tiempo en los cuales evolucionó la vida, construir el mundo entero ... No puedo persuadirme a mí mismo que el ojo, el oído y el cerebro humano hayan sido formados de esta manera ... ¿debe una persona decir que está convencida cuando de verdad no lo está? Por cualquiera que sea la razón por la que mi negación es digna, no disentiré de ella". Y otro evolucionista, nada menos que George Gaylord Simpson dice de la selección natural que "...la teoría es muy insostenible y tiene su fundamento sólo en la especulación".
Finalmente, aun el mismo Darwin, en una confesión enmarcable encontrada en su segundo libro El Ancestro del Hombre (The Descent of Man), explicó que él había errado formalmente al dar demasiada prominencia a la selección natural: "Yo ahora admito ... que en las primeras ediciones de mi libro El Origen de las Especies probablemente atribuí demasiado a la acción de la selección natural o la supervivencia del más apto".
¿Por qué esta repentino reanálisis de valor para este punto crucial? Es porque la selección natural falla en dos elementos. Como lo veremos, la selección natural es tanto:
Lo que la selección natural no Puede Hacer
Himmelfarb informa que "un creciente número de científicos ... han llegado a cuestionar la veracidad y propiedad de la selección natural. Y estos ni son religiosos ni aceptan contenidos filosóficos. Un devoto tan excepcional de la ciencia y del método científico, Bertrand Russell ha dicho que 'el mecanismo particular de la selección natural' no es más considerado por los biólogos como adecuado".
La antigua guerra de apoyo a la "selección natural" ha perdido la mayor parte de su popularidad, porque todos los que han considerado cuidadosamente el tema saben que la mera selección no tiene la posibilidad de originar algo. La selección -ya sea hecha por el hombre o por la naturaleza-, no puede crear nada nuevo sino solo hacer más cambios en tipos ya existentes. La selección natural falla como agente causante porque el mero colocar un ser en un medio donde se han exterminado agentes negativos no puede crear nuevas variaciones. Entonces, como originador de variaciones favorables, la selección natural es completamente impotente y nunca explica el real origen de todo. Alguien ha dicho que la selección natural ¡puede explicar la supervivencia del más apto mas no la aparición del más apto!
"Una Rosa Rosa es Rosa ..."
El pensamiento de Gertrude Stein del que se toma este subtítulo puede ser adecuado como comentario poético, pero es difícilmente iluminador en el campo científico -y no tiene nada que ver con la idea evolutiva de la selección natural. La razón es que la selección natural, o la supervivencia del más apto, es una tautología (repetición innecesaria de una simple idea, como para expresar más que un concepto). Por ejemplo, no explica mucho decir: "Tu sordera es causada por la disparidad de tu sentido del oído". La anterior afirmación es una tautología sin sentido.
El Dr. Norman Macbeth, un abogado que estudió en Harvard quien, escribió un devastador documento sobre la evolución y el pensamiento evolucionista en su penetrante libro Darwin Rechazado (Darwin Retried), enfoca esta debilidad inherente, esta inhabilidad de la teoría para explicar el cómo de la evolución. Él señala que algunas de las especies se han multiplicado mientras que otras han permanecido estables y aun otras se han reducido o han muerto. Este hecho obvio ha sido comprobado por todos y no requiere futuras demostraciones. El problema es explicar por qué y cómo ocurre esto. "Aquí tenemos la pregunta: ¿por qué algunos se multiplican mientras que otros permanecen estables, reducidos o mueren? Para lo cual se ofrece esto como respuesta: porque algunos se multiplican mientras que otros permanecen estables, reducidos o mueren. Los dos lados de la ecuación son los mismos. Tenemos una tautología. La definición no tiene sentido".
Por ejemplo, el profesor Simpson dice: "Yo ... defino selección, término técnico en los estudios evolucionistas, como algo que tiende sistemáticamente a producir cambios hereditarios en poblaciones entre una generación y la siguiente". Y Macbeth pregunta: "¿Pero es esa amplia definición útil para algo? Estamos tratando de explicar qué es lo que produce el cambio. La explicación de Simpson es la selección natural, la cual él define como lo que produce el cambio. Ambos lados de la ecuación son otra vez los mismos; de nuevo tenemos una tautología ... Si la selección es algo que tiende a producir cambio, él está diciendo que lo que cambia es causado por lo que causa cambio ... La explicación sigue sin ser explicada".
Cuando a los evolucionistas se les pregunta ¿cómo determinamos quién es el más apto?, nos informan que determinamos esto por medio de la prueba de supervivencia, -no hay otro criterio. Pero esto quiere decir que una especies sobrevive porque es la más apta y es la más apta porque sobrevive, lo cual es un razonamiento circular y es equivalente a decir que si cualquier cosa existe, es porque es apta. Nada ha sido explicado; es una tautología sin sentido.
Es sorprendente que, algunos evolucionistas líderes como C.H. Waddington, ¡reconocen estos cortos alcances y aún no los objetan! Él dijo: ¡"La selección natural, que fue en principio considerada como la hipótesis necesaria para la comprobación experimental y de observación, se convierte en una tautología ... Ésta indica que el más apto de los individuos en una población (definida como aquellos que se reproducen), se reproducirán ... Este hecho en ninguna manera reduce la magnitud de los logros de Darwin ... los biólogos notan el enorme poder del principio como arma de explicación!".
Otros como J. B. S. Haldane minimizan el problema diciendo: "... la frase 'supervivencia del más apto', tiene algo de tautología ... No hay nada de malo en señalar la verdad en dos formas diferentes". Pero Macbeth dice: "Esto es un error craso. No hay nada de malo en presentar la misma verdad de dos maneras diferentes, si uno muestra lo que hace la una para conectar las dos afirmaciones con una frase tal como en otras palabras. Pero si la una se conecta con las afirmaciones con el término porque, lo cual es la característica de la tautología, esa engaña o al lector o se niega a sí misma o engaña a ambos; hay un amplio elemento negativo en esto. En el caso más simple, donde a uno se le dice que un gato es negro porque es negro, puede no causar dificultades, aunque es irritante al oído e inútil; pero los casos actuales son siempre más difíciles de detectar que esto, y pueden obscurecer el pensamiento durante mucho tiempo".
Hace decenios, el profesor E. W. MacBride en el importante periódico científico inglés Nature, declaró: "Sin embargo, de una cosa estoy cierto, y es de que la selección natural no ofrece ninguna explicación para un paso milimicrométrico a cualquier otra forma de evolución. No significa más que 'los sobrevivientes sobreviven'. ¿Por qué sobreviven ciertos individuos? Porque son los más aptos ¿Cómo sabemos que son los más aptos? Porque sobreviven".
¡No es justo que muchas de las mentes científicas líderes del mundo puedan encontrar sólo esta cantidad de pensamiento real en ese eslogan por el cual durante tanto tiempo se ha encarcelado por millones la verdadera esencia de la sabiduría científica!
6. CLASIFICACIÓN Y COMPARACIÓN ANATÓMICA
Los argumentos para la evolución orgánica a partir de la comparación y clasificación anatómica están tan íntimamente conectadas que pueden mejor ser consideradas juntas. El argumento a partir de la clasificación es corto y claramente definido. Éste es el sistema moderno de nombrar y clasificar las plantas y animales, además de ser un sistema conveniente, también muestra la verdadera relación consanguínea de uno con otro.
Pero el sistema de clasificación de hoy ha sido ampliamente desarrollado por evolucionistas con el propósito de ilustrar la supuesta herencia evolutiva de los seres vivos (¡esto es como querer cortar el metro para añadírselo al vestido!). Lo anterior es admitido por el mismo Sir Julián Huxley. Tal clasificación no es un testigo independiente para la evolución. Ha estado en coalición con los defensores y ha sido contratada para testificar. Aún así, su evidencia puede ser interpretada mucho más razonablemente en favor de la creación y en contra de la evolución, como lo veremos.
El campo de la clasificación también es conocido como "taxonomía" o "sistematización". Nótese lo que Earnest Albert Hooton, antropólogo evolucionista de Harvard, durante más de 40 años, dice en cuanto a esto: "El negocio de la taxonomía, o clasificación zoológica, funciona bien para categorías definidas, tales como clases, órdenes ... y familias. Como las grandes empresas en el mundo comercial, se enmascara bajo un disfraz de eficiencia y seguridad lo cual se prueba ser ilusorio bajo estricto examen. Formalmente estuve bajo la impresión de que las indiscreciones taxonómicas eran peculiares a los antropólogos, pero ahora estoy convencido de que los clasificadores zoólogos pueden ser tan disolutos e irresponsables como un empresario descuidado. Además, mientras más inspecciono los árboles familiares del hombre, tan fácilmente construidos por estudiantes de paleontología humana, incluyéndome yo, más estoy inclinado a estar de acuerdo con el poeta que dice que 'Sólo Dios puede hacer un árbol'".
El profesor Hooton es justificado por su forma de referirse a los taxonomistas porque la
clasificación es altamente subjetiva. Es con frecuencia verdad que la opinión subjetiva,
no el hecho objetivo, es lo que principalmente decide el grado de supuesta relación
evolutiva. Los encasillamientos usados por los clasificadores son frecuentemente asunto de
opinión. E. W. MacBride, de la Universidad de Londres, deplora "lo que la ecuación
personal en enorme extensión entra en la determinación de estas cuestiones".
Y Paul Waterwax, profesor de botánica de la Universidad de Indiana dice: "Los botánicos están aún en desacuerdo amplio en cuanto a la agrupación apropiada de muchas plantas, pero porque no están de acuerdo en sus teorías en cuanto al origen de las diferencias que separan los grupos".
Hemos ya visto cómo los taxonomistas han encontrado gran dificultad para definir un término básico y crucial como "especie". Esta dificultad no es por ninguna razón imaginaria. Como dice el Dr. Ernst Mayr: "Puede no ser exageración si yo digo que hay probablemente tantos conceptos de especie como estudiantes y sistemáticos pensadores en especiación". Sir Julián Huxley concuerda: "Aún los sistematizadores competentes no siempre están de acuerdo en cuanto a la delimitación de las especies". En otras palabras, se percibe que todos los biólogos no hablan el mismo idioma cuando usan entre ellos la palabra especie.
Otra disputa en los cuadriláteros taxonomistas está entre los animales "partidores" (splitters) y los "aterronadores" (lumpers) . Los primeros tienden a generar nuevas variedades y por lo tanto de una especie surgen muchas combinaciones. Los otros prefieren especies mayores y tienden a combinar varias especies antiguas para permitir una especie mayor. Esto parece como una broma inconclusa, pero Sir Julián solemnemente nos informa que "la batalla de los 'partidores' y los 'aterronadores' aún continúa". Así pues, podemos ver que la clasificación (que suena asombrosamente grandioso con sus nombres en latín y parece muy "científico" a la persona promedio) es simplemente un acto humano y frecuentemente tiene su fundamento en meras opiniones.
Hablando del caos que existe en la taxonomía de los primates, el paleontólogo y taxonomista de Harvard, George Gaylord Simpson, declara: "Una principal razón para esta confusión es que muchos de los trabajos sobre los primates [el más alto orden de los animales, incluyendo al hombre, los monos, micos, etc.] ha sido hecho por estudiantes que no tenían experiencia en taxonomía y que eran completamente incompetentes para penetrar en este campo; sin embargo, podían haber sido competentes en otro tipo de labores". ¡No es de extrañarse pues, que especímenes que un investigador agrupa como "familia" puedan, en la opinión de otro, no merecer más que el rango de "género"!
En el mejor de los casos, el sistema de clasificación es un acto humano y puede o no tener algún significado real en sí mismo. Asumiendo que muestre alguna relación real, la relación puede bien ser con un diseñador común en lugar de con un ancestro común. ¿El parecido entre automóviles como Taurus, Thunderbird y Lincoln muestra que han "evolucionado" de un modelo primario, o simplemente que fueron todos diseñados y construidos por la Compañía Ford Motor? Del mismo modo, un pez y un submarino tienen formas similares, pero nadie puede aseverar que son hermanos consanguíneos. De manera Similar puede esto implicar no una relación común sino un diseño común.
El profesor W. R. Thompson, en su prefacio a la edición del centenario del libro de Darwin, El Origen de las Especies, previno a sus compañeros evolucionistas contra el asumir la existencia de una relación evolutiva en la clasificación de los seres vivos. Él hace claro que no todas las cosas que pueden ser clasificadas tienen una relación de padre-hijo: "El arreglo de los elementos químicos ... es una clasificación cierta y así lo es el arreglo de las formas geométricas; pero para ello no hay consideraciones genealógicas involucradas ... Si deseamos erigir una clasificación genealógica ... debemos descubrir a partir de qué formas han descendido los organismos actualmente existentes. Si estos hechos históricos no pueden ser probados, entonces es inútil buscar substitutos y, a partir del hecho de que una clasificación es posible, nosotros no podríamos inferir que sea genealógica y que sea en algún sentido una prueba de la evolución".
De hecho, la verdadera posibilidad de una clasificación es una fuerte evidencia contra la evolución. Por ejemplo, los organismos son claramente categorizados en términos de especies, genus, familia, orden, clase, philum y reino. Pero lo más sencillo a lo que llamamos clasificación de los tipos básicos -con brechas claramente definidas entre ellos- no indica alguna relación evolutiva. Se indica justamente lo opuesto, porque si todos los organismos ubicados gradualmente descienden de un ancestro común, debería haber una asociación continua entre un tipo y otro. Debería ser imposible decir dónde se detiene una especie y comienza la otra, de tal modo que el sistema de clasificación llegaría a ser imposible.
Aun el Dr. Smith dice: "No es difícil mostrar que entre ellas [especies] existen las 'brechas insorteables' sobre las cuales estamos discutiendo". A causa de que esto es verídico, se necesita muy poca experiencia para distinguir un olmo de un roble, un murciélago de un escarabajo volador o un humano de un chimpancé.
Los científicos deben usar nuestro sistema de clasificación méramente como herramienta apropiada para evitar confusión al dar nombre a las plantas y animales y deben, a su vez, dejar de sostener que ello provee un retrato de herencia evolutiva.
Evidencia Morfológica
Ahora echemos un vistazo a la comparación anatómica, también llamada morfología. Aquí tenemos lo que los evolucionistas dicen al respecto: "La morfología se relaciona con la forma y la estructura de los organismos, y provee la más fuerte evidencia de evolución orgánica". Si esta evidencia constituye "una de las más fuertes" que los evolucionistas pueden encontrar, es desafortunado para la teoría porque aquí otra vez la así llamada "evidencia" descansa en una opinión subjetiva, no un hecho objetivo.
Por supuesto, cualquiera que compare las estructuras anatómicas se impresiona con ciertas similitudes entre varias criaturas. Por ejemplo, los brazos de los vertebrados tienen los mismos tres huesos: húmero, radio y ulnaW . También los pueden tener los así llamados pentadáctilos, es decir, animales cuyas extremidades tienen cinco dedos en cada pie y en cada mano. Esto es real, pero ¿qué significa? Bueno, aquí termina la evidencia y comienza la especulación. Los evolucionistas comienzan en este punto a especular que tal semejanza en los huesos puede significar únicamente la descendencia de un ancestro común. Los creacionistas creen que tales similitudes actualmente resultan del hecho de que la creación está basada en un plan maestro del Gran diseñador. Donde se requerían similares funciones, Dios usó estructuras similares, meramente modificando estas estructuras para que fueran útiles a las necesidades individuales de cada organismo.
Siempre hay que recordar que los hechos de la ciencia son una cosa, pero las conclusiones de los científicos pueden ser muy diferentes. Hay una diferencia entre observar ciertos hechos y sacar conclusiones de esos hechos. Darwin vio las similitudes y saltó a la conclusión de la evolución.
Pero la similitud de forma no es en ninguna manera prueba de origen. Uno puede mostrar similitudes de formas en todo un día y ni siquiera tocar la inquietud sobre los orígenes. El hecho de que ciertas plantas y animales se parezcan unos a otros no suple la información que los evolucionistas con tanta ansia buscan, la cual consiste en saber de dónde plantas y animales provinieron. Al ordenar sus libros en una gaveta en un sistema de graduación (dependiendo de su tamaño y complejidad), un estudiante también podría probar la "evolución" de ellos. Un argumento tal asume que cada cosa necesita ser probada.
Ninguno de nosotros desearía ser sentenciado a vivir toda la vida prisionero o en la cámara de gas por nada más que una evidencia circunstancial. El hecho de que hubiésemos estado en una casa cuando se cometió un crimen dentro no prueba que hayamos tenido qué ver con el crimen. Y el argumento para la evolución en este caso descansa en el mismo tipo de evidencia no satisfactoria. Más que proveer una "clara prueba" para la evolución, los patrones comunes de diseño señalan a un origen común, a partir de un Arquitecto o diseñador.
Génesis nos informa que Dios creó todo tipo de vida original, desde las formas simples hasta las más complejas. Pero al hacer formas más complejas, ¿por qué no empleó una sola regla de estructura para todas ellas -por ejemplo, una columna vertebral para toda una categoría de animales? Si la columna vertebral es buena para uno, ¿por qué no es buena para otro?-. Es sin sentido suponer que porque el Creador hubo utilizado una vez un buen plan, nunca más lo hubiera utilizado para crear otros animales con el mismo plan un poco modificado. ¿Tenía que ser toda criatura tan completamente diferente de todas las demás como para que no detectáramos semejanza alguna entre dos? Inevitablemente, entonces, mientras investiguemos la maravillosa variedad entre los seres vivos, encontraremos similitudes.
Pero es asombroso que los evolucionistas parecen incapaces para detectar las disparidades entre el hombre y los animales. Leemos que "El anatomista comparativo encuentra que físicamente el hombre está hueso por hueso, músculo por músculo, nervio por nervio en estrecha relación con los monos superiores" Pero ¿qué en cuanto a sus diferencias? Aunque los evolucionistas puedan tratar de minimizar el hecho, hay vastas diferencias entre el hombre y los animales "superiores".
Por ejemplo, el hombre difiere de los monos en su eficiencia como bípedos mientras que el mono es básicamente tri-cuadrúpedo. Sólo el hombre camina recto en sus dos pies. Los monos son llamados "caminantes gateadores" porque, contrario a la creencia popular, ellos rara vez caminan en sus dos patas y usualmente se mueven con las cuatro extremidades. Excepto para unas pocas aves como el pingüino, el hombre es la única criatura que se mueve exclusivamente en dos pies.
El hombre tiene una nariz con un prominenten puente y una punta elongada, mientras que la nariz de los monos no la posee. El hombre tiene labios rojos formados por una extensión de las membranas mucosas de dentro de la boca, mientras que los monos no tienen labios por naturaleza. El cráneo en el hombre está perfectamente balanceado en la parte superior de la columna vertebral, pero la curvatura de la columna vertebral de los monos es convexa hacia la espalda. Los brazos del hombre son más cortos que sus piernas, mientras que los monos tienen extremidades superiores elongadas. El pie humano está construido para caminar y correr, y tiene un arco bien formado y el dedo grande en linea con los demás. Todos los cuatro pies en los monos son semejantes a una mano con un dedo pulgar prensil con el que pueden atrapar objetos.
Otras diferencias podrían ser mencionadas aquí, tales como las formas de la piel humana y la adecuada distribución del pelo. Pero quizá debemos considerar el gran poder del intelecto humano. Es esta tremenda diferencia entre el cerebro del animal y la mente humana lo que eleva al hombre por encima de cualquier clasificación con las bestias. Solo el hombre es instruible, susceptible de ser enseñado. Usted puede entrenar a un animal -a un mono-, pero no le puede enseñar a ejercitar juicio independiente como lo hacen los humanos. A veces los animales pueden detectar simples diferencias, pero micos y simios poseen poca o ninguna capacidad para ejecutar pensamiento abstracto o razonamiento conceptual. Un mico puede mirar el cielo estrellado pero sólo el hombre puede ponderar su significado.
El tamaño proporcional del cerebro comparado con el cuerpo es, incuestionablemente, un indicador de inteligencia. Cuando se hace la comparación con el peso del cuerpo, el golfo entre el tamaño del cerebro del animal y el del mono antropoide es enorme. Pience en la capacidad humana para articular palabras -más allá de los chillidos, gruñidos y balbuceos de la creación bruta-. El hombre únicamente puede usar lenguaje escrito, ¡como usted lo puede comprobar al entender estas marcas negras en papel blanco! El hombre diseña, construye y usa herramientas complejas y máquinas de las que los animales no saben nada. Sólo el hombre puede apreciar la verdad, la belleza y los valores morales. Sólo el hombre es auto-consciente y poseedor de la habilidad para entender la diferencia entre el bien y el mal. Los seres humanos son las únicas criaturas que lloran como respuesta emocional.
Muchas otras características podrían ser consideradas, tales como la naturaleza espiritual del hombre y los elementos de la cultura humana, los cuales nunca son exhibidos en el mundo animal. Pero no podemos explicar la maquinaria mental humana simplemente en términos de física y química. La ciencia de la biología yerra en este punto al considerar que la anatomía sola constituye a la criatura. Se convierte en una ciencia de muerte si siente que el hombre puede ser explicado a partir de un cuerpo seccionado.
Ningún hombre evoluciona lentamente a partir de formas animales menores o vida vegetal, sino que llega a la existencia como un hijo de Dios, formado por el Creador a su propia imagen. En alguna extensión Darwin es reconocido como un hombre de nobles cualidades, pero sus palabras de cierre en El Ascendiente del Hombre (The Descent of Man) son: "El hombre aún porta en su esquema humano la huella indeleble de su origen lento". Nosotros con esta mayor verdad podemos replicar: El ser interior del hombre, su mente, ofrece una prueba inconfundible de que su origen fue noble y elevado.
Hasta ahora los argumentos ofrecidos para la evolución por clasificación y comparación anatómica se ven debilitados por el pensamiento subjetivo melancólico e impulsivo. Estrechamente relacionado con la comparación anatómica está el tema de los órganos vestigiales, los cuales los evolucionistas dicen que son los últimos vestigios de órganos que una vez tuvieron su uso pero que no son ya más necesarios porque el hombre ha avanzado en la escalera de la evolución. Los creyentes en la evolución con frecuencia citan esto como "suficiente para mostrar que el cuerpo humano no puede ser considerado como una obra final perfecta de la creación sino más bien como el producto último de eones en cambio evolutivo, resulta en un ser imperfecto desde el punto de vista físico ¡un comprobado museo de antigüedades!".
Pero la supuesta presencia de los así llamados órganos "vestigiales" en el hombre, ofrece menos y menos pruebas para la evolución con el paso del tiempo, pues nuestra lista de órganos "inútiles" disminuye a medida que nuestro conocimiento de anatomía y fisiología aumenta. Los evolucionistas en algún tiempo tenían en lista cerca de 180 órganos en el cuerpo humano considerados como "reliquias inútiles del pasado" que les fueron útiles a los ancestros del hombre. Con el crecimiento del conocimiento, esta lista se ha reducido abruptamente hasta el punto de ser reducida ¡prácticamente a cero!
Por ejemplo, esta lista una vez incluyó estructuras tales como la
apéndice, las glándulas adrenales, las amígdalas, el cóccix (parte final de la columna
vertebral en el hombre), la glándula tiroides y otros que se decían ser vestigios
-"exceso de carga" que llevamos. Pero notemos lo que reporta un informe en la
Revista Selecciones del Reader's Digest de noviembre de 1966, titulado Las
Glándulas Inútiles que Protegen Nuestra Salud:
Por cerca de 2000 años, los médicos han dudado en cuanto a la
función de ... la glándula tiroides .... Los médicos modernos la han considerado, junto
con la apéndice, un órgano vestigial que ha perdido su proppósito original, si es que
tuvo algún uso en un principio. En los últimos años, sin embargo, los hombres de
ciencia han probado que, lejos de ser inútil, la glándula tiroides es realmente la
glándula principal que regula el intrincado sistema inmunológico que nos protege contra
las enfermedades infecciosas .... Recientes experimentos han llevado a los investigadores
a creer que la apéndice, las adenoides y las amígdalas pueden también figurar entre las
protectoras de anticuerpos".
La Enciclopedia británica también declaró: "Muchos de los así llamados órganos vestigiales se sabe ahora que cumplen funciones importantísimas".
El cóccix (compuesto de varias vértebras terminales) es con frecuencia citado como un remanente sin funciones de la cola en el hombre, pero sirve como ancla para importantes músculos de eliminación (su extirpación podría interferir la defecación). También ayuda a sostener la cavidad pélvica, fortalece la superficie para la ubicación correcta de los grandes músculos gluteales que extienden y rotan la cadera y encierra la porción terminal de la espina dorsal. Además no puede sentarse cómodamente una persona a la que se le extirpe el cóccix.
La apéndice es, posiblemente el único órgano que aún queda en la lista de los vestigiales, pero los científicos ya no están tan seguros. El profesor William Strauss afirma que "ya no existe ninguna justificación para considerar la vermiforme apéndice como una estructura vestigial". Debe notarse que los grandes simios (gorila, chimpancé, etc.) poseen una apéndice, mientras que sus inmediatos familiares, los micos, no; pero opuestamente, aún aparece entre los mamíferos inferiores. ¿Cómo pueden los evolucionistas ponderar esto?
Más todavía, lo absurdo de llamar la apéndice "vestigial" en el hombre es aparentemente a partir de este hecho: que su función es desconocida no solo en el hombre sino también en cada una de las otras especies animales que la poseen. Las amígdalas y la apéndice eran alguna vez removidas rutinariamente, pero la remoción de estos órganos, ahora se cree, aumenta la susceptibilidad a la enfermedad de Hodgkin. Finalmente, estos así llamados órganos vestigiales no prueban nada en favor de la evolución, porque aun si la apéndice del hombre tuviera una clara y obvia función, aunque todos los dientes tuvieran definidamente su lugar, etc., el hombre seguiría siendo hombre y no se convertiría en otro ser distinto o un nuevo tipo de animal.
El nervio óptico atrofiado de los peces de las zonas abisales puede ser considerado por algunos como vestigial, pero ciertamente no ofrece ninguna ayuda a la teoría de Darwin, porque un pez es un pez ya sea ciego o con buena visión. Y la total sugerencia de que las estructuras vestigiales posean algún significado evolutivo queda abierta a serios cuestionamientos cuando notamos que están totalmente ausentes en las plantas. Si las plantas evolucionaron de formas más simples, ¿por qué no muestran un catálogo de vestigiales nomeolvides que los animales se supone que poseen?
Recuerde que aun si un órgano pudiese ser identificado como vestigio inútil, esto constituiría no una evidencia de evolución sino de deterioro y probaríamos exactamente lo contrario. En realidad, los órganos vestigiales calan mejor en un patrón de cambio regresivo y degeneración más que en un cambio progresivo y regeneración. Lo que la evolución necesita son órganos rudimentarios o nacientes en varios estados de desarrollo, en su ruta hacia un estado de órgano completamente formado con función específica claramente definida. Pero la total falta de tales estructuras esperanzadoras de nuevos órganos debe ser desanimadora para los más ávidos evolucionistas.
La ausencia de órganos rudimentarios en desarrollo se convierte en un problema tan grande para los evolucionistas, que rara vez mencionan ese tema. Darwin admitió: "Si pudiera ser demostrado que cualquier órgano complejo existió, el cual posiblemente pudo no haber sido formado por modificaciones numerosas, pausadas y sucesivas, mi teoría podría romperse por completo". Y estaba en lo cierto, por supuesto; la teoría de Darwin se rompe en este mismo punto. Tomemos como ejemplo un órgano como el ojo. El ojo es un mecanismo enormemente complejo y plantea un tremendo desafío a la teoría de la evolución. Darwin mismo dijo: "Suponer que el ojo, con todas sus inimitables reacciones para ajustar el foco a diferentes distancias, para admitir diferentes cantidades de luz y para la corrección de errores esféricos y cromáticos, pudiera haber sido formado por selección natural, parece, lo confieso libremente, absurdo en el más alto sentido de la palabra".
Y otro científico evolucionista está de acuerdo con él. El profesor Ernst Mayr dice: "Debe ser admitido, sin embargo, que hay un considerable esfuerzo en la credulidad de uno para asumir que los sistemas finamente balanceados tales como ciertos órganos de los sentidos (el ojo de los vertebrados ...) pudieran ser logrados por mutaciones en cadena". George Gaylord Simpson de Harvard se ve forzado a la misma conclusión: "La evolución en el mundo mutante no está solamente equivocada sino también sin dirección. El origen de un órgano tal como el ojo, por ejemplo, enteramente por evolución aleatoria parece casi infinitamente improbable".
Esta es la razón por la que, en una carta a la botánica estadounidense Asa Gray, datada en abril 3 de 1860, Darwin le dijo: "Recuerdo cuando el pensamiento en cuanto al ojo me enfrió totalmente". Pero, obviamente, él no era el único evolucionista que temblaba ante ese pensamiento. El Dr. Garret Hardin, profesor de biología de la Universidad de California en Berkeley, pregunta: "¿Cómo entonces vamos a relatar la evolución de un órgano tan complicado como el ojo? ... Si siquiera lo más mínimo errara, si fuese en la retina o la lente se opaca, o hay errores en las dimensiones, el ojo falla en formar una imagen reconocible y subsecuentemente es desechada. Puesto que debe ser perfecto o de lo contrario inútil, cómo podría haber evolucionado a través de pequeños y sucesivos pasos darwinianos?".
Hardin debió haberse sentido recargado por la magnitud del problema, porque él lo vuelve a considerar más tarde en su libro diciendo: "... Que ... el ojo -el ojo humano- ... al cual Darwin libremente concedió constituirse en una restricción severa a su teoría de la evolución, ¿es un principio tan simple como para que la selección natural se iguale a explicar la estructura de la producción de la imagen en el ojo humano? ¿Puede el proceso paso a paso de la evolución darwiniana llegar tan lejos? La opinión competente ha diferido en este punto".
Estos científicos evolucionistas son muy candorosos porque no tienen elección. ¿Cómo pudo una criatura sin ojos comenzar un proyecto de un millón de años para formar un ojo que no pudiera ser usado hasta que ese millón de años se cumpliera? ¿Por qué tendría que ser retenido este órgano rudimentario durante tanto tiempo antes de que pudiera servir para una función útil? (Porque debe estar completo o no funciona, y parcialmente formados, los órganos no funcionales podrían ser una desventaja y ser eliminados por selección natural). ¿Pudo un órgano de esta manera llegar a ser un ojo que diera cualquier ventaja en la lucha por la supervivencia? ¿Y si hubiera ofrecido alguna ventaja, por qué no tenemos ahora tantos otros órganos desarrollados como éste?
Así que el antiguo argumento de los órganos vestigiales no tiene valor demostrado. Por el contrario, ese argumento mismo requiere demostración.
Otro factor importante que desafía a los evolucionistas es: su falla en explicar el origen de la vida. La gente se pregunta: ¿de dónde venimos? El proceso de nacimiento sólo no puede decírnoslo. Todo lo que el cuerpo humano hace es transmitir la vida, no originarla. Decir que la vida viene solamente de vida existente es señalar un hecho de ciencia tan firmemente establecido como la ley de la gravitación.
Hasta 1860 muchos hombres creían en la "Teoría de la Generación Espontánea" -esto es que la vida (particularmente las formas menores de vida), podían generarse espontáneamente (por características propias de la sustancia misma, como en una combustión espontánea). Tal vez ningún punto de vista ha parecido tan evidente y más libre de debate. ¿Después de todo, no surgen los gusanos del lodo ni animales menores a partir de la carne en descomposición? Si se deja un trapo con maíz en un rincón, pueden aparecer ratones. Las ranas fueron creadas espontáneamente en aguas estancadas. Y el trigo podría generar ratas. Aun Sir Francis Bacon (1561-1626) creía que los insectos eran "criaturas que surgían de la putrefacción", los piojos eran "creados por el sudor en un lugar cerrado", y las moscas "principalmente donde se arrojaba la basura y en los manteles donde había suciedad".
Entonces vino el gran científico Luis Pasteur, quien con una serie de brillantes experimentos, concluyó en 1864 y desaprobó de una vez por todas la teoría de la generación espontánea. Los experimentos de Pasteur, que involucraban un proceso de esterilización, mostraron que cualquier substancia que se logre mantener libre de toda contaminación, nunca permitirá el desarrollo de ese tipo de criaturas mencionadas (tales como los gusanos en una carne descompuesta). Pasteur era un creacionista convencido, y desde ese día, ninguna persona educada ha dado credibilidad a la teoría de la generación espontánea.
La generación espontánea de la vida es el primer eslabón en la cadena de la teoría de la evolución. Obviamente, si ese eslabón no puede ser acuñado, toda la teoría evolucionista es desesperadamente debilitada. Debe haber vida por sí misma antes de que pueda haber diversidad de vida. Así que es perentorio para los evolucionistas insistir en alguna forma de generación espontánea como la única ruta viable de vida a parte de la posibilidad de un Creador.
Note la forma en que el Dr. George Wald, profesor de biología en Harvard lo considera en su artículo en la revista Scientific American. El primero traza la historia del colapso de la antigua idea de la generación espontánea como resultado de los experimentos de Pasteur y luego añade: "Nosotros contamos esta historia [de la obra de Pasteur] al comienzo, a los estudiantes de biología aunque represente esto un triunfo de la razón sobre el misticismo. De hecho, está más de parte de la oposición. El punto de vista más razonable era creer en la generación espontánea; la única alternativa, creer en un sencillo primer acto de creación sobrenatural. No hay una tercera posición. Por esta razón, muchos científicos hace un siglo, escogieron considerar la creencia en la generación espontánea como 'una necesidad filosófica'. Es un síntoma de pobreza filosófica de nuestro tiempo que esa necesidad ya no sea considerada. La mayoría de biólogos modernos, habiendo revisado con satisfacción la caída de la hipótesis de la generación espontánea, todavía sin voluntad para aceptar la alternativa de creer en una creación especial, han sido dejados en la nada".
Una Exposición de la Fe Ciega
El Dr. Wald sigue mostrando cuán infinitamente imposible sería la posibilidad de combinar los elementos apropiados para producir vida, pero llega a esta especial conclusión: "Uno tiene sólo que contemplar la magnitud de esta tarea para considerar que la generación espontánea de un organismo vivo es imposible. Estamos aquí todavía, yo creo, como resultado de creer en la generación espontánea".
El profesor Wald puede estar admirado por su refrescante franqueza pero apesadumbrado por su esclavizante adherencia a una teoría. ¿Qué tanto de "ciencia" está involucrado al creer en algo que está totalmente desaprobado por todos los experimentos científicos? Wald y quienes concuerdan con él mantienen esta posición no a causa de alguna evidencia científica para la generación espontánea, sino a causa de sus ideas preconcebidas, prejuicios personales o por no creer en Dios.
Algunos evolucionistas tratan de eludir el tema diciendo que la vida se debió haber originado en la tierra por medio de un meteorito u objeto similar de otro mundo. Pero esta idea, ni es científica ni es satisfactoria. No es científica porque no conocemos una forma natural en que un protoplasma pueda sobrevivir en la muerta atmósfera celestial. Si las altas temperaturas y la ausencia de oxígeno en la capa interestelar no la destruyeron, el calor generado por el vehículo (los meteoros se vuelven incandescentes por causa de la fricción cuando chocan con nuestra atmósfera), ciertamente la mataría. Y no es una respuesta satisfactoria, porque si aun garantizáramos que la vida pudiera haber venido de otro planeta, todavía no hemos solucionado el problema del origen de la vida; hemos simplemente transferido el problema a otro mundo. Aunque el problema se haya trasladado desde una gran distancia, ¡aún no se ha resuelto completamente!
Es también cierto que si una pequeña fracción de protoplasma hubiera iniciado sola en el mundo, -de cualquier fuente-, habría vivido únicamente para morir de hambre. Porque debe haber un balance para la vida, un ambiente de vida, para permitirle a un ser mantener su existencia. Esta es la razón por la que Dios creó todas las cosas vivientes, plantas y animales así como al hombre durante unos pocos días de una semana de creación.
Este problema no es fácil de resolver dentro del marco de la evolución ateísta. Aprecio la honestidad del evolucionista John Tyler Bonner, profesor de biología de la Universidad de Princeton, cuando él admite en su libro Ideas de biología: "El estudio de la evolución primaria realmente contiene cantidades de adivinanzas educadas".
Por supuesto, las ideas acariciadas y las teorías antes abrazadas mueren despacio, hasta el punto de que los científicos luchan por crear vida en el laboratorio. Usted puede haber leído algún anuncio en un documento impreso respecto de "creación de la vida en un tubo de ensayo". La lectura cuidadosa revela que tales aseveraciones son exageradas y equivocadas. La mayoría de informes que se encuentran son meros rumores o tergiversaciones. La próxima vez que un entusiasmado evolucionista le diga que él está "seguro de que la ciencia ha producido vida en el laboratorio", pregúntele por el nombre del genio que lo hizo. El no será capaz de decirlo, pese a que tal hombre que creó la vida en el laboratorio llegara a ser más famoso que Thomas Alva Édison o Jonás Salk.
Es interesante que A.R. Moore encontró que si al plasmodium del moho del pan se le permitiera fluir a través de un obstáculo muy fino lograría el desafío sin dificultad. Sin embargo, si es forzado aún en un obstáculo moderadamente fino, pasaría al otro lado sin cambios físicos o químicos marcados, pero muerto. El individuo que puede explicar los resultados de estos simples experimentos será capaz de explicar la diferencia entre los sistemas vivos y no vivos.
Pero hasta que el hombre sea capaz de tomar el moho muerto que estaba vivo sólo por un momento antes y que aparentemente tiene todos sus elementos químicos y sus sustancias presentes y lo haga resucitar, él está en la imposibilidad de revivir cualquier clase de protoplasma sintético mezclando sustancias de las botellas de su laboratorio.
¿Dónde Está la Célula "Simple"?
El descubrimiento del mundo de los virus ha llevado a muchos evolucionistas a especular que quizá aquí hay entes que reflejan la vida primitiva o la pre-vida -un eslabón, un paso entre la "no-vida" de los químicos y las células más simples. Los virus son extremadamente pequeños, mucho menos que las verdaderas células. ¡Se ha calculado que una célula humana sencilla podría contener más de 60 millones de virus de la polio!.
Pero nuestro conocimiento de los virus los elimina como candidatos para la vida primaria. Aunque son más simples que la más simple célula, el virus presenta muchos problemas. En primer lugar, su único alimento son las células vivas. Este único hecho es suficiente para descalificarlos de ser la vida primaria. También, a causa de que los virus no pueden funcionar y reproducirse fuera de las células vivas o de sustancia celular, muchos virólogos sienten que tales no son cuerpos vivos sino sólo agentes que modifican las actividades de las células vivas a las cuales infectan o parasitan. Los virus no tienen los componentes básicos para llevar los procesos de la vida de manera independiente.
La mayoría de los creyentes en la evolución ahora están de acuerdo que la célula simple debió haber sido el comienzo de la vida en lugar de los virus, y que a partir de ella evolucionaron las demás formas. Pero el tiempo pasó, cuando los científicos vieron la célula viva como un mero "soplo" de protoplasma semejante a la jalea. Los científicos están comenzando a entender cuán fantásticamente compleja es la así llamada "célula más simple". Cada año se descubren nuevas complicaciones de las cuales Darwin no sabía nada. Aun George Wald, cuya fe ciega en la generación espontánea habíamos analizado antes, admite: "La más compleja máquina que el hombre ha desarrollado -hablando del cerebro electrónico- es un juego de niños comparado con el más simple de los organismos vivos. El aspecto especialmente intrincado es que la complejidad aquí involucra dimensiones pequeñísimas. Y a nivel molecular, consiste en un detallado acoplamiento de molécula a molécula de tal manera que ningún químico puede copiarlo".
Considere esta evaluación hecha en 1971 por Garret Vanderkooi, profesor en la Universidad de Wisconsin. Vanderkooi es un científico que estudia las enzimas, el "trabajo" químico en las células del cuerpo que son vitales para la vida. Él dice: "En el pasado, los evolucionistas estaban convencidos de que el problema del origen de la vida podría ser resuelto por la nueva ciencia de la bioquímica. Para su desconsuelo, lo contrario ha ocurrido. Lo más que se ha aprendido acerca de la estructura química y la organización de materia viva, es que lo más difícil es aún especular en cuanto a cómo pudieron haberse desarrollado a partir de formas menores por evolución en procesos naturales". De hecho, "desde el punto de vista científico, la evolución pudo haber sido una hipótesis plausible en los días de Darwin, pero ahora se ha vuelto insostenible, como resultado de los recientes descubrimientos desarrollados en la biología molecular", afirma Vanderkooi.
Esta área de la investigación científica se ha desarrollado bastante en los últimos decenios. En años recientes ha habido importantes avances en el estudio de los componentes y estructuras de las células, hechos posibles gracias al desarrollo del microscopio electrónico y otros métodos de estudio. Formalmente, se enseñaba que una célula estaba compuesta de un núcleo y otras pocas partes en un "mar" de citoplasma con grandes espacios de célula desocupados. Ahora se sabe que la célula literalmente "está plagada", es decir, está llena de unidades funcionales importantes, necesarias para la vida de la célula y del cuerpo que la contiene. La teoría de la evolución asume que la vida se desarrolló a partir de una célula "simple", pero la ciencia hoy demuestra que no hay tal simple célula.
Enfatizando la enorme brecha entre las moléculas y las células, Vanderkooi toma de un libro reciente de dos bioquímicos prominentes, los doctores D. E. Green y R. F. Goldberger, titulado Vislumbres Moleculares en el Proceso Viviente (Molecular Insights Into the Living Process): "Hay un paso [en evolución] que aventaja a otro enormemente: el paso entre las macromoléculas y las células. Todos los otros pasos pueden ser considerados teóricamente viables -si no en un sentido correcto, por lo menos sí elegantemente hablando. Sin embargo, la transición de la macromolécula a la célula es un salto de dimensiones fantásticas, que se aleja del rango de la hipótesis probable. En esta área todo es simple conjetura".
En otras palabras, el real "eslabón perdido" en la cadena de la evolución no es un "medio-mono" o "medio-hombre". Ni es un "medio-pez" o "medio-animal". Es un estado intermedio (o mil estados intermedios) entre una molécula y una célula -"Un salto de dimensiones fantásticas... . En esta área, todo es conjetura".
La revista Look ha entendido la enorme complejidad cuando declara: "La célula es tan complicada como la ciudad de New York" . Y el evolucionista Loren Eiseley toma del biólogo alemán Von Bertalanffy cuando afirma: "Entrar en detalles sobre la organización fisico-química de la célula más simple está más allá de nuestra capacidad".
Más aún, mucho se ha aprendido desde principios de los 50 cuando James Watson y Francis Crick descubrieron la estructura de la molécula del ADN (Ácido desoxirribonucleico), por cuyo trabajo recibieron el premio nobel en 1962. El ADN es increíblemente pequeño, y vive dentro de los cromosomas que se encuentran en los núcleos que se encuentran en cada célula viva. Pero el ADN es una maravillosa molécula que contiene el secreto de la herencia. Ella "deletrea" un increíble complejo de mensajes en código, los cuales transmiten al nuevo ser todas las instrucciones necesarias para cada aspecto genético.
Un volumen de La Biblioteca de Vida y Ciencia (Life-Science Library) acerca de La Célula dice que es un hecho particular de "las moléculas de ADN que hacen que una yegua dé a luz un caballo y no una jirafa, una ostra u otro animal; que determina el color de los ojos, la textura del cabello, la forma de los dedos". (Y como se muestra en el capítulo anterior, es el ADN el que garantiza que todas las variaciones permanezcan dentro del tipo básico).
La cantidad de información codificada en el ADN de un organismo es sorprendente. La información en una simple célula de ADN humano se estima en un equivalente a 1000 volúmenes impresos con 600 páginas por volumen y 500 palabras por página. ¡La intrincada complejidad de la supuesta "célula primaria" es absolutamente absurda! En lugar de que las investigaciones de la evolución se conviertan en convergentes, donde encontrásemos todas las respuestas, la bioquímica y la biología molecular la han hecho divergente y en lugar de respuestas sólo encontramos más preguntas. Pues en lugar de que emerjan resultados simples de la investigación, sólo encontramos más complejidad.
Esta es la razón por la que Sir James Gray, profesor de zoología de la Universidad de Cambridge dice: "Una bacteria es mucho más compleja que cualquier sistema inanimado conocido por el hombre. No hay un laboratorio en el mundo el cual pueda competir contra la actividad bioquímica del más pequeño de los organismos vivos." Dentro de una simple célula bacteriana (Echerichia coli) hay un estimado de 1'000.000 a 3'000.000 de moléculas proteínicas incluyendo 2.000 a 10.000 diferentes tipos de enzimas -todo en un espacio de 1/25.000 de pulgada de diámetro y 3/25.000 de pulgada de longitud. Una simple célula del hígado contiene un estimado de 53'000.000 de moléculas de proteína que probablemente incluya millares de diferentes tipos de enzimas, todas organizadas dentro de una lenta "máquina" celular.
Así es que, la próxima vez que usted escuche a un evolucionista teorizar acerca de "cómo la vida se originó de una simple célula", dígale que esa idea de "simple" célula pasó a la historia con la Segunda Guerra Mundial.
La Imposibilidad Estadística de la evolución
De todo esto y mucho más, es mayormente más claro que sería más fácil para la ciencia mostrar que la evolución es imposible en lugar de explicar cómo ocurrió. Una rama de las matemáticas se relaciona con la probabilidad estadística --la oportunidad de que un evento pueda ocurrir de manera indirecta o accidental--. Por ejemplo, puesto que una moneda tiene dos caras, la posibilidad de obtener la cara es 1 de 2. Uno de un par de dados tiene seis caras; por lo tanto, la posibilidad de obtener un 4 es de 1 entre 6. Para obtener la posibilidad de sacar 2 veces 4 en dos tiros, nosotros multiplicaríamos la probabilidad del primer evento que es 1/6 por la probabilidad del segundo evento que es de 1/6 y se encontraría que la respuesta es de 1/36.
Obviamente, la probabilidad es mucho menor cuando incrementamos el número de posibilidades. Los matemáticos encuentran que una persona que desee obtener el mismo número 10 veces sucesivamente tiene sólo una oportunidad entre 6 millones con el mismo dado. Y si el dado -como una célula viviente- fuera hecho de un material tan frágil que durara sólo unos pocos cientos de momentos, la oportunidad de obtener el mismo número diez veces en una oportunidad se reduciría grandemente de tal modo que sería virtualmente imposible.
Los científicos y los matemáticos han gastado mucho tiempo computando la posibilidad de que la vida pudiese haberse originado casualmente. Lecomte du Nouy, un científico francés ha realizado una obra relacionada con esto. Su libro Destino Humano (Human Destiny) habla sobre estas investigaciones. Lecomte du Nouy consultó al profesor Charles Eugène Guye, un matemático suizo, en cuanto a las posibilidades de que una molécula de proteína simple pudiera ser formada al azar. La molécula de proteína contiene los elementos carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno -más una traza de elementos metálicos tales como el hierro, cobre o sulfuro. La mayoría de los científicos están de acuerdo en que esta molécula representa la forma más simple y básica de materia viva. Pero aun así, nótese la complejidad de una molécula de insulina, una de las más simples y más pequeñas entre las proteínas. Como todas las proteínas, la insulina consiste en cadenas complicadas de aminoácidos. La molécula de insulina contiene 51 unidades de aminoácidos en dos cadenas, una con 21 y la otra con 30. Cada unidad de 51 contiene 254 átomos de carbono, 377 átomos de hidrógeno, 65 átomos de nitrógeno, 75 de oxígeno y 6 de sulfuro; ¡un total de 777 átomos en exacta combinación!
Para simplificar el problema, en cuanto nos sea posible, el profesor Guye considera una molécula como continente de sólo dos elementos en lugar de 5 como es usual. La primera conclusión es que no había suficiente materia en existencia para proveer una oportunidad para tal molécula, para que se formara al azar o por combinación. De acuerdo con el profesor Guye, ello involucraría una masa de material millones de veces más grande que todo el universo conocido, incluyendo las galaxias más lejanas.
Para formar aun una molécula de proteína simplificada, sería necesario un gran número de combinaciones atómicas bajo las condiciones estrictamente apropiadas. Tomando en cuenta la gran complejidad de los átomos, la posibilidad estadística de que tal proteína se pudiera formar es 0. No es sólo que no hay suficiente materia en el universo para que tal combinación compleja tenga lugar, sino que tampoco hay suficiente tiempo. Aun si el material de esta masa unida fuese amasado junto muchas veces por segundo, se requerirían billones y billones de años para proveer una oportunidad para que esta molécula de proteína se formara al azar. Así es que suponiendo que la tierra haya existido por evolución estimada en 4.5 billones de años, no habría pasado ni siquiera el tiempo suficiente para que esto ocurriera.
Por supuesto, estas figuras se refieren sólo a la formación de una simple célula de proteína, muy simplificada. El mismo matemático señala que si intentamos expresar el azar en la formación de una célula, "las figuras precedentes parecerían insignificantes". En otras palabras, el tiempo suficiente para la formación de una célula es tan fantásticamente grande como la edad de la tierra, que puede ser considerado matemáticamente imposible. Con estos aspectos en mente, podemos entender la afirmación de Lecomte du Nouy: "Sería imposible para explicar, o para contarlo, no sólo el nacimiento de la vida sino aun la aparición de las sustancias que se requieren para constituir vida, conocidas como moléculas altamente disimétricas".
Así pues, vemos que Darwin estaba en lo correcto acerca de algo: el mismo "Apóstol de la evolución" admitió: "El nacimiento tanto de especies como de individuos con partes iguales hace parte de la gran secuencia de eventos que nuestra mente se rehusa a aceptar como resultado de un azar a ciegas. La comprensión de ello nos hace llegar a tales conclusiones".
Para que una rana se convierta en un gran príncipe en un instante, se requiere un acto mágico encontrado sólo en las historietas para niños. Los evolucionistas pretenden que la misma situación generada en billones de años hoy la llamemos ciencia. El tiempo es la hermosa damisela mágica. Considerando nuestro origen divino y nuestro destino eterno celestial, ¡el evolucionismo pasa a ser, sin duda, un cuento de hadas! Los evolucionistas pagan su impuesto a la ciencia y se llaman ciencia mientras al mismo tiempo consideran la creación de la vida como un acto espontáneo, mágico. Los creacionistas son acusados de caer en lo irreal y mágico porque aceptan el acto sobrenatural de Dios como el originador de lo que existe. Pero los creacionistas, a diferencia de los evolucionistas, no disfrazan la magia detrás de resonantes palabras que pretenden ser científicas. Creer en la teoría evolucionista requiere fe, no en un acto científico sino en una imposibilidad matemática.
Cuando se trata de "explicar" el origen de la vida, la evolución es un guía ciego que no lleva a ningún lugar. Pero aparte del origen de la vida, otra pregunta que la evolución no no puede responder es: ¿de dónde viene no sólo Adan sino también Eva?
Los evolucionistas enseñan que la vida evolucionó de formas más sencillas de vida a formas más complejas, mayores. ¿Pero qué vemos cuando observamos las formas menos complejas de vida? No hay protozoos femeninos ni masculinos; tampoco amebas masculinas ni femeninas. Un unicelular como la ameba se reproduce asexualmente por división celular; simplemente dividiéndose para formar un par semejante. Si la reproducción asexual es eficiente, -y sí que lo es, pues todavía esos organismos sobreviven hoy de la misma manera, entonces ¿por qué fue necesario que existiera la reproducción sexual?
Evolucionistas como J. William Schopf, paleontólogo y geólogo de la UCLA, señala que el sexo aparentemente no existía en la tierra durante los primeros dos tercios de historia de la biología (esto podría ser los primeros tres billones de los 4.7 billones estimados para la edad de la tierra). Sin embargo, los científicos están divididos en torno a la pregunta de cómo surgió el sexo. No se requiere cavilar en torno a las formas más sencillas de vida, pues ellas son asexuales. Entonces, ¿ por qué el sexo? ¿de dónde se originó?, ¿cómo se desarrolló?
Los masculinos y femeninos son tan diferentes, tanto que les damos nombres diferentes dentro de la misma especie: hombre y mujer, gallo y gallina, yegua y caballo, etc. Estas diferencias deberían ser consideradas como cosas que "pudieran haber surgido" por casualidad.
Pero masculinos y femeninos no son sólo diferentes, sino también, obviamente, interdependientes. Un grupo de masculinos aislados o un grupo de femeninos aislados terminaría con cualquier especie. ¿Cómo entonces pueden los órganos sexuales masculinos y femeninos que se complementan perfectamente el uno con el otro crecer, paralelamente y permanecer sin capacidad de ser utilizados hasta que hayan alcanzado su completo desarrollo?
Si las glándulas mamarias vinieron por evolución, ¿cómo alimentaron los femeninos a sus pequeños al comienzo del tiempo? ¿Si hubiera habido otra forma de alimentar a los pequeños, para qué desarrollaron senos? Y si los senos se desarrollaron porque eran una forma superior de alimentar, estonces, ¿por qué aún tenemos animales que se alimentan de otra manera y también sobreviven?
La revista científica Discover de febrero de 1984 contenía un título sugestivo para uno de sus artículos: "¿Por qué el sexo?". Los autores toman las palabras del Dr. Graham Bell, un genetista de la Universidad McGill de Montreal, quien dice: "Nadie ha llegado muy lejos cuando se trata del problema de cómo se originó el sexo" .
Ellos explican que "la reproducción asexual [sin sexo], parece ser la forma más útil para la naturaleza. Es más rápida y más eficiente...-dice George Williams, un biólogo de la Universidad del Estado de New York en Stony Brook,- 'a primera vista y a segunda y a tercera, parece ser que el sexo no pudo haber evolucionado'".
Los autores resumen la pregunta "¿Por qué el sexo?" al admitir: "La evolución más sencilla es el acertijo más grande y más complejo".
En contraste con las teorías extremadamente especulativas acerca del origen del sexo, la Biblia dice claramente de dónde vinieron Adan y Eva. El mismo primer capítulo del Génesis en cuanto a la creación del hombre dice: "varón y hembra los creó". Si, Dios mismo dio a Adan una compañía, creando a Eva de una costilla del hombre. Ella no fue hecha de la cabeza para sentirse superior a él o controlarlo, ni de sus pies para ser desechada o sentida como un ser inferior, sino de una costilla de su lado, para que estuviera a su lado como su igual, bajo su brazo para ser protegida y junto a su corazón para ser amada. Como parte del hombre, hueso de su hueso y carne de su carne, ella era su segundo yo, mostrando la estrecha unión y el afecto que debería existir en esta relación. Así pues, además de tantas otras maravillas que Dios se inventó, también inventó y creó el sexo.
Hay una ley importante en la ciencia conocida como la segunda ley de la termodinámica la cual es diametralmente opuesta a la idea básica de la evolución. Esta ley, algunas veces llamada el principio de la entropía, no surge de la especulación. Está firmemente fundada en incontables experimentos en sistemas de tamaños desde nucleares hasta astronómicos y nunca ha habido una excepción en lo que se ha observado.
Sir Arthur Eddington mostró perspicacia cuando denominó esta ley "la flecha del tiempo", porque ella ayuda a ilustrar el sentido del tiempo en la naturaleza -la única ruta para los eventos. Cuando los eventos toman lugar, lo hacen de tal manera que sirven para distinguir entre retrocesos y avances. Los antiguos han hecho listas de eventos que nunca pueden ocurrir en reversa: los ríos no fluyen montaña arriba, las plantas y los hombres no crecen hacia abajo, los incendios forestales no convierten las cenizas en árboles adultos.
Sólamente en un mundo mágico o de sueños podemos imaginar una tendencia de retroceso en los eventos; un mundo donde el alimento, ya utilizado, emerge entero, o las Cataratas del Niágara regresan hacia las montañas en reversa o una bomba atómica hace explosión revertida en casas, calles y multitudes de personas tranquilas. En el mundo de la realidad, el mundo de la ciencia, los eventos siguen en una sola dirección -la dirección en la que el desorden se incrementa y el orden es destruido.
La entropía es una medida de la pérdida del orden, la pérdida de energía útil. Está basada en la observación de que hay un fluido constante de calor de cuerpos calientes a cuerpos fríos y nunca espontáneamente en dirección reversa. Coloque un objeto caliente, tal como una plancha eléctrica, en un dormitorio y desconéctela. Después de un tiempo, la plancha se ha enfriado y el aire se ha calentado, y todos los objetos en el dormitorio han alcanzado una temperatura uniforme -la energía calórica tiende a ser equitativamente distribuida pero menos reutilizable.
La plancha en el dormitorio es como el sol en el cielo. La energía del sol tiende a disiparse y a ser distribuida por todo el universo. La segunda ley de la termodinámica, o entropía, indica que el universo está "reduciéndose" a una condición en la que todos los cuerpos estarán a la misma temperatura extremadamente baja y ninguna energía se podrá obtener. Esta descalorización o retroceso ha sido llamado muerte de calor y ocurrirá ciertamente si los procesos presentes continúan indefinidamente (es decir, si Dios no interviene como los cristianos creemos que lo hará).
Las palabras de Sir James H. Jeans, eminente físico y astrónomo inglés, son aún verdad como cuando fueron escritas hace algunos años: "El universo es como un reloj que va retrocediendo, un reloj el cual, tanto como lo conoce la ciencia, ningún viento puede detener, que no puede detenerse a sí mismo y que debe detenerse en el tiempo. En el presente es un reloj de destrucción parcialmente detenido, el cual debió, en algún tiempo en el pasado haber sido inmovil en alguna manera desconocida para nosotros". Este modesto hombre de ciencia sigue diciendo: "Todo señala con fuerza sobrecogedora un evento definido, o serie de eventos, de creación en algún tiempo o tiempos no infinitamente remotos. El universo puede no haber sido originado por azar sin contar con sus ingredientes presentes, ni pudo haber sido siempre el mismo que es ahora".
Usted lo ve, la existencia de materia física en todo el universo ha sido siempre un problema embarazoso para los evolucionistas quienes no pueden explicar su origen. Considerando la verdad definida ex nihilo nihil fit (fuera de la nada nada es hecho) ellos quedan sólo con dos alternativas para considerar en cuanto a la materia: o que fue creada o que ha existido siempre. No dispuestos a aceptar la primera posibilidad, los evolucionistas ateos prefieren la explicación posterior diciendo: "La materia no es difícil de considerar porque es posible que sea eterna. Porque como todos sabemos, el universo siempre ha existido".
Esta explicación puede haber sonado plausible o por lo menos posible antes de que los científicos entendieran la segunda ley de la termodinámica. Pero el hecho de la entropía es devastador para este argumento y para la teoría de la evolución en general. La materia no puede posiblemente ser eterna -el universo no puede posiblemente siempre haber existido, si la energía que tenemos está disminuyendo como lo sabemos.
Todo en la naturaleza señala un comienzo de las cosas. La ciencia claramente muestra que el universo no pudo haber existido desde un pasado eterno o haber surgido a partir de la energía útil y luego haber tenido un punto de partida hace mucho tiempo. El radio, el uranio y otros elementos radiactivos están constantemente emitiendo radiación y perdiendo peso en la medida en que se reduce su influencia. En un universo que no tuvo comienzo pero que siempre ha existido, ningún elemento radiactivo podría permanecer.
En cualquier sistema, una cierta cantidad de energía se pierde para uso futuro. Cuando quemamos gasolina, la energía química se convierte en calor. Mucho de esto puede ser aprovechado por un motor que trabaja, pero una cierta cantidad será disipada por fricción. Este principio es rígido no importa que la máquina sea tan pequeña como una célula simple, tan grande como una locomotora o tan extensa como el universo mismo. El principio de entropía dice que últimamente toda la energía en el universo será uniformemente dispersada e inutilizable. Si el universo fuera infinitamente viejo, si siempre hubiera existido, este estado de absoluta entropía podría siempre predominar. El hecho de que el universo todavía no haya "muerto" en este aspecto prueba, tan ciertamente como la ciencia puede probar cualquier cosa, que el universo tuvo un comienzo. Un universo eterno puede, por tanto, ser eliminado de las posibilidades.
Desintegración: Una Ley Fija
Pero el principio de entropía hace más que demoler las teorías ateas sobre la eternidad de la materia. La segunda ley de la termodinámica dice que el tiempo causa deterioro. Esto es fácil de entender pues cada cosa dentro de nuestra experiencia verifica esta segunda ley: las casas se deterioran, los árboles se deterioran, la gente se deteriora. Aun las pirámides se deterioran. Por supuesto, esta tendencia innata hacia el decaimiento puede temporalmente ser neutralizada en el crecimiento de un niño, la formación de un cristal o la construcción de un edificio. Pero ese niño o el cristal o el edificio o cualquier cosa eventualmente comenzará a envejecer o a quebrarse o a decaer. Por doquier hay una tendencia innata, universal hacia el desorden y la desintegración y no hacia el crecimiento y desarrollo.
El popular escritor científico Isaac Asimov en un artículo en el Smithsonian Institute Journal, de modo interesante expresa la idea de entropía de la siguiente manera: "Otra forma de expresar la segunda ley entonces es: '¡El universo se está volviendo más desorganizado!' Viéndolo de esta manera, podemos observar la segunda ley en todo nuestro derredor. Tenemos que trabajar duro para organizar el dormitorio, pero si se abandona, de nuevo rápida y fácilmente se desorganiza. Aunque nunca entraramos, se volvería polvoriento y lleno de telarañas. Cuán difícil es mantener casas y maquinarias y nuestros propios cuerpos en perfecto orden para trabajar; cuán fácil es permitir que se deteriore. De hecho, todo lo que tenemos que hacer es nada, y todo colapsa, se rompe, se razga, todo por sí mismo, y eso es todo a lo cual la segunda ley se refiere".
Pero esto es evolución en reversa. Actualmente, como el Dr. Henry M. Morris lo indica, "Podría difícilmente ser posible concebir dos principios tan completamente opuestos como el principio de entropía y el principio de la evolución. Cada uno es precisamente el opuesto del otro. Como Huxley lo definió, la evolución involucra un continuo incremento del orden, de la organización, del tamaño, de la complejidad. El principio de la entropía involucra un continuo decrecimiento del orden, de la organización, del tamaño, de la complejidad. Parece axiomático que ambos no puedan posiblemente ser verdad. ¡Pero no hay por qué cuestionar la veracidad de segunda ley de la Termoninámica!".
Así pues, la entropía y la evolución son "dos sistemas diametralmente opuestos. Están de acuerdo únicamente en un aspecto y es en que ambos involucran un cambio continuo. Pero en uno el cambio es hacia arriba y en el otro hacia abajo. En uno es desarrollo y en el otro es deterioro; uno es crecimiento y el otro es decaimiento".
Los evolucionistas, viendo el insuperable problema que esto trae para su teoría, a veces dicen que el principio de la entropía se aplica únicamente en el campo de la física pero no en el campo biológico de los seres vivos. Pero la entropía parece estar en todas partes: los sistemas físicos, dejados a la deriva, caen y paran; los sistemas biológicos se vuelven viejos y mueren. Y el evolucionista Harold F. Blum, en su libro La Flecha del Tiempo y la evolución (Time's Arrow and Evolution), admite el paralelo entre los sistemas vivos y no vivos: "Como cualquier otra máquina, el sistema viviente debe tener un suplemento de energía para su funcionamiento. Si hace un trabajo externo, como por ejemplo, el movimiento del cuerpo o la expulsión de productos de desecho, se necesita consumir energía libremente".
Pero sólo por consideración de argumento, asumamos que la entropía se aplica solamente a materia inanimada. La segunda ley de la termodinámica obraría aún contra la construcción de aminoácidos y proteinas necesarias antes de que la chispa original de la vida pudiera desarrollarse en la tierra. ¿Cómo podrían las moléculas complejas organizarse por sí mismas cuando la tendencia universal no es hacia la organización sino hacia el desorden y la desintegración? Aún el Dr. Wald de Harvard, considerado antes como tal vez el único creyente en la generación espontánea en el mundo, admite que las fuerzas de "disolución espontánea" hacen que "la generación espontánea de un organismo vivo sea ... imposible". Porque, explica él, "En la vasta mayoría de los procesos en los cuales estamos interesados, el punto de equilibrio va más hacia el lado de la disolución. Es decir, la disolución espontánea es mucho más probable y de ahí que ocurra más rápidamente, que la síntesis espontánea. Por ejemplo, la unión espontánea, paso a paso, de unidades de aminoácidos para formar proteinas tiene una pequeña probabilidad y podría ocurrir en un largo periodo de tiempo. Pero la disolución ... es mucho más probable y de ahí que ocurra mucho más rápidamente. La situación que debemos enfrentar es la de la paciente Penélope en espera de Odiseo, pero en una situación peor: cada noche ella deshacía la llegada del siguiente día, pero aquí en una noche se puede deshacer la labor de un año o de un siglo".
Wald indica inmediatamente que los organismos vivos en nuestro mundo actual son capaces de sintetizar o juntar estos compuestos orgánicos complejos pese a las fuerzas de disolución. Hasta son capaces de vivir y crecer. El observa que "un organismo vivo es una máquina intrincada para ejecutar exactamente su función" de combinar, sintetizar y construir compuestos orgánicos. Una vaca, por ejemplo, puede construir aminoácidos y proteinas en la leche que dá -pero la vaca es una fábrica viviente de leche. Los elementos sin vida no pueden combinarse de tal manera para crear los bloques constructores de vida. Esto es lo que lleva a Wald a confesar: "Lo que pedimos aquí es sintetizar moléculas orgánicas sin una máquina. Yo creo que este debe ser el problema mayúsculo que nos confronta -el eslabón más débil de nuestro argumento".
¿Cómo puede ser un hombre tan devoto a una teoría? Ya no estamos escuchando a un científico sino más bien a un argumentador de una causa, alguien que despliega toda una voluntad para creer.
Un último punto que podría considerarse aquí es que las mutaciones ofrecen una perfecta ilustración de la segunda ley de la termodinámica entre los seres vivos. Porque la segunda ley dice que la tendencia natural de todos los cambios es hacia un mayor grado de desorden. Entonces, la total dirección del cambio es deteriorante en lugar de "desarrolladora". Y eso es exactamente lo que son las mutaciones -cambios degenerativos que son perjudiciales y con frecuencia letales para el organismo que los experimenta. Aun aquellas mutaciones raras que parecen ser más bien deseables que convenientes para el hombre, tales como las naranjas sin semillas, no ofrecen real beneficio a la planta misma.
El universo fue creado para mantenerse a sí mismo en un orden perfecto, hasta que el hombre cayó en pecado y arruinó la creación de Dios. En ese punto el hombre empezó a morir, los animales comenzaron a morir y el universo comenzó a deteriorarse. Yo creo que la maldad que cayó sobre el hombre como resultado del pecado incluyó el efecto degenerativo de la segunda ley de la termodinámica -una de las leyes universales más y mejor probadas de las conocidas por la ciencia. No hay tal como que haya ocurrido una evolución de nada a materia y de materia a vida pues la tendencia de todo siempre es hacia la otra dirección. El hecho de la entropía y la teoría de la evolución son principios contradictorios los cuales son por siempre incompatibles e irreconciliables.
11. FÓSILES: EL REGISTRO DE LAS ROCAS
En muchos casos la corteza de la tierra es como un ponqué gigantesco de varias capas. En amplias áreas de capas sobre capas de rocas sedimentarias se han encontrado fósiles. A este estudio se dedica especialmente la geología -el estudio de la tierra misma- y la paleontología -el estudio de elementos antiguos, especialmente el estudio de la vida antigua preservada en los fósiles.
No es simplemente un juego de palabras decir que las rocas son vistas por los evolucionistas como el fundamento real de su teoría. W. E. Le Gros Clark, bien conocido evolucionista Británico, ha dicho: "La evidencia realmente crucial para la evolución debe ser provista por los paleontólogos cuya empresa es el estudio de la evidencia del registro fósil". Thomas Hunt Morgan también declara que esta evidencia del estrato terrestre es "sin lugar a dudas la evidencia más fuerte de la teoría de la evolución". Y el geólogo de Yale, Carl O. Dunbar dice: "Aunque el estudio comparativo de animales y plantas vivos pueda dar una evidencia circunstancialmente convincente, los fósiles proveen la única evidencia documental histórica de que la vida ha evolucionado de formas más simples a formas más complejas". Así que los fósiles supuestamente fortalecen la única real prueba de la evolución.
Es verdad que la única eevidencia física (aparte de la revelación divina, la cual los evolucionistas rechazan) concerniente a la vida prehistórica en la tierra es la que puede ser deducida de los fósiles que permanecen de las criaturas enterradas en las rocas de la corteza terrestre. Como lo considera W. R. Thompson, "La evolución, si ha ocurrido, requiere evidencia histórica ... La única evidencia posible es la que proveen los fósiles".
Pero contrario a las aseveraciones evolucionistas, el registro fósil constituye uno de los argumentos ¡más precisos contra cualquier presunción evolucionista posible! De hecho, la geología contradice fuertemente la evolución, proveyendo evidencia competente contra la teoría. La historiadora Himmelfarb, en su libro cumbre, indica: "La geología ha sido notablemente poco promisoria y en lugar de ser el principal soporte a la teoría de Darwin, es una de sus más serias debilitadoras". Más interesante aún, Darwin mismo no pensó que los fósiles dieran mucho apoyo a su teoría de la evolución. La debilidad inherente en el registro de las rocas era de tal interés para él que escribió un capítulo entero en El Origen de las Especies titulado "Acerca de la Imperfección del Registro Geológico".
No podemos tomar tiempo aquí para explorar la evidencia fósil que con alegatos apoya la evolución. Su atención será llamada simplemente a los tres aspectos principales en cuanto a esta evidencia fósil con la intención de determinar cuán válida realmente es.
1. La Repentina Aparición de la Vida
Los geólogos han dado nombres a las variadas capas o estratos, de las rocas en la superficie de la tierra. Una de las capas más bajas es llamada cámbrica. Aunque por ninguna razón es la capa más baja de la tierra o "nivel de base" de la roca, es la primera que contiene fósiles de seres vivos, o mejor, el estrato "fosilífero" más bajo. Este hecho contradice directamente la teoría evolutiva, la cual dice que la vida se originó en la era Precámbrica. Digno de considerar es el hecho de que cada forma invertebrada mayor de vida se encuentra en el estrato cámbrico -por cierto, billones y billones de fósiles se encuentran en el estrato cámbrico. ¡Ni un fósil tan simple (más que otros que se han alegado que son de microorganismos) se ha encontrado en las rocas precámbricas!
Aun Darwin reconoció este problema. Él escribió:
Hay otra dificultad aliada, la cual es mucho más seria. Hago alusión a la manera en la cual muchas especies pertenecientes a varias de las principales divisiones del reino animal, de repente aparecen en las rocas fosilíferas más bajas conocidas. ... Si la teoría es verdad, es indisputable que el estrado cámbrico más bajo fue depositado con el paso de largos periodos, tan largos, o probablemente más largos que el intervalo total entre la era cámbrica y el presente día; y que durante esos vastos periodos de tiempo el mundo herbía de criaturas vivientes. Aquí encontramos una formidable objeción .... La dificultad de asignar cualquier buena razón para la ausencia de vastas pilas de estratos ricos en fósiles bajo sistema cámbrico, es muy grande.... El caso en el presente permanece inexplicable; y realmente puede convertirse en argumento válido contra los puntos de vista aquí sostenidos.
Darwin escribió esas palabras hace ya un siglo. Tremendas cantidades de roca sedimentaria fueron depositadas antes del cámbrico, que aún no contenía fósiles. La repentina explosión de vida en el periodo cámbrico es un real rompecabezas, cuando debería haber evidencia de billones de años de evolución claramente definidos antes de esto. En años recientes George Gaylor Simpson consideró que la ausencia de fósiles precámbricos es "el principal misterio de la historia de la vida". Téngase en cuenta que el Dr. Simpson, un Paleontólogo de la Universidad de Harvard, fue profesor de paleontología vertebrada en la Universidad de Columbia, antes de que estuviera por mucho tiempo asociado con el Museo Estadinense de Historia Natural en la ciudad de New York, donde fue curador de fósiles de mamíferos y aves. Él es un mundialmente renombrado paleontólogo y ardiente evolucionista.
Simpson honestamente admite: "Los fósiles son abundantes sólo a partir del cámbrico avanzado, lo cual es probablemente no más de una cuarta parte de la historia total de la vida ... Entonces, con el comienzo del cámbrico, incuestionable, abundante y muy variados fósiles de animales aparecen ... el cambio es grande y abrupto. No es sólamente el aspecto más desconcertante de todo el registro fósil sino también el más inadecuado".
Note esta afirmación iluminadora del libro guía de geología de Kay y Colbert: "La introducción de una variedad de organismos en el cámbrico primario, incluyendo tales formas complejas de artrópodos como los trilobites es sorprendente ... La introducción de abundantes organismos en el registro no debería ser sorprendente si fueran simples. ¿Por qué tales organismos complejos están en rocas de edad de 600 millones de años y están ausentes o irreconocibles en los registros de los dos billones de años precedentes? ... Si ha habido evolución de la vida, la ausencia de los fósiles, requisito en las rocas más antiguas que el cámbrico es intrigante".
El Mundo en el que Vivimos (The World We Live In), uno de los libros atractivamente ilustrados por el Comité Editorial Life, lo señala de esta manera: "Por lo menos tres cuartas partes del libro en cuanto a las eras registradas en la superficie de la tierra, sus páginas, están en blanco". Nótese también lo que la revista Scientific American de agosto de 1964 dice: "Tanto la aparición repentina como la remarcada composición de las características de la vida animal de los tiempos cámbricos son a veces poco explicadas o dejadas de lado por los biólogos. Más aún, recientes investigaciones paleontológicas han hecho que el rompecabezas de esta repentina proliferación de organismos vivos incremente la dificultad para que alguno lo evada ... Tampoco puede la falla general de encontrar fósiles animales en el precámbrico deberse a cualquier falta de búsqueda".
Los evolucionistas intentando dar una explicación dicen usualmente:
(1) "Esperar. Esta aparente falta de fósiles precámbricos se debe a la insuficiente recolección; désenos tiempo para hacer más investigación".
(2) "Tal vez los primeros fósiles fueron destruidos por metamorfismo (calor y presión sobre las rocas)".
(3) "Las primeras formas de vida debieron haber sido tipos de cuerpos débiles como para haber sido preservados como fósiles".
Pero ninguna de estas supuestas explicaciones se puede sostener bajo un cuidadoso escrutinio. El Dr. Norman D. Newell, paleontólogo de la Universidad de Columbia, presenta estas tres posibilidades de explicación:
(1) Un siglo de intensa búsqueda de fósiles en las rocas precámbricas ha arrojado poca luz en cuanto a este problema.
(2) Las primeras teorías de que estas rocas que eran predominantemente no marinas o que alguna vez tuvieron fósiles y que han sido destruidas por el calor y la presión, han sido abandonadas a causa de que las rocasprecámbricas de muchos lugares son tan similares a las rocas más jóvenes en todos los aspectos, excepto en que ellas rara vez contienen algún registro de cualquier tipo de vida pasada ...
(3) Se conocen fósiles inequívocos de invertebrados de cuerpos débiles en muchas localidades, aunque de ninguna manera son comunes, y deben ser considerados, por ahora, como pertenecientes a los registros de las rocas precámbricas. Aunque tales localidades son raras, en una localidad sencilla en las rocas canadiences, C. D. Walcott obtuvo miles de especímenes de más de 130 especies de animales de cuerpos débiles delicadamente preservados.
Finalmente, el Dr. Daniel Y. Axelrod, profesor de geología en la Universidad de California en Los Ángeles, resume el problema que enfrentan los evolucionistas:
Uno de los principales problemas no resueltos en la geología y la evolución es la ocurrencia de invertebrados marinos diversos y multicelulares en las rocas más bajas del cámbrico en todos los continentes. ... Sin embargo, cuando vamos a examinar las rocas precámbricas para los pioneros de estos primeros fósiles cámbricos, de ninguna manera podemos hallarlos. Muchas secciones delgadas (en promedio a 5000 pies) de rocas sedimentarias, se conoce ahora, que están en sucesión constante debajo del estrato que contiene los primeros fósiles del cámbrico. Estos sedimentos aparentemente eran apropiados para la preservación de fósiles, porque con frecuencia son idénticos a las rocas siguientes que son fosilíferas, aunque no se han encontrado fósiles en ellos. Claramente, un significativo pero no registrado capítulo en la historia de la vida, se ha perdido de las rocas del tiempo precámbrico.
2. El "Eslabón Perdido" ¡Aún Está Perdido!
De esta manera el registro fósil no apoya la presunción evolucionista en siquiera un aspecto principal y es, si los ancestros evolutivos de los fósiles del cámbrico alguna vez existieron, ciertamente nunca se han encontrado.
Pero el peor, casi insoluble problema que existe en el registro fósil es el problema de los eslabones perdidos.
Como puede entenderse, la misma escencia del pensamiento evolucionista es el despacioso cambio. Entonces, de acuerdo con la teoría, debe haber un continuo orden de formas vivientes, una cadena irrompible de graduaciones, con todos los grupos que emergen imperceptiblemente. No debe haber eslabones perdidos o brechas entre philum, clases, órdenes, etc. Por tanto, si la teoría evolucionista ha de tener fundamento científico, las transiciones graduales de fósiles deben ser encontradas.
Pero tal no es el caso. Si miramos detenidamente la fantástica idea de la evolución como es reflejada en el registro fósil, notamos tantos "eslabones perdidos" que es imposible enumerarlos. Incontable número de eslabones conectores se necesitan para sortear con éxito las brechas que separan cada grupo principal de sus supuestos vecinos. El estudio de los fósiles revela la completa falta de estados intermedios de evolución que deberían unir un estado de vida con otro.
Veamos cómo Darwin mismo describió la dificultad:
¿Por qué, si las especies han descendido de otras especies por finas gradaciones, no vemos las innumerables formas trancisionales? ... Si en esta teoría las innumerables formas trancisionales deben haber existido, ¿por qué no las encontramos incrustadas incontablemente en la cortesa terrestre? ... ¿Por qué entonces no está cada formación geológica y cada estrato lleno de tales eslabones intermediarios? La geología ciertamente no revela ninguna cadena orgánica finamente graduada; y esto, tal vez, es la objeción más obvia y seria que puede levantarse contra esta teoría ... Lo que la investigación geológica no ha revelado es la existencia primaria de graduaciones infinitamente numerosas, tan raras como las variedades existentes, conectándose una con otra y acercándose a todas las especies existentes y extintas ... La ausencia de innumerables eslabones transicionales entre las especies los cuales vivieron al comienzo y fin de cada formación, presiona fuertemente mi teoría. La manera abrupta en la que grupos enteros de especies repentinamente aparecieron en ciertas formaciones, ha sido considerada por varios paleontólogos ... como una objeción fatal a la creencia en la transmutación [evolución] de las especies. Si numerosas especies, pertenecientes al mismo género o familia, realmente llegaron a la vida de una sola vez, esto podría ser fatal para la teoría de la evolución por selección natural. Porque el desarrollo, por este medio, de un grupo de formas, todas los cuales desciendan de un mismo progenitor, debe haber sido un proceso extremadamente paulatino; y los progenitores debieron haber vivido mucho antes de sus descendientes modificados ... La investigación geológica ... no da respuesta a las infinitas graduaciones especiales entre las especies presentes y pasadas requeridas por la teoría; y esta es la más obvia de las muchas objeciones que pueden surgir contra la teoría.
Por supuesto, Darwin trató de refugiarse en lo que llamó "la extrema imperfección del registro geológico" y "la pobreza de los hallazgos paleontológicos". Él y sus entusiastas primeros seguidores fueron optimistas en cuanto a que las prominentes brechas pronto serían llenadas. Ellos arguyeron que buena parte de la tierra estaba aún inexplorada y que tales formas transicionales pronto serían encontradas. Pero lamentablemente para ellos, después de más de un siglo de intensa investigación, tales eslabones entre los diversos grupos aún no han sido desenterrados. El científico historiador Charles Singer señala: "Ha sido aparente que tales 'eslabones' existan, de hecho, conspicuos a su ausencia". Y el profesor Newell de la Universidad de Columbia nota "la sistemática discontinuidad" (eslabones perdidos) en el registro fósil y admite: "Muchas de las discontinuidades tienden a ser más y más enfáticas con el incremento de los hallazgos" al paso de los años.
Hasta Darwin reconoció la seriedad de esta dificultad -y más de un centenio de años de investigación no ha denegado en un ápice la validez de esta objeción-. Pero él no es, en ningún modo el único que ha notado esta falla fatal en la teoría evolucionista. Muchos científicos han expresado su admiración en cuanto al hecho de que no haya eslabones conectores entre los supuestos estados de la evolución.
Por ejemplo, el Dr. Alfred S. Romer, profesor de zoología y curador de paleontología vertebral del Museo de zoología Comparativa de la Universidad de Harvard, hace esta candente admisión: "Los 'eslabones' se pierden justo donde más fervientemente los necesitamos, y es demasiado probable que muchos 'eslabones' continuarán perdidos".
El profesor G. G. Simpson, también de Harvard, confiesa que "las secuencias transicionales no son meramente raras, sino que están virtualmente ausentes ... Su ausencia es tan universal que no puede, en primera instancia, ser imputada enteramente al azar...". En otro libro Simpson dice: "Permanece cierto, como lo saben todos los paleontólogos, que la mayoría de las nuevas especies ... aparecen en el registro repentinamente y no puede seguírseles una secuencia transicional, gradual y completa".
Si el Dr. Simpson no fuera el paleontólogo evolucionista más prominente, sus palabras no tendrían tanto peso -aunque las pruebas son pruebas no importa quién las muestre. En un libro escrito para conmemorar el centenario de la publicación del libro de Darwin, El Origen de las Especies, Simpson nos dice: "Es un elemento del registro fósil que la mayoría de taxa [clases de plantas y animales] aparecen abruptamente. Ellos no están, como regla, determinados por una secuencia de predecesores con cambios casi imperceptibles tales como los que Darwin creyó que deberían ser usuales en la evolución ... Las brechas entre los órdenes conocidos, las clases y philum son sistemáticas y casi siempre largas". Aquí hay una afirmación muy importante de este especialista. ¡Simpson dice que las brechas son sistemáticas! Pero esto es lo que precisamente no puede admitirse si la teoría debe tener apoyo científico.
Si la evolución fuera una ley universal en la naturaleza, como lo claman los evolucionistas, entonces debería evidencia abundante de continuidad y transición entre todos los tipos de organismos tanto en el mundo presente como en el registro fósil. En lugar de ello, encontramos grandes brechas entre todos los tipos básicos y escencialmente la misma discontinuidad claramente vista en el mundo viviente de hoy entre un perro y un gato, el caballo y la vaca, etc., se encuentra en el registro fósil del pasado.
Aun si los intermediarios una vez vivieron pero ahora están extinguidos, por lo menos algunos de ellos deberían estar preservados como fósiles. Pero excepto para unas pocas especies extintas tales como los dinosaurios (que yo creo que no entraron en el arca de Noé y por tanto, perecieron en el diluvio del Génesis), quedamos sin una solución. ¿Es plausible que "un hecho a ciegas" o al "azar" debiera siempre perder el registro de tales transiciones entre grupos y aún preservar abundantes restos de los tipos básicos estables? La explicación más natural es que los eslabones perdidos nunca existieron.
Esto es lo que exactamente fue propuesto hace algunos años por Austín H. Clark, en su libro La Nueva evolución (The New Evolution). Clark, un famoso biólogo del personal de la institución Smithsoniana y él mismo un evolucionista, declara: "Puesto que no tenemos la más mínima evidencia, ni entre los animales vivos ni entre los fósiles, de cualquiera de los tipos intergraduales que preceden a los grupos principales, es una correcta suposición de que nunca ha habido tales tipos intergraduales".
Además, en el mismo libro, el Dr. Clark afirma que "desde los tiempos más remotos, desde los primeros comienzos del registro fósil, los más amplios aspectos de la vida animal han permanecido incambiables. Cuando examinamos una serie de fósiles de cualquier edad, podemos tomar uno y decir con toda confianza, 'Este es un crustáceo' -o una estrella de mar o un braquiópodo o un anélido o cualquier otro tipo de criatura que sea el caso-... Si están suficientemente bien preservados, no tenemos dificultad para reconocer de una vez el grupo al cual cada fósil de animal corresponde ... Puesto que todos los fósiles son determinables como miembros de sus respectivos grupos ... surge el hecho de que en todo el registro fósil estos grupos principales han permanecido escencialmente estables. Esto quiere decir que las interrelaciones entre ellos, del mismo modo, han permanecido estables".
Todas estas afirmaciones, honestamente hechas por los mismos evolucionistas, son diametralmente opuestas a la teoría de cambios evolutivos pausados. Sir Julián Huxley fue muy sincero cuando hizo la siguiente aseveraciónen el libro para niños grandiosamente ilustrado "El Maravilloso Mundo de la Vida" (The Wonderful World of Life): "Si la evolución es verdad, la historia fósil revelará cada rama mostrando un mejoramiento gradual de su particular modo de existencia". Al principio de la página hay un diagrama que muestra varias ramas de animales terrestres provenientes de un ancestro común. Cada rama ilustrada tiene amplias conecciones con el tronco. La teoría de la ameba al hombre demanda tales conecciones. ¡Pero, de hecho no las tiene, no existen!!!
Las primeras esponjas son esponjas complejas; las primeras estrellas de mar son incuestionablemente estrellas de mar; las primeras ballenas, completamente ballenas; las primeras tortugas, claramente tortugas; y así sucesivamente en el reino animal. Si el pescado evolucionó en anfibio, ¿dónde están las formas transicionales? ¿Cómo llegaron las branquias a ser pulmones? ¿Cómo se convirtieron las aletas en patas y muslos? Y si los reptiles dieron origen a las aves, ¿dónde están las formas transicionales? ¿Cómo se convirtieron las escamas en plumas? ¿Cómo se convirtieron los pesados huesos de los reptiles en huesos huecos para las aves? W. E. Swinton del Museo Británico de Historia Natural de Londres, un evolucionista experto en aves, afirma: "El origen de las aves es ampliamente un asunto de deducción. No hay evidencia fósil de los estados a través de los cuales el marcado cambio de reptil a ave fuera logrado".
¿Por qué es siempre la misma historia -que las transiciones, los eslabones entre los principales grupos de plantas y animales, están perdidos? E incidentalmente las plantas presentan la misma situación. El evolucionista E. J. H. Corner, profesor de botánica de la Universidad England de Cambridge , francamente admite que el registro fósil de las plantas no ofrece apoyo a la evolución, pero "para los no prejuiciados, el registro fósil de las plantas está en favor de una creación especial".
A la luz de estas afirmaciones y muchas otras que podrían ser citadas en cuanto a este aspecto, vemos que W. R. Thompson estaba en lo cierto cuando dijo "que Darwin en El Origen no fue capaz de producir evidencia paleontológica para probar sus puntos de vista pero que la evidencia que él produjo fue adversa a ellos; y yo puedo captar que la posición no es notablemente diferente hoy".
Si no hay evidencia real, pasada o presente, de que haya habido una continua serie de formas desde la más simple hasta la más compleja, entonces, ¿cómo puede cualquier científico justificar que todos los organismos han evolucionado de formas más simples? Tal presunción no está de acuerdo con los hechos y, como antes se había señalado, un hecho es más digno que mil teorías.
Ambos problemas, (1) la ausencia de fósiles en el estrato precámbrico, y (2) la ausencia de los eslabones conectores entre diferentes clases de organismos, son enormes dificultades para los evolucionistas. Si alguno o ninguno de estos problemas puede ser solucionado -y han permanecido sin solución durante cientos de años- entonces la teoría de la evolució progresiva debe ser considerada inadecuada.
3. Razonando en Círculo
¡No solamente están los primeros tres cuartos del registro evolutivo enteramente ocultos, sino que también el registro fósil falla en suplir los eslabones conectores aún en el último cuarto de la cadena evolutiva! El peso de la evidencia que los fósiles dan contra la evolución es ya aplastante, pero brevemente consideremos un tercer punto.
La lógica circular es utilizada para datar las rocas y los fósiles: la edad presumida de cada una es usada para probar la edad de la otra. El fósil es datado por la roca en la que se encuentra y la roca es datada por el fósil que está en ella. Si un paleontólogo encuentra el hueso de un dinosaurio, anunciará que tiene 70 millones de años a causa del estrato de roca en el que se encontró. Obviamente, cualquier cosa encontrada en una roca formada hace 70 millones de años, tuvo que haber sido enterrada cuando esa roca fue formada y debería tener también 70 millones de años. Pero ¿cómo sabemos que cierto estrato de roca tiene realmente 70 millones de años? ¡Simplemente porque encontraron dinosaurios allí!
Éste es un ejemplo transparente de tautología. Un elemento es usado para "probar" otro. Pero luego que un científico ha usado los fósiles para decir la edad de las rocas, ¿por qué debe permitirse que dé media vuelta y use tal formación rocosa para decir la edad de los fósiles? ¡Seguimos dando vueltas! Uno puede probar cualquier cosa si él inicia con su conclusión y luego razona en círculo.
Cuando conocí este asunto, la revelación fue un fuerte choque para mí. Yo había asumido que las rocas eran usualmente datadas por su naturaleza mineral o litográfica, pero tal no es el caso. El profesor Henry Shaler Williams, de la Universidad Yale, nos dice: "El carácter de las rocas mismas, su composición o su contenido mineral no tienen nada qué ver en cuanto a un sistema particular [o nivel de edad] a la cual la nueva roca pertenece. Los fósiles solamente son los medios de correlación". Otras autoridades reconocidas en geología dicen lo mismo, como por ejemplo Grabau en Principios de Estratigrafía (Principles of Stratigraphy): "Las divisiones primarias de la columna geológica están, como ya lo hemos visto, basadas en los cambios en la vida, con el resultado de que los fósiles, únicamente, determinan si la formación pertenece a una o a otra de estas grandes divisiones".
E. M. Spieker, profesor de geología en la Universidad del Estado de Ohio, enfatiza que la columna geológica se basa predominantemente en evidencias paleontológicas (secuencias fósiles) más que en cualquier evidencia física tal como la naturaleza de las rocas mismas o de su posición relativa en términos de depósitos verticales, etc.: "Y ¿qué es actualmente esa columna? ¿Sobre qué criterio descansa? Cuando todo es zarandeado y el grano tomado de la paja, es cierto que el grano en el producto es principalmente el registro paleontológico [los fósiles] y altamente semejante a la evidencia física es la paja".
Y uno de los más prominentes paleontólogos europeos declara: "La única escala cronométrica aplicable ... para datar eventos geológicos exactamente es provista por los fósiles".
Usted nota que "las eras geológicas son identificadas y datadas por los fósiles contenidos en las rocas sedimentarias. El registro fósil también provee la evidencia principal para la teoría de la evolución, la cual, a su vez, es el paradigma filosófico sobre el cual la secuencia de las eras geológicas ha sido erigida. El sistema evolución-fósil-geológico es, entonces, un círculo cerrado que comprime un paquete mutuamente sellado. Cada uno camina con los otros dos".
La evolución asume que las rocas más antiguas contienen fósiles de animales que son más simples mientras que las rocas más jóvenes contienen fósiles de animales que son más complejos. Entonces se determina la edad de las rocas por los fósiles encontrados en ellas, de tal manera que las rocas que contienen fósiles de animales más simples son consideradas más antiguas y las que contienen fósiles de animales más complejos son consideradas más jóvenes. ¡Con un sistema como este, parecería que los evolucionistas no se pudieran equivocar!
El apoyarse en este tipo de razonamiento complica a los evolucionistas; por esto ellos no hablan mucho al respecto. Pero R. H. Rastall, de la Universidad de Cambridge, lo admite en la Enciclopedia británica (Encyclopedia Britannica): "No se puede negar que desde un punto de vista estrictamente filosófico, los geólogos están arguyendo en círculo. La sucesión de organismos ha sido determinada por un estudio de sus restos enterrados en las rocas, y las edades relativas de las rocas están determinadas por los restos de organismos que ellas contienen".
Tal vez aun esta lógica circular no sería tan mala si fuera completamente consistente, esto es, si los fósiles y los estratos de rocas que los contienen siempre fueran encontrados en el mismo orden asumido. ¡Pero incontables contradicciones e inconsistencias abundan! En cada región montañosa de cada continente se pueden encontrar muchos ejemplos de estratos con fósiles que son menos complejos en la sima de los fósiles más complejos. Naturalmente pensaríamos que el estrato en la sima es mucho más reciente que los que están debajo, pero puesto que contiene fósiles "menos evolucionados", se denomina más antiguo. Es como si un gigante tomara una espada enorme y cortara miles de millas cuadradas y las volteara al reves para que los estratos quedaran revertidos.
El problema de cómo las rocas depositadas primero pudieran escalar a la superficie de las rocas depositadas después es tan serio para los evolucionistas que, para resolverlo, dicen que las rocas de la sima no se formaron por sedimentación sino que provinieron de otros lugares. Esto podría ser plausible si se limitara a pequeñas cantidades de roca, pero como en realidad es, incontables millones de toneladas de rocas habrían de ser removidas, tal vez por centenares de miles, para encontrarse a sí mismas en la sima de los estratos "más recientes". Todavía esto podría ser ocasionalmente posible si estuviéramos hablando de torres de depósitos específicas, pero son con frecuencia estratos que abarcan, en muchos casos, miles de millas cuadradas de área.
Este problema ha necesitado la construcción de una teoría sobre la teoría de la teoría. Oímos acerca de teorías de "desplazamientos de capas" y de "trasposición", pero ellas pueden dar razón de pequeños cambios a lo sumo. Sin embargo, algunas de estas capas "desplazadas" cubren un espacio inmenso. Por ejemplo, la transposición de Lewis en el área de Montana ¡es de 6 millas de grosor y 135 a 350 millas de largo y pesa aproximadamente 800.000 billones de toneladas! Sus estratos de roca están en orden revertido en relación con lo que demanda la teoría de la evolución, pero no hay evidencia física real de una falla por derrumbe, no hay evidencia de deslizamiento, demolición o acción abrasiva entre las capas; no para mencionar el problema de la fuente de la tremenda energía requerida para mover tal gigantesco bloque de roca.
Pero estos estratos fuera de orden son muy comunes. En el mundo extraño de datación geológica, cualquier combinación de eras geológicas puede ocurrir en cualquier orden vertical. Cualquier era puede estar presente o ausente, en orden cronológico normal o invertido, con las formaciones supuestamente "antiguas" descansando sobre las formaciones supuestamente "más jóvenes". Esto es exactamente contrario a los requerimientos tanto de la evolución como del sentido común, lo cual requeriría que las rocas más antiguas estuvieran en el fondo.
Entonces, el registro de las rocas, como es interpretado por los geólogos evolucionistas, provee un fundamento muy movediso. De hecho, Robin S. Allen, un geólogo de cierta importancia, hizo esta llamativa aseveración: "A causa de la esterilidad de sus conceptos, la geología histórica, que incluye a la paleontólogía y a la estratigrafía, se ha vuelto estática e improductiva. Los métodos corrientes ... para establecer la cronología son de dudosa validez. Peor que eso, el criterio de correlación, el intento de igualar el tiempo o de sincronizar la historia geológica de un área con la de otra, es lógicamente vulnerable. Los hallazgos de la geología histórica son sospechosos porque los principios sobre los cuales están fundamentados son inadecuados, en cuyo caso deben ser reformulados, o falsos, en cuyo caso deben ser descartados. La mayoría de nosotros rechazamos descartar o reformular, y el resultado es el estado presente deplorable de nuestra disciplina".
Exposición 1A: El Caballo
El clásico ejemplo que convence a mucha gente de la supuesta verdad de la evolución es el regirsto fósil de los antiguos caballos. El desarrollo del caballo es con alegatos uno de los ejemplos más concretos de la evolución. ¿Pero cuán válido, realmente es este ejemplo?
1. Las ilustraciones de los libros de texto y las exposiciones en los museos impresionan al observador casual ocn los aparentes estados en las así llamadas "series" de desarrollo. Pero el hecho es que esta sucesión es enteramente labor humana y ha sido ensamblada de varias localidades. Los huesos fósiles de los caballos fueron reunidos de diferentes lugares y deliberadamente arreglados en secuencia evolutiva. En ningún lugar puede encontrarse este orden en las rocas actuales. La única razón para organizar los fósiles en este orden (de los más "primitivos" hasta el caballo moderno) es la presunción que ha tenido la evolución. Más aún, despues de arreglar artificialmente los fósiles para contar la historia de la evolución, ¡los evolucionistas dan media vuelta y ofrecen lo mismo como prueba de la evolución!
El científico Theodosius Dobshanzky francamente señala: "Muchos libros de texto y relatos populares de biología representan la evolución de la familia del caballo tomando como punto de partida al Eohippus [el caballo 'más primitivo'] y progresando hacia el moderno caballo, Equus. Este progreso evolucionario involucraba, con alegatos, que los animales crecieran poco a poco, mientras tanto sus pies perdían dedo por dedo, justamente hasta que quedara un casco simplemente. De acuerdo con Simpson, esta supersimplificación realmente llega al punto de falsificación".
Aquí un eminente evolucionista cita a otro para decirnos que lo que es comunmente enseñado como supuesta evolución es "¡supersimplificación ... una falsificación!" Y el antropólogo Ashley Montagu, un líder en su campo, deplora los diagramas mostrados en los textos sobre evolución para ilustrar el supuesto desarrollo del caballo. Tal diagrama, dice él, ¡"coloca el diagrama antes que el mismo caballo"!.
2. Aún en estas famosas "series" de caballos, los eslabones transicionales entre los estados principales están perdidos. El evolucionista Lecomte du Nouy, hablando de la familia del caballo, admite: "Las formas conocidas permanecen separadas como los muros de un puente en ruinas ... La continuidad que nosotros presumimos puede nunca ser establecida por los hechos".
El profesor Goldschmidt hace eco a la aseveración de du Nouy: "Dentro de las series evolutivas pausadas, como las famosas series del caballo, los pasos decisivos son abruptos, sin transición". Así pues, ¡aquí una vez más los "eslabones" están perdidos!
3. Así tambien para el presumido incremento en tamaño, también, "es subjetivo y no apoyado por los datos", dice el evolucionista George Gaylord Simpson. Él añade: "el diagrama del pausado incremento en tamaño [de los fósiles de los caballos] son hechos por selección de especies que cumplen con esta idea preconcebida". Además muchos fósiles de caballos completos y mucho más grandes incluso que los caballos modernos, han sido encontrados en muchas regiones. Además, hay un gran rango en tamaño entre los caballos vivos de hoy: en primera instancia vemos inmensos caballos de carga como el clysedale o percherón y aún "Un tipo miniatura de Inglaterra que con frecuencia crece no más de 28 pulgadas". Tales diferencias en tamaño ciertamente no son prueba de evolución.
4. Hay una interesante discrepancia en el desarrollo esquelético de estas series; la anatomía de varios modelos no se compara. Por ejemplo, la cantidad de costillas varía entre 15 y 19: el Eohippus tenía 18 pares de costillas; el Orohippus tenía sólo 15 pares; entonces el Pliohippus saltó a 19; y el Equus scotti se devuelve a 18. También las lumbares de la columna vertebral varían entre 6 a 8. Por tanto, muchos eminentes científicos están en desacuerdo con la cadena teórica de los fósiles de los caballos.
5. Finalmente, considérese el cambio en el número de dedos. La evidencia para un cambio gradual de cuatro dedos en la parte frontal de las patas y tres en la parte posterior hasta uno en cada lado es presentada como prueba de evolución. Pero realmente prueba lo contrario, porque va de lo complejo a lo simple, ¡de más dedos a menos dedos! La evolución demanda un incremento de la complejidad la cual los proponentes de la teoría dicen que ha llegado a nosotros desde la simple célula a la vida como la conocemos hoy. El perder dedos significa fabricar un animal más simple, no más complejo. El proceso llevado a un absoluto extremo podría reducir al caballo a un organismo unicelular, pero nunca evolucionar a partir de un unicelular hacia un caballo. Lo más que puede mostrar las "series" de los caballos es degeneración en lugar de evolución progresiva.
¿Cuánta credibilidad podemos dar a una teoría basada en este tipo de evidencias como sus pruebas "más contundentes"?
12. EL HOMBRE, ¿DEL MONO, O NO?
A través de los años he tenido ocasión de discutir sobre el cerebro infantil de Darwin con muchos evolucionistas. En estas discusiones he encontrado una reacción extremadamente fascinante aunque inexplicable. Cada vez que yo proclamo mi incredibilidad en la idea de que los seres humanos desciendan del mono, el evolucionista sonríe indulgentemente y replica en una forma muy predecible: él pacientemente explica que el desarrollo evolutivo del hombre a partir de los monos es una concepción popular errada; él asevera que Darwin nunca enseñó tal cosa, que los evolucionistas hoy no enseñan, y que él sugiere de manera amable que yo no debería sostener mi posición tan radical.
Con frecuencia él dirá que la evolución meramente muestra que monos y hombres han evolucionado de algún ancestro común desconocido. Así él concluye que yo soy culpable de difamar contra la evolución cuando, erróneamente, les imputo ideas que la teoría nunca ha enseñado.
Naturalmente, después de ver esta reacción, comienzo a preguntarme de dónde obtuvo la gente la idea de que, según la evolución, el hombre vino de los monos. He aquí un poco de lo que he encontrado:
Darwin realmente dijo que el hombre evolucionó de los simios. En la conclusión del capítulo IV de su libro El Ancestro del Hombre (The Descent of Man)el apóstol de la evolución declaró: "El ascendiente Simio se fraccionó en dos grandes ramas: los monos del Antiguo Mundo y los monos del Nuevo Mundo; y del último de ellos, en un periodo remoto, el hombre, la maravilla y la gloria del universo, surgió".
Los evolucionistas modernos perpetúan esta idea casi en coro. El profesor Earnest Albert Hooton, antropólogo de Harvard, lo dice de este modo: "El hombre fósil inventó las primeras herramientas y descubrió el uso del fuego; fue, probablemente el originador del idioma hablado. El se hizo a sí mismo del mono y creó la cultura humana".
Veamos unos pocos capítulos claves entre los libros más hermosamente ilustrados (y desafortunadamente, de mayor influencia) de la Biblioteca de Vida Natural, publicados por Time-Life Books. Un volumen es llamado El Primer hombre (Early Man) y contiene un capítulo titulado "De Vuelta a los Simios" (Back Beyond the Apes) y otro significativamente llamado "Después de los Simios" (Forward From the Apes). Un volumen sobre "Los Primates" tiene un capítulo concluyente titulado "Del Simio al Hombre" (From Ape Toward Man). El Primer Hombre contiene un gráfico de cinco páginas donde muestra los simios en una línea recta de desarrollo hasta el hombre moderno. Este gráfico a todo color ha sido reproducido en incontables revistas de publicidad de libros. Bajo uno de los simios dibujados (Ramapithecus), se nos ha dicho que algunos expertos creen que esa bestia es "el más antiguo de los ancestros del hombre en línea directa".
El público se ve más engañado a causa de la deliberada graficación de simios que caminan rectos en dos pies como el hombre, aunque los simios siempre son "gateadores", desplazándose casi en todas las cuatro extremidades. Esta representación errada de postura, supuestamente es hecha "con el propósito de comparar", pero el lector queda con la impresión errónea de que la evolución del hombre a partir del simio es muy plausible.
Esos libros, ampliamente versados en la filosofía evolucionista, representan una de las más grandes aventuras publicitarias alguna vez realizada. Y Desmond Morris escribió un libro popular acerca del hombre, llamado El Simio Desnudo (The Naked Ape), subtitulado Un Estudio Zoológico del Animal Humano (A Zoologist's Study of the Human Animal). El libro del Dr. Morris obtuvo amplia circulación como Selección para el Club de Libros del Mes (Book-of-the-Month Club Selection). Ahí, él, tranquilamente declara que "hay ciento noventa y tres especies vivas de monos y simios. Ciento noventa y dos están cubiertos de pelo. La excepción es un simio desnudo que se autonombra Homo sapiens ... Él se enorgullece de ser el que tiene el cerebro más grande de todos los primates, pero ... a pesar de ser tan erudito, el Homo sapiens sigue siendo un simio desnudo" .
¡Tal vez la idea popular de conectar la supuesta idea de la evolución del hombre con la de los simios no es tan equivocada después de todo! Porque no son sólo los libros populares como los mencionados anteriormente los que enseñan la conexión hombre/simio; son textos guías usados por universitarios de nuestra nación los que hacen que uno se pregunte: ¿habrá un mico en nuestro árbol familiar? ¿Es el hombre un milagro, o una mutación? ¿Vino el hombre de Dios, o de un gorila?
Un ejemplo de tales textos guías (usados en la Universidad donde enseño y en tantas otras por toda la nación) es el editado por un antropólogo evolucionista de fama, Louis Leakey, titulado Adán o Simio: Una Publicación de los Descubrimientos sobre el Primer Hombre (Adam or Ape: A Sourcebook of Discoveries About Early Man). Cuando las mentes impresionables de los estudiantes son enfrentadas con la alternativa de Adán o Simio, por los instructores quienes se han aferrado al dogma de la evolución, usted puede adivinar de qué lado se pondrán ellos.
Antes de que aceptemos que la evolución no enseña que "el hombre vino de los simios", ¡los evolucionistas tendrán que contar su historia claramente!
Huesos de Conexión: Los Fósiles del "Primer Hombre"
Durante años, los evolucionistas han tratado de unir al hombre a las formas más elementales de vida. Sus esfuerzos han fallado, puesto que el hombre no se originó de ese modo. Pero millones de jóvenes y señoritas en el colegio han sido expuestos a retratos e historias del "hombre de las cavernas" que promueven conceptos evolucionistas. No hay duda de que el hombre vivió en cavernas hace muchos años -en algunas partes del mundo aún lo hacen. Algunas tribus aisladas se pueden encontrar viviendo bajo condiciones extremadamente primitivas hoy, y en las futuras generaciones podrían desenterrar sus restos y juzgarlos como antepasados de miles de años más de edad que otras sociedades que viven hoy.
El descubrimiento de restos humanos "primitivos", dicen los evolucionistas, prueba que el hombre evolucionó de criaturas semejantes a los simios. Para insertar este argumento, ellos muestran una serie de efigies de los más notorios fósiles humanos, una "colección criminal1 " de fósiles humanos tales como el Hombre de Neandertal, el Hombre de Cro-Magnon, el Hombre de Java, el Hombre de Pekín, el Hombre de Nebraska, el Hombre de Piltdown, etc., finalizando con la representación del hombre moderno.
Los colegios con frecuencia llevan a los estudiantes a visitar museos que muestran tales cuadros evolutivos. Pero Thomas Hunt, siendo un evolucionista, deplora esta práctica y dice: "No he conocido otra forma de fallar en la intención. De hecho yo sé que el estudiante con frecuencia es ampliamente convencido de que debe dejar de lado toda posibilidad de que lo que yo voy a señalarle como evidencia para mi convicción no esté libre de ser criticada".
En primer lugar, la evidencia provista por los fósiles a la antropología (el estudio del hombre) es extremadamente limitada. Discutiendo sobre un fragmento óseo recientemente descubierto y supuestamente humano, la revista Newsweek informa: "La evidencia para la evolución del hombre podría difícilmente ser más tenue: una colección de algunos cientos de cráneos fosilisados, dientes, mandíbulas y otros fragmentos. Los antropólogos físicos, sin embargo, han sido ingeniosos para leer el registro; tal vez demasiado ingeniosos, porque hay casi tantas versiones sobre la historia del primer hombre como antropólogos que las proponen. Hay sólo unos pocos hechos en los cuales los científicos se han puesto de acuerdo".
Aunque la evidencia para la evolución humana es escasa y estrecha, el tema del hombre fósil aún permanece vivo entre los evolucionistas. Examinemos esta evidencia brevemente.
El Hombre de Neandertal: en 1856 se desenterraron de una cueva porciones de un esqueleto en el Valle de Neander cerca de Düsseldorf, Alemania. Catorce piezas de hueso se encontraron, pero sólo la tapa del cráneo fue de mayor valor diagnóstico. Los seguidores de Darwin clamaron que este hallazgo era el "eslabón" entre el hombre y el simio, y en 1856 fue clasificado como Homo (hombre) neandertalensis. Algunos restos parciales de esqueletos similares fueron encontrados en 1886 en Bélgica y también se lograron otros hallazgos.
Los científicos evolucionistas investigadores de ese tiempo describieron al hombre de Neandertal como un hombre-mono semierguido. En un artículo titulado "Exaltando al Hombre de Neandertal" (Upgrading Neandertal Man), la revista Time explicó: "La imagen simia del Neandertal fue más tarde reforzada por los primeros escritos de este siglo del respetado paleontólogo francés Pierre Marcellin Boule. Su descripción del Neandertal como una criatura atrofiada y ceñuda que caminaba con las rodillas dobladas y los brazos bamboleándose hacia el frente, servía como el modelo para varias generaciones de artistas y libretistas".
El prestigio de Boule como director del Instituto Francés de Paleontología Humana fue grande, y su obra sobre el hombre de Neandertal fue considerada como autoridad final. La única dificultad fue que Boule estaba equivocado, y muchos otros científicos evolucionistas perpetuaron su error durante años antes de que la verdad fuera descubierta. Ahora se sabe que Boule basó sus conclusiones en un espécimen pobre: puesto que el esqueleto que él estudió tenía una curvatura en la médula espinal, él consideró que esto era una buena evidencia de que el hombre no siempre caminó recto.
Pero más tarde los descubrimientos de Neandertal mostraron esqueletos que eran rectos totalmente. Subsecuentemente, el espécimen de Boule con la curvatura en la columna fue reexaminado y se descubrió que había sufrido de una forma de artritis. Dos anatomistas, los doctores W. L. Strauss del Hospital Universitario de Medicina John Hopkins y A. J. E. Cave del Hospital Universitario de Medicina de San Bartolomé en Londres, han publicado un completo estudio de la postura del Hombre de Neandertal que muestra que las supuestas características de hombre-mono son interpretaciones erróneas sin fundamento de hecho. En cuanto a los restos fósiles ellos escriben:
Estábamos poco preparados para la fragmentaria naturaleza de esqueleto mismo y para la consecuente extensión de restauración requerida. Ni estábamos preparados para la severidad de la osteoartritis deformante que afecta la columna vertebral ... Por tanto, no hay razón válida para la presunción de que la postura del hombre de Neandertal ... difiriera significativamente de la del hombre de hoy ... No hay nada en este patrón morfológico para justificar que el hombre de Neandertal fuera otro diferente de un bípedo completamente erecto al pararse o caminar. Puede ser que el artrítico [espécimen usado por Boule] ... hombre de Neandertal caminaba y se paraba con algo de kiposis patológica; si es así, tiene semejantes en el hombre moderno que está afligido por osteoartritis espinal. Él no puede, en vista de su manifiesta patología, ser usado para proveernos una descripción de un Neandertal sano y normal. Sin embargo, si pudiera ser reencarnado y colocado en el metro de New York, considerando que estuviera afeitado, bañado y vestido con traje moderno, es dudoso que pudiera atraer mayor atención que otro ser normal.
Es verdad que los fósiles de Neandertal poseen ciertas características, particularmente en la forma del cráneo y la cara, las cuales difieren en algo a las del hombre moderno. Pero científicos creen que se debió al desorden pituitario conocido como acromegalia. En su libro Desde el Simio (Up From the Ape), el evolucionista de Harvard, Earnest Albert Hooton nos informa que "la acromegalia, una enfermedad ... de la glándula pituitaria, produce en sus víctimas una elongación de la cara y las mandíbulas y un alargamiento de los pómulos y el incremento en la terminación frontal ... Es posible que los grandes pómulos, profundas mandíbulas y otras características comunes al ... tipo de Neandertal se hayan desarrollado a partir de algún hiperfuncionamiento de la pituitaria ...".
Mientras se habla mucho del hecho de que algunos hombres fósiles tuvieron cerebros algo menores que el del hombre moderno (un hecho que podría ser fácilmente explicado por desformaciones degenerativas), es impresionante que el espacio para el cerebro del Neandertal fuese más grande que el del hombre promedio de hoy. El hombre moderno tiene una capacidad para el cerebro entre 1.200 y 1.500 cc., pero en Desde el Simio, el antropólogo evolucionista Hooton nos dice que el espécimen de Boule del hombre de Neandertal "tenía una capacidad craneana de aproximadamente 1600 cc., la cual está por encima del promedio del hombre europeo de hoy. A la luz del tamaño del cerebro, los ancestros neandertales estaban muy por encima del nivel del hombre moderno".
Y lejos de ser bruto y bárbaro como los retratos ficticios de la ciencia lo muestran, el hombre de Neandertal hizo dibujos en las cavernas, cultivó flores y enterró a sus muertos. Un libro reciente llama a los neandertales "el primer pueblo de flores" y reporta que una expedición arqueológica encontró que por lo menos uno de los nueve esqueletos neandertales descubiertos en la caverna de Shanidar fue enterrado con flores. Comenta el Dr. Carleton S. Coon, antropólogo de la Universidad de Penssilvania y antes presidente de la Asociación Americana de Antropólogos Físicos: "en el terreno únicamente del comportamiento, el ejemplar de Shanidar amerita el título de Homo sapiens [esto es, totalmente hombre "pensante"]".
Finalmente, refiriéndose a las "múltiples concepciones erradas ... encontradas en los libros populares, aun en libros de texto", particularmente concerniente a los "brutales neandertales", el prehistoriador francés Francois Bordes declara: "Las reconstrucciones lo muestran como un poco mejor que los grandes simios y sus herramientas son descriptas como 'rudimentarias' por gente que no serían capaces de hacerlas para salvar sus vidas. La verdad, sin lugar a dudas, es muy diferente".
El hombre de Cro-Magnon. Denominado así por haber sido tomado de una caverna en el suroccidente de Francia donde los restos de estos hombres fueron encontrados en 1868, el Hombre de Cro-Magnon era hábil para trabajar con hueso y piedra. El Dr. William C. Putnam, profesor de geología en la UCLA, reporta que los cro-magnons "desarrollaron la técnica de diseñar herramientas de piedra y armas en un grado de perfección nunca antes igualado". También, este pueblo era una raza altamente artística. Objetos de arte incluyen tallado en marfil y, en las paredes de sus cavernas hay dibujos coloreados de muchos de los animales que ellos cazaban. Retratos de caricaturas incluyen rostros humanos algunos de los cuales son barbados y otros se ven afeitados. Estos dibujos, de alta calidad artística, "son vibrantemente vivos".
El hombre de Cro-Magnon, al igual que su hermano de Neandertal, había aprendido a hacer y usar el fuego. Él también enterraba a sus muertos. El profesor Hooton reporta el descubrimiento de una familia de Cro-Magnon "enterrada con cubiertas en sus rostros y en sus pies".
Y la raza de Cro-Magnon se sabía que era superior al hombre moderno, tanto en tamaño físico como en capacidad cerebral. Eran altos y bien proporcionados; los hombres alcanzaban más de seis pies en estatura. En cuanto a su capacidad craneana, era en promedio mayor que la del Neandertal o el hombre moderno. Note cómo el Dr. Hooton habla del cráneo del hombre de Cro-Magnon que se supone que define el tipo. "Es un cráneo masivo, largo en cada dimensión ... El casco cerebral de este hombre antiguo se estima que debía contener 1600 cc., lo cual está 150 cc., por encima del promedio del hombre europeo moderno [y el promedio del hombre europeo moderno es mayor que el promedio para otras razas del mundo]". Como lo señala el Science Digest: "Desde el hombre de Cro-Magnon, ... el cerebro humano ha venido disminuyendo en tamaño". Esto indica degeneración, no evolución. De hecho, el hombre moderno mismo puede ser un descendiente de estos ancestros, algo deteriorado.
El hombre de Java. El descubrimiento llamado hombre de Java llena un espacio importante en la galería de la fama evolutiva. Fue hecho en 1891 por Eugène Dubois, un doctor alemán del ejército. Dubois había ido a la isla de Java con el anunciado propósito de descubrir el hombre primitivo y allí, en el banco del río Solo, él desenterró dos dientes y una parte de un cráneo. Los dientes fueron encontrados separados de la tapa craneana, a varios pies de distancia. Un año más tarde, y a una distancia de más de quince yardas del lugar donde se encontró la tapa craneana, Dubois descubrió un hueso de la cadera. A pesar del hecho de que la tapa craneana y el hueso de la cadera estuvieran ampliamente esparcidos, Dubois aseguró que "¡Ambos, y los dientes también, pertenecieron al mismo esqueleto"!.
Dibujos y reconstrucciones en los museos sobre el hombre de Java (completo y aún con cabello), dan al insospechado público la impresión de que el espécimen debió haber estado intacto. Pero como ustedes pueden notar, los restos esparcidos eran muy pocos. En 1894 Dubois volvió de Java y publicó su informe científico sobre el famoso "eslabón perdido". evolución, un volumen de la Biblioteca de la Vida Natural, dice: "Deliberadamente y casi provocativamente, Dubois denominó la criatura que él había materializado del pasado Pithecantrupus erectus" "hombre mono erecto", del griego pithekos (piqekos) para simio o mono y anthropos (anqropos) para hombre. Dubois, sin dudarlo, declaró que su hallazgo "representa el eslabón de transición entre el hombre y los simios ... el inmediato progenitor de la raza humana".
Naturalmente sus aseveraciones causaron mucha controversia en la sociedad, aun entre los científicos de sus días. Entonces Dubois, fastidiado por el escepticismo y la crítica que ganó con su descubrimiento, "llegó a ser notablemente sospechoso y excéntrico". "En 1895 él guardó los fósiles en una caja fuerte ... y no permitió que nadie los viera durante 28 años". No fue sino hasta 1923, después de que el Dr. Henry Fairfield Osborn, director del Museo Americano de Historia Natural, apelara al presidente de la Academia Alemana de Ciencias, cuando Dubois abrió su caja fuerte y de nuevo permitió a los científicos ver los huesos originales. Así que hay alguna base para cuestionar la integridad y el juicio de Dubois. Él consideraba a cualquiera que se oponía a sus ideas como enemigo personal. Durante treinta años rechazó permitir que sus hallazgos fueran estudiados por otros científicos. "Si alguno venía a su puerta y él percibía que era un colega, simplemente no estaba en casa". En otras ocasiones, "decía que estaba enfermo".
Dubois estimó la capacidad craneana del hombre de Java en 900 cc., cerca de dos terceras partes de la del hombre moderno; pero es imposible determinar la capacidad craneana a partir de una tapa craneana solamente. Además, Dubois concilió el hecho de que había descubierto también cerca de Wadjak y aproximadamente al mismo nivel, dos cráneos humanos (conocidos como los cráneos de Wadjak) con una capacidad craneana de entre 1550 y 1650 cc., algo cercano al promedio humano actual. Haber revelado este hecho en ese tiempo (1890) podría haber hecho difícil, si no imposible, para este hombre de Java, haber sido aceptado como un "eslabón perdido". No fue sino hasta 1920, cuando estaba a punto de ser anunciado un descubrimiento similar, cuando Dubois reveló el hecho de que había tenido en su poder los cráneos de Wadjak durante treinta años. (Aparentemente tal elemento de evidencia que no se conformaba con la teoría no era una práctica rara o aislada. El evolucionista antropólogo Hooton, por ejemplo, trae a colación esta cándida acusación: "Los fósiles humanos heréticos y no adaptables eran dejados en el limbo de los depósitos obscuros de un museo, olvidados o peor, destruidos").
Perplejamente, los evolucionistas dicen que "Dubois se convirtió, por así decirlo, en su propio oponente. Habiendo descubierto al hombre más primitivo, él lucho denodadamente durante el resto de su vida para sostener que el Pithecantropus no era el hombre más primitivo sino un hombre-mono gigante. La obra de Dubois en Java fue continuada por el paleontólogo alemán G. H. R. von Koenigswald, quien también nos informa que Dubois finalmente decidió que sus huesos de Pithecantropus pertenecieron a un gran mono semejante a un gibón. Von Koenigswald concluye: "Por tanto, queda manifiesto el piso movedizo sobre el cual Dubois erigió su construcción hipotética, y sólo podemos admirarnos de la audacia y la tenacidad con las cuales él defendió su Pithecantropus".
El hombre de Pekín. Cerca de Pekín, China, en 1927, Davidson Black encontró un molar inferior. De este simple molar creó un nuevo género y lo llamó Sinantrupus Pekinesis ("Hombre Chino de Pekín"). Dos años más tarde, se hicieron otras excavaciones en este sitio que llevaron al descubrimiento de catorce tapas craneanas, porciones de los huesos faciales, muchos dientes y unos pocos huesos de las extremidades. Al comparar las piezas y combinar la información de todos los catorce huesos o partes, todavía no fue posible restaurar un cráneo completo. El profesor Hooton explica: "Parece que estos cráneos fueron trofeos de cabezas para cazadores y, además, que los dichos cazadores reventaban los cráneos en la base cuando estaban recién obtenidos, presumiblemente, para comer los cerebros contenidos en ellos. Muchos cráneos muestran que sus dueños encontraron su muerte como resultado de fracturas craneanas inducidas por fuertes golpes".
La evidencia dada por el hombre de Pekín fue siempre escasa, pero ahora no existe, porque se perdió cuando los japoneses avanzaron hacia Pekín en Diciembre de 1941. Todo lo que existía del hombre de Pekín desapareció, nunca más ha sido visto. Hasta este día, no ha llegado registro alguno a la luz del infelizmente fatal hombre de Pekín.
"No Ponga su Fe en Reconstrucciones"
La evidencia fósil de la evolución del hombre es, por tanto, extremadamente escasa. Hacia 1956 el paleontólogo G. H. R. von Koenigswald, quien invirtió mucho tiempo de su vida temprana investigando los fósiles humanos, calculó que si todos los ya conocidos fragmentos del Homo erectus fueran juntados, podrían abarcar confortablemente un espacio de una mesa de tamaño mediano.
Pero esta escasez no ha estorbado a los evolucionistas para "reconstruir" fragmentos de fósiles en individuos completamente conformados. Qué tan precario puede ser este negocio de restauración de un espécimen a partir de un fósil, es considerado en esta afirmación del Dr. Hooton: "A ningún antropólogo se le justifica que reconstruya un esqueleto de un tipo no familiar de fósil humano de partes como una tapa craneana, uno o dos dientes, y tal vez unos pocos fragmentos de una mandíbula y huesos largos ... Se infiere considerando las partes perdidas como muy precario, a menos que se puedan obtener esqueletos completos de otros individuos del mismo tipo para apoyar la reconstrucción".
Una reconstrucción no es más que una interpretación de un científico y tal interpretación será inevitablemente su opinión subjetiva con prejuicio personal. "Cuando un científico encuentra un hueso sencillo o una muela que supuestamente data de más de cien años, ¿con base en qué medida puede él hacer un dibujo de toda la criatura? Cuando los primeros huesos fósiles fueron descubiertos hace muchos años, no había otros huesos con los cuales comparar, otras medidas con las cuales juzgar, así que las primeras conclusiones sobre el hombre antiguo fueron el producto de la imaginación. Los hombres que dibujaron tales retratos se imaginaron al hombre semejante a un simio en su forma física, así que lo dibujaron con características faciales de una criatura con una serie de semejanzas entre un hombre y un simio. Le dieron una cierta postura agachada, un gran rostro con amplias mandíbulas y una apariencia de dudosa inteligencia. Este retrato ha permanecido con nosotros através de los años".
El antropólogo de Harvard Earnest Albert Hooton nos previene: "No pongan su fe en reconstrucciones", porque los científicos no pueden contar cómo eran los ojos, orejas, nariz y labios. Ellos no saben de qué color era la piel o el color del cabello o la textura o si tenían bastante o poca barba o no tenían barba. De hecho, un cráneo de Neandertal puede hacerse que parezca muy moderno o muy primitivo.
El profesor Hooton concluye con esta penetrante aseveración: "Algunos anatomistas modelan reconstrucciones de cráneos humanos rellenando las partes sencillas de la cabeza y el rostro sobre un modelo de cráneo y producir un busto proponiendo que representa la apariencia del fósil humano en vida. Cuando volvemos a la condición fragmentaria de la mayoría de los cráneos, los rostros usualmente incompletos, podemos claramente ver que aun la reconstrucción del esqueleto facial abre espacio para dudar ampliamente en cuanto a los detalles. Intentar restaurar las partes más sencillas es una labor mucho más arriesgada. Los labios, los ojos, las orejas y la terminación nasal no están unidos a terminaciones óseas. Usted puede, con igual facilidad modelar de un cráneo neandertaloide las características de un chimpancé o las facciones de un filósofo. Estas restauraciones alegadas de antiguos tipos de hombres tienen muy poco, si es que tienen, valor científico y sólo sirven para engañar al público".
Excavaciones en el Cráneo
Los evolucionistas procediendo como lo hacen con la base de tal evidencia inverosímil, llegan a cometer errores exagerados. Uno de esos fiascos es el hombre de Nebraska.
El hombre de Nebraska era actualmente nada más que una pieza dentaria, una simple muela encontrada en Nebraska por un individuo llamado Harold Cook en 1922. Cook envió la muela al famoso pelaontólogo Henry Fairfield Osborn, director del Museo Americano de Historia Natural en la ciudad de New York. Fascinado con tal hallazgo, Osborn inmediatamente comparó el espécimen con "todos los libros, todos los modelos y todos los dibujos" y consultó con otros tres científicos, dos de los cuales eran eminentes especialistas en fósiles de primates. Aquí, sintieron ellos, estaba la primera prueba del hombre primitivo en el continente (sic) norteamericano. Ellos escribieron un artículo para una revista científica anunciando el descubrimiento, diciendo: ¡"Es difícil creer que una simple pieza dentaria erosionada por el agua ... pueda señalizar el arribo de primates antropoides en Norte América ... Hemos estado ansiosamente anticipando algún descubrimiento de esta clase, pero no estamos preparados para tal evidencia convincente"!.
Osborn y sus colegas no podían decidir bien si el dueño original de la pieza dentaria debía ser clasificado como hombre-mono o como mono-hombre. A éste le fue dado el nombre de Herperopithecus haroldcookii ("Mono occidental de Harold Cook") y llegó a ser conocido popularmente como el Hombre de Nebraska. Ellos reconstruyeron esta criatura de su muela solamente, exhibiendo su forma exacta, aun con prominentes cejas y amplios hombros. De hecho, en 1925 la muela del Herperopithecus fue introducida como "evidencia" por el experto testimonio de evolucionistas en el famoso enfoque de "la prueba del simio" en Tennessee.
Pero dos años más tarde, la carrera del hombre de Nebraska llegó a un alto abrupto. Se descubrió que no era un hombre. Ni siquiera era un mono. El evolucionista Le Gros Clark explica: "Como es bien conocido, la muela se probó más tarde ser de un fósil de pecari" (¡un pequeño animal que parece un cerdo!) El Dr. Guane Gish dice: "¡Este es un caso en el cual un cerdo hizo a un mono a partir de un evolucionista!".
Experiencias como ésta tienden a hacer que muchos científicos sean más humildes y cautelosos. El profesor Clark sigue diciendo que "¡puede haber pocos paleontólogos que no han cometido errores de esta forma en algún tiempo o en otro!". Pero los errores son, por supuesto, comprensibles. Menos aceptable es un fraude sin derecho, tal como el que vemos en el caso del Hombre de Piltdown de Charles Dawson.
El punto al cual muchos evolucionistas llegan a manipular los hechos tan estrictamente necesarios para su teoría queda bien ilustrado en el caso del "más primitivo hombre inglés" como era más frecuentemente "logotipado" el hombre de Piltdown. A principios de 1912, Charles Dawson, un cazador aficionado de fósiles, obtuvo algunos especímenes para el Dr. Arthur Smith Woodward, Director del Museo Británico. Dawson dijo que los había encontrado en un sepulcro cerca de Piltdown, al sur de Londres.
Pronto el mundo fue informado del descubrimiento de la mayoría de un lado de la mandíbula inferior con el primer y segundo molar aún en su sitio y una parte del cráneo. El cráneo parecía humano, pero la mandíbula era claramente la de un simio. La superficie de los molares era plana -y solamente una mandíbula humana, con su movimiento libre, podría haber obtenido tal forma plana. Tal hallazgo parecía ser "un eslabón perdido" en la evolución humana. Animales prehistóricos encontrados en la misma tumba hicieron de este fósil el más primitivo hombre conocido. En honor al descubridor, Woodward lo denominó Eoanthropus dawsoni (El Hombre de Dawson del Amanecer), más comúnmente llamado hombre de Piltdown.
Cuando ocurría controversia entre los científicos, algunos de los cuales clamaban que el cráneo humano y una mandíbula de un simio no podían encajar, la mayoría de evolucionistas usaban al hombre de Piltdown para su propia ventaja. Dibujos y modelos en plástico de las reconstrucciones del Piltdown fueron ampliamente utilizadas en los libros y en los museos y la Enciclopedia británica denominó al hombre de Piltdown el segundo fósil más importante que muestra la evolución del hombre, añadiendo autoritariamente: "Entre las autoridades británicas hay ahora un acuerdo de que el cráneo y la mandíbula son del mismo individuo". Por más de 40 años el hombre de Piltdown hizo su labor como miembro cardinal de la galería de la fama evolutiva.
Entonces se descubrió que el hombre de Piltdown había sido una cuidadosa obra de encaje -¡una completa patraña!. En 1953 tres científicos (los Doctores Kenneth Oakley, geólogo del Museo Británico; J. S. Weiner, antropólogo de la Universidad de Oxford y Le Gros Clark, profesor de anatomía de la Universidad de Oxford) probaron que los fósiles que comprendían al hombre de Piltdown eran una hábil pero vergonzosa mistificación. Usando modernos instrumentos como el espectrógrafo de rayos X y el contador Géiger, ellos sometieron los santificados fragmentos de Piltdown al examen más completo y crítico que alguna vez se hubieran propuesto. En lugar de ser de medio millón de años como originalmente se le había estimado, ¡el cráneo fue más cercano a algunos miles y la mandíbula no era del todo fosilizada! Una prueba química efectiva de datación demostró que la mandíbula no era más antigua que el mismo año de su descubrimiento.
La mandíbula había provenido de un simio moderno, probablemente un orangután. Pero la mandíbula y los dientes no humanos habían sido astutamente "fosilizada" al impregnarla con químicos para darle la apariencia de edad. Además, en cuanto al cuento reforzado de los molares, se demostró más allá de toda duda que habían sido artificialmente insertados. En los modelos de la mandíbula del Piltdown estudiados por todo el mundo, estos detalles se perdieron, pero eran completamente claros en los especímenes originales examinados por estos científicos en el Museo Británico. Como se señala en el artículo del Reader's Digest sobre "La Gran Mistificación de Piltdown": "Cada pieza importante se probó estar forjada. ¡El hombre de Piltdown fue una falsificación desde su comienzo hasta el final!".
Mientras esta historia muestra que los métodos modernos han mejorado con respecto a los primeros años, también muestra que los científicos pueden ser ridiculizados al examinar y datar los fósiles. Toda la historia fantástica fue publicada en La Falsificación de Piltdown (The Piltdown Forgery), una fascinante "novela policiaca" de la vida real por el Dr. J. S. Weiner, "detective principal" en el caso. Aunque "toda la evidencia circunstancial señala a Dawson como el autor del fraude," Weiner no lo acusará claramente por la ausencia de absoluta prueba. El curioso Dr. Dawson murió en 1916 a la edad de 52 años y en el clímax de su fama. Si su propósito de perpetrar su famoso fraude era lograr reconocimiento, entonces murió feliz, porque ¡"él ganó fama en su propio tiempo tanta como el fósil que fue denominado por él -Eoanthropus dawsoni"!
Sí, Charles Dawson, como Charles Darwin, está muerto, pero sus legados quedan. "Hoy las estatuas del Hombre de Piltdown han sido removidas de sus lugares en los museos y sus dibujos de los libros, aunque el daño que hizo al destruir la fe de la gente en la creación del hombre por parte de Dios permanece en las vidas de muchos. Es desafortunado que la reserva más grande no sea usada para enseñar a los niños que tales hechos han sido reconocidos por reputados científicos como cuestionables".
13. ¿POR QUÉ ES ACEPTADA LA EVOLUCIÓN?
Podemos bien preguntar, ¿por qué cree la gente en la evolución? Pues a pesar de las temerarias jactancias sobre evolución hechas por unos pocos que la apoyan, hemos visto que la teoría contiene varias fallas fatales. La teoría evolutiva no sólo está despojada de pruebas sino que claramente pierde cada examen que le hemos practicado. Buscamos en vano una simple hebra de evidencia directa que pueda apoyarla. Así que ¿cómo podemos explicar el hecho de que millones de personas hoy acepten la filosofía evolutiva?
En primer lugar, Darwin presentó su teoría no a un mundo hostil sino a un mundo receptivo, un mundo que esperaba y anhelaba tal teoría. En verdad, unos pocos teólogos ardientes se mantuvieron en contra de ella, pero eran una excepción. El mundo en 1859 estaba listo para recibir el libro de Darwin y fue vendido bastante bien. ¡La primera edición fue vendida completamente el mismo día de su publicación! La historiadora Himmerfarb no está exagerando el caso cuando dice: "La venta del Origen sobrepasó las expectativas de cualquiera ... Como lo eran las obras de ciencia -y qué obra de ciencia- el Origen fue todo un éxito popular".
Como usted puede ver, "hasta entonces, aquellos que se habían apartado de la religión organizada lo han hecho principalmente como reacción contra la corrupción, intolerancia y con frecuencia, crueldad de la iglesia [Católica-Romana], defecto igualmente manifestado entre los siglos 16 hasta el 19, por los protestantes. Además de la reacción contra la rigidez de la iglesia y fortalecidos por la ciencia en las dudas en cuanto al dogma eclesiástico, muchos fueron atrapados, por supuesto, por 'el libro que sacudió al mundo'".
Especialmente atrapados fueron muchos científicos que soportaron las épocas en las que aún estaban sometidos a extrema esclavitud y autoridad a la cual fueron sometidos durante el obscurantismo. Ellos recordaban cómo Galileo Galilei había sido forzado por el poder en autoridad, la Iglesia Católica Romana, a retractarse de su opinión científica, una opinión que ahora se ha probado que es verdad. La opresión de la ciencia por la estrechez mental de los clérigos guió a los científicos a buscar una vía de escape, y Darwin le indicó un atractivo éxito hacia el final. La reacción de los científicos fue lo suficientemente natural y muy comprensible. Y ellos, como Darwin mismo, creyeron que las evidencias necesarias para llenar las brechas en la teoría podrían surgir en el transcurso del tiempo.
Por más de un siglo, el fenómeno biológico ha sido ampliamente descripto según las premisas evolucionistas. Si uno ve el mundo através de los espectáculos darwinianos, si la ciencia es vista desde una perspectiva evolucionista, entonces ciertas respuestas automáticamente serán descartadas.
Además, la evolución se ha convertido en una filosofía ampliamente publicada y como tal ha ganado adherentes rápidamente entre científicos y profanos. Thomas Henry Huxley, por ejemplo, ¡era un exitoso hombre de negocios! Otro importante orador de todos los campos del pensamiento había dado su estampa de aprobación a la evolución. Hoy vivimos en una sociedad saturada con el dogma de la evolución. La evolución es la teoría moderna elegante que parece estar in hoy, y muchas personas comunes la aceptan simplemente porque es ampliamente aceptada. Algunos han sido obligados a aceptarla por temor a ser llamados ignorantes.
Probablemente la mayoría de la gente educada cree en la evolución ¡simplemente porque se les ha dicho que la mayoría de la gente educada cree en la evolución! La conformidad es una fuerza de motivación peligrosa. Pregúntele a cualquier adolescente que si hay algo a lo que más le teme, es a ser diferente de la multitud. Pero no necesitamos ser seducidos por el constante refrán que dice: "Todas las personas inteligentes están de acuerdo en que la evolución es una realidad". Debemos notar que muchos científicos y profanos de nuestros días resisten el régimen implantado por los evolucionistas -y tienen coraje moral para mantenerse en sus convicciones-.
Tal vez otros aceptan la evolución porque quieren creer en ella, prefieren creer en un universo sin Dios. Porque si la evolución no es verdad, entonces la única alternativa es la creación divina -y algunos se sienten poco agradados cuando se les hace percibir que Dios tiene directa relación con este mundo y con sus propias vidas personales. Así es que buscan por cualquier medio posible, consciente o inconscientemente, relegar a Dios en cuanto les sea posible. Estas personas ansiosamente abrazan cualquier filosofía que reemplace la necesidad de un Dios. Considerando la naturaleza humana como es, la mayor parte de la gente cree lo que quiere creer pese a su veracidad o falsedad. Cuando la gente tiene una compulsión a rechazar la idea de Dios, da la bienvenida a las nociones "científicas" sin importar que no sean probadas o que sean improbables.
El deseo de liberarse de las responsabilidades propias con su Hacedor ha hecho que muchos se vuelvan a la evolución y al ateísmo. Por ejemplo, Aldous Huxley (hermano de Sir Julián y novelista popular) ofrece este franco relato en una revista titulada "Confesiones de un Ateo Profeso: Aldous Huxley" (Confessions of a Professed Atheist: Aldous Huxley): "Yo tuve motivos para no desear que el mundo tuviera significado; consecuentemente asumí que realmente no tenía, y que era capaz de encontrar, sin ninguna dificultad, razones satisfactorias para esta presunción, ... Para mí mismo así como, sin duda alguna, para muchos de mis contemporáneos, la filosofía de la ausencia de significado era un instrumento esencial de liberación. La liberación que deseábamos era ... la liberación de cierto sistema de moralidad. Objetábamos la moralidad porque interfería con nuestra libertad sexual".
Es triste pero cierto que nuestras naturalezas caídas resisten las demandas de la Palabra de Dios, así como también es verdad que "el dios de este mundo [Satanás] ha cegado la mente de aquellos que no creen".
Pero, indudablemente, la razón principal para que la mayoría de nosotros termine creyendo en la evolución es que se nos ha enseñado muy bien la teoría. Por varias generaciones hasta ahora, el cerebro infantil de Darwin se nos ha inyectado a la fuerza tanto a nosotros como a nuestros hijos. Se nos ha lavado el cerebro con la teoría de la evolución tan efectivamente, que la aceptamos con la seguridad de saber que 2 + 2 = 4. Antes de graduarse de bachillerato, casi todos los estudiantes son expuestos y doctrinados con las teorías evolutivas corrientes en cuanto al origen del hombre, pero estas teorías son enseñadas como hechos reales.
La educación en la vida no queda sin su efecto. La mayor parte de la gente cree en lo que se les ha enseñado, sin importar si es verdadero o falso. El hombre puede enorgullecerse de ser "el animal pensante", pero con frecuencia falla en actuar como ser racional. Nuestra pereza de investigar nos puede llevar a aceptar palabras de alguna "autoridad". La gente cree en la evolución no por causa del peso de la evidencia ¡sino porque la mayoría no la ha examinado! Ellos creen en ella a causa del peso de autoridad, y vivimos en una era que adora la autoridad. La ciencia misma tiene muchos adoradores. Se ha convertido en la religión virtual, una nueva fe -los científicos son sus sacerdotes (no vestidos con trajes negros sino con sacos blancos), sus pronunciamientos son su evangelio (que debe ser creído y aceptado), y el laboratorio es su templo. ¿Cómo, entonces, es que el promedio de personas, con poco o ningún conocimiento especial de varias ciencias, desafían a las autoridades? Es natural aceptar lo que los "expertos" dicen -y la mayoría de gente lo hace.
De esta manera nuestras mentes han sido programadas, nuestros pensamientos han sido acondicionados, nuestros niños han sido doctrinados con el dogma de la evolución. Aceptamos de buena fe los asertos de los científicos que enseñan la teoría de la evolución. Después de todo, si la evolución está en los libros de texto y en los superampliamente ilustrados libros publicados por Time-Life, debe ser verdad.
Hasta aquí hay muchas razones comprensibles de por qué la evolución ha llegado a ser tan universalmente aceptada al punto que permea mucho del pensamiento humano de hoy. Todavía no sale uno del asombro de que muchas personas inteligentes puedan permitirse a sí mismos ser desviados tan lejos, de los hechos de la ciencia.
Conclusión
La teoría general de la evolución ha sido aceptada sin el análisis crítico que debiera haber tenido. Demasiado se ha considerado como hecho, tanto más se ha dado por sentado como veraz. Cualquier teoría científica debe armonizar con todos los hechos conocidos. Si se llegara a negar siquiera en uno de esos hechos, la teoría tendría fallas. En cuanto a esto, me gustan las palabras de Thomas Henry Huxley: "Los hombres de ciencia no exigen ser creídos; no están limitados por artículos de varias clases: no hay la simple creencia de que sea un deber obligatorio con ellos sostener sus aseveraciones y departir con ellos alegremente, en el momento en que algo sea realmente probado contrario a cualquier hecho, por grande o pequeño que sea".
Propongo no solo que la evolución sea vista como contraria a muchos hechos, ¡¡sino que es improbable, improbada, insostenible, irrazonable e imposible!! Las investigaciones recientes han hecho de la teoría evolutiva una hipótesis en bancarrota. Los pilares que supuestamente apoyan la estructura evolucionista se han comprobado ser débiles o inexistentes. El caso evolucionista del desarrollo del hombre a partir de un ancestro no humano es un fiasco completo, porque el hombre es más que un accidente biológico, más que el producto final de un germen, un molusco o un simio. Ni Darwin ni nadie más ha probado la teoría de la evolución. Lo único que probó Darwin es que es peligroso aun pensar sin Dios. Si expulsamos a Dios del ambiente, nuestras especulaciones siempre serán necias, sin fruto e inseguras.
14. EVOLUCIÓN TEÍSTA: INDISCRETO COMPROMISO CRISTIANO
La evolución teísta -como una oposición a la variedad ateísta, sin Dios- es una intención de armonizar la Biblia con la teoría evolutiva. Es una filosofía que dice que hay un Dios y que es el Creador -pero que Él usa la evolución como Su herramienta o método-. Los evolucionistas teístas piensan que la Biblia nos dice quién creó, y la evolución nos dice cómo.
La historia no registra el nombre de la persona quien, cuando se enfrentó con la opción entre la evolución ateísta y la creación divina, preguntó primero: "¿Por qué tiene que ser la una o la otra; por qué no pueden ser ambas?" A partir de ahí, los hombres han intentado casar la doctrina bíblica de la creación divina con la teoría evolutiva sin Dios en una no santa alianza llamada "evolución teísta". ¡Pero el matrimonio está condenado al fracaso porque existen muchas diferencias irreconciliables entre los dos!
Los dos conceptos son mutuamente exclusivos, como lo veremos, y la intención de reconciliar las Escrituras con la ciencia ateísta no es aceptable ni para los creyentes en la Biblia ni para la línea primordial de los evolucionistas. Este tonto compromiso no ofrece seguridad real ni respuestas satisfactorias como campo intermediario, así como el agnosticismo no ofrece un puerto seguro a aquellos que divagan entre la creencia y el ateísmo. Desafortunadamente, tales esfuerzos "armonizadores" usualmente terminan con la total aceptación de la evolución y la relegación de la historia del Génesis al campo de la mitología.
La gran tragedia es que la iglesia cristiana, en gran medida, ¡se ha rendido ante la doctrina de la evolución! La evolución teísta es aceptada hoy no sólo por iglesias protestantes liberales sino también por la Iglesia Católica Romana. Ni siquiera los libros de Darwin "El Origen de las Especies" ni "El Ancestro del Hombre" fueron alguna vez incluidos en la lista de libros no aprobados por la Iglesia. De hecho, la New Catholic Encyclopedia va más allá al señalar: "La evolución del hombre, a partir de formas inferiores de vida, como lo manifiestan Darwin y Wallace, no implica del todo que el hombre sea meramente un animal".
Una ilustración perfecta de las incursiones hechas por la evolución teísta es el hecho de que la doctrina oficial católica, enunciada por el papa Pío XII en su encíclica Humani Generis de 1950, permite la creencia y la enseñanza de la evolución en la Iglesia, considerando que el carácter moral y espiritual del hombre sean reconocidos aún como una creación divina. Esto es evolución teísta, pura y simple.
Alguien podría encontrar esta teoría alterna apelante porque el promedio de las personas odian argüir o tomar posiciones. Y la evolución teísta, con un pie en ambos campos no discute con ninguna. Él simplemente sonríe y está de acuerdo con ambas posiciones. Pero ¿ha leído él la "impresión sutil" como para notar cuánto cuesta esa armonía? ¿Comprometerá él la verdad a tal punto que venda su propia alma? La evolución teísta es una contradicción de términos, como una "necedad sabia". Este concepto variante busca poner un halo alrededor de la teoría evolutiva, pero la evolución teísta sigue siendo tan evolución como la evolución.
Desde el punto de vista científico, la evolución teísta no es un compromiso satisfactorio. No tiene distinción científica y es vulnerable a todas las objeciones (tales como las brechas en el registro fósil, etc.) que le son acotadas a la evolución en general. Pero puesto que la evolución teísta pretende traer a Dios al cuadro como agente evolucionador, enfoquémonos en las implicaciones teológicas de esta teoría, respondiendo a preguntas como: ¿Debería un cristiano creer en la evolución? ¿Puede uno ser un verdadero cristiano y todavía abrir las puertas a la teoría evolucionista? Veremos que así como la evidencia no apoya la versión ateísta de la evolución, tampoco la evidencia escrituraria apoyará la versión teísta. Analizando esta teoría estrechamente, lo más claro que vemos es que es un descuidado asalto al carácter de Dios, una difamación del sabio y amoroso Creador que la Biblia revela.
Rebaja las Escrituras
El investigador bíblico Louis Berkoff dice esto en cuanto a la evolución teísta: "En una palabra, esta es una teoría que es absolutamente subversiva a la verdad de la Escritura".
Más que ser sólo una sencilla variación de la creencia cristiana ortodoxa, esta teoría actualmente cuestiona totalmente el relato bíblico de los orígenes. Todo lo que sigue en la Sagrada Escritura puede ser correctamente comprendido sólo a la luz de los antecedentes del Génesis. Y todavía la evolución considera como "leyendas" aquellos capítulos fundamentales. Como lo manifiesta la revista Time, "La evolución sugiere que el Homo sapiens es descendiente no de una pareja de padres sino de muchos, hasta el punto de hacer improbable un Adán y Eva literales".
Los evolucionistas teístas sienten que la ciencia nos ha liberado de creer en la historia bíblica de la creación. Pero el resto de la Escritura, especialmente el Nuevo Testamento, frecuentemente toma de y alude al libro del Génesis, incluyendo sus primeros capítulos. Aunque muchos hoy consideren el registro del Génesis como únicamente alegoría, no fue considerado así por los escritores de la misma Biblia.
Mientras proclaman su fe en Dios, los evolucionistas teístas atacan Su Palabra: el único fundamento objetivo por el cual podemos conocer la verdad que Él ha revelado.
Su Influencia se Opone a la Sociedad cristiana
En Su inmortal sermón del monte, Jesús enseñó que "los mansos -no los agresivos-heredarán la tierra". Un seguidor de Cristo que es herido en una mejilla por un agresor, "volverá la otra mejilla". Pero la doctrina evolucionista se opone diametralmente a tal noble enseñanza. En armonía con la idea de la evolución de "la supervivencia del más apto" en "la lucha por la existencia", el filósofo alemán Friederich Nietzsche (1844-1900) consideró que "El hombre debe ser entrenado para la guerra y las mujeres para la procreación del guerrero; lo demás es estupidez". Según Nietzsche, los alemanes eran la "raza superior" de superhombres (Übermensch) y mejor aptos para sobrevivir y dominar el mundo. Adolfo Hitler fue un devoto discípulo de Nietzsche, cuyas ideas fueron fuertemente explotadas por los nazis en su despiadado deseo de dominar. El sanguinario resultado es uno de los capítulos más tristes de la historia de la humanidad.
Las dos filosofías, la de Cristo y la de Nietzsche, nunca pueden hacerse armonizar. Porque hay una contradicción básica entre la regla de oro de Jesús de "hacer a los demás lo que quisiera que se hiciera con vosotros" y la idea de la evolución, la supervivencia del más apto, de que "el poder obra justicia".
Atribuye a Causas Naturales la Obra Sobrenatural de Nuestro Creador
Siempre ha sido el plan de Satanás robar a Cristo la gloria como Creador. La teoría básica de la evolución, siendo completamente ateísta, es una negación de Dios sin derecho alguno. La evolución teísta es más sutil, más indirecta en su negación, sin embargo, coloca limitaciones severas al poder y la habilidad de Dios, colocándolo en la posición de un mero "supervisor".
Los escritores de la Biblia a través de las Escrituras aceptan el relato literal de la creación como historia pura. Si el Génesis no fuera históricamente cierto, entonces los otros escritores bíblicos, y Cristo mismo, serían culpables ya fuera de ignorancia o de equivocación deliberada cuando citaron los eventos de la creación como verdades inspiradas. Cualquier conclusión de éstas es inimaginable para un cristiano consistente. Nótese lo siguiente:
1. El sabio Salomón declaró¯ : "He aquí que esto he hallado,: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones".
2. El apóstol Pablo aceptó el origen del hombre por creación especial: "Así también está escrito: fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; ... porque el varón no procede de la mujer sino la mujer del varón ... Porque Adán fue formado primero, después Eva". Pablo también escribió de "Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz", refiriéndose claramente a Génesis 1:3.
3. Judas, en su carta en el Nuevo Testamento, describe al fiel patriarca Enoc como "el séptimo desde Adán". Pero, ¿por qué referirse a un hombre como el "séptimo" en línea ancestral si el punto de partida para esa línea es sólo un mito?
4. Si el relato del Génesis, de la creación, es un mito, debemos tirar a la basura el testimonio del escritor Lucas, del Evangelio, quien traza los ancestros de Jesús hacia atrás hasta "Set, hijo de Adán, hijo de Dios". El hecho de unir a Adán directamente con el Creador coloca a Lucas en perfecta armonía con el relato del Génesis y en directa oposición a cualquier teoría evolutiva.
5. El apóstol Santiago también testifica del lado de la creación divina cuando escribe de "hombres que están hechos a semejanza de Dios".
6. El apóstol Pedro apoya el registro inspirado del Génesis cuando escribe de "Noé ... mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir ocho, fueron salvadas del agua".
7. El apóstol Juan, escribiendo el libro de Apocalipsis, corrobora Génesis (3:1-6) cuando escribe, "la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo". Además Juan promete que cuando la tierra sea renovada, "no habrá más maldición" otra vez haciendo eco al Génesis (3:17).
8. Aunque los evolucionistas se burlen de la idea de la creación de Dios de Adán y Eva y del diluvio de los días de Noé, el Señor Jesús apoya a ambos. Al hablar de la creación especial de Adán y Eva como hechos históricos, Cristo declaró: "¿No habéis leído que el que los hizo al principio varón y hembra los hizo?". Esto se refiere claramente al relato de la creación del hombre en Génesis 1:27: "Varón y hembra los creó". Jesús también puso su estampa de aprobación en cuanto al relato bíblico del diluvio en estas palabras: "Porque como en los días del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca". ¿Pueden los cristianos conscientes considerar el Génesis como mero mito o leyenda cuando Cristo mismo reconoció su veracidad?
La Biblia dice que después de que Adán fue creado, no se encontró en todo el reino animal "ayuda idónea para él [esto es, ninguna compañía o ayudante apropiado a sus necesidades]". Esto muestra que Adán no fue asemejado a los animales ni tenía nada en común con ellos. Esta es la razón por la cual Dios formó especialmente a Eva para ser la esposa de Adán.
Aquellos que creen que la Biblia es la Palabra de Dios no pueden considerar el registro de la creación como un lenguaje meramente figurativo cuando los escritores inspirados, y el Señor mismo, lo consideraron literal y de autoridad.
Su Método Brutal es Indigno de un Dios de Amor
Los abogados de esta teoría aseveran que la evolución es simplemente la forma de Dios de obrar. Sin embargo, la pregunta no es si Dios podía usar el proceso de evolución como medio para crear nuestro mundo y sus habitantes sino si Él emplearía esos procesos en la creación de la tierra. ¿Qué en cuanto a las implicaciones morales de esta teoría teísta? ¿Podría un buen Dios usar dolor y muerte para llevar a cabo Su obra de diseñar un mundo perfecto?
Como puede ver, el método atribuido a Dios en esta teoría es indigno de Él y levanta serios cuestionamientos en cuanto al carácter de Dios.
Mientras dos estudiantes graduandos discutían en cuanto a la evolución teísta y la creación, el más liberal preguntó: "¿Por qué es importante hacer tanta alharaca en cuanto a cómo ocurrió, y cómo se involucró Dios?" El otro le contestó: "La creación, como todos los actos de Dios, nos dice algo en cuanto al carácter de Dios. Lo que decimos sobre la creación últimamente se refleja en nuestra comprensión de Dios. Puesto que la forma en que es hecha una cosa nos dice algo acerca de su inventor, debiéramos empaparnos de los métodos que le adscribimos a nuestro Creador".
El método por el cual la evolución teísta supone que fue usado en la creación sería, "Como si algún dios menor hubiera hecho el mundo, pero no hubiera tenido fuerza para darle la forma que él quería", como para tomar las palabras del poeta Tennyson.
El dios postulado por la evolución teísta no es el mismo majestuoso y todopoderoso Dios de la Biblia. Al contrario, es un dios chapucero que perpetúa por las edades el derramamiento de sangre, tropezones durante paulatinos procesos, cometiendo billones de errores en intentos de perfeccionar los organismos creados por él. "Yo garantizo que la evolución sin duda puede permitir la creencia en un dios, ¡pero qué dios!".
El reino sangriento de la evolución, de dientes y garras, durante millones de años para eliminar los inaptos es denodadamente incompatible con el relato bíblico de los orígenes. Los dos conceptos están tan lejos el uno del otro como está el oriente del occidente. La obra perfecta de creación de Dios fue maravillosa para contemplar y digna de su omnipotente Autor.
"El proceso evolutivo depende en parte, de la destrucción del débil por el fuerte. La evolución teísta hace a Dios responsable de todo esto, mientras que el concepto bíblico de una creación perfecta y la subsecuente caída hace responsable a Satanás de la parte destructiva de la naturaleza".
El ilustrado profesor de zoología de Harvard, Louis Agassiz, protesta contra la idea de que Dios usó la evolución como Su método de creación, con estas palabras: "Las fuentes de la deidad no podían ser tan magras, como para que a fin de crear al ser humano dotado de razonamiento, tuviera que convertir un simio en hombre".
Una Creación Terminada
La creación no había meramente comenzado en el tiempo hablado en los capítulos de apertura del Génesis. El registro inspirado indica que fue terminada, y el séptimo día fue puesto a parte como un día especial para conmemorar el final de la gran obra de Dios.
La evolución postula un proceso ininterrumpido de creación continuada por medio de millones de eones, mientras que la Escritura declara que la obra de la creación fue completada, por lo menos en lo que se refiere a la tierra: "Las obras ya estaban acabadas desde la fundación del mundo".
El apóstol Pablo enfatiza el hecho de una creación completa cuando dice: "Por él fueron creadas todas las cosas". Note que la frase verbal "fueron ... creadas" está en tiempo pasado. Por tanto, la creación no es un proceso continuo en el presente, lo cual debería ser verdad si la evolución fuera un proceso creativo continuo.
El registro inspirado explícitamente señala que al final de la semana de la creación, después de que Dios había traído a la existencia la tierra con todas sus variadas formas de plantas y vida animal, incluyendo al hombre, la obra creadora de Dios fue un acto finalizado. Por favor, note: "Fueron pues acabados los cielos y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo".
Este mismo pensamiento de la obra de Dios terminada es puesto en evidencia y se hace eco a través de toda la Biblia en los siguientes pasajes:
Éxodo 20:11: "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay y reposó el día séptimo; por esto bendijo Jehová el día séptimo y lo santificó".
Salmo 33: 6, 9: "Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca ... Porque él dijo y fue hecho, él mandó y existió".
Hebreos 4:10: "Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras como Dios de las suyas".
La Muerte Llegó a la Hora Equivocada
En los párrafos finales de su libro El Origen de las Especies, Darwin escribió que "la producción de los animales superiores" se llevó a cabo por medio de "la guerra de la naturaleza, de la hambruna a la muerte". En primer lugar pregúntese usted mismo: ¿suena la expresión "guerra de la naturaleza, de la hambruna a la muerte", como un medio que Dios usaría para crear un mundo "bueno en gran manera"?
En segundo lugar, reconozca que la aseveración de la evolución, de que la muerte fue el factor causante en la producción de animales superiores contradice la enseñanza bíblica del origen de la muerte.
Las Escrituras claramente enseñan que no había sufrimiento ni muerte en el mundo antes de que Adán pecara. La muerte entró en el mundo como consecuencia directa del pecado del hombre:
Romanos 5:12: "Por un hombre [Adán], entró el pecado en el mundo y por el pecado, la muerte; y así la muerte pasó a todos los hombres por cuanto todos pecaron".
1 Corintios 15:21: "Por el hombre vino la muerte".
Pero si la teoría evolutiva fuera correcta, ¡habría habido billones de muertos antes de la existencia del primer hombre! ¡La evolución teísta nos pide que creamos que el sufrimiento y la muerte existieron durante largos años en un mundo sin pecado hecho por un Dios sabio y santo!
La Caída del Hombre
El tema de la Biblia es la caída del hombre en el pecado y su necesidad de un Salvador. Note la secuencia de la creación del hombre y la subsecuente salvación:
1. Comenzando con una perfecta creación, luego sigue
2. La degeneración del hombre (caída de Adán y Eva), y luego,
3. La regeneración del hombre (el plan de salvación).
Pero la evolución teísta es totalmente inaceptable para todos aquellos que conocemos y creemos en la Biblia, porque barre totalmente nuestra necesidad de Jesucristo como Salvador. La única "caída" permitida en la evolución es una caída hacia adelante, porque, para subrayar el pensamiento evolucionista, la idea básica es de progreso. Y si la aseveración de progreso es correcta, si el hombre comenzó a partir de formas menores de vida y está en un grado superior, constantemente avanzando, él no es una criatura caída en necesidad de un Salvador sino un organismo en desarrollo, en la ruta de la perfección. En lugar de estar condenado por su mitológica "caída" de la gracia, ¡el hombre debería ser exaltado por los progresos que ha alcanzado! La teoría evolucionista y la teología bíblica postulan tendencias completamente opuestas.
¡Esta es la razón por la que es mejor ser un ateo completamente en lugar de ser un evolucionista teísta! La evolución, que no tiene en cuenta la "caída" y de ahí que no considere la necesidad de un Salvador, es decididamente anticristiana.
Pregúntese usted: ¿es el relato de la caída del hombre en Génesis una historia o un mito? ¿Es el hombre un simio civilizado o un pecador caído? La evolución ve al hombre como una bestia glorificada, una criatura que nunca caerá sino que siempre avanzará hacia grados superiores. Tal origen hace que la muerte de Cristo no tenga efecto como intermediaria del hombre, como podemos percibir en la siguiente cadena de lógica:
1. Si no hay caída, entonces no hay pecado.
2. Si no hay pecado, no se necesita un Salvador que quite el pecado.
3. Por lo tanto, Cristo murió en vano.
De este modo, esta enseñanza roba a Cristo su rol divino como Redentor. Su sacrificio redime a los miembros caídos de la familia de Dios, y puede haber redención sólo de lo que una vez se poseyó pero se ha perdido. El hombre no es un animal en evolución sucesiva sino un pecador perdido condenado a la muerte. ¡Cristo dio su vida para salvar a un hombre caído, no a una bestia noble!
Muchos que realmente no han estudiado el tema sienten que pueden creer en la evolución y aun creer todo lo que dice la Biblia, excepto la pequeña parte que se refiere a los orígenes en el Génesis. Pero el gran acto de Dios de la creación es un tema que no se limita a una parte de la Biblia. Jesús dijo: "Pero si no creéis a sus escritos [de Moisés], ¿cómo creeréis en mis palabras?".
La evolución de cualquier tipo rechaza el relato de la Biblia de cómo Dios directamente creó el hombre. Y es imposible disminuir el relato del Génesis considerándolo un "mito" o una "alegoría" sin estar simultáneamente minando nuestra fe en el resto de la Biblia.
Un evolucionista teísta debe luchar no sólo contra los hechos de la ciencia los cuales anulan la teoría de la evolución sino también contra los textos de las Escrituras los cuales revelan cómo Dios creó el mundo. Como lo indica Thomas F. Heinze, "Él está siguiendo una religión que él mismo ha creado".
No hay conflicto, no hay contradicción entre el libro de Dios de la naturaleza y Su Palabra escrita, porque el Autor de la naturaleza es el mismo Autor de la Biblia. La creación y el cristianismo tienen el mismo Dios.
El Deísmo Roba a Dios Su Rol como Sustentador
La evolución teísta es sólo un paso alejado del concepto poco ortodoxo de deísmo, el cual enseña que Dios -como un ausente dueño de un terreno- originalmente creó un planeta tierra y sus primitivas formas de vida y luego se fue a resolver otros negocios. Él puede, ocasionalmente, detenerse para ver cómo van las cosas, pero la mayoría del tiempo Él deja que las cosas funcionen por sí mismas de la misma manera en que nosotros le damos cuerda a un reloj y dejamos que continúe andando por sí mismo. Desde el punto de vista mecánico del deísmo, nuestro Creador es un Dios muy impersonal. La evolución teísta, también, considera que Dios tiene poco o ningún contacto regular con la tierra y la raza humana. Pero Dios no es un terrateniente ausente como alguien sugiere. De hecho, Él "no está lejos de nosotros: porque en Él vivimos, nos movemos y somos". Se debe únicamente al poder sustentador de Dios, que vivimos día a día y momento a momento: "Él da a todos vida y aliento y todas las cosas". Cada latido del corazón es una evidencia de Su amoroso cuidado.
El deísmo y la evolución teísta nos harían creer que Dios creó el universo pero luego se fue y lo dejó que evolucionara por sí mismo. En contraste, la Biblia enseña que Dios mantiene y sostiene cada parte de su creación. La pluma de la inspiración escribe del Hijo de Dios: "Sostiene todas las cosas por la palabra de su poder". "Tú has hecho los cielos y los cielos de los cielos con todo su ejército, la tierra y todas las cosas que hay en ella, los mares y todo lo que hay en ellos y los preservas a todos ellos".
Pablo, escribiendo bajo inspiración del Espíritu Santo, declara de Cristo que, "Todas las cosas fueron creadas por Él y para Él: y Él es antes de todas las cosas y todas las cosas en Él subsisten". La palabra subsisten quiere decir que todas las cosas "permanecen, son sostenidas y mantenidas", como lo indica la Biblia Ampliada. Otras versiones modernas como la Versión Standard Revisada, la Nueva Biblia Inglesa, la Biblia Al Día, la Nueva Biblia Standard Americana y la Versión Nueva Internacional dejan en claro que Jesús "sostiene todo en conjunto", como el sustentador o "sustenta el principio" del universo. ¡La mano que sostiene los mundos en el espacio es la misma mano que fue clavada en la cruz por nosotros!
Conclusión
El registro divino es tan claro, que no hay excusas para conclusiones erradas. "Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza ... Así creó Dios al hombre a su imagen; ... varón y hembra los creó". No hay posibilidad aquí para suponer que el hombre evolucionó por pequeñas graduaciones a partir de formas menores de vida.
La Biblia no puede ser simplemente un "buen libro" si es un libro de mentiras. O es verdad o no lo es. O es la Palabra inspirada por Dios, como dice serlo, o simplemente no lo es.
La esperanza del hombre y el destino están determinados por la calidad de su fe. ¿Podemos como cristianos, aceptar con seguridad cualquier teoría que disminuya nuestra fe en la Biblia? ¿Podemos aceptar una enseñanza que convierte a Dios en un mentiroso? ¿Podemos permitirnos el aceptar las teorías confusas de la evolución -sea teísta o la que sea-? Si estamos dispuestos a admitir en nuestra mente la existencia de un Dios Creador, ¿por qué queremos limitar Su poder y explicar por otros medios las claras aseveraciones de Su Palabra?
Como cristianos inteligentes, no debemos ni ignorar la ciencia ni procurar explicar el Génesis por otros medios. Aquellos que rechazan el relato del Génesis pueden no darse cuenta de que por este medio están rechazando el Cristianismo, puesto que la evolución y el Cristianismo son incompatibles e irreconciliables. Si la evolución es verdad, entonces toda la fábrica de fe cristiana es una masa de error. La evolución teísta es una teoría comprometedora opuesta a la Biblia por siempre.
15. ¿CUÁNTO TIEMPO DURARON LOS DÍAS DE LA CREACIÓN?
Una amplia enseñanza hoy sostiene que cada día de la semana de la creación no fue un día de veinticuatro horas sino un largo periodo de tiempo, tal vez de millones de años, cubriendo vastas eras geológicas.
Esta teoría de "día-era" es enseñada por muchos que profesan creer en la Biblia, porque sienten que ello resuelve uno de los muchos problemas enfrentados por los abogados de la evolución teísta. Pero la Biblia resonantemente refuta el concepto de día-era. Veamos la evidencia trazada, no solamente a partir de la Palabra de Dios sino también del lenguaje, la ciencia y la lógica -evidencia ésta que claramente muestra por qué no podemos aceptar esa teoría.
Cada Día: Un Periodo de Obscuridad y Luz
Cuando el Señor declara que Él hizo el mundo en seis días y descansó el séptimo, hace claro que se refiere a un día de veinticuatro horas, porque Él dice: "y fue la tarde y la mañana, el primer día ... la tarde y la mañana, el segundo día ... la tarde y la mañana, el tercer día" y así sucesivamente. Ningún otro lenguaje pudo haber pensado Dios que fuera más específico que estas palabras. Ningún otro término en el idioma hebreo expresa la idea de días literales tan fuertemente como las palabras aquí empleadas. La forma literal del Hebreo es "Hubo noche y hubo mañana, día uno"; Hubo noche y hubo mañana, día dos" y así sucesivamente.
Hasta la designación de los días en la semana de la creación, se conforman exactamente con el método de registro del tiempo en toda la Biblia, porque Dios enseñó que cada día comienza con la puesta del sol y finaliza con la siguiente puesta del sol. Describir cada uno de los seis días como una noche y una mañana ciertamente da evidencia de que éstos eran días como los otros que han seguido desde los albores de la historia. Como Ralph Waldo Émerson observó: "Dios tenía tiempo infinito para darnos; pero ¿cómo nos lo dio? ¿en un trazado inmenso de perezosos milenios? No, Él los cortó en una sencilla sucesión de nuevas mañanas". Un día completo de veinticuatro horas está compuesto por un periodo de obscuridad y un periodo de luz. Tales fueron los días originales de la creación, y tales son los días de la tierra ahora -obscuridad y luz, obscuridad y luz, como la tierra gira sobre su eje. Dios no deja lugar aquí a la especulación filosófica: "la noche y la mañana" son aún los componentes de cada día terrestre.
¿Cómo se Originó una Semana de Siete Días?
La semana de siete días, una institución tan antigua como la historia, no tiene bases en el mundo de la naturaleza. Cualquier otro periodo de tiempo o agrupación de días está demarcado por algún movimiento de los cuerpos celestes:
1. El día de veinticuatro horas es determinado por la rotación de la tierra sobre su propio eje.
2. El mes está determinado por la rotación de la luna alrededor de la tierra.
3. El año de trescientos sesenta y cinco días es medido por el tiempo que le toma a la tierra dar una vuelta completa alrededor del sol.
Pero, ¿de dónde viene la semana de siete días? Nada en la naturaleza lo puede relatar. Dios mismo midió la primera semana como ejemplo para todas las semanas sucesivas hasta el fin del tiempo. Como cualquier otra semana, consiste en siete días literales.
Como lo indica la Encyclopedia Brittannica en su artículo "Calendario": "Semana no astronómica". -"La semana es un periodo de siete días, de lo cual no se tiene referencia si se deba a movimientos celestiales, una circunstancia a la cual se deba su inalterable uniformidad ... Ha sido empleada desde tiempos inmemoriales en caso todos los países occidentales; y como tal, no forma una parte divisible del año ni del mes lunar, aquellos que rechazan el recital Mosaico estarán a punto de perder la posibilidad de asignarle un origen, el cual tiene mucha semblanza de probabilidad".
Así pues, usted puede ver, la semana compuesta por siete días, es ella misma otra prueba de que los días de la creación fueron siete días literales como los tenemos ahora. Debe su origen a la creación del mundo en seis días literales y el descanso del Creador en el séptimo. Si así no fuera, ¿cómo hubiese alguna vez empezado? ¿Cómo es que, virtualmente en todo lugar la semana de siete días es conocida y reconocida? El reconocimiento universal de la semana desde las edades tempranas encaja perfectamente con el relato bíblico, pero no se acopla a ninguna serie larga de las así llamadas eras geológicas.
El Mandamiento del Sábado Implica Días de Veinticuatro Horas
En el corazón de los diez mandamientos está el mandamiento de Dios de guardar santo el séptimo día. Pero las palabras del cuarto mandamiento pueden ser armonizadas sólo cuando los días de la creación son considerados como días solares, porque el Señor nos pide trabajar seis días y descansar el séptimo día. Este mandamiento muestra que los seis días de la creación eran de la misma clase en la que Él nos encasilla para nuestras actividades cada semana. Y recuerde, este paralelo entre los eventos de la creación y nuestra presente semana fue establecido no por teólogos u otras personas bien intencionadas sino por Dios mismo.
La razón por la que Dios da este mandamiento -considerando Su ejemplo de trabajar y descansar durante la semana de la creación- aparece perfecta y completa cuando entendemos los días de la creación como literales. Pero la presunción no garantizada de que los eventos de la primera semana requirieran miles o millones de años va directamente en contra del fundamento del cuarto mandamiento y ¡lo convierte en algo menos que un requisito sensato de un Dios razonable! Representa al Creador como ordenando a los hombres que celebren días literales para conmemorar vastos e indefinidos periodos. Esto obscurece lo que Dios presenta claramente. También implica que Dios es un mentiroso. Los primeros seis días de cada semana son dados al hombre para sus labores, porque Dios empleó el mismo periodo de la primera semana en Su gran obra de creación; en el séptimo día, el hombre debe dejar de laborar, para conmemorar el descanso del Creador.
El Primer Sábado no Fue un Periodo Geológico
La duración del séptimo día de la creación se determina por la duración de los otros seis. Si asumimos que esos días fueron largos periodos geológicos, entonces, para ser consistentes, debiéramos también asumir que el día de descanso del Creador también fue un periodo de millones de años. Pero en ese caso, Dios todavía estaría descansando, porque la cronología bíblica indica que sólo seis mil años aproximadamente han transcurrido desde la creación de Adán. Y si Dios aún está en su séptimo día, y descansando, entonces es difícil explicar la afirmación de Jesús: "Mi Padre aún obra, y yo aún obro". Los cristianos saben que Dios ha estado muy activo en los asuntos humanos proveyendo para la salvación del hombre.
Otro dilema para aquellos que desean creer en la evolución sin abandonar la fe en la Biblia es éste: Adán, según la Biblia, no murió hasta mucho después del sábado. Pero si aún no ha terminado el sábado, ¿qué pasó con Adán? ¡Nadie asevera que aún está vivo! Más aún, Dios bendijo el séptimo día "porque Él descansó de toda su obra". ¿Cómo podía bendecir un día después de haber descansado en él, si ese día fuera un millón de años y aún no ha finalizado? Estos puntos son sólo unos pocos entre tantos para refutar la teoría de la evolución teísta del día-era.
La Edad de Adán Supone un Problema
Cómo puede pensar, cualquiera que acepte la Biblia como verdad histórica, que los días de la creación sean largos periodos, indefinidos periodos o millones de años; es algo difícil de entender. Pues la Biblia declara que Adán fue creado en el sexto día. Los dos primeros días de su vida fueron dos de los siete días originales; pero si creemos en la teoría de día-era, ¡se convierten en millones de años! Aunque Adán hubiera muerto el mismo primer día de la segunda semana, habría vivido durante "todo" un periodo y "parte" de otros dos. ¿Cuánto tiempo habría vivido, según esta teoría? Bueno, una modesta estimación requeriría varios millones de años. Pero Génesis 5:5 indica que Adán vivió 930 años y murió. Así que la teoría de día-era contradice la Biblia y no deja posibilidad de computar la edad de Adán. Las personas pueden elegir creer en cualquiera de estos dos relatos, pero no hay forma de armonizarlos.
¿Podría Dios Llamar al Pecado "Bueno en Gran Manera"?
Supongamos que alguien quiso aceptar la edad bíblicamente expuesta de Adán como literal, pero aún sostiene la teoría de día-era para la creación en general. Adán fue creado en el sexto día y vivió 930 años. Mucho antes de que aquellos años hubiesen terminado él había pecado, había sido expulsado del Edén y en su estado pecaminoso concibió a su familia. Según la suposición señalada anteriormente, Adán debió haber vivido toda su vida -y haber pecado- dentro del tiempo de ese "sexto día", porque 930 años son sólo una pequeña parte del periodo medido en millones de años.
Ahora, aquí está el punto: cuando Dios terminó Su gran obra para esos seis días, se nos dice: "Y vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera". Pero si Adán ya había pecado, ha había sucumbido ante las tentaciones del enemigo, ¿podía Dios decir que "todo ... era bueno en gran manera"? ¡No! Adán cayó en pecado después. Y cuando Dios descansó el séptimo día y volvió su vista a la semana de la creación, Él bendijo ese día como el punto culminante de una obra perfecta. Por tanto, todavía no había entrado el pecado a la tierra.
Los Estudiosos del Idioma Hebreo Rechazan la Teoría
Ya hemos considerado algunas de las evidencias bíblicas contra las aserciones hechas por la teoría del día-era. Ahora consideremos algunos puntos lingüísticos. Actualmente, la idea de que la palabra hebrea yom ("día" -como en Yom Kippur, el "Día judío de la Expiación") se refiera a un periodo mayor de veinticuatro horas no encuentra apoyo en diccionarios hebreos de reputación, tales como los siguientes:
Frants Buhl -Gesenius' Handwoerterbuch ueher das alte Testament
Brown, Dr.iver, & Briggs -A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament
Eduard Koenig -Woerterbuch zum Alten Testament
Los diccionarios hebreos son nuestra fuente primaria de información confiable en cuanto a las palabras hebreas, pero estas fuentes principales no saben nada respecto a que yom indique un periodo indefinido de millones de años.
Y los comentadores bíblicos decididamente señalan que yom cuando es usada para referirse a uno de estos periodos de la creación, pueden únicamente significar un periodo de veinticuatro horas por día. Por ejemplo, John Skinner enfatiza en su International Critical Commentary (Genesis): "La interpretación de yom como aeon, fuente favorita para los armonizadores de la ciencia y la revelación, es opuesta al sentido claro del pasaje y no cuenta con apoyo en el uso idiomático hebreo".
"Yom" con un Numeral Definido Siempre se Refiere a Veinticuatro Horas
El libro del Génesis fue escrito por Moisés y, por supuesto, Moisés no escribió en español. De hecho, él no usó la palabra día del todo, sino la palabra yom en Hebreo. Esta palabra se encuentra 1480 veces en las Escrituras. En raras ocasiones se traduce diferente de "día", pero en la gran mayoría de casos se traduce usualmente como "día". Note que en Génesis 1:5 se usa yom en dos diferentes sentidos: "Día" (yom) cuando es usada con "noche" (layelah) se refiere a la parte alumbrada del día, específicamente doce horas; y cuando la Biblia dice que el "primer día" ha terminado, la misma palabra (yom) también se usa para referirse al periodo de veinticuatro horas.
Ahora, algún amigo escéptico puede decir: "Bueno, puesto que el término hebreo yom no siempre se refiere al mismo periodo específico, no se puede estar seguro de que yom del primer capítulo de Génesis se refiera a un periodo de veinticuatro horas". Pero hay dos razones por las que podemos estar seguros.
Primero, cuando la palabra hebrea yom se refiere algo diferente del día solar en particular, se lo indica o está claramente implicada en el contexto. Por ejemplo, Génesis 4:3 indica: "Y al pasar el tiempo, ocurrió que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová". Esto es simplemente un periodo de tiempo indefinido. Cualquier niño inteligente que lea esto, lo entendería, porque el contexto lo muestra con claridad. No se refiere a una era, un eon o una etapa de 100 años -o 500 millones de años. No se refiere a un periodo específico de veinticuatro horas, sino a un periodo indefinido después del cual Caín trajo su ofrenda al Señor. Este ejemplo muestra cómo el contexto aclara que aquí yom no se refiere al día solar de veinticuatro horas.
Segundo, note el siguiente hecho: en los manuscritos hebreos, en cada instancia donde yom está acompañado por un numeral definido, se refiere a un día solar de veinticuatro horas. Sin lugar a dudas, tenemos el segundo yom de la fiesta, el tercer yom del viaje, el séptimo yom de la semana, el decimoquinto yom del mes, etcétera, ¡todos refiriéndose a días regulares! No hay siquiera una sencilla excepción a esta regla en toda la Biblia. Si aplicamos este hecho a los días de la semana de la creación, notamos que un número definido se usa con cada uno de estos periodos desde uno hasta siete. Esto deja sólo una conclusión válida: aquellos eran días de veinticuatro horas, y los traductores lo hicieron correctamente en español.
Las Interpretaciones Correctas Demandan el más Obvio Significado
Un principio básico de interpretación bíblica es que los estudiantes de las Escrituras deben ir al significado original y literal de la palabra a menos que haya una razón suficiente para adoptar un significado derivado o figurativo. Y todo el relato de la creación está escrito en narrativa simple; no hay nada en el relato que sugiera que las palabras no deban ser comprendidas en sus significados comunes y corrientes.
Puesto que el registro no contiene sugerencias de que los días de la creación fueran algo diferente de días de veinticuatro horas, el peso de la prueba recae sobre aquellos que sostienen que las palabras del Génesis se refieren a largas etapas de tiempo. Ahora, ¿cómo puede una persona sostener seriamente que los días de la creación sean largas etapas geológicas cuando la Biblia señala claramente que Dios conoce la diferencia entre días y años? En Génesis 1:14 leemos: "Y Dios dijo: haya lumbreras en la expansión de los cielos para dividir el día de la noche; y sean por señales para las estaciones, para los días y para los años". Con esta distinción determinada en el mismo capítulo de la Biblia bajo consideración, ¿cómo pueden considerar aquellos que maltratan con libertad la Palabra de Dios que los siete días se refieren a años incontables?
Además, una rápida comparación de Génesis 7:11, 24 con Génesis 8:3, 4 muestra que se llevaba un registro de años, meses y días en el tiempo de Noé. Cada mes se componía de 30 días y el diluvio duró 150 días o cinco meses exactamente. Así que la Biblia muestra que el diluvio comenzó el décimo séptimo día del mes segundo y terminó el décimo-séptimo día del mes séptimo. El registro es preciso y definido y ello muestra que el Génesis claramente hace diferencia entre estas unidades de tiempo. Si Dios se hubiera referido a años en lugar de días, habría dicho años ¡porque él conocía la diferencia!
Se Requiere Cumplimiento Instantáneo
Otro punto lingüístico es este: la verdadera narrativa verbal de la Escritura indica un corto periodo de tiempo involucrado, hecho diametralmente opuesto a la teoría evolucionista. Para ilustrar, en Génesis 1:3 leemos que Dios dijo: "Sea la luz", o como dice el original Hebreo Ye-hi-or -"Luz, ¡aparezca!". Luego siguen las palabras Wa-ye-hi-or "Y la luz fue hecha". La respuesta fue instantánea. Cuando Dios habló ocurrió, la luz existió. Él no tuvo que esperar un millón de años para que apareciera.
Cuando los versículos sucesivos registran las palabras creadoras de Dios, sin excepción, la cosa creada aparece instantáneamente en su perfección. Otra porción de las Escrituras presenta el mismo testimonio consistente. Por ejemplo, en Salmo 33:6 y 9 leemos: "Por la Palabra de Dios fueron hechos los cielos y todo el ejército de ellos por el aliento de Su boca ... Porque Él dijo y fue hecho; Él mandó y existió". Nada en la Escritura indica que se hubieran involucrado eones o largos periodos de tiempo. La fraseología indican una acción instantánea. La nueva creación de Dios también será instantánea como la primera creación. Cuando Jesús vuelva, seremos convertidos en seres inmortales "en un momento, en un abrir y cerrar de ojos". ¡No se requerirán eones de tiempo para transformar estos viejos cuerpos en nuevos y gloriosos!
Aparte de la claridad presentada en el Libro Inspirado, que denota cumplimiento instantáneo, es obvio que, si aceptamos al Dios Todopoderoso del todo como el Creador, no necesitamos insistir en periodos largos e indefinidos para el cumplimiento de Su obra creadora. Si aceptamos las Escrituras que nos dice, "Él habló y fue hecho", no necesitamos pretender que Dios tenía demasiado para decir como para tomar largos periodos de tiempo.
Después de todo, si Dios es capaz de ejecutar su colosal milagro de la creación en 500 millones de años, ¡el sentido común nos dice que Él lo podía hacer en un año, un día, un segundo! Dios no necesitaba tomarse seis días para crear al mundo, pero Él escogió hacerlo así, seis días literales según el registro bíblico, y el séptimo día, descansó.
Frases Idénticas Sugieren Periodos Uniformes de Tiempo
Algunos proponentes de la teoría de día-era consideran de alta importancia el hecho de que el sol y la luna no fueron llamados a la existencia hasta el cuarto día de la semana de la creación, así que, dicen, nadie puede decir cuánto duraron los días "precedentes". Pero recuérdese que en el primer día de la creación, la luz había obliterado la obscuridad. No se nos dice la fuente de la cual surgió la luz en el comienzo, excepto que Dios la proveyó -y en la manifestación de Dios a Su pueblo, la luz siempre ha simbolizado Su presencia. Cuando esta luz apareció, la sucesión de día y noche comenzó, porque la Biblia habla de "la noche y la mañana" aún de aquellos primeros tres días.
En el cuarto día "Dios hizo dos grandes lumbreras; la mayor luz para que gobernase en el día y la luz menor para que gobernase la noche". No solo ocurren las palabras día y noche obviamente utilizadas como las utilizamos nosotros hoy, pero nótese también esta afirmación idéntica: "Y fue la noche y la mañana del cuarto día". Entonces, la respuesta al cuestionamiento de los teorizadores del día-era es: si en el cuarto día y siguientes "la noche y la mañana" se refieren a días comunes y corrientes medidos por el sol y la luna, ¿por qué debería la misma frase usada al principio y escrita por el mismo autor en la misma narración significar algo totalmente diferente?
Los Seres Vivos y los Periodos Obscuro y Claro del Día
Ya hemos considerado algunos argumentos bíblicos y evidencias lingüísticas contra la teoría del día-era. Ahora, vayamos al simple sentido común.
En el tercer día de la semana de la creación, Dios creó toda la vida vegetal y en el cuarto día Él hizo el sol para alumbrar sobre la tierra. Ahora, sólo supónganse que esos dos días fueran periodos de 100 millones de años cada uno. ¿Cuánto habría durado la parte obscura de cada día? 50 millones de años, por supuesto. Y esta alteración de luz y obscuridad tomó lugar durante cada uno de los seis días. ¿Puede usted imaginar los arbustos y las flores, el prado y los árboles creciendo durante 50 millones de años en completa obscuridad? Si así ocurrió, estamos enfrentados a un milagro mas asombroso de lo que en el Génesis se pensó contener: ¡el reino vegetal floreciendo durante años sin la luz del sol!
Aparte del hecho de que las plantas necesitan luz para sobrevivir y crecer, pensemos en el terrible frío que caería sobre la tierra en un solo mes de total obscuridad. Las temperaturas fluctúan considerablemente aun en un periodo de solo doce horas. Esta es la razón por la que los indicadores meteorológicos predicen: "Baja en la noche, 64ºF. Alta mañana, 82ºF". Gradualmente la muerte helada del polo Sur iría cayendo sobre la tierra llegando aún al terrible frío del espacio exterior -¡50 millones de años de obscuridad infernal y hielo con un frío que penetra a miles de kilómetros al interior de la tierra! Toda la vida se desvanecería mucho antes de que los primeros diez años hubieran transcurrido; todo eso sin mencionar los primeros mil o cien mil o millón entre esos 50 millones de años de obscuridad.
Entonces seguirían 50 millones de años de luz solar abrasadora incesante, con el calor elevándose a niveles de temperatura desconocidos. Si el día llegara antes de que la larga noche cayera, las plantas se secarían y desaparecerían gracias a la acción de los calcinantes rayos del sol. Lo que se ha dicho aquí acerca de las plantas congelándose hasta el punto de muerte o quemándose hasta la misma circunstancia, se aplica de la misma manera a la vida animal del quinto, sexto y séptimo días de la semana de la creación si "la tarde y la mañana" fueran tan largas como lo demandan los teóricos del día-era.
Las Vidas Animal y Vegetal son Interdependientes
Los animales dependen de la vida vegetal para su nutrición y también para obtener su oxígeno liberado por las plantas durante la fotosíntesis. Pero lo contrario también es real: muchas plantas dependen del reino animal. La Biblia dice que las plantas, incluyendo las que florecen, fueron creadas en el tercer día, pero ninguna vida animal fue formada hasta el quinto y sexto días. Ahora, la interdependencia de las plantas y los animales es un hecho palpable en el mundo de los seres vivos. En materia de polinización únicamente, multitudes de plantas no pueden reproducirse de generación en generación sin los insectos. Por ejemplo, las abejas son tan importantes como insectos polinizadores que la National Geographic Society las estima de gran valor en la agricultura, aparte de considerar su valor como productoras de cera y miel, en millones de dólares cada año.
Y el entomólogo Ronald Ribbands dice en la revista Scientific American: "Cuando pensamos en las abejas, estamos listos para asociarlas en primera instancia con la miel, y en segundo lugar, tal vez, con su aguijón. Actualmente sería más apropiado pensar en ellas, primero que todo, como grandes polinizadores, sin las cuales muchas de las plantas de las cuales depende el hombre, desaparecerían de la tierra".
El registro divino indica que las plantas que producen semilla dieron fruto desde su misma creación. Esto habría sido imposible si los insectos no hubieran aparecido hasta millones de años después, como sería el caso en que los días de la creación hubieran sido periodos geológicos.
La Tierra fue Creada para ser Habitada
Isaías 45:18 nos dice que Dios creó la tierra "no en vano" sino que "Él la creó para ser habitada". ¿Podría haberse logrado el propósito de Dios si la tierra hubiese llegado a ser habitada por seres superiores sólo después de pasar millones de años? La frase "Para ser habitada" no puede referirse a los animales únicamente, porque una tierra en la cual "las bestias del campo se multiplican" sin control, se dice que está "desierta" según Éxodo 23:29. Así que, indicar un "día" como años indefinidos más que como veinticuatro horas quiere decir que la tierra debe ser considerada como creada "en vano" en el periodo de aquellos supuestos eones, cuando la tierra era un desierto deshabitado; porque el hombre, corona de la creación, fue formado sólo al final de tan maravillosa obra de Dios.
La Teoría del Día-Era no Logra Cerrar la Brecha de la Evolución "Bíblica"
Además de todos los argumentos precedentes contra la teoría del día-era, es claro que interpretar yom como un largo periodo de tiempo aún no logra la armonía entre la evolución y la Biblia la cual es tan defendida por los evolucionistas teístas. La geología no enseña la evolución del mundo en seis periodos geológicos. En la columna geológica, tres o cuatro eras se dividen en por lo menos once periodos, algunos de los cuales a su vez son divididos en varias épocas. Además, el orden de los eventos en el Génesis no se acopla con los del esquema evolucionista. Así que, concebir meramente los seis días de la creación como largos periodos falla en el propósito de armonizar el Génesis con la geología evolucionista -los dos sistemas poseen deficiencias importantes en paralelos básicos.
La Teoría del Día-Era no es Apoyada por 2 Pedro 3:8
Los defensores de la teoría del día-era usualmente se conforman meramente con asegurar su validez sin ofrecer argumento de las Escrituras o cualquier otra evidencia como prueba. Sin embargo, un texto importante que ellos citan a fondo es 2º Pedro 3:8: "Un día para el Señor son como mil años y mil años como un día". Al considerar este texto, deben tenerse en cuenta tres cosas.
Primero que todo, Pedro no está igualando literalmente un día con mil años. El texto es claramente figurado, emplea una figura del lenguaje conocida como símil y usa la palabra como de la manera en que nosotros podríamos decir: "Su corazón es tan grande como un campo abierto". Un texto similar se encuentra en Salmos 90:4 el cual dice: "Mil años a tus ojos son como el ayer que pasó y como una de las vigilias de la noche". Ahora, ¿debemos entender que el "ayer" y "mil años" son literales y actualmente lo mismo? ¡Por supuesto que no! El salmista está simplemente usando una figura del lenguaje. Literalizar una afirmación cuyo propósito es figurativo es hacer violencia al significado del texto.
En segundo lugar, el principal punto que Pedro está intentando señalar aquí es simplemente este: el tiempo no significa nada para el Dios eterno. Como "el Alto y Sublime que habita en la eternidad", Dios no necesita llevar un reloj de pulsera; Él no está circunscripto al tiempo como nosotros. "El Dios eterno", "el Padre eterno" está por encima y fuera del tiempo, y la Biblia repetidamente hace referencia a éste hecho. En el versículo en análisis, Pedro está explicando no la duración de un día sino la eternidad de Dios.
Tercero, preguntemos: ¿en qué contexto fue escrito éste versículo? Debemos tener cuidado de tomar versículos fuera de su contexto, debemos evitar estar entre aquellos que tuercen las Escrituras "para su propia destrucción" como Pedro mismo lo hace manifiesto en el mismo capítulo. Veamos los versículos que están antes y después del texto en cuestión y se podrá entender el propósito de Pedro al escribir este versículo. En este capítulo Pedro está discutiendo la segunda venida de Cristo y en los versículos 3 y 4 específicamente rechaza a los "burladores" que andan según sus propias concupiscencias, diciendo, "¿Dónde está la promesa de su venida?". En el versículo bajo consideración Pedro responde a estos impacientes burladores recordándoles que Dios no está limitado por el tiempo, y agrega: "El Señor no retarda Su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros no queriendo que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche". En otras palabras, el propósito de Pedro en este pasaje es simplemente mostrar que debemos ser pacientes en la espera del retorno del Señor, porque el tiempo no implica nada para nuestro Dios eterno, y si Cristo parece estar demorando Su venida, lo hace sólo por misericordia en favor de aquellos que no han "procedido al arrepentimiento".
Estas tres razones efectivamente refutan los argumentos de aquellos que usan este versículo como alta prueba de la teoría del día-era.
Conclusión
Alguno nos haría creer que los "días" de la creación fueron vastos periodos geológicos. Otros consideran que fueron días literales de veinticuatro horas como los días actuales. Obviamente, ambos puntos de vista pueden no estar en lo correcto. Los cristianos no necesitan probar que los días de la creación fueron periodos de veinticuatro horas: ¡ya está probado por el hecho de que tenemos días de veinticuatro horas! La carga de la prueba realmente sirve para aquellos que dicen que aquellos "días" fueron largas eras geológicas. A ellos yo les digo: "Puesto que todos los días que conocemos, siempre han sido de veinticuatro horas, usted debe probarme a mí que los días de la creación fueron diferentes".
Hemos considerado esta cuestión desde diversos puntos de vista: bíblicamente, lingüísticamente, científicamente y lógicamente. Las diecinueve evidencias que hemos considerado proveen razones por las cuales podemos con seguridad concluir que los días de la creación no fueron periodos indefinidos de largos eones sino de días regulares, literales de veinticuatro horas de duración. En contraste con aquellas resonantes razones que fortalecen nuestra fe en la Palabra de Dios, los argumentos usados por los teóricos del día-era no son más que especulación que, cuidadosamente estudiada, se prueba como falsa.
El traductor de esta valiosa obra, como profesor de inglés y Religión del Colegio Adventista Libertad (COAL) de la ciudad de Bucaramanga, Colombia, realizó un trabajo de investigación con sus estudiantes del grado octavo en la clase de creacionismo, de la asignatura de religión.
Los estudiantes del grado octavo comercial realizaron una encuesta a médicos científicos de la ciudad de Bucaramanga en cuanto a la posibilidad de inyectar sangre de simios a seres humanos y los consecuentes resultados de tan arriesgada labor. Considerando que, de acuerdo con la teoría de la evolución, tanto simios como seres humanos descienden de un ancestro común, los resultados de tales posibles transfusiones deberían ofrecer alguna vislumbre de esperanza para los evolucionistas. Sin embargo, los resultados no podían ser más desastrosos.
He aquí las respuestas a las preguntas: ¿Es posible hacer transfusiones de sangre de mono a un humano y viceversa, puesto que ambos, en la evolución descienden de un ancestro común?, ¿por qué no se puede?
Todos los médicos encuestados están de acuerdo en que los simios y los seres humanos son especies diferentes y por lo tanto, hacer transfusiones sanguíneas entre ellos resultaría fatal para uno y otro.
Considerando que aun entre los seres humanos hay diversos tipos de sangre y el inyectar en un organismo humano sangre de tipo diferente del propio podría causar anomalías e inclusive la muerte, mucho más si se trata de sangre de animal inyectada en el sistema circulatorio humano. Además, la sangre de los simios es una de las más contaminadas y es la mayor promotora del virus VIH, es decir, el virus del Sida (AIDS en inglés).
Todos los animales tienen diferentes tipos de sangre; en los humanos ocurre lo mismo: cada persona tiene su propio tipo y para transfundir sangre a otra persona, el receptor debe tener un código parecido al del emisor de la sangre. El código parecido se encuentra en el cromosoma número 8 y se denomina "complejo mayor de histocompatibilidad".
Además de ello, si fuera posible inyectar sangre de simio, el cual viene -como el ser humano- "de un ancestro común" a seres humanos, no se necesitarían bancos de sangre.
Presento en este sencillo informe el nombre de algunos de los médicos consultados: Dr. Mauricio Suárez, MD., director del Centro Médico del Oriente Colombiano; Dr. Porfirio Osorio, MD., médico de la Electrificadora de Santander, Colombia; Dr. Édgar Maldonado, MD., médico del Hospital de Bucaramanga y los doctores Álvaro Bernardo Santacoloma, MD. y Álvaro Elí Duque, MD., médicos de la institución antes mencionada, entre otros.
Puesto que venimos de un ancestro común, ¿por qué no podemos recibir sangre de ellos?; o mejor, puesto que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, somos seres diferentes de la especie animal primate. Somos únicos y preciosos a la vista del Dios que nos creó.
Analícelo con calma, amigo lector. Usted vale mucho por dos razones básicas: fue creado por un Dios inteligente y también fue redimido, luego de que usted hubiera pecado, por ese mismo Dios a través de Jesucristo, su Redentor y Salvador.